Alexander Blake
Luego de la batalla del hambre mis hijos estaban con sus pijamas a punto de dormir.
-Papi- me llamo Cailin antes de que saliera de su habitación junto a Leo
-Si- la mire con la poca luz que entraba del pasillo
-Puedes leerme un cuento para dormirme- sonreí para luego asentir
A su lado acosté a Leo y busqué entre sus cosas uno de sus cuentos.
El cuento de hoy fue los tres cerditos, pero ninguno aguanto hasta la historia del segundo cerdito.
Bese la frente de Cailin y tome a Leo para llevarlo a su cama.
~
Al día siguiente lleve a mis hijos hasta su escuela o cuido, pero tuve que volver a la casa porque se me había quedado unos documentos importantes.
-Se me olvido regarte hoy- le hable a la planta que Madison tenia al lado de la puerta
Desde que había regresado intente siempre darle un poco de agua y ya se le podía ver unas flores pequeñas.
Al entrar subí directo a nuestra habitación.
Donde puse esos documentos- pensé mientras buscaba en toda la habitación.
No había señal de los documentos.
-Ya se- hable rápidamente sentándome en la cama para buscar en la mesa de noche
Cuando tuve los documentos en mis manos sentí la puerta abrirse.
Al levantar mi mirada ahí estaba ella.
-No- fue lo único que ella dijo
-Amor- sentí unas ganas inmensas de abrazarla, pero no sabia como reaccionaria
Corrí hasta donde ella ya que se había desmayado.
-Preciosa no me hagas esto- la tomé en mis brazos y la acosté en la cama.
Corrí hasta el baño en busca de un algodón con alcohol.
-Vamos amor regresa- pase el algodón por su nariz logrando que ella comenzara a despertar
-Preciosa- mis ojos se llenaron de lagrima
Como si nuestro cuerpo fuera un imán nos abrazamos.
Sentía como ella comenzaba a sollozar en silencio.
-Volví- se entrecorto mi voz
-Estas aquí- se alejo para verme
Su rostro estaba lleno de lagrimas.
-Te extrañé- sonreí acariciando su mejilla
-Te amo- rápidamente menciono mientras me miraba
- ¿Cómo? – sonreí sintiendo mi corazón latir rápidamente
-Que te amo- la tome de su rostro y la bese
No quería volver estar lejos de ella.
-No quería pensar que estabas muerto- susurro sentándose un poco más cómoda
-Estas hermosa- la admire
-Pero ¿Cómo estas aquí? – sabia que tenia dudas
-Dame un minuto- sonreí para tomar mi celular que por cierto era nuevo
Llamada
-Amor porque no estas en la oficina- reí al escuchar a Mark
-Regreso, no iré hoy- me limite a decir
Fin de llamada
Para mi sorpresa ella rápidamente me abrazo por mi espalda.
-Perdón por no buscarte mejor- mi corazón se partía de solo pensar que ella se sentía culpable
-Amor- me gire para tenerla de frente
-No es tu culpa- bese sus labios
- ¿Cómo llegaste aquí? - volvió a preguntar
-Bueno tuve que trabajar para tener dinero, de ahí tuve que pagar para que me llevaran a un aeropuerto y luego pelear para que me dejaran salir. Llegue aquí y tu no estabas. Creo que eso es lo más resumido de toda esta travesía- sonreí mientras acariciaba su espalda
-No quiero estar más tiempo lejos de ti- se quejo y me pareció muy tierno
-No lo estaremos más- sonreí admirándola
-Iré a ducharme y luego dormiré un poco si no te molesta- negué para dejarla ir al baño
Dios la había extrañado demasiado
En minutos escuche el agua.
De solo imaginármela desnuda debajo del agua me hacia desearla.
Sin pensarlo tanto me quite mi ropa y entre con cuidado de que no me escuchara.
Dentro de la ducha ella estaba de espalda.
-Un segundo baño en el día no estaría mal- la abrace pegando todo mi cuerpo a ella.
-Tu compañía no me viene mal- giro para mirarme
Dios su cuerpo estaba más hermoso de lo normal.
La bese con deseo.
Quería volverla a sentir que era mía.
Mientras la besaba mis manos viajaban por todo su cuerpo.
Mi ser no la había olvidado.
Cada detalle de su cuerpo lo podía reconocer.
Nos separamos por falta de aire, pero eso solo fue suficiente para podernos acomodarnos bien y unirnos.
-Por dios- la escuche gemir
-Tranquila que los nenes no están en la casa- la tome de sus piernas haciendo que ella me abrazara
-Alexander- volvió a gemir en mi oído
-Te amo mi reina- volví a devorar sus labios
Es posible que los vecinos escucharan todo nuestro canto de pasión.
Luego de una sección de puro fuego en la ducha nos bañamos y salimos juntos.
-Por dios me duelen las piernas- se quejo mientras se colocaba unas bragas nuevas
-Podemos seguir en la cama- sonreí al ver su cara de sorpresa
-Todavía te queda- me miro incrédula
-Amor fueron cinco meses sin tenerte- golpee su nalga antes de salir del baño
Realmente estaba cansado ya que habíamos tenido una sesión intensa en el baño.
Cuando ella salió del baño se acostó en la cama y la seguí.
-Descansemos unos minutos- susurre cerca de su oído
Nuestras respiraciones poco a poco fueron más pesadas.
~
Me levante sintiendo besos en mi pecho.
-No enciendas el fuego si no piensas pagarlo- susurre con mis ojos cerrados.
- ¿Y si quiero apagarlo? – rápidamente abrí mis ojos
Sin mucho que pensar ella se sentó a horcajadas sobre mi mientras movía sus caderas.
-Amor déjame avisarle a Mark para que busque a los nenes- mi respiración se entre corto al sentir como cada uno de mis sentido se despertaba
-Ya le avisé- se acerco a mi cuello para dejar un camino de besos.
Sus caderas no dejaban de moverse en ningún momento.
-Amor- susurre, pero ella no me hacia caso
-Madison- al segundo se detuvo
- ¿No quieres? – su mirada era de decepción
-Claro que si amor, pero me estas volviendo loco- hice que girara para que ella quedara debajo de mi
-Yo quiero amarte- sonreí para besarla
Como pude le arranqué su camisa y sus bragas.
De igual forma ella me ayudo con mis bóxer dejando que nuestras partes se unieran.
Era como si fuéramos el rompecabezas perfecto.
Nos uníamos en un segundo.
Mis labios viajaban desde sus labios, cuello, clavícula y seno.
Sus gemidos y respiración fuerte era lo que se escuchaba en toda la habitación.
Nuestro aroma se hacia uno siendo el mejor perfume.
Volvimos a girarnos para que ella tuviera esta vez todo el dominio de la situación.
Verla sobre mi desnuda y disfrutando del momento era la mejor imagen.
-Alexander- gimió mientras cerraba sus ojos
-Mírame amor- me gusta verla gozar y más si soy yo quien provoca cada uno de sus gemidos.
Coloque mis manos en su cadera para llevar el ritmo.
-No pares- sonrió mientras se volvía a acostar sobre mi
Amaba cada parte de ella, no lo negare.
-Ale... Alexander- la sentí vibrar contra mi cuerpo dejándome saber que esta satisfecha, pero yo todavía no
-Me toca a mi- susurre con mi voz ronca y la gire
La amaba y ya no había vuelta a tras de esa realidad.
Ella era la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida.
Con ella quería envejecer.
-Alexander- gimió llegando a su clímax y yo también junto a ella
-Te amo mi reina- bese sus labios para acostarme a su lado
Necesitaba tranquilizar mi respiración, pero el mundo no estaba a mi favor.
Sonó mi celular con intensidad.
Cuando miro el mi celular es Mark y rápidamente lo conteste pensando que algo había pasado
Llamada
-Hola- conteste con mi respiración entre cortada
- ¿Papi? ¿Estas bien? - me sorprendí de escuchar a mi hija
-Si es que estaba haciendo ejercicio- mentí mientras Madison se acercaba a mi cuerpo para abrazarme
-Bueno, te llamaba porque tío Mark me mando a pedirte permiso para comer un helado- mataría a Mark
-Si cariño, pero solo uno- bese la frente de Madison
-Te amo papi- sonreí al escucharla
-Te amo más princesa, ya mismo te busco- sonreí al sentir las caricias de Madison en mi espalda
-Esta bien papi- respondió y corto la llamada
Fin de llamada
-Al parecer un helado es más importante para nuestra hija- me queje dejando el celular en la mesa de noche
-Nuestra hija- ella me miro con ilusión
-Si amor- le di un pequeño pico
-Descansa amor, iré a cocinar algo de comida- ella asintió y la deje en la cama
Busqué mis bóxer y bajé a cocinar algo para nosotros.
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Mis amores tengo una noticia para ustedes.
Voy a tomarme una semana de vacaciones para descansar y escribir de las novelas.
Espero que me entiendan y puedan aguantar hasta el sábado 14 de noviembre que es cuando regreso a publicar.
Quiero poder adelantar algunos capítulos para mi semana de exámenes finales.
Gracias por su amor a la novela siempre.