Todos los vampiros se encontraban en la parte superior del castillo poniéndose de acuerdo en los últimos detalles del plan. Como había dicho Changbin, los grupos encargados del norte y del este serían los primeros en atacar. Es por eso que ellos ya iban en camino, en unos minutos partirían los demás.
Hyunjin levantó su mirada al cielo el cual tenía pequeñas luces blancas brillantes decorándolo. Vulpecula. Podía ver la linda constelación de estrellas formando un pequeño zorro. El viento corría tranquilamente moviendo ligeramente las hojas de los árboles. Ya era hora de partir y sacar a Jeongin de ese lugar.
Solo aguanta un poco más, pensó.
El grupo del pelirrojo se formó en una especie de círculo en donde el de lunar quedaba en el centro como si estuviera siendo escoltado por los demás. Taeyong iba en la cabeza guiándolos. Minho, Jaehyun y Changbin cubrían los lados y Ten la parte trasera.
－Oye idiota.
－¿Qué quieres?
－¿También te tengo que decir "joven Hwang"? －sonrió burlón.
－No sé ni para que te he traído.
Mentira. Hyunjin realmente apreciaba tener a Minho en estos momentos a su lado, él siempre sabía cómo sacarle una sonrisa. Estaba agradecido que el destino le haya puesto en su camino a una persona como Lee, claro, era algo que jamás admitiría en voz alta. No quería subirle más el ego al chico de cabellos naranjas.
Por tierra, Chris ya estaba en camino con su manada. Los grandes lobos corrían juntos a una velocidad increíble para luego empezar a dividirse en grupos. El rubio iba atento, no podía dejar que un antiguo lo sorprendiera. Soltó un fuerte aullido alentando a sus compañeros y tomando más velocidad.
El norte y el este ya estaban siendo atacados, los vampiros llegaron primero y poco tiempo después, los lobos. De acuerdo al plan, luego de unos minutos ambos lados necesitarían ayuda haciendo que el sur y el oeste fueran a apoyarlos.
La puerta principal había sido derribada por el grupo de lobos siendo la cabecilla de este, Chris. Los antiguos empezaron a atacar y a matar a cualquiera que no fuera parte de su territorio. No les agradaba la idea de otra raza pisando su tierra.
El grupo del sur descendió entrando directamente al castillo. Sus compañeros peleaban a garras y colmillos siendo apoyados por los lobos de la manada Bang. Seo los intentaba guiar hacia las escaleras que daban a los calabozos, pero cada paso que daban significaba tener otro antiguo encima suyo.
－¿Uh? Changbin... ¿Ahora juegas a ser como esos inútiles? －rio.
－Eso a ti no te importa, Park.
－Patético.
Con esto, saltó encima del castaño siendo su objetivo triturar el cuello contrario. El de baja estatura pudo esquivarlo sin problema alguno y en un rápido movimiento le hizo una llave a su adversario inmovilizándolo para luego, clavar sus garras en el pecho del antiguo arrancándole el corazón.
A unos metros atrás, estaban los demás empezando a tener problemas, eran demasiados. A ese paso nunca llegarían a acabar con todos. Mataban a cinco y luego aparecían el doble.
Hyunjin podía oler ligeramente el aroma a fresas y no avanzar lo estaba desesperando. Dio una vista rápida al lugar, podría impulsarse de un antiguo y saltar al otro extremo.
"Te cubro, ve por Jeongin"
－No vayas a morir en mi ausencia.
"Tranquilo, voy a seguir jodiendote la vida por varios años más"
Minho conocía tanto a Hyunjin que sabía que tenía algo planeado, en toda su vida se enfrentaron tantas veces con antiguos que se vieron obligados a crear estrategias para escapar si es que se ponía difícil la pelea o atacar de una manera rápida en la que podrían matar al antiguo fácilmente. La diferencia es que ahora estaban en un lugar cerrado, no en uno abierto como los bosques.
El de cabellos naranjas se deshizo de otro antiguo y fue a cubrir la espalda de Hyunjin, dejando que este solo tuviera que defenderse de uno, así le sería más fácil saltar. Dejó que el antiguo se acercara y cuando lo tuvo a la distancia que quería, se elevó pateando el pecho del vampiro el cual quedó desconcertado, Minho aprovechó esa distracción y terminó enterrando sus garras en su cuello.
Todo salió bien. Si no hacían eso, probablemente se hubieran quedado un buen tiempo peleando con esas bestias. El de lunar bajó las escaleras rápidamente y si arriba olía horrible, abajo era peor. El olor a muerto estaba impregnado en esas mugrosas paredes.
Podía sentir cada vez más cerca el olor a fresa poniéndolo ansioso. Y en una de las tantas celdas, estaba Jeongin. Rompió la rejas tirándolas a un lado y se acercó a el menor quien se encontraba asustado por todos los gritos y gruñidos que llegaban hasta abajo. Cuando escuchó los metales chocar con el suelo empezó a temblar pensando en que lo matarían, pero abrió los ojos sin poder creer lo que veía.
－Es un sueño, es otro maldito sueño... －susurró, oprimiendo el corazón del mayor.
－Bebé, estoy aquí. Ya nadie te va a hacer daño. －se acercó a él y rompió las cadenas atadas en las extremidades del castaño.
－Hyunjin, no quiero despertar. －dijo con lágrimas en los ojos.
El de lunar lo cargó con mucho cuidado y dejó un pequeño beso en los cabellos de su pequeño quien ahora estaba escondido en el cuello del contrario relajándose con el aroma a chocolate. Si era un sueño, al menos quería poder recordar bien a Hyunjin.
El vampiro no sabía a donde ir, no era una opción regresar por ese camino. Sería muy peligroso con el menor en brazos. El triste aroma a fresas con una pizca de caramelo agrio de su pareja lo estaba matando, Jeongin lo único que merecía era ser feliz.
－Ya vamos a ir casa, ¿si? Todo va a estar bien.
－¿Me lo prometes?
－Sí, bebé. Te lo prometo.
Escuchó varios pasos acercarse a ellos poniéndolo alerta y volvió a meterse a la celda. No podía pelear con el castaño encima, no quería que resultara herido. Lo apoyó en la pared delicadamente y antes de levantarse, una mano lo detuvo.
－No me dejes...
－Solo será un momento. －besó su frente.
Mataría a cualquiera que viniese, lo que sea para cuidar al débil humano que se encontraba en la celda. Se hizo invisible, apenas viera pasar al antiguo, saltaría encima de él con sus garras, pero antes, pudo distinguir la cabellera pelirroja de su amigo.
－¡Taeyong! －esa voz pudo calmar al mencionado, Hyunjin estaba bien. Luego le reprendería por haberse ido sin decir nada.
－¿Lo encontraste? －el pelinegro asintió y se movió a un lado dejando ver a la luna roja apoyado en la pared. Ahora estaba mucho mejor, la pareja volvía a estar unida.－Changbin me ha dicho que podíamos salir por allá. －señaló el lado contrario de donde vino.
El vampiro volvió a cargar a su pareja y con el pelirrojo a su lado, apresuraron el paso para salir de ese asqueroso lugar. Un lobo muerto cayó delante suyo para luego dejar ver a un antiguo haciendo que Hyunjin empezara gruñir a la vez que apretaba a Jeongin consigo.
—¿Por qué le pelas los dientes a tu familia, eh? —rio al ver el rostro confundido del pelinegro.—Me llamo Sehun, mucho gusto. Hijo de tu tío Ulises, ¿no te da gusto conocerme, primo?
Hyunjin frunció el ceño. Su única familia era Minho quien siempre estuvo con él en todo momento desde pequeños. Chris, su amigo al que le debía la vida y su fiel consejero. Taeyong y Ten eran como sus padres. También estaban los demás vampiros, siempre lo apoyaron en lo que necesitó y por último, pero no menos importante estaba Jeongin, el lindo chico que alegraba su día y amaba con todo su ser. Nadie podía llegar de la nada y decir que era parte de su familia.
El pelirrojo miró con atención a ese antiguo, era la imagen viva de su padre. Sin dudas, era completamente idéntico.
—Muévete.
—¿Sabías que tu chico sabe muy bien? Es simplemente exquisito, me he saciado bien estos cuatro días.
Esa fue la gota que colmó el vaso.
Hwang dejó a Jeongin en manos del pelirrojo y atacó al antiguo. Lo mataría, lo haría arrepentirse de todo lo que hizo, pero cada intento que tuvo para matarlo, su contrincante escapaba de ellos en una manera impresionante.
Taeyong estaba con un castaño asustado en brazos. No sabía que hacer, no quería dejar a Jeongin solo, pero tampoco quería quedarse de brazos cruzados sin ayudar a Hyunjin sabiendo que no se encontraba del todo bien.
—¡Taeyong llévatelo!
—Oh, que conmovedor... ¿En serio te vas a sacrificar por ese inútil humano?
—¿¡Qué esperas!?
"Tu prioridad siempre será Jeongin"
Sin más, el pelirrojo comenzó a correr con el pequeño en brazos quien empezó a removerse en su lugar al no sentir el aroma a chocolate.
—Hyunjin... —susurró el castaño sintiendo un nudo en su garganta.
"Luego los alcanzo. No te preocupes, Innie... Te amo, ¿si? Recuérdalo siempre"
Hyunjin respiraba entrecortadamente mirando con los ojos rojos a su adversario y atrás de él, Taeyong cargando a un Jeongin con lágrimas. En verdad odiaba verlo llorar y más si era por su culpa.
A Sehun le importó muy poco que la luna roja y el otro vampiro se estuvieran yendo, luego podría ir por ellos cuando matara a Hyunjin. Todo sería mucho más fácil sin él.
—No me mires así, todo esto es culpa de tu padre. —dijo el antiguo enterrando sus garras en el cuello del contrario.—Mereces estar muerto al igual que él.
(...)
Estaban en uno de los grandes jardines del castillo, Taeyong le enseñaba al heredero cómo esquivar ciertos golpes y cómo atacar de una manera rápida. Pero otra vez Hyunjin volvió a caer al suelo, era un poco lento. El pelirrojo le extendió la mano para ayudarlo a levantarse.
—¿Quieres descansar?
—No, una vez más.
Taeyong volvió a abalanzarse sobre el pelinegro quien pudo esquivar las garras que se dirigían a su cuello. Hwang le tiró una patada dejándolo sin aire, ahora el mayor respiraba pesadamente por el repentino golpe. Hyunjin se acercó a él preocupado, tal vez lo había pateado muy fuerte.
—¿Estás bien?
Apenas respira y preguntas si está bien, buena idea Hyunjin. Pensó.
Intentó levantar al pelirrojo, pero este seguía con sus manos en su abdomen intentando recuperar el aire. Hacía una muy buena actuación. Aprovechó el estado preocupado del heredero y lo botó al suelo.
—Hyunjin, no puedes sentir pena por tu enemigo.
—Pero... ¡Eso es trampa! —el contrario rio.
—Vayamos a comer algo, luego seguimos practicando. Recuerda que siempre tienes que asegurarte que tu enemigo esté muerto y si estás en problemas, trata de engañarlo.
Tal vez podría intentarlo.
No quería dejar a Jeongin tan pronto, lucharía hasta el final.
Poco a poco fue disminuyendo su agarre de la manos de Sehun hasta dejarlas caer completamente, sus ojos comenzaron a cerrarse hasta llegar a ver todo negro y su cabeza cayó en peso muerto. Si eso no funcionaba, tenía otro as bajo la manga.
Sehun miró aburrido a su primo, creyó que sería una mejor pelea y pensar que habían personas que le habían dicho que tuviera cuidado. Soltó el "cuerpo inerte" de Hyunjin dejándolo caer al suelo, ahora tenía que deshacerse de los que causaron todo el alboroto de arriba.
Hwang sonrió, partió uno de los barrotes de la celda y justo cuando el antiguo iba a voltear para ver que sucedía, sintió todo el metal traspasar su torso a la vez que desgarraba sus órganos para luego recibir otro directamente en el pecho.
Sehun escupió sangre y cayó al suelo viendo a un pelinegro de ojos del color de la misma sangre, daban terror. Podía ver al infierno dentro de ellos y él se convertiría en una alma más en todo ese abismo. Se le era imposible reaccionar, había quedado completamente helado. Sentía el dolor instalarse en todo su cuerpo, pero por alguna razón no podía moverse.
—Vas a arrepentirte de todo... Hasta de tu asquerosa y miserable vida de mierda que has tenido.
Oh...
Ahí entendió todo.
Cada vampiro guardaba una bestia dentro, muy pocos lograban comunicarse con ella, además, era difícil controlarla. No sabían con exactitud las razones por las cuales salía, pero el vampiro se convertía completamente en un monstruo, una máquina de matar y Sehun había despertado la bestia que vivía en Hyunjin.
El de lunar se acercó al cuello del contrario para morderlo y arrancar un gran pedazo de carne. Con un gruñido, sacó los dos barrotes incrustados en el torso del antiguo lo cual causó que volviera a abrirse la herida y ahora, los clavó exactamente a los lados de donde se encontraba el corazón escuchando un grito desgarrador de su víctima. Regresó a la celda y empezó a romper los barrotes de metal con sus manos. Sehun pudo moverse un poco para intentar huir sin tener éxito alguno.
—¿A dónde crees que vas? —rio.—Aún no acabo.
Siguió arrastrándose por el suelo intentando irse lo más lejos del de lunar quien solo se acercaba tranquilamente a él. Cuando llegó a alcanzarlo sonrió causando escalofríos en el antiguo. Hyunjin incrustó un barrote en cada hombro hasta llegar a traspasar el suelo para que dejara de arrastrarse.
—¿Sabes? Nunca he visto el interior de un vampiro. —el contrario se alarmó e intentó levantarse, pero era inútil. Ahora tenía otros dos barrotes más, clavados en sus talones.—¿Te sientes emocionado por ser mi conejillo de indias? —el pelinegro se agachó a su altura y rompió la ropa del de aroma a muerto.—Veamos...
Con sus garras, fue quitando la primera capa de piel dejando ver un lindo color rosado. Llegó a la segunda, era una textura gruesa y firme, ahí pudo distinguir los vasos sanguíneos. Finalmente llegó a la tercera capa en donde encontró los tejidos grasos y los nervios de mayor tamaño. Tal vez estudiar medicina no le vendría mal.
Sehun estaba asustado, no entendía porque se regeneraba lento. Mientras tanto, Hyunjin estaba encantado con lo que veía. Era simplemente interesante así que continuó jugueteando con el cuerpo del antiguo, deleitándose con los gritos de dolor en el ambiente.
Parecía como si estuviera en una cirugía. Un doctor hubiera cerrado la piel con hilo y aguja, pero Hyunjin no lo era. No tenía porque hacerlo. Miró aburrido a su alrededor, había un barrote suelto al lado suyo. Lo tomó y lo clavó en el abdomen del contrario perforando parte del estómago.
—Ha sido muy divertido, gracias por prestarme tu cuerpo. —los modales ante todo.—Pero ya me aburrí... —se colocó al lado izquierdo del cuerpo y con su mano palmeó el pecho, justamente arriba de donde se encontraba el corazón.—Mírame, no hay porque tener miedo.
Cuando los ojos de Sehun se encontraron con los de Hyunjin, empezó a suplicar por su vida lo cual era completamente inútil. Sintió como la mano intrusa traspasaba su piel hasta llegar al corazón.
—Te mereces lo peor.
Apretó el órgano con sus manos sin dejar de ver las expresiones del contrario para luego arrancarlo del cuerpo ahora inerte del antiguo. Hwang miró al corazón bombear en sus manos por unos minutos hasta que paró. Lo tiró lejos y regresó su mirada al cuerpo. Ya estaba muerto, ¿verdad?
Un barrote más no le vendría mal.
Partió otro y lo clavó directamente en el cerebro. Cualquiera que bajara y se encontrara con aquella escena, quedaría perturbado. Un cuerpo bañado en sangre, con el abdomen abierto y sus órganos tirados a su alrededor, nadie creería que sea un linda imagen a la cual admirar.
Hyunjin subió al primer piso encontrándose el lugar como lo dejó, ¿cuánto tiempo había pasado? ¿15 minutos? Uno que otro antiguo se sintió intimidado al ver al de lunar. Otros intentaron avanlanzarse a él haciendo un intento de pelea lo cual para el heredero era solo un pequeño juego de manos y los mató al instante.
El ambiente empezó a alterarse, algunos antiguos escapaban y otros trataban de defenderse. La mirada de Hwang causaba escalofríos en cualquiera y sus compañeros no sabían cómo reaccionar ante ello.
—¿Ese es Hyunjin? —preguntó el de cabellos naranjas, no recordaba a su amigo tan alto e intimidante.
—Será mejor que no lo fastidies a menos que quieras terminar siendo una presa más de la bestia.
Los evolucionados y los lobos ganaron ventaja gracias a su futuro líder mientras que los antiguos huían, tenían miedo de enfrentarse a algo como eso. El número de vampiros en el castillo empezaba a disminuir hasta que no quedaron más que cuerpos muertos.
Hwang miró a su alrededor viendo a cada uno de los rostros de sus compañeros, no notó a dos de ellos y agradeció aquello. Cuando dejó de sentir que se encontraba en peligro, sintió en su pecho una fuerte punzada que le hizo tomar sus rodillas, cansado.
—¿Joven Hwang? ¿Ya es usted?
—¿Hyunjin?
Una mano tocó su hombro con cuidado, levantó la vista sin poder distinguir bien a la persona que tenía en frente, se veía borrosa.
Al menos sabía que Jeongin se encontraba bien.