－Hay un cambio de planes... Ahora quiero al niño vivo.
－Pero señor, no sería mejor que...
－No cuestiones mis ordenes.
－Disculpe, señor, será como usted desee.－dijo el guardia saliendo de la habitación para avisarle a sus demás compañeros la nueva orden del líder.
Sehun estaba encantado, la sangre de Jeongin era realmente exquisita. No se comparaba con las otras que había probado en toda su vida. Tener al castaño para su uso personal no estaría mal, lo mantendría vivo hasta que se cansara de él.
─★ vampire ! ˎ´-
－Muéstrame tus colmillos.
El menor esperaba pacientemente la respuesta del de lunar. Se había puesto un poco nervioso porque tal vez se estaba volviendo loco y había salido con semejante cosa, pero había una pequeña parte de sí que se sentía segura, que estaba en lo cierto.
Hyunjin, por su lado, había quedado en blanco. ¿Acaso escuchó bien?
－Jeongin, creo que estas medio dormido, vuelve a recostarte. －intentó alejarlo de él suavemente, pero el castaño no quiso moverse ni un centímetro y se tiró encima de su pecho olfateando el delicioso aroma a chocolate del pelinegro.
－¿No lo vas a hacer?
－No sé de qué estás hablando.
El menor permaneció echado encima del contrario, pensando un rato, usaría su último recurso. Salió de su escondite sobresaltando al mayor quien pensó que ya se había dormido. Jeongin se acercó a su escritorio el cual estaba un poco empolvado por no ser utilizado y tomó unas tijeras.
－Recuerdo que me dijiste que te daba miedo la sangre... La verdad no parecía que le tuvieras temor, hasta la miraste gustoso. －dijo simple, con un Hyunjin atento a sus palabras.－Ahora quiero saber que tan cierto es.
Ya no le importaba si el mayor le llamara loco y pasó el filo de la tijera por la palma de su mano con su fuerza, haciendo que el líquido carmesí empezara a correr rápidamente.
El delicioso olor a sangre fresca llegó a las fosas nasales de Hyunjin, sus ojos cambiaron a un color carmesí y sus colmillos picaban queriendo morder ese lindo cuello de tez blanca.
－Entonces tú...
－Eres muy curioso, Jeongin. －el mencionado no se dio cuenta en que momento Hyunjin fue acercándose a él, pero ahora lo tenía demasiado cerca. Poco a poco fue retrocediendo hasta que chocó con una de las paredes de su habitación.
－Hyunjin... －murmuró el menor embobado al ver los ojos, ahora dorados, del más alto. Jeongin ya no tenía idea si todo era otro sueño o parte de a realidad.
El mayor tomó la mano dañada del contrario y pasó su lengua deleitándose con el sabor de la sangre haciendo que la herida cicatrizara tan rápido como la de un vampiro. Por las puras no se la había pasado leyendo como diez libros sobre los poderes que podía desarrollar y quien diría que sí le servirían.
Hwang, con una de sus manos, tomó el rostro del castaño delicadamente haciendo que ambos se miraran a los ojos, los cuales brillaban en un intenso color dorado, sintiendo mariposas revolotear en su interior. Se perdían en la mirada del otro, encontrando varios sentimientos que aún no habían sido dichos.
El menor posó su vista en los labios del vampiro, se veían muy suaves y esponjosos. Tenía muchas ganas de probarlos, pero mientras Jeongin pensaba, Hyunjin iba actuando.
El vampiro tomó la barbilla del castaño, miró una vez más a Jeongin y finalmente acortó la distancia que los separaba formando un bonito beso que ambos ansiaban desde hace unas semanas.
Jeongin se dio cuenta del bonito sentimiento que era ser correspondido por el pelinegro y Hyunjin se dio cuenta que quería pasar el resto de la eternidad junto al castaño.
Jeongin quería quedarse con el mayor para hacerlo feliz y así poder ver su sonrisa todos los días. Hyunjin quería proteger al menor de todos.
Sus labios se movían a la par y el mayor lamió los labios del castaño como si estuviera pidiendo permiso para entrar, a lo que el menor gustoso, le concedió el pase.
Hyunjin cargó a Jeongin y por inercia, este enredó sus piernas en la cintura del pelinegro chocando suavemente con la pared a la vez que pasaba sus dedos por los oscuros cabellos del vampiro quien acariciaba su cintura.
Jeongin soltaba algunos suspiros entre el beso y Hyunjin disfrutaba de los lindos labios del castaño, eran demasiado dulces.
Ni uno de los dos quería separarse, pero lamentablemente no podían vivir sin oxígeno. Antes de alejarse, Hyunjin mordió ligeramente el labio inferior del menor para probar una vez más de su deliciosa sangre.
Se miraron a los ojos con la respiración agitada. Jeongin sentía varias emociones en su interior, estaba feliz y enamorado, pero también tenía miedo. Tenía miedo que Hyunjin se arrepintiera de todo lo que acaba de pasar.
Sin embargo, el vampiro se encontraba completamente aliviado de no haber recibido algún desprecio o alguna señal de temor hacia él. Minho tenía razón. Jeongin era aquella persona indicada. Haría todo para no perderlo.
No se dio cuenta que tanto tiempo se había quedado sumergido en sus pensamientos haciendo que Jeongin entendiera todo mal, el menor pensaba que Hyunjin estaba buscando alguna forma de rechazarlo.
－Esta bien si dices que fue un error... －el mayor frunció el ceño, confundido.－N-no te preocupes. －y cuando escuchó la voz del castaño quebrarse, se sintió la peor persona del mundo.
－Jeongin, ¿por qué dices esas cosas? －con ambas manos tomó las mejillas del menor, quitando las lágrimas que habían escapado.－No llores, bebé... －murmuró, dándole un casto beso en los labios.－¿Quieres que te confiese algo? Me gustas, Jeongin.
El menor lo miró sorprendido, él simplemente estaba esperando un rechazo por parte del mayor. Luego llamaría a Felix para que vaya a darle mimos y consuele a su pequeño corazón roto con sus dulces favoritos, pero ahí estaba, escuchando un "me gustas" de Hyunjin, haciendo que su corazón diera un vuelco.
－Tú también me gustas.
－¿Aunque no sea un humano?
－Eso es lo que menos importa.
Entonces Jeongin confirmó que su subconsciente le estaba dando señales y que no se estaba volviendo loco. Oh, pero era algo más que solo un subconsciente que el castaño no había notado, la luna había estado detrás de todo esto, formando un solo camino para los dos.
－Entonces... ¿te gustaría ser mi lindo novio?
El menor sonrió tímido.
－Sí, me gustaría ser tu novio.
－Te faltó decir lindo.
Hyunjin volvió a estampar sus labios con los del contrario, disfrutando de la hermosa sensación. Según él, también sentía tener varios murciélagos revoloteando en su estómago. En verdad amaba a Jeongin y saber que le correspondía lo hacía completamente feliz.
Ambos chicos se tiraron a la cama, el castaño estaba en el pecho del mayor recibiendo mimos, sintiéndose cálido y cómodo. Jeongin también amaba estar con Hyunjin.
－¿Es cierto que puedes volar?
－Sí.
－¿Duermes en un ataúd?
－Claro que no, eso sería muy incómodo... Muchos dicen que dormimos en ataúdes, pero solo son estereotipos.
－¿Cómo es que puedes salir de día?
－Me vas a hacer un interrogatorio, ¿verdad? －el castaño asintió con una gran sonrisa.－Esta bien, pero por cada pregunta que responda me darás un beso.
－¡Hyunjin!
－¿Lo tomas o lo dejas?
－Lo tomo... －aceptó sonrojado.
Esa noche, Hyunjin ganó varios besos por parte de Jeongin y no solo el mayor disfrutaba porque el menor hacía varias preguntas solo para poder volver a sentir los suaves y esponjosos labios del de lunar. Ambos ganaban.
Estaban tan encerrados en su mundo que se olvidaron de todo lo que había pasado hace unas horas, por ahora solo se encargarían de disfrutar la compañía del otro.
Luego caerían en la realidad.