𝕊𝕖𝕥𝕫𝕦𝕤𝕠𝕜𝕦•ShikaNaru•...

By TortitaSaborArcoiris

212K 22.1K 5K

Dicen que todos tenemos una media naranja, nuestra otra mitad. En el clan Nara, aquella mitad puede ser una... More

Capitulo 1: Encuentro y progreso.
Capitulo 2: Proteger lo que es mío.
Capitulo 3: Sabor a nubes.
Capitulo 4: Sol y nube.
Capitulo 5: Rey de Shōgi.
Capitulo 6: Protegiendo a mi rey.
Capitulo 7: Marca de maldición.
Capitulo 8: Semi finales.
Capitulo 9: Nervios estúpidos.
Capitulo 10: Formalmente rivales.
Capitulo 11: Semana lluviosa.
Capitulo 12: Fastidiosa confusión.
Capitulo 13: Jurando venganza al renegado.
Capitulo 14: Refugio de males.
Capitulo 15: Helado favorito.
Capitulo 16: El tiempo es incierto.
Capitulo 17: Paso del tiempo.
Capitulo 18: Dulces como tú.
Capítulo 19: ¡Naruto baka, baka!
Capitulo 20: Protegido por burbujas.
Capitulo 21: Ideas y simulacro.
Capitulo 22: El simulacro fallido; Akatsuki.
Capitulo 23: Rangos y bendiciones.
Capitulo 24: Entregados.
Capitulo 25: Dinos mamá y papá.
Capitulo 26: Insomnio.
Capitulo 27: Espejos.
Capitulo 28: Promesas y cumplimientos.
Capitulo 29: Entrenando al rey.
Capitulo 30: Hogar, dulce hogar.
Capitulo 31: Sacrificio.
Capitulo 32: Sueños y realidades.
Capítulo 34: Amor (Extra)

Capítulo 33: Amanecer.

4.4K 436 165
By TortitaSaborArcoiris

Shikamaru: Casa de la familia Nara-Uzumaki. 10:32 a.m

- ¡Levántate, Shikamaru! ¡Se te hace tarde!- los gritos de mi esposo desde la planta baja me despertaron por décima vez, o quizás más ¿Quien sabe?- ¡Shikamaru Nara! ¡¿Me estás escuchando?!- al escuchar los fuertes pasos escaleras arriba me deshice rápidamente de las sábanas que cubrían mi cuerpo y corrí al baño para simular que ya estaba despierto desde antes.

- ¡Ya oí, amor! ¡Estoy en el baño, bajo enseguida!- grité mientras quitaba mi ropa rápidamente y abría la ducha de agua fría para bañarme.

- ¡Oh, está bien! ¿Puedes despertarlo tú?- la voz de Naruto, que ahora salía mimosa como de costumbre, se escuchó alejándose nuevamente hasta la planta baja.

- ¡Claro, amor!- suspiré al no escuchar un nuevo grito de su parte. Con el paso de los años, Naruto se había hecho cada vez más maduro y responsable. Yo, en cambio, había aumentado mi vagancia e impuntualidad, algo que enojaba mucho al rubio que siempre intentaba que llegase a tiempo a mi trabajo o a cualquier compromiso que tuviera.

Después de la rápida ducha me vestí con mi uniforme de Jounnin y me peine el cabello con mi habitual coleta alta.
Salí de la habitación luego de tender la cama y caminé unos metros por el pasillo del segundo piso hasta llegar a una puerta color azúl marino.
Entré a la habitación- que era color blanca con bordes celestes bebé y muchos juguetes.- y caminé hasta la cama, dónde había un bulto escondido debajo de las sábanas color crema.

Sonreí viendo cómo se revolvían las sábanas al prender la luz y me acerqué al borde de la tela para alejarlas, dejando ver un pequeño cuerpo en pijama.
Un pequeño niño de piel canela con cabellos negros ocre se mostraba.
Besé su mejilla con amor y comencé un beso esquimal, chocando mi nariz con la suya, haciéndolo sonreír entre sueños por las cosquillas.

Revolví sus cabellos con cuidado y besé todo su rostro, logrando que el pequeño despertara poco a poco entre risas, intentando alejar con sus manitas mi rostro del suyo y quejándose falsamente de la muestra de cariño.

- Buenos días, papi.- sus manitas sujetaron mis mejillas y besó mi frente antes de sonreírme.

- Buenos días, Tsuki.- lo tomé entre mis brazos y lo alcé para dirigirnos hasta su armario de ropa.- Hoy es tu primer día ¿Estás listo? Bebé.- pregunté mientras admiraba todas las prendas. Las mejillas del menor se sonrojaron y asintió con una enorme sonrisa, que se borró unos segundos después.

- Aunque... Estoy un poco nervioso ¿Que pasa si nadie quiere ser mi amigo? Papi.- preguntó. Sus deditos jugaban entre ellos con nerviosismo y su carita tenía un lindo puchero, casi invisible. Le sonreí con ternura y junté nuestras frentes.

- Todos te amarán, Tsuki. No tengas miedo.- consolé. Ambos giramos hacia la puerta de la habitación, por dónde entraba Naruto con una sonrisa llena de amor.

- ¿Cómo estás? Bebé.- saludó a Tsuki, que enseguida corrió hacia los brazos de su padre y enterró su carita en el cuello del mayor cuando éste lo tomó en brazos.

- Tiene un poco de miedo.- comenté, acercándome a mi esposo que, aprovechando que el menor no lo veía, formó una cara de preocupación medio disimulada. Negué.

- No te preocupes, amor. Siempre habrá alguien a quien le caigas bien y quién esté contigo.- con unas caricias en la espalda del menor lo hizo separarse de su cuello para que pudiese ver los ojos azules de su padre. Los ojos ónix de Tsuki miraban con atención a Naruto.

- ¿Tú estuviste solo? Papá.- preguntó, observando con suma atención al mayor que sonrió con un deje de nostalgia.

- Estuve solo mucho tiempo, hasta que entre en la academia...- comentó, besando la mejilla de Tsuki que sonrió.

- ¿Hiciste amigos geniales?- preguntó con emociones renovadas.

- Así es, el primer día conocí a un niño muy hermoso y bueno. También conocí al tío Choūji y a la tía Ino.- contó. Los ojos del menor se abrieron de asombro.

- ¡Esos son muchos años de amistad!- alzó sus brazos y los extendió a cada lado, dando a entender que era demasiado.- ¿Y quien era el otro niño?- preguntó emocionado. La mirada de Naruto se posó sobre mí y nos sonreímos con cariño, como siempre hacíamos desde hace tantos años.

- El otro niño era tu padre. Nos hicimos inseparables desde el primer día de la Academia y nos protegimos durante años. Unos cuantos años después nos tocó en el mismo equipo de Gennin junto al tío Asuma como profesor.- finalizó, dejando a Tsuki en la cama y rebuscando entre la ropa para comenzar a vestirlo.

- ¿Y después se enamoraron? ¿Papá Shika te dijo que te quería primero?- las preguntas del menor se silenciaron por unos segundos mientras Naruto cambiaba su remera de pijama por una color negro con el símbolo del clan Nara en el frente.

- Nosotros nos quisimos desde el primer día, eso no fué necesario.- hablé de nuevo, regalándole una sonrisa al menor que me miraba con ojos brillosos de admiración.

- Vamos, se te hará tarde y a tí también.- el rubio nos señaló a cada uno y salimos de la habitación cuando Tsuki ya estaba listo para irnos a la cocina.

Después de un desayuno rápido nos dirigimos a la academia ninja, dónde habíamos pasado tantos años en el pasado, dónde todo había comenzado.
Compartimos una mirada de nostalgia al ver el frente del lugar y sonreímos al ver la emoción de Tsuki, que finalmente había dejado el nerviosismo de lado.

La ceremonia de bienvenida para los novatos había comenzado y Tsunade-sama estaba dando unas palabras de apoyo a la nueva generación, aquella que protegería a la aldea en unos años y llevaría con ella la voluntad de fuego.

Finalmente los niños debían separase de sus padres para formar filas e ingresar a la que sería su aula por cuatro años.

Naruto y yo nos agachamos para estar a la altura de Tsuki y le sonreímos con confianza y tranquilidad.

- No te preocupes, todo irá bien.- animó el rubio, besando la frente de su hijo.- Además, Inojin estará ahí y quizás les toque juntos. También puedes hacer muchos amigos, no olvides ser amable.- Tsuki asintió, besando la mejilla de Naruto con cariño.

- Todo saldrá bien, campeón. Recuerda portarte bien y hacerle caso a Iruka-sensei ¿Está bien?- Tsuki sonrió y asintió.- Nos vemos en unas horas, has nuevos amigos, bebé.- besé su frente y lo envolví en un abrazo cortó antes de soltarlo y ver cómo corría con su mochilita en la espalda hasta llegar a la fila.

Ambos nos levantamos y miramos a Tsuki hasta que entró.

- No te preocupes tanto, estará bien.- entrelacé mi mano con la de mi esposo y le sonreí con calma. Él me regresó el gesto.

- Lo sé, es nuestro hijo despúes de todo...- besé sus labios con dulzura y le tendí su banda ninja, que colocó en su cuello.- Debo irme, mi equipo debe estar esperando.- asentí. Hoy Naruto tomaría un equipo Gennin bajo su cargo y se convertiría en Jounnin-sensei. Le sonreí con dulzura y volví a besar sus labios antes de dejarlo ir.

- Que tengas buen día, amor.- me despedí y él sonrió antes de correr en dirección al techo de la academia.

Me permití mirar el cielo semi despejado, que era decorado por escasas nubes, antes de partir en dirección a la torre Hokage para comenzar mi día laboral.
Tendría mucho trabajo y quería terminar rápido con Tsunade-sama para poder recoger a Tsuki al mediodía.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

Caminaba con paso tranquilo por las calles de la aldea en dirección a la academia. Había terminado el trabajo temprano, así que iba muy bien de tiempo y, posiblemente, llegaría temprano.
Decidí pasar por los puestos de la calle central para comprar algo de comida para llevar, sería bueno romper un poco la dieta estricta que llevábamos para festejar, sería solo por hoy.

Terminé comprando ramen para Tsuki y Naruto, un poco de carne asada del local de la familia Akimichi y, claramente, cuatro órdenes de dangos.
Y es que los tres amabamos esos dulces.
No importa lo que dijeran las pruebas de paternidad, Tsuki sin duda era hijo nuestro, no era normal la forma de comer que los tres teníamos y los gustos extremos que compartíamos por ciertos alimentos.

Adoptamos a Tsuki cuando recién cumplía los tres años.
La conexión fue inmediata, sobre todo con Naruto. El menor se había entregado a él desde el primer momento y le había dejado en claro de múltiples maneras que lo quería.
Había compartido sus juguetes, le había hecho un dibujo y le había delineado las líneas de sus mejillas con pequeños besos.

Naruto quedó encantado con el pequeño y, aunque tuvimos varios meses de papeleo, visitamos a Tsuki todos los días en el orfanato hasta que finalmente tuvimos los papeles de adopción firmado y pudimos llevarlo a casa con nosotros.
Yoshino, mi madre, casi muere de la ternura cuando le presentamos a su nieto.
Y mi padre se había desarmado de amor ante el infante, que tuvo un amor enorme hacia el hombre y que lo dejó encantado cuando le dijo abuelo Shikaku.

Mis padres se encargaron de malcriar y mimar a Tsuki desde entonces.

Tsunade y Jiraiya lloraron a mares cuando conocieron a Tsuki. Claro que la mujer lo abrazó con todas sus fuerzas, hasta casi asfixiarlo, y ella junto a Jiraiya se unieron a la banda ilícita de malcriando al bebé Tsuki.
Yoshino y Shikaku los recibieron con los brazos abiertos en su causa.

En pocos minutos había llegado a la entrada de la academia, justo a tiempo para presenciar como todos los cursos mayores salían con calma de sus aulas y se retiraban del lugar sin acompañamiento, ya eran lo suficientemente maduros como para regresar solos.

Unos minutos después, dos filas de grados diferentes salieron, siendo guiadas por Iruka y Shino, eran los dos cursos de novatos del año.
Una brisa a mi lado me hizo sonreír, Naruto había llegado.

- ¿Llegué tarde?- preguntó, se notaba agitado. Negué, aún manteniendo mi sonrisa.

- Llegas justo a tiempo.- susurré.

- ¡Papá, papi!- los gritos felices de nuestro hijo nos hicieron voltear hacia la fila, de dónde venía corriendo el pequeño Tsuki. Venía arrastrando a alguien, sujetando la mano de otro pequeño niño. Reí internamente, esto me trae recuerdos.- ¡Miren, él es Kei-kun y es mi primer amigo!- presentó. El niño, que era pálido y de cabellos chocolates, nos sonrió enormemente.

- Es un gusto, Nara-san, Uzumaki-san.- saludó, encantando a Naruto con sus modales.

- Oh, Kei-kun. Solo Naruto está bien.- el rubio se agachó a la altura del castaño y lo abrazó con fuerza.- ¡Eres tan lindo!- chilló.

Si, definitivamente no fue buena idea dejar que pasara tanto tiempo con mi madre.
Después de salvar a Kei e invitarlo a comer, retomamos el camino a casa, acompañados del pequeño castaño que hablaba felizmente con Tsuki mientras caminaban sujetando sus deditos delante de nosotros.

Entrelacé mi mano con la de Naruto y observé embelesado como me regalaba una sonrisa.
Sus cabellos rubios eran acariciados por la luz del sol del mediodía y su piel brillaba. Observé su perfil mientras reía por su charla con el pequeño Kei y sonreí con amor.

Desde ese momento supe que Kei sería parte de ella por mucho tiempo más, tal como Naruto una vez se unió a la mía y yo a la suya.

- ¡El último en llegar es un huevo podrido!- luego de ese grito de mi parte, Naruto soltó mi mano y corrimos en dirección a nuestro hogar. Riendo al ser superados falsamente por los niños, que se carcajeaban por el juego.

Mi familia estaba completa y ellos me hacían feliz.





                          Fin.                       

Continue Reading

You'll Also Like

8.9K 805 40
El amor da vueltas y vueltas, es sorprendente como el muy maldito siempre llega a ti. Y Nathaniel no pudo evitarlo, aún cuando nunca penso enamorarse...
560K 40.4K 73
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
33.4K 2K 14
Hipo es un Omega que es considerado la vergüenza de su tribu y de su familia, por si fuera poco también es el hijo de Estoico el Basto el Alfa y líde...
100K 9.9K 9
Tras la perdida de Asuma, Shikamaru debe hacer frente a sus sentimientos. ShikaNaru.