Nuevo oneshot: "Riesgo; Ross Lynch" disponible en mi biografía (hot).
Mi mirada se conecta con la suya, haciéndome entrar en una desesperación innotable. En cualquier momento las caras de sus padres volverían a estar en televisión, y no precisamente para dar una buena noticia.
–¿Estás bien?
Pregunta.
Bajando la mirada hacia el anillo que le regalé ayer.
–Sí, ¿por qué?
–Estás muy serio- ríe, poniendo sus pies desnudos sobre mi regazo. Sonrío, tratando de ocultar los nervios que tengo encima– ¿Es por qué no pudiste venirte?
Niego de inmediato.
–¿Por tu trabajo?
Asiento.
Esquivando su mirada.
–Tengo unos asuntos pendientes- le explico– Pero no es nada del otro mundo.
___________ se acerca hacia mí, coloca sus brazos al rededor de mi cuello y me besa con una pasión extremadamente fascinante. Le sigo el beso a pesar de lo distraído que me siento.
¿Cómo reaccionaría al enterarse de que en algunos minutos u horas se revelaría que su padre agrede a su madre?
–Estás muy tenso.
Susurra despegándose de mí.
Palmeo su trasero, haciéndola reír.
–¿Sabes que necesitamos? Entrar al jacuzzi, te haré masajes allí.
Lamo mis labios.
A punto de volver a besarla.
Pero no lo hago al escuchar su teléfono celular vibrar.
–Es mamá- me dice luego de ver la pantalla. Se aleja de mí, y contesta el teléfono– ¿Hola?
La observo caminar hacia el baño con una tranquilidad completa mientras charla con su madre, logrando que los latidos de mi corazón aumenten en un par de segundos.
Joder.
Le estoy haciendo mucho daño.
Y aún no soy capaz de decirle a Germán que una parte de mí realmente desea dejar todo esto atrás.
Pero cuando estoy a punto de hacerlo, es cuando recuerdo las noticias de hace un par de años atrás, confirmando la injusta muerte de mi padre.
Cosa que me hace querer destruir a Robert.
Y mucho más ahora que sé que es un maldito agresor.
Y lo destruiría sin pensarlo tanto de no ser por ____________... después de todo es su padre, y sea lo que sea o haga lo que haga, lo seguirá amando.
Y no la culpo por ello.
Me levanto de la cama y camino sin hacer mucho ruido hacia el baño, coloco mi oreja sobre la puerta.
Tratando de poner toda la concentración del mundo en la conversación que están teniendo ahora, pero no logro oír nada.
Me despeino.
¿Acaso la maldita culpa que siento en mi corazón por mentirle no se iría nunca?
Me alejo del baño y vuelvo hacia la cama, me pongo la sudadera color gris que acabó en el piso luego de nuestro encuentro sexual, y por último, me coloco las zapatillas.
–Ross- la escucho llamarme, se ve seria, me pongo de pie de inmediato– Mi padre es un idiota.
Bufa.
–¿Qué sucedió?
–Al parecer alguien captó imágenes de mi casa donde papá gritaba y le levantaba la mano a mamá- suspira, pasando las manos por su rostro– Y las mandó a un canal de televisión.
Mi corazón se congela.
Su expresión no es tan preocupante, gracias a Dios, pero aún así, puedo ver los nervios que la noticia causa en ella.
–Los están siguiendo, bueno, eso es lo que creen ellos y yo también, contratarán a personas que investiguen todo eso, para que así ya nadie pueda acercarse a nosotros y exponer información personal.
Germán...
–Todo está bien por el momento pero, mi madre piensa ponerme más restricciones por mi seguridad.
Frunzo el ceño.
–¿Todo está bien?
Asiente.
Sentándose en la cama.
–El dueño de el canal de televisión donde enviaron las imágenes es socio de mi padre, le dijo a penas pasó todo y mi padre le pagó para que no exterioricen la noticia.
Suspiro de alivio.
Por eso es que no está afectada.
Bien.
Me aseguraría de hablarle a Germán para que guarde esas imágenes hasta concluir con toda la información.
–De todas formas no me sorprendería si el que tomó las fotos lo hace- y a mí tampoco– Papá está tratando de contactarse con él para comprar su silencio.
Me siento al lado de _____________.
Acaricio su brazo con delicadeza.
Haciendo que ella me mire.
–Pase lo que pase, estarás bien preciosa.
Ella niega.
Recostando su cabeza en mi hombro.
–Tu padre no es una buena persona- suspiro, pensando dos veces cada palabra que sale de mi boca– Está obteniendo lo que se merece por hacerte daño, y también a tu madre.
–Y no solo a nosotras- me mira, frunzo el ceño– Hay muchas cosas que sucedieron hace muchos años... donde mi padre también causó daño.
Me relamo los labios.
Sin dejar de observar su expresión.
Sus ojos reflejan tristeza.
–¿Cosas?- pregunto.
Creyendo saber a lo que se refiere.
–Sí, las que te conté anteriormente y...- deja de mirarme– Creo que ha estado involucrado en cómplice de asesinato.
La piel se me eriza.
¿Esta diciendo lo que creo que dice?
–¿Qué?
–Ya sabes- baja la mirada– No estoy orgullosa de eso en lo absoluto, pero cuando no se sale con la suya, bueno, anteriormente solía pagarle a terceras personas para que se deshicieran de los que le causaban problemas.
Trago saliva.
¿Ella sabe que Robert mandó a matar a mi padre? ¿O que lo mató?
–¿Tu padre no es el que dispara el gatillo?
Frunce los hombros.
–En realidad no lo sé, espero que no, no sé mucho de esos temas pero algo así escuché cuando hablaba con mamá.
Tenso la mandíbula.
Conteniendo de preguntarle si es que él mató a mi padre y por qué. A pesar de que las cosas ya están más que claras.
–¿Sabes a quienes mató?
Pregunto.
Rogando interiormente por no parecer un maldito chismoso.
Ella niega.
Volviéndome a mirarme.
–La última vez que lo vi angustiado por ese tema fue por un empresario que había sido su amigo hace mucho tiempo.
Y allí es cuando me entran las malditas ganas de llorar estúpidamente. Haberlo escuchado de la boca de su hija me destroza el corazón de la misma manera en la que él me lo destrozo años atrás.
–¿Te encuentras bien?
Toma mi rostro entre sus manos de inmediato.
Observando mis ojos con preocupación.
Asiento.
Dejando que me acaricie.
Ella no tiene la culpa de nada.
–¿Qué sucede? Por favor dime...
Una lágrima llena de impotencia se resbala por mi mejilla, para luego perderse al caer de mi barbilla.
Sus pulgares siguen acariciando mi rostro.
–¿Es por lo que te conté?
Niego.
Mintiendo.
–Estás así desde que cortaste esa llamada Ross con tu jefe, ¿qué demonios sucede?
Me restriego los ojos con fuerza.
Intentando calmarme.
–Iré a caminar.
Me levanto de la cama.
____________ frunce el ceño.
Se levanta ella también.
–Ross... dime algo...
–No es nada importante- tomo su rostro entre mis manos– A penas me sienta bien, te lo contaré.
–Crees que soy un mounstro, ¿verdad?
Frunzo el ceño.
–¿Un mounstro?
Ella asiente.
–Crees que soy como mi padre.
La apego hacia mi cuerpo y la abrazo con fuerza. Sintiendo sus manos correspondiéndome al abrazo.
–El único mounstro aquí soy yo, ______________.