GROSERO ©

By CitizenOfHeavenn

1M 53.2K 7.5K

Esto no es una historia normal. No hay tristeza, felicidad, risas, llantos como tal. Aquí hay más que esto... More

GROSERO
Prólogo
Capitulo 1
Capítulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capitulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Epílogo

Capítulo 12

25.2K 1.3K 451
By CitizenOfHeavenn

-Ahora que estamos solos... ¿Puedes contarme lo que te pasa?

-Tú más que yo sabe lo que me pasa, Chase.- Le respondí cabizbaja.

-Vale. Supongo que quieres que te cuente lo que sé, ¿cierto?

-Por favor.-Casi supliqué.

-Tus padres hicieron un acuerdo con Kyle para que te casaras con él, siempre y cuando tuvieses la mayoría de edad, ya que de lo contrario, casar una menor de edad es muy complicado en estos tiempos. Por eso hicieron el acuerdo justo antes de la mayoría de edad, para que no hubiera problemas.

-Bien jugado.-Solté sarcástica.-¿Sabes por qué tu hermano quiere hacer esa estupidez?

Realmente escuchar y decir su nombre me daba dolor de estómago. No podía soportarlo.

-Creo que él más que nadie debe decírtelo. Eso no me corresponde a mi, Meg.-Dijo poniendo su mano encima de la mía.

Estábamos en mi lugar favorito, la heladería, hablando de cosas espantosas. Irónico.

-Vamos otra vez con los misterios.-Bufé.

-Entiéndeme, Meg. Kyle confía en mi. No puedo hacerle eso.

-¿Y él si me puede hacer esto a mi?-contraataqué dolida.

-Esos asuntos debes arreglarlos con él.-Dijo desviando la mirada.

No podía hacerle esto a Chase, sería malvado de mi parte. Él está en aprieto, es su hermano contra su amiga. Sería estúpido si me escogiera a mi.

-Chase, no sé si esto tenga algo que ver. Pero siempre que salgo sola, o con alguien que no seas tú, siento que me vigilan.-Confesé. Aún seguían espiandome, y ya me estaba irritando esa situación.

-Efectivamente.-Confirmó. ¿Qué? Antes de que pudiera rechistar, él continuo hablando.

-Kyle-Sólo no digas su jodido nombre. Pensé.-Es un tipo que tiene muchos enemigos por su trabajo. Y si tú, te vas a casar con él, tiene que tener ojos por todos lados vigilándote. Estás corriendo peligro sólo con acercarte a él.

Qué belleza. No, pues, lo que me gané. ¿Acaso mis padres no sabían nada de esto? ¿Cómo pueden poner en peligro a su propia hija?

¡Bingo!

El dinero.

-O sea que, ¿Batman y Robin no los conocí por casualidad?- Pregunté. Negó con la cabeza.

-¿Y a ti? ¿A ti tampoco te conocí por casualidad, Chase?-Pregunté dolida. Si era así, entonces Chase no es mi amigo porque realmente quiere, sino que lo hace por su hermano. ¿Cómo debería sentirme?

-No confundas las cosas, Meg. Cuando te conocí, si fue por casualidad. Te lo aseguro. Yo ya sabía que mi hermano se iba a casar con la hija de uno de sus socios, pero no sabía que eras tú. De ser así, te lo hubiese advertido.

-¿De verdad?-Pregunté esperanzada. Eso quiere decir que si el asunto estuviese en sus manos, me ayudaría.

-Así es.-Confirmó asintiendo.

-Gracias. No sé qué voy a hacer, Chase. ¡Yo ni si quiera quiero nada con él!-Exclamé.

-Lo siento.-Dijo con cierta lástima en su voz.

-Yo también.-Bufé.

-Pero, Kyle...-Otra vez no, por favor.-...No es lo que parece. Es un buen chico, ¿sabes?

Rodé los ojos.

-No, no lo sé. ¡Ni quiero descubrirlo porque no quiero nada con él!

-Deberías pensártelo mejor, Megan. Tal vez no sea tan malo.-Se encogió de hombros.

-¿Cómo te sentirías si te obligaran a casarte, Chase?-Pregunté.

-Yo...-Le interrumpí. Oh, si. Era hija de mi bella madre.-Sientes esas ganas de llevar la contraria. Así me siento en estos momentos. Me siento impotente, Chase.

-Pero...-Le volví a interrumpir. Vaya, realmente era buena.-¿Sabes? Tal vez me daría la oportunidad... Pero tengo novio, Chase... Y lo amo.

-¿Y el te ama a ti?-Preguntó dubitativo.

-¡Claro! Michael es un buen hombre. Y yo sé que él me ayudará en cuanto le cuente lo que está sucediendo.

-¿Aún no le has contado?-Preguntó.

-No sé cómo hacerlo, Chase. Su madre no le caigo bien, por eso no puedo ir a su casa. Y en mi casa... Ni hablar, no quiero ver a esos traidores que dicen ser mis padres.-Suspiré frustrada.

-¿Y por qué no te ves con él donde tu amiga?-Preguntó. Vaya, qué buena idea me había dado Chase.

-¿Sabes, qué? No es mala idea. Pero ellos se llevan tan mal, que no sé si a Arielle le moleste que me encuentre con Michael en su apartamento.-Le expliqué.

-Pero si se trata de un asunto delicado como éste. ¿No crees que si es tu amiga, lo entenderá?-Preguntó.

Chase era un buen amigo, marica. Dios, como quería a ese chico. Aunque el no pudiera ayudarme, hacía todo lo posible para que otros lo hicieran.

-Pues, sí. Voy a llamar a Michael.-Iba a sacar el teléfono de mi bolsillo, pero Chase me detuvo.

-No. Así no funciona, Meg. ¿Por qué primero no hablas con Arielle y le comentas que quieres hablar con Michael? ¿No crees que así es mejor? Digo, tu amiga es un poquito amargada.-Se encogió de hombros.

-De acuerdo.

Llamé a Arielle como cuatro veces y no me contestó. ¿Dónde carajos está metida cuando más la necesito, hombre?

-No contesta, Chase.- Le dije derrotada.

-¿Y si vamos a su apartamento?-Preguntó Chase dándome esperanzas.

-¿Y si no está? No quiero hacerte esperar conmigo.

-¿No hay otra manera? Vamos, Meg, no seas tan pesimista. Si tienes esperanzas, tal vez te puedas ir a Disneyland.-Me dijo con los ojos brillando de esperanza, pero a la vez de una tristeza.

¿Chase estaba triste por mi? ¿Sentía lo que estaba pasándome?

-Aunque yo tengo una llave de su departamento. Pero es que nunca recuerdo dónde la dejo.- Dije frustrada.

-Entonces nos tocará esperar un rato más a ver si ella coge el teléfono.

Un momento... Comencé a tocar mis bolsillos... ¡Bingo!

-¡Chase! ¡Aquí está la llave!-Le mostré la llave con cierta alegría. Jamás había estado tan feliz por haber encontrado la llave de Arielle. Y jamás iba a estar agradecida conmigo por meter la llave siempre en mis bolsillos, para luego no acordarme.

-Entonces, ¿qué esperas? ¡Vamos!- Dijo abrazándome. Le devolví el abrazo.

Bueno, aún me quedaba Michael como esperanza. Tal vez yéndome con él sería la única manera de no casarme con el grosero.

¿Las pesadillas tenían final feliz? Oh, yo espero que la mía sí.

-Llegamos.-Dijo Chase deteniendo el auto justo en frente del edificio donde vivía Arielle.

El edificio no era tan alto, pero era muy lindo. Era blanco y tenía esos vidrios, que con la luz del sol, hacía que se vieran azules.

-Muchas gracias, Chase. No sé que habría hecho sin ti.-Solté agradecida.

-No te preocupes. ¿Quieres que espere un rato por ti?- Preguntó tocando mi mejilla. Puedo asegurar que enrojecí.

-N-no. De verdad, ya es mucho lo que haces por mi.-Dije casi en un susurro.

-¿Y qué tal que Arielle no esté? Digo, no contestaba su teléfono... ¿Cómo harías después?

Pensándolo bien, era verdad. No quería ir por ahora a mi casa. Iba a llegar al menos en la madrugada, donde todos estuviesen durmiendo para no verles sus hipócritas caras. O tal vez ni llegue. Pero si Arielle no estaba, estaría corriendo peligro en la calle, y más por lo que dijo Chase de el grosero.

-Está bien.- Dije a regañadientes. Él sonrió.- Pero sólo cinco minutos. Si en cinco minutos no salgo, te vas. ¿De acuerdo?

Él asintió. Yo le di un beso en la mejilla para disponerme a subir hasta el apartamento de Arielle.

Bueno, espero que ella me deje hablar con Michael en su apartamento. Ojalá y se ablande el corazón de piedra que tenía.

Soy su mejor amiga, ¿no? Tenía que ablandarsele.

Entré a su apartamento. Estaba algo ordenado. Pero no veía a Arielle en ningún lado.

Fui a la cocina para ver si estaba haciendo intento de comida, pero nada. Me dio esperanza su cocina porque estaba todo regado. No estaba ordenada como eventualmente está.

Me dispuse a ir hacia su habitación, pero, ese bendito sofá me la tenía velada.

Como iba caminando, sin presenciar que soy muy torpe, golpee mi dedo chico del pie contra el mueble. ¡¿Ese dedo de qué sirve?! ¡¿De qué?!

Como no pude aguantar mi maravilloso dolor grité un: ¡joder! Percatandome que Arielle había dicho lo mismo a la vez. ¿Se había golpeado el dedo chico también? Bueno, al menos eso me decía que estaba en casa.

Como pude, caminé hasta su habitación con mi mano sobando mi dedo chico del pie. En realidad, iba saltando de un sólo pie. ¡El otro estaba herido!

-Arielle, ¡¿También te golpeaste...-A medida que iba entrando a la habitación, mi voz se iba a disminuyendo con lo que estaba viendo.

Arielle no se había golpeado el dedo chico, ella se había golpeado otra cosa. Bueno, le estaban golpeando otra cosa. ¡Ufff, menos mal! Un golpe en el dedo chico es peor que.. Esperen... Me he desviado.

-¡¿Es en serio?!-Pregunté. Arielle se estaba revolcando con Michael. Así es, sorpresas que da la vida.

-Por favor, díganme que es un juego.-Supliqué. Estaba que me derrumbaba es mil pedazos.

-Eh... Es un...¿juego?-Preguntó Michael dudoso. En seguida tomé lo que más tenía cerca y sé lo aventé.

Mala puntería. Qué desgracia.

-¡¿Cómo pudieron?! ¡¿Por qué me hicieron esto?!-Pregunté. Arielle sólo se subía la sábana para taparse. Y Michael se rascaba la nuca.

No-agraciados hijos de sus madres 2.0

-¡Respondan! ¡Ni si quiera me invitaron! ¡Joder!-Exclamé.

-Bueno, si quieres...-No dejé a Arielle terminar su oración cuando ya le estaba aventando a ella otra cosa.

Tenía que tomar clases de puntería algún día.

-¡Cállate! ¡No se le ofrece un pan a alguien ya después de haberlo mordido!-Les grité.

-Chloe, por favor. Déjame explicarte. No es lo que parece.-Bufé. Qué cliché.

-Entonces, ¿qué parece? ¡Estaban revolcándose sin haberme invitado! Así qué todo eso de que se llevaban mal era un teatro, ¿no?

No respondieron. Sólo se miraron a la cara los imbéciles.

-Ah... ¿Y qué me dices de Marcus, Arielle? ¿También le tienes viendo la cara como a mi?

Michael miró extrañado a Arielle, y Arielle se encogió de hombros. Allí capté el mensaje.

-Vaya, la supieron hacer.-Comencé aplaudir.-¡Bravo! ¡Bravo! ¡Y el premio para los mejores actores de reparto son para Arielle y Michael! ¡Felicidades!-Volví a aplaudir más fuerte que anteriormente. Estaba furiosa. Podría jurar que botaba humo de mis oídos y nariz.

-Eh... ¿Gracias?-Dijo Michael. ¡Suficiente! Me estaba saboteando mi show. Le aventé la lámpara que tenía Arielle en su habitación.

¡Le di! La práctica hace al maestro, babies.

-¡Chloe! ¡Cálmate! ¿Estás bien Michael?-Ahora la mosquita muerta fingía preocuparse por mi queridito novio.

-¡Pero si sólo fue un corte pequeñito!-Me excusé.-Con un par de puntos en esa estúpida cabeza se pondrá bien.

Y ojalá le saquen el cerebro, si es que tiene.

-Estoy bien.-Le dijo calmandola, pero mirándome con odio.

Amorcito, no te lo tomes tan personal.

-Marcus no existe; mi mejor amiga me engaña con mi novio; fingen llevarse mal.-Comencé a enumerar con mis dedos todo lo que dije.

-¿Qué más? ¡Quiero más! Vamos, ¿falta algo?-Pregunté. Ellos negaron con la cabeza.

-Excelente, amigos. Se lucieron. Se merecen ese Óscar. Bueno, mi espectáculo ha terminado. Que lo disfruten.- Dije despidiéndome, y saliendo de la habitación.

-Oh, esperen. Sé me olvidó algo para mis queridos actores.-Dije deteniendome. Ellos esperaron a que dijera algo.

Yo saqué mi teléfono, iba a entrar a iMessage para dar con el chat de Chase, pero esto no es una telenovela, ni una película, ni nada parecido. Era la vida real, y el teléfono estaba lento debido a la nueva actualización del software.

¡Sabía que no tenía que haberlo actualizado!

-Esperen, ya saben, mi teléfono está un poco lento.-Expliqué.

-¿La nueva actualización del software?-Preguntó Arielle. Yo asentí en respuesta.-Oh, si. Es una porquería.

-No te preocupes, Chloe. Esperamos.

-Gracias.-Sonreí.

Jodido teléfono. Justo ahora me tienes que... ¡Ya salió!

-Gracias por esperar. Ahora, ¡Digan queso!-Les dije sonriendo. Ellos se quedaron confundidos.

-Oh, no. Michael saliste con los ojos cerrados. Y Arielle, sonríe que la vida te ama.-Les animé.

Michael trato de abrir bien los ojos para asegurarse de no cerrarlos al momento de tomar la foto. Y Arielle, hizo una sonrisa forzada.

Salió perfecta.

Envíe de inmediato la foto al chat de Chase, así que si estos imbéciles me quitaban el teléfono, ya tenía una copia.

Arielle al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se iba a levantar para quitarme el teléfono, pero levanté una mano en señal de alto.

-¡Ni se te ocurra! Si me quitas el teléfono, lo único que lograrás es que lo vea todo el mundo. Así que, NI lo pienses.-Le dije haciendo énfasis en dicha palabra.

Ahora si mis amores, perdonen la interrupción. Sigan disfrutando.- Y salí de la habitación saltando debido al golpe que me había dado. No fue la mejor salida triunfal que había hecho, pero, ¿qué iba hacer? ¡Me dolía!

Aunque ahora tenía un dolor mucho más grande que el del dedo chico.

¿A quién engaño? El dedo chico duele como la puta madre.

Por estar distraída mirando si me seguían, me volví a golpear el mismo dedo con el mismo sofá.

Enemigo de por vida.

-¡Por la puta madre!-Exclamé.- ¡Cambia ese maldito sofá de allí, Arielle!

Seguí mi camino, y esta vez si me tocaba saltar más seguido debido a que mi dolor se estaba intensificando.

Confirmado. El golpe en el dedo chico, duele más que el del corazón.

Cuando salí divisé el auto de Chase esperándome. Gracias a Dios.

Esta vez iba más lento debido a que iba saltando.

Estúpido sofá.

Abrí la puerta del auto; me senté.

Divise mi pequeño dedo inservible y estaba hinchando y algo rojo. Oh, para eso si sirves, pequeño imbécil.

-¿Estás bien?-Preguntó Chase algo preocupado. Oh, alguien que acaba de ver a su mejor amiga con su novio revolcándose, y sin ninguna invitación de participar, claro que no estaba bien.

Pero no podía ser grosera con Chase. Él me estaba esperando y estaba más que agradecida.

-Gracias por esperar.-Le sonreí.

-Estaba a punto de irme, pero me llegó un mensaje tuyo, y supuse que debía esperar.-Se encogió de hombros.

-Así que, viste el mensaje, ¿no?-Pregunté. Él asintió.

En ese momento rompí a llorar como una niña con berrinche.

-Oh, Meg. Ellos no te merecen. Definitivamente no se merecen a alguien como tú.-Dijo abrazándome mientras que su mano sobaba mi espalda para calmarme.

Chase deberías hacerme un masaje. No sé.

No es que me aproveche de mi dolor, para nada.

Después de haber llorado un rato en el pecho de Chase. En serio, ya me estaba durmiendo. Chase olía delicioso, y su mano en mi espalda dándome masajes no ayudaba en nada.

Limpie mi nariz de mocos con el dorso de mi mano para poder hablar bien.

-Chase...vamos a embriagarnos.-Solté con la cabeza en alto.

-----

-Así qué... Este es tu concepto de embriagarnos.-Me encogí de hombros.

-No hay una verdad absoluta en esta vida, Chase. No la hay.-Dije llevándome una cucharada del hermoso helado de Browne de tres litros que tenía en mi brazos.

-¿No crees que es demasiado helado, Meg? Puede ser malo para tu salud.

-¿Me estás llamando gorda?-Dije sonando exagerada y con la otra mano que tenía libre en mi pecho.

-¡No! Es sólo que...-Le interrumpí.-Me has llamado gorda.

Comencé a llorar, pero sin dejar de comer mi hermoso helado.

-No, Meg. No te pongas así. Por favor. No quise hacerte sentir mal.

Seguía llorando sin dejar de comer el helado cuando sentí que alguien me habló:

-¡Hey!-Miré a ambos lados buscando la voz. Miré a Chase y él no era porque estaba hablando otras cosas de que no quiso llamarme gorda.

-¡Aquí abajo!-Agaché la mirada en donde estaba mi helado.-Si, aquí.-Abrí los ojos como plato.

Creo que había comido demasiado helado. Juro que el lunes lo dejo.

Hoy es lunes.

El otro lunes.

-Yo te puedo ayudar.-Dijo mi helado de Browne.

-¿Tú?-Señalé.-¿Un helado me va a ayudar a mi?-Me señalé a mi misma.

-Sí. Verás, soy amigo de Peter Segundo. Me dijo que te ayudara.

-¿Quién eres? ¿Y cómo conoces a Peter Segundo?

-Yo me llamo Filiberto Browne. Fili para los amigos.-Aclaró.- Y Peter Segundo es un viejo amigo mío.

Lo miré extrañada.

-Se supone que yo soy la que le pone los nombres a los helados, ¿cómo es que tu ya tienes nombre? ¿Y cómo hablas con Peter Segundo si ya él está en el cielo con papá Dios?

-Bueno, resulta que tú compraste fue una parte de Peter Segundo, y yo, yo estoy entero. Bueno, no tan entero.

-Ahhh. ¿Eso quiere decir que Peter Segundo está vivo?-Pregunté esperanzada.

-Sí. Y mandó a que te ayudara.-Confirmó.

-Owww. Peter Segundo tan tierno.-Dije suspirando.-¿Y cómo me ayudarás?

-Ya lo estoy haciendo.-Soltó. Lo miré confundida.

-¿Cómo?-Pregunté.

-Te estoy ahogando. Tal vez así tu familia sienta compasión por ti.

-Muchas gracias, pero no quiero correr el riesgo de ahogar...

Comencé a sentir manos conocidas apretando mi estómago fuertemente. Hasta que sentí que salió el aire, y un bocado de helado que tenía atorado.

-¡Gracias a Dios!-Soltó Chase.

Miré al rededor y estaba toda la gente mirándome como un bicho raro.

¡Y tienen razón! ¿Qué estúpida se ahoga con un helado?

¡El helado me habló, estúpida gente!

Comencé a tocar mi pecho mientras respiraba.

-Gracias, Chase.-Murmuré.

-¿En qué estabas pensando, Chloe?-Preguntó. Oh, el señor estaba molesto.

-¿En que rompí la dieta del lunes que nunca hice?-Pregunté dudosa.

-Creo que el helado te dejo mal. No más helado por ahora.-Soltó.

-¿Qué? ¡Si ya estoy bien!-Reproché.

-¡Casi te mueres!- Atacó.

-Pues, ¡tal vez hubieras dejado que muriera!- Después de eso comencé a llorar.

Chase se volvió a sentar a mi lado y me abrazó.

Su corazón estaba latiendo rápidamente. Sabia que le había hecho pasar un mal rato.

Bendito Filiberto.

-No sé qué me pasó. En serio, perdóname.-Dije chillando. Vaya, hasta yo me misma me irritaba.

-No pasa nada, Meg. No pasa nada.-Volvió a sobarme la espalda con su magnífica mano.

Podría asegurar que ya estaba roncando con la boca abierta, y con helado en su pecho.

-Chase,-dije medio somnolienta.-amo el helado, pero creo que el Browne con mocos, es una mala combinación. Ya sabes, agridulce.

Chase se rió.

Creo que tenía rato que no escuchaba esa melodía que tanto me encantaba.

-Es hora de irnos, Meg.-Yo asentí medio dormida en su torso. El rió.- Vamos, puedes dormir en el auto.

Protesté, pero accedí. Lo que no sabía Chase era que el asiento del auto no era tan cómodo como su torso.

Me levanté y tomé a Filiberto. Chase me miró extrañado.

-¿Piensas llevártelo?-Me encogí de hombros.

-Sólo fue una pequeña pelea. Ya nos reconciliaremos.-Le guiñé un ojo. Chase rió moviendo la cabeza de un lado a otro.

No saben cuánto me encantaba esa melodía preciosa. Podía olvidar todas las porquerías que me estaban pasando.

Ni Fili puede sacarte del lío en que estás metida. Estás condenada, Meg. Estás condenada. Y no hay Óscar para premiarte. ¡Diga queso!

Cada día me asombro más de mi responsabilidad. Lol. Muchas gracias por el apoyo que le dan a esta historia y a la otra. Las amo con amor.

Pueden seguirme en Twitter como @JxleySpinosa cualquier cosa, envíenme un dm. Las amo.

¡Chase es un love! Lo amo. Kjkskdjd.

Pd: Si este capítulo supera los votos de los capítulos anteriores, (el más alto tiene 16) Si es así, hago un maratón!!!!! Para que no digan que soy mala. 😏

Besos!!

Continue Reading

You'll Also Like

134K 12.3K 27
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
8.4K 1K 8
Mikasa Ackerman vive con su tío Kenny y su primo Levi. Su familia son dos asesinos y delincuentes. Pronto deberá unirse a ellos, pero recibe una invi...
2K 423 39
Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una. Desde su inicio en la academia de cazad...
1.6K 203 24
#1 Saga Pelirroja Heath Dwan, a los diez años de haberse ido de su país de origen decide volver para recuperar todo lo que una vez perdió. Ella, ahor...