«Wei Ying vuelve a GusuLan luego de estar una semana fuera, en lo único que puede pensar es encontrarse de nuevo con Lan Zhan, pero... ¿Quién ese chico que abraza a su esposo con tanta confianza?»
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A medida que se acercaba, las puertas de GusuLan se fueron haciendo más visible ante los ojos de Wei Ying. Se encontraba impaciente. No podía esperar a llegar y saltar a los brazos de su guapo esposo, a quien llevaba una semana sin ver debido a ciertos asuntos en la Torre JinLin. A petición especial de Jin Ling fue requerido en la Secta LanlingJin, el cual rogó y chantajeo a Wei Ying con mucho licor logrando así que fuera. Y como su querido Lan Zhan se encontraba demasiado ocupado apoyando a su hermano y tío con cosas de la Secta, tuvo que ir solo (los chicos estaban de cacería y tampoco pudieron acompañarlo).
Lo único que lamento de aquella pequeña travesía fue dejar atrás a su amado Lan Zhan. Desde su confesión y posterior unión, no se habían separado ni un segundo, a donde uno fuera el otro le seguía como una lapa pegado a su espalda. Viajaban juntos, comían juntos, se bañaban juntos y por supuesto, dormían juntos. Wei Ying encima de Lan Zhan con los brazos enrollados alrededor del torso del Jade, usualmente su postura favorita para dormir luego de un muy intenso papapa.
Durante esos días lejos, Wei Ying pudo notar lo dependiente que se había vuelto a la presencia de Lan Zhan. Siempre girándose para buscar su mirada, hablando a su costado porque sabía que el Jade siempre caminaba a su lado. Y en las noches fue imposible conciliar el sueño ante lo enorme y fría que parecía la cama para él solo.
«Ahhh... Lan Zhan, ¿qué fue lo que hiciste conmigo...?»
A pesar de que aquello parecía un suspiro de lamento, la dulce sonrisa y la mirada amorosa en su rostro demostraba lo contrarío.
¡Ah, estaba ansioso por llegar!
Corriendo los últimos escalones que faltaban, respiro hondo conteniendo la respiración preparada para soltar un muy ruidoso "¡He llegado!" como había planeado en su mente. Se contuvo cuando dos jóvenes pasaron frente suyo charlando sin notar su presencia. Wei Ying soltó un grito al reconocerlos. Solo él podía llegar y romper varias reglas en un segundo.
—¡A-Yuan! ¡JingYi!
Los jóvenes discípulos Lan lo miraron emocionados, acercándose con rapidez.
—¡Maestro Wei, bienvenido! —SiZhui se inclinó dándole una sonrisa, mientras JingYi respondía con una vaga y desinteresada bienvenida.
—¡Ya les dije que pueden llamarme Wei WuXian o simplemente hermano mayor! —dijo con un pequeño guiño. De fondo se escuchó a JingYi decir algo parecido a un "No, gracias"
Saltando sobre ellos, Wei Ying los lleno de abrazos efusivos y palmadas en la cabeza haciéndoles miles de preguntas al mismo tiempo; "¿Comieron bien?" "¿Cómo les está yendo en clases?" "¿Se abrigaron durante las cacerías nocturnas?, está haciendo frío últimamente" "¿Desayunaron correctamente?" JingYi lo apartó quejándose sobre que lo estaba despeinando, mirándolo desdeñoso. Wei Ying riendo, se paró en medio de los dos sujetándolos del brazo a cada uno sin quitar aquella brillante sonrisa de su rostro.
—Chicos, ¿crecieron más mientras no estaba? —se colocó de puntillas pero estos lograban sobrepasarlo por unos centímetros—. ¿Acaso hay una fórmula secreta, una comida especial para que todos sean tan altos, fuertes y guapos? ¿Dónde están los otros chicos? ¿Y Lan Zhan, por qué no está aquí para recibirme? —realizo un puchero.
Los muchachos parecían mareados de tantas preguntas echas por el mayor. Aunque no lo admitieron, en especial JingYi, ambos habían extrañado el incesante parlotear del mayor, sin el presente todo se mostraba demasiado tranquilo.
—HanGuang-Jun se encuentra discutiendo unos asuntos importante con el líder. No debe tardar demasiado en terminar. —respondió SiZhui.
JingYi exclamó, señalando a un punto cercanos a ellos.
—¡Ahí viene!
Lan Wangji caminaba por los jardines sin notar la presencia del joven Wei. SiZhui y JingYi fueron testigo de como los ojos de Wei Ying se iluminaban nada más ver la imponente figura del Jade, se le notaba desde lejos las ganas que tenía de correr directo al encuentro del mayor. Con el corazón acelerado, Wei Ying nuevamente sostuvo el aire en sus pulmones dispuesto a gritar de verdad para que todo Gusu notara su regreso, en especial su querido esposo. Sin embargo, todo aire quedo atorado en su pecho ante la escena que estaba por presenciar.
—¡Lan Wangji!
Un joven, salido de quien sabe donde, se acercó corriendo con gran felicidad al segundo jade con un trote ligero. Cuando llego a su lado, le sostuvo del brazo pegándose por completo a su costado, aun cuando era bien conocido el desagrado del HanGuang-Jun por el contacto físico, sonriéndole y haciéndole ojitos dulces.
SiZhui y JingYi sudaron frío al presenciar esto en especial con el joven Wei allí presente. Sus instintos de supervivencia se activaron cuando sintieron un enorme peligro cerca, una fuerte acumulación de energía oscura. ¿Cadaveres feroces o un objeto maldito? Se giraron buscando el origen de esto sintiendo como el color abandonaba sus rostros cuando miraron el rostro de Wei Ying. Una enorme sonrisa lo adornaba pero lejos de ser feliz esta era espeluznante, formando una sombra oscura en sus ojos que brillaban con un fulgor rojizo.
—Chicos~ —llamó con un tono demasiado dulce, que los hizo sentir escalofríos—. ¿Pueden explicarme que esta ocurriendo aquí? —la forma que Wei Ying los miraba prometía mucho dolor sino respondían rápido.
JingYi fue el primero en reaccionar y tomo la sabía decisión de... huir. Colocando una mano al costado del rostro fingió escuchar algo.
—¡Oh, ¿escucharon eso?! Parece el llamado de un viejo chivo y esta llamando mi nombre... *«¡JingYi!»* —imitó una voz gruesa intento parecer como la de Lan Qiren. Se inclinó ante Wei Ying—. Maestro Wei fue un placer verlo, espero encontrarnos en otra ocasión... —se giró hacia su mejor amigo, mirándolo largo y tendido para finalmente dejar caer su mano sobre su hombro dándole un fuerte apretón—. SiZhui... suerte. —dicho esto, se alejó corriendo como si una horda de muertos lo persiguieran.
—¡JingYi! —grito SiZhui con una mano estirada hacia él suplicando que no lo abandonara.
JingYi se dio cuenta de esto, apartando la mirada con dolor. *Lo siento, SiZhui... solo uno de los dos puede sobrevivir.* siguió pidiendo perdón en su mente mientras se alejaba sin mirar atrás.
—¡JingYiiiii...! —SiZhui miro con la boca abierta como era vendido por su supuesto mejor amigo. Se sintió profundamente traicionado, pero mas importante que su dolor era huir de ahí lo mas rápido posible.
Estaba pensando en una posible excusa cuando una firme mano se apretón en su hombro sin posibilidades de huir. Erizándose cual gato, SiZhui se paro derecho mientras un escalofrío levantaba los cabellos de su nuca. *Peligro, estaba en un gran peligro...*
—Si-Zhui... Ven conmigo un segundo. —sonrió Wei Ying.
El joven Lan solo pudo dar un suplica a los cielos.
*Dioses protejanme...*
[...]
Veinte minutos después se encontraba sentado con una taza de té en sus manos, sin atreverse a levantar la mirada demasiado intimidado por la furia de Wei Ying, quien, con una jarra de la sonrisa del emperador, lanzaba impropios que haría avergonzado a cualquiera.
—... ¡Recorrí kilómetros soportando el terrible humor de Jiang Cheng! ¿Sabes lo que es estar encerrado en un pequeño bote junto a una persona que te odia? ¡Horrible! Peor que pasar todo un año sin beber. Mi únicos consuelo fue que pronto vería a mi Lan Zhan y entonces lo encuentro del brazo con ese... ese... chico. —terminó dolido, dándole un largo trago a la jarra.
SiZhui tragó con dificultad el té, saltando cuando Wei Ying golpeó la mesa con su mano libre.
—¡Infidelidad! Nunca creí que tendría que pasar por algo así. Mi bello Lan Zhan engañándome... ¿Se cansó de mi? ¿Fui muy ruidoso? ¿Ya no me considera atractivo?... ¡¿Fue por qué lo deje sin *papapa* durante una semana?! *¡Lo siento, Lan Zhan. Yo igual sufrí, mi mano ya no es suficiente como antes!* —gritó miserable, deplomandose sobre la mesa deprimido, atrayendo la atención de los curiosos clientes.
Una explosión de rojo estallo sobre el rostro de SiZhui, completamente avergonzado. Para nadie en la Secta era secreto lo que HaGuang-Jun y el maestro Wei practicaban en la privacidad del Jingshi. El joven Wei no era para nada... eh, discreto con sus ruidos. Es por eso que el líder, Lan Qiren, decidido a preservar su salud mental cambio su estancia a una habitación al otro lado de la Secta lo suficiente alejado de los dos.
—Maestro Wei, HanGuang-Jun nunca le seria infiel. —respondió con sinceridad, intentando calmarlo.
Sin embargo, Wei Ying no lo escucho demasiado perdido en su drama.
—¡¿Por qué Lan Zhan, por qué?!
—Maestro Wei —probó llamando su atención—. Hermano mayor —dijo cuando este no lo escucho—. ¡Wei WuXian! —gritó perdiendo los estribos pero logrando que se callara.
Wei Ying boqueo como un pez de sorpresa.
—¿Tú co-como me lla-llamas...? —cerro lo boca ante la mirada envenenada que SiZhui le dedico.
Una vez quedo en silencio de nuevo, el joven discípulo pudo suspirar enfocando los ojos en los de Wei WuXian.
—Maestro Wei, ¿cómo no puede confiar en HaGuang-Jun? —preguntó un tanto decepcionado de la falta de confianza del mayor. Levantó una mano para detenerlo cuando este quiso decir algo—. HanGuang-Jun lo ha esperado durante años, luego de su muerte estuvo solo trece años, *trece años*. Durante ese tiempo pudo buscar una esposa, casarse y tener una familia, en su lugar lo eligió a usted manteniendo esos sentimientos incluso sabiendo que nunca volvería. ¿En serio cree que una semana separados hará que HanGuang-Jun deje de amarlo?
Estaba molesto con el mayor. Él fue testigo como cada día HanGuang-Jun contemplaba la entrada esperando el regreso del maestro Wei. Cada día, cada mañana y cada atardecer. Incluso los discípulos llegaron a bromear, a espaldas de este, comparándolo con un pequeño cachorro que esperaba el regreso de su amo.
—¿O es que acaso usted dejo de amarlo? —cuestionó, mas que nada para que abriera los ojos ante sus absurdos pensamientos.
Supo que tuvo éxito cuando Wei WuXian se levanto de un salto, completamente ofendido.
—¡Claro que no! ¡Yo amo a Lan Zhan con todo mi corazón! Ni siquiera los Dioses cambiaran lo que siento por él. —gritó sincero, las palabras saliendo desde fondo del corazón.
SiZhui escondió la sonrisa detrás de su mano sabiendo que ya todo estaba resuelto, solo faltaba un pequeño empujón.
—Entonces... ¿Por qué sigue aquí y no con HanGuang-Jun...?
Wei Ying reaccionó como si un rayo cayera sobre él. ¿Qué hacia allí revolcándose como un tonto, dejando el camino libre a ese chico para estar a sola con su Lan Zhan? ¡Que idiota!
—¡A-Yuan eres el mejor! —saltó sobre SiZhui en un fuerte abrazo—. Por eso eres mi favorito —bajo la voz, continuando—. No le digas a JingYi que dije eso.
*¡Oh, claro que lo haría! Sera su venganza por abandonarlo.*
—No debe preocuparse, Maestro Wei. No diré nada, mis labios están sellados.
Wei Ying chillo saltando para otro abrazo, saliendo corriendo del local. Sonriendo, el joven discípulo se disponía a disfrutar de su té cuando alguien se aclaro lo garganta a su lado. Uno de los chicos que atendía el lugar, sonreía cortésmente.
—Disculpe, joven cultivador. ¿Usted pagara por todo esto? —señalo las múltiples jarras de **sonrisa del emperador**.
La sonrisa de SiZhui flaqueo, cayendo a una tensa, dándose cuenta demasiado tarde que Wei WuXian... ¡Se había ido sin pagar!
Mientras sacaba de su monedero lo suficiente para pagar por todo, SiZhui pensaba en las mil formas que tendría para torturar a *su mejor amigo*.
[...]
No le tomó mucho tiempo a Wei Ying encontrar a Lan Zhan, aun en compañía de aquel joven. Cuando llevo tuvo la suerte de encontrar con Lan jingYi (al cual sujetó antes de que escapara mientras este suplicaba por su vida), interrogándolo sobre el desconocido chico.
Según JingYi venía de una secta bastante desconocida, una de las nuevas sectas que se han creado en los últimos años, y desde su llegada se había pegado a HanGuang-Jun siguiendo al mayor a todos lados sin que este se opusiera. Wei Ying podía entender al joven. ¿Quién no deseaba pasar tiempo con Lan Zhan.
Pero no le gustaba nada la libertad con la que se permitía tocar el brazo de su esposo, miró ese agarre fijamente queriendo destruirlo con solo la mirada. Tampoco le gustaba como los ojos de este brillaban siempre buscando la atención del mayor. No le gustaba, porque esa era la misma expresión con la que veía a Lan Zhan.
Ese chico no solo sentía admiración por el Lan, estaba enamorado. Enamorado de su esposo.
Frunció las cejas. No se iba a dejar vencer por un chico, si pensaba que con el lejos tenia el camino libre con el segundo jade, estaba muy equivocado. Era hora de que Wei Ying le demostrara que solo él tenia derecho a ser pegajoso y meloso con el Lan.
—¡Lan Zhan! —gritó para llamar su atención.
La cabeza de este giro en su dirección, ignorando por completo al chico que hablaba, buscando con desesperación el lugar de donde provino la voz, al encontrar sus ojos la mirada normalmente fría e indiferente de Lan Zhan, se iluminó como los cálidos rayos del sol mientras todo a su alrededor parecía brillar en colores.
Wei Ying oculto una sonrisa viéndolo casi correr hacían donde él estaba. Lo espero con las brazos abiertos. Fuertes brazos lo rodearon y lo alzaron, haciéndolo girar en el aire. Soltando una fuerte carcajada, Wei Ying se sujeto del cuello del Lan, uniendo sus frentes manteniendo el abrazo entre los dos.
—¡Estoy de vuelta! —susurro con calidez.
Lan Zhan curvo los labios ligeramente hacia arriba, muy ligeramente, en una sonrisa de la cual solo Wei Ying fue testigo.
—¡Mn! Bienvenido a casa.
Sí, estaba de vuelta en su hogar. Suspirando de alegría, juntos sus labios con los de Lan Zhan en un beso corto y dulce, por ahora se conformaría con ese pequeño roce. No deseaba escuchar los gritos de Lan Qiren por romper la reglas sobre las muestras de afecto en publico y causar otro colapso en el viejo chivo si era testigo de otro de sus besos intensos. Aquello lo dejaría para la privacidad del Jingshi. Sobre el hombro del segundo jade pudo notar los ojos de aquel chico fijos en ellos, siendo un mudo testigo del encuentro entre ambos.
Por unos instantes sus miradas chocaron, el chico se notaba nervioso, avergonzado y muy, pero muy celoso. Wei Ying por otro lado lo miraba serio, con una cejas arqueada en un claro desafío. De pronto aquella expresión seria se volvió una sonrisa maliciosa, cuando le guiño un ojo con picardia. Sin apartar los ojos del chico, busco aquel punto sensible en el cuello de Lan Zhan, aquel que sabia hacia estremecer al Lan, dejando un beso húmedo y usando sus dientes para tirar de la piel, sintiéndolo temblar y ahogar un gruñido en su pelo.
Wei Ying igual tembló cuando el calor subió por su piel en deliciosos espasmos.
Sonrojándose por completo, el chico se giro en una carrera apresurada huyendo de la mirada que Wei WuXian le estaba enviando, había captado el mensaje.
Wei Ying le saco la lengua a la espalda, sonriendo victorioso. *¡Eso le pasa por querer robarme a **mi** Lan Zhan!*
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