Todo el almuerzo ellos hablaron yo solo mantuve silencio.
-Debo irme- me levante de golpe notando sus miradas
-Aquí tienen mi parte de la cuenta- dejé dinero sobre la mesa y salí casi corriendo
Cuando llegue al auto le pegue al volante.
No aguantaba la incomodidad de tenerla a mi lado y no poderla tocar porque ya no era mía.
Conduje hasta la empresa en donde volví a encerrarme.
No quería tenerla en mi mente.
Al finalizar con la jornada fui a mi casa.
Allí estaba mi princesa que corrió a abrazarme.
- ¿Cómo te fue en la escuela? – pregunte mientras caminaba a su lado hacía la cocina
-Bien, recibí una estrella- la emoción de ella alegraba mi vida
-Sabes que te amo- apreté su mejilla
-Yo más- sentí como sus manos rodeaban mi cintura
- ¿Cuándo viene Madison? – respire profundo
-Hablemos hija- tomé su mano y fui a la sala
-Llegaste- me miro mi madre la cual bajaba la escalera
-Si- limite mi respuesta para seguir a la sala
-Hija ya Madison tiene una pareja y un bebé- me detuve ya que lo estaba aceptando de cierta forma
-Ahora ella no puede venir a la casa, así que no la esperes hermosa- bese su frente
Sus ojos se llenaron de lagrima mientras se estrujaba los mismos.
Mi madre me miraba desde la escalera.
-Ella no me quiere- sollozo mientras se pegaba a mi pecho
-Ella si te quiere hija- susurre
A quien no quiere es a mi- pensé pasando mi mano por la espalda de mi hija para calmarla
-Mami nunca me quiso tampoco- su comentario me sorprendió
- ¿Cómo? – la obligo a mirarme
-Eso dicen mis compañeros porque no tengo mamá- su sollozo fue más fuerte
-Pero abuela te ama, tía Verónica también y yo te adoro -seque sus lagrimas
-Mamá me dejo- lloro más fuerte
No lo podía negar por que era una realidad, pero me dolía
Solo pude abrazarla contra mi mientras ella lloraba.
Cada minuto le decía que la amaba.
Poco a poco ella se quedo dormida.
-Es difícil, lo se- murmuró mi madre mientras me acompañaba a dejarla en su habitación.
-No quiero que sufra- susurre al dejarla en su cama
-Es inevitable hijo, ella ve a los demás con madres y es normal que se pregunte en donde esta la de ella- nos paramos en el umbral de la cama
- ¿Estas bien? - me acaricio mi cabello haciendo que la mirara
-No- mi voz se entre corto
-Se que tienes que tomar muchas decisiones hijo, pero lo mejor es que debes apostar para tu felicidad y la de tu hija. No seas egoísta y piensa en los sentimiento de los demás- acaricio mi mejilla
-Gracias- gire para ir a mi habitación
Al estar en mi habitación me di un baño lleno de pensamientos
Me puse un bóxer y me acosté.
Esa fue la peor noche de toda mi vida.
|Al día siguiente|
-Busca el número de Madison Clayton y pídele una reunión a más tardar que sea mañana- la mire antes de encerrarme en mi oficina remodelada
Pasaron varias horas hasta recibir respuesta.
-Señor Blake la señorita Clayton pasará en la tarde- leyó lo que tenía en sus apuntes
-Gracias- no la mire ya que tenía varios contratos que cerrar
Ya mañana Mark regresaba de su luna de miel así que debía tener todo en orden.
Le había dicho que se fuera un mes de vacaciones ya que se lo merece, pero el menso no quería.
Estuve en mi oficina todo el tiempo centrado en mi ordenador mientras tomaba un poco de vodka.
Necesitaba tener los pantalones en su lugar para hacer lo correcto.
No se que hora era cuando mi secretaría asomo su rostro.
-Llego la señorita Clayton, ¿la dejo pasar? – susurro con cierto nerviosismo
-Si- cerré algunos documentos que tenía abierto en mi escritorio por la confidencialidad de los mismo.
Mientras guardaba todo sentí su perfume cuando entró y mientras se acercaba a mi.
-Buenas- su voz salió un poco nerviosa
La mire hasta que se sentó frente a mi.
La mire por unos segundo antes de hablar
-Lamento pedirte llegar hasta mi oficina, pero necesitamos aclarar algo- intente que mi tono fuera uno profesional, aunque mi corazón dolía por lo que haría en unos segundos
Me puse de pie y caminé hasta donde ella y me senté encima de mi escritorio mientras cruzaba mis brazos.
-Madison no se que paso esa noche en la fiesta para que desaparecieras de mi vida de esa forma- mantuve mi mirada en ella
-Pase horas, días, semanas, meses intentando conseguirte, pero desapareciste por completo de mi vida sin darme una explicación- mis ojos amenazaban por soltar lagrimas
-Yo...- la interrumpí no quería perder más tiempo aguantando este dolor
-No digas nada, solo escúchame- solté un poco mi corbata para respirar un poco más
-No se que te hice, pero te pido perdón si te falle en algún punto. Realmente te ame Madison y lo sigo haciendo, pero respeto a mi mejor amigo es que tomó esta decisión- sus ojos no dejaban de mirarme y eso me quemaba por dentro
-Se como es Jonathan, elyte ama y te respeta de eso nunca lo dudare- mire a otro lado mientras disimuladamente me secaba mis lagrimas
-Hubiera dado lo que fuera por se yo quien camine a tu lado y ser yo el padre de tu hijo, pero el destino así no lo quiso. Te respeto como mujer y como profesional. Quizás en ámbitos profesionales no terminamos de la mejor forma, pero te deseo lo mejor y espero poder colaborar contigo en algún momento- me detuve para calmarme un poco
-Cada noche les preguntaba a tus amigas por ti. En la demanda espere verte, pero ni ese deseo logre cumplir. No es fácil verte feliz en brazos de otro hombre. Cailin preguntaba por ti, incluso en la boda pensó que no la querías. Maldita sea pensé en casarme contigo Madison. Tenía muchos planes contigo, pero quizás fui muy egoísta y no considere lo que tu realmente querías. Claramente no era yo lo que tu buscabas y lo entiendo. Nadie quiere una pareja con una hija- mi mirada estaba perdida en los cristales de mi oficina
Un sollozo de su parte me sorprendió.
Al mirarla ella solo lloraban.
-Ven- la puse de pie mientras la abrazaba
Dios como la había extrañado- pensé sintiendo como de mis ojos salían lagrimas
-Madison mereces ser feliz, si no lo vas a ser conmigo prefiero dejarte libre. Ama a Jonathan más de lo que me amaste a mi. Cuida de tu hijo con tu vida. Lamento no haber aprendido a amarte como merecías- sus brazos me apretaron mientras sollozaba más fuerte
-Perdóname por fallarte como hombre- sus sollozos eran cada segundo más fuerte
Me dolía saber que la estaba dejando ir.
-Esta semana aprendí que debo dejarte ir. Si te amo tengo que permitirte ser feliz y si lo eres con él yo seré feliz por ti- susurre mientras la abrazaba con más fuerza
Bese su coronilla mientras me separaba de ella.
-Es bueno saber que ya puedes ser feliz. Cuídate Madison- sonreí mientras limpiaba mis lagrimas.
Decidí ser yo quien salía de mi oficina para que ella pudiera calmarse ante de irse.
No mire a nadie y fui al último piso por las escaleras.
Este era mi lugar secreto.
Desde aquí podía ver toda la ciudad.
Camine con mis manos en el bolsillo mientras miraba al horizonte lleno de más edificios.
-Maldito viendo- me queje mientras lloraba
Solo era una excusa para justificar mis lagrimas
Controlarme se me hacía muy difícil.
-Sabías que estarías aquí- al girarme tenía a Mark con una mirada preocupada
-Nunca te había visto así- me abrazo por un tiempo corto
-Creo que se metió hasta debajo de mi piel- cerré mis ojos respirando
- ¿Fue difícil? – ninguno de los dos nos mirábamos en ese momento
-Demasiado- aclare mi garganta buscando la manera de no llorar
- ¿Estas bien? - bufe mientras miraba mis zapatos
-No, pero pronto lo estaré- mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo
Ver el nombre del colegio de mi hija me alarmo.
Llamada
-Señor Blake- era la directora quien me llamaba
-Si- mire a Mark quien estaba atento
-Lamento informarle que su hija se lastimo mientras jugaba con sus amigos- solo pensar que algo malo le paso a mi hija me desencajaba por completo
-Iré enseguida- comencé a caminar mientras Mark me seguía
Fin de llamada
- ¿Qué paso? – escuché a Mark, pero no le hice caso
-Cailin- solo mencione mientras pedía el elevador
Tenía prisa por llegar a donde mi hija.
Cuando llegue al looby mi corazón termino por destrozarse al ver como Madison se abrazaba con su hijo y su pareja.
Sin pensarlo me detuve a mirarlos.
Deseaba ser yo quien estuviera abrazándola, pero ya ese no era mi lugar.
-Vamos- Mark me tomo de mi brazo sacándome de esa escena
Al instante mi hija volvió a mi mente así que me apresure.
Mark se monto conmigo en el auto sin pensarlo dos veces.
- ¿Lo odias? – su pregunta me deja confundido
- ¿A quien? – mi mirada estaba clavada en el camino
-Jonathan- solo escuchar su nombre me hacía tensar mis manos
-Desearía decir que no, pero siento que me robo a la chica que me gustaba- intenta calmarme
-En algún momento todo pasará- murmure estacionándome frente a la escuela.
Mark seguía mi caminar con rapidez.
-Hola- entre a la oficina luego de registrarme con el oficial de seguridad
-Papi- sus sollozos me partieron el alma
Ella tenía una de sus rodillas raspadas
-Princesa- me senté a su lado mientras la abrazaba
- ¿Ahora que papá esta aquí me dejaras curarte? - pregunto la enfermera
Cailin solo asintió con su cabeza
-Tío- sus ojos se iluminaron al ver a Mark entrar
-Hija mía- se sentó a su otro lado mientras la abrazaba
-Princesa, pero si te madreaste – su comentario hizo que todos riéramos
-Fue Julio que tropezó conmigo- cruzo sus brazos molesta
-Señorita esa actitud- la señale
-Lo siento- soltó sus brazos
-Quizás fue sin querer hermosa- Mark acaricio su mejilla logrando que sonría
Gracias a los comentarios idiota de mi mejor amigo mi hija dejo curarse la rodilla.
-Vamos a casa- la tome en brazos mientras Mark cargaba su bulto
-Lamentamos mucho el incidente Señor Blake- la directora a cada rato pedía disculpa
-No se preocupe, son cosas normales que pasan en la niñez- sonreí dándole tranquilidad
-Espero que esta princesa ya no corra por ahí como un potro salvaje- juro por Dios que matare a Mark en algún momento