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-¿Estás seguro que es él?

-Sí, él fue el único que pudo notarme y su olor es el mismo.

-Después de tanto tiempo...

-Él con la compañía de su luna roja nos salvará.

─★ vampire ! ˎ´-

Cierto vampiro pelirrojo se encontraba en una de las habitaciones más oscuras del castillo en donde había un antiguo cuadro pintado a mano con varios detalles. Un hombre, una mujer y un lindo bebé. Los dos adultos mostraban grandeza y seguridad mientras que al pequeño bebé le esperaba un gran futuro por delante.

Al fin lo habían encontrado, él sería el porvenir de todo esto. Lamentablemente, su padre había muerto debido a una enfermedad contagiosa que se desarrolló por los cuerpos podridos de los antiguos. Por esa razón, el heredero no pudo conocerlo.

El joven de cabellos negros, se veía fuerte y dominante con ese porte de elegancia que caracterizaba a la familia que por muchos años, él y sus compañeros, le habían servido.

-No pierdan su ubicación. Síganlo y sean disimulados.

Su padre había decidido que su hijo creciera lejos de todos los problemas del castillo para que así tuviera la vida de un niño vampiro normal y estuviera a salvo con su madre. Cuando cumpliera los 17 años, el padre iría a buscarlo y entrenarían juntos para dejarle el puesto que debía tomar, pero a veces las cosas que uno planea no salen como se desea.

Los datos que pudieron recolectar sobre la luna roja, la madre del heredero, es que se había sacrificado al toparse con un cazador de vampiros dejando a su hijo al cuidado de una amiga.

Las noticias corrieron rápido entre los vampiros. El castillo estaba hecho un caos, primero fue el conde y ahora la luna roja. Esos días no habían sido los mejores, fue una gran baja para todos.

Nadie tenía idea de qué hacer, necesitaban a alguien que los guiara. Luego, se empezó a rumurar que el heredero seguía vivo en alguna parte y cuando esas palabras llegaron a los oídos de los guardias que le sirvieron fielmente al conde, no dudaron en buscar incluso si eso les llevaría una vida entera.

Buscaron desde el principio. Tuvieron que secuestrar al cazador e hicieron lo que sea para que hablara. Ellos estaban dispuestos a todo por el bien de su raza.

-Morirás de una forma menos dolorosa, tú decides.

Un chico de cabellos azules se acercó al humano con una soga y una gran cubeta de agua. Ataron sus manos y pies, para luego pasar la cuerda por un tubo que había en el techo. Ahora el hombre parecía un saco de boxeo.

Soltaban la soga de rato en rato haciendo que el cazador cayera en la cubeta de agua para luego volver a subirla. Hicieron eso varias veces, pero solo ganaron risas de parte del humano.

-Traigan el cerrucho.

Dejaron que el hombre cayera de cara directo al suelo. Uno de los vampiros lo volvió a sentar en la silla y le liberó un brazo, pero sin dejar de tomarlo fuertemente. El de cabellos rojo tomó el cerrucho y se acercó.

-No te molesta que te quite algunas partes de tu cuerpo, ¿verdad?

Pasó el afilado objeto lentamente por el dedo índice contrario escuchando los gritos desgarradores del humano. La piel se abría lentamente y la sangre empezaba a correr por todos lados.

-¿Vas a hablar?

Apenas vio que el hombre negó, cortó tres dedos de la mano derecha sin importarle nada. Luego fue con la otra mano haciendo el mismo proceso de una manera más lenta. Bien podrían haber usado la manipulación para obtener la información que querían, pero habían decido hacer sufrir al cazador vengando a la luna roja.

-Ya me aburrí. -el hombre suspiró aliviado.-Le cortaré la lengua.

-¡No! ¡Por favor! ¡Piedad!

El pelirrojo agarró el cuchillo más filoso que tenían en la pequeña mesa en donde había instrumentos de tortura y se acercó al cazador. No tenía derecho a pedir piedad.

-Abre la maldita boca. -el humano bajó la cabeza.-Te dije que abras la puta boca. -enterró el cuchillo en su hombro y el hombre con dolor, hizo lo que el vampiro ordenó.-¿Has visto que es mucho mejor cuando cooperas? -sonrió.-No hagas nada o te irá peor.

Acercó el afilado objeto a la lengua del cazador y al igual que su dedo, fue pasando lentamente el arma blanca por aquel músculo de la boca. Parecía que cortaba una deliciosa pechuga de pollo.

-V-voy a h-hablar... -dijo como pudo entre todo el llanto y dolor. El vampiro contento, retiró el cuchillo de la boca.-H-habían dos niños y d-dos vampiras, yo mate a u-una de e-ellas... la otra escapó.

-¿En donde fue eso? -preguntando enterrando el cuchillo en su estómago.

-En... l-las afueras d-de... Seúl.

-Déjenlo en el territorio de los antiguos. -sus compañeros asintieron, le taparon la boca para evitar un mayor escándalo y se lo llevaron.

Antes, el de cabellos rojos le pidió a uno de sus amigos que se convirtiera en murciélago, de esa manera sus sentidos eran mucho más desarrollados. Fueron a la habitación de la luna roja y tomaron una prenda de ropa del armario para poder seguir el aroma, ahora que sabían la ubicación, sería mucho más fácil.

Se dirigieron a las afueras de Seúl. El olor a frutos rojos los llevó a una casa en el campo la cual era rodeada por la cinta policial, pero eso no era problema para ellos. El vampiro se hizo invisible y el pequeño murciélago entró por una de las ventanas. Todo estaba hecho un desorden y aún se podía sentir levemente el olor a muerto de la luna roja.

"Voy a subir"

-Está bien.

Habían cosas tiradas por todo el suelo. Juguetes regados, platos rotos por todos lados y la mesa estaba partida en dos pedazos. Parecía que había pasado un tornado por la casa.

"Creo que aq estuvo el heredero, ven"

Subió encontrándose con una habitación celeste con decoraciones de nubes. El olor de ese cuarto era del heredero combinado con el de la luna roja y un niño más. Estaba presente el aroma a chocolate, frutos rojos y una pizca de durazno respectivamente.

El problema era que con el paso del tiempo, el olor de un vampiro pequeño, cambia. Aunque no siempre se daba el caso, algunos lo conservaban hasta el día de su muerte, otros solo cambiaban levemente y a veces el aroma mutaba por completo.

El resto de la sociedad vampírica ya había perdido la esperanza que el heredero regresara o se apareciera, habían pasado más de quince años y no había rastro de nada.

Pero ahora, después de tanto tiempo, lo pudieron encontrar.

-Acabo de tener una visión.

-¿Qué fue lo que viste?

-La luna roja es un humano.

Un... ¿humano?

gracias por leer 💗

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vampire; hyuninWhere stories live. Discover now