Capítulo 09

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Su inestabilidad me hace darme cuenta que no está bien. Esta paralizada mirándome a los ojos, con una botella de vino en la mano. La miro con más detalle al darme cuenta que no pronuncia ni una sola palabra, maldita sea. Acabo de arruinar toda esta mierda.

-¿____________?

Pregunto.
Y veo como una lágrima cae por su mejilla, escurriendo el maquillaje que esta usando por toda esta.

-Ross- susurra ella, acercándose a mí con las lágrimas en las mejillas- Lara se esta cogiendo a mi ex.

Su cuerpo cae contra el mío y la botella de vino se rompe en el piso, quedando hecha pedazos. Doy un suspiro de alivio y de inmediato correspondo a su abrazo, tratando de cargarla para poder llevarla hasta su habitación.

Esta vez cierro la puerta de la habitación de los padres de _____________ con llave. Sus sollozos de fondo solo hacen que me ponga más nervioso. Observo a nuestro al rededor, las personas ni siquiera nos miran debido al humo, y a la diversión que están teniendo.

Vuelvo a recorrer el pasillo del segundo piso hasta llegar a la habitación que tiene en la puerta la primera letra del nombre de la bonita. Con una de mis manos, logro abrir la puerta, gracias a Dios no hay ninguna pareja cogiendo dentro.

Al entrar a su habitación cierro la puerta y la dejo sobre la cama boca abajo, teniendo el tiempo suficiente para esconder los papeles que robé del cuarto de sus padres bajo unas cuantas revistas que hay en el piso.

Cuando ella me da la cara.
Suspira, aún con lágrimas en los ojos.
Me siento a su lado.

-No te merece _____________- acaricio su mejilla izquierda. Teniendo unas ganas increíbles de recorrer todo su cuerpo con mis ojos- Deja de llorar por esas personas preciosa.

Le digo.
Ella se sienta en su cama, y se acerca a mí tanto que llega a estremecerme todo el cuerpo.

-No entiendo por qué nadie me quiere Ross.

Susurra, haciendo que un montón de lágrimas más caigan por sus mejillas. Siento mi corazón encogerse de inmediato, verla llorar así me parte el corazón.

-Hay miles personas que te quieren- respondo, obligándola a mirarme a los ojos- Eres una persona muy querida, en todo sentido.

-No lo soy- solloza- Soy un asco.

-Claro que no- se apega más a mí, tomo su rostro entre sus manos, tratando de analizar sus ojos con detenimiento, sus ojos no están rojos. Es una simple borrachera- No pienses eso de ti misma.

-Es lo que soy- vuelve a sollozar, solo que esta vez su cabeza ya está en mi hombro, y sus piernas rozan con las mías.

Maldita sea.
Mi miembro se endurece al sentirla tan cerca de mí, y peor que otras veces, las otras veces los dos estábamos en lugares públicos llenos de personas, donde es más que obvio decir que nada podría pasar a excepción de unos besos.

En cambio, ahora estamos aquí, en su habitación, en una cama, con una fiesta afuera de esa puerta. Nadie nos oiría, nadie nos interrumpiría.

-Estoy cansada de ser quien soy, tengo una vida hecha mierda Ross, estoy harta.

Susurra aferrándose a mí.
La abrazo, teniendo cuidado de no acercarme más a ella, ya que si lo hago, ella comenzaría a sentir mi erección.

-¿Por qué dices eso?

-Porque todos me quieren muerta- se separa de mí para mirarme, esta llena de lágrimas,  trato de limpiarselas pero ella se zafa de mi agarre- Solo por ser hija de Robert y Marie- vuelve a sollozar- Tienen un montón de odio, ni siquiera entiendo por qué pero sé que hacen cosas malas.

Suspiro. La seriedad de sus palabras me hace darme cuenta que no está completamente borracha.
De ninguna manera sacaría mi celular para grabar esto por más que me tiente a hacerlo.

-¿Qué cosas?

-Roban clientes a un montón de empresas, matan por seguridad, se deshacen de todo lo malo que hacen con una buena suma cantidad de dinero- alza su tono de voz- Hasta destruyen físicamente a las personas que alcanzan el mismo nivel de su empresa, los matan Ross, los matan- vuelve a mirarme.

El tono de sus palabras me causa escalofríos.
Robert jamás amenazó a Riker.
O al menos eso es lo que creo... además, los dos compiten diariamente por pasar a la otra.

¿Qué demonios?
¿Estará tramando algo para matar a Riker?

El corazón se me acelera de tan solo pensar eso.
Maldita sea. Debo hacer algo.

-Estoy tan harta, tanto que quiero drogarme, sino lo hago es porque te lo prometí en el restaurante y...

El corazón se me encoge.
Mi palabra tiene importancia en ella.
¿Por qué mierda tiene que ser tan difícil todo esto?

-Creo que esta situación lo amerita- susurro. Apretando los ojos con fuerza- No quiero que te sigas sintiendo así.

Ella me mira.
Frunciendo el ceño.
Mierda.

-¿En serio?- pregunta, acercándose a mí- ¿Lo harías conmigo?

Trago saliva.
Y asiento.
Colocando mi mano sobre la suya.
Ella se levanta de la cama en un momento y comienza a buscar por todas las cosas que tiene en su mesita de luz, hasta sacar un pequeño paquete que contiene pocas pastillas de varios colores.

Jamás había consumido antes, pero por algunos amigos sé que eso es éxtasis.

Maldita sea.

-Ten- me da una, con una desesperación tremenda.

-No- digo de inmediato- Yo elegire la mía.

Le quito la pequeña bolsa y la miro, con detenimiento. Esta mierda haría pedazos a _____________. La idea de que sea adicta me estremece la piel.

-Rápido Ross, no sabes lo mal que me siento.

Vuelve a acercarse a mí, y la beso mientras introduzco la bolsa en mis jeans. Ella no me corresponde. Suspiro, tomándola de la cintura. Ella se separa de mí.

-Pensé que tenías novia.

-Ya no.

Y me aseguraría de no volver con ella luego de esas jodidas imágenes que me envió Riker hace minutos.
La tomo del cabello y vuelvo a besarla, ella duda pero me devuelve el beso, haciéndome querer gritar de emoción. La recuesto suavemente en la cama, teniendo ligeros recuerdos de mi sueño, teniendo su cuerpo desnudo frente a mí.

De tan solo recordar que en aquel sueño me encargaba de adueñarme de ese lugar tan privado que tiene, me pone los nervios de punta.

Siento mi miembro palpitar ante sus caricias en mi cabello. Jodida _____________, pero que buena estas.

Siento sus piernas enredarse en una de las mías, haciéndome liberar un gemido, muerdo su labio inferior haciéndola gemir. Paso mis dedos por sus piernas, siento más su piel debido a que el vestido se le ha levantado.

-Ross...
Susurra ella.

Me separo tan solo un poco de ella, mis besos bajan a su cuello, lo beso, saboreando el aquel delicioso sabor de su piel.

-¿Te acercaste a mí solo para esto?

Dejo de besar su cuello.
Y la observo.
Sus ojos vuelven a estar vidriosos.
Suspiro, poniendo cada una de mis manos a los lados de su cabeza.

-No ______________, claro que no.
Remarco estas palabras, observando sus preciosos ojos celestes.

Siento como sus manos vuelven a tomar mi rostro y une nuestros labios de una manera feroz.
No dudo en seguirle el beso, mientras que mis manos recorren su maravilloso cuerpo.

-Quiero hacerlo contigo- susurra en mi oído.

Frustrado; Ross LynchWhere stories live. Discover now