Capítulo 27

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Hace mucho que no solía sentirme tan cómodo con una persona en las noches, hasta que ____________ entró a mí vida. Cuando estábamos en mi cabaña solíamos dormirnos tarde por ver comedias románticas de los años sesenta. Sí, así es, nos gustan las películas antiguas donde las personas solían tener otra perspectiva del amor y afecto hacia los demás.

Y ahora que estamos en París, completamente alejados de todo y todos, puedo decir que esto no puede ser más que perfecto.

No debo de preocuparme a diario por los paparazzis o por disfrazarme, aunque de todas formas no lo dejo pasar. Tampoco debo de inquietarme por la posibilidad de que su padre nos vea o algún hombre o mujer que trabaje para él. Y un sin fin de cosas más que producen que esté en las nubes actualmente.

Ayer, luego del regalo que le hice, decidimos dar unas vueltas más a la ciudad, y luego ir al hotel. Donde tuvimos una preciosa charla que no cambiaría por nada en la vida. Me dijo las cosas que siente por mí, y que tiene miedo a que yo me aleje de ella por su padre, cosa que definitivamente no pasaría.

Conectamos tanto, que en un momento se cruzó por mi cabeza la idea de decirle todo el plan contra su padre, cosa que rectifiqué de inmediato antes de abrir la boca y arruinar todo.

Descubrí más cosas acerca de _____________, es una persona más que sensible, suele preocuparse por lo que las personas de su alrededor digan, y que está harta de su padre. Por supuesto, no hace falta recalcar, que haría hasta lo imposible para rectificara aquellas ideas, y que la protegería de Robert.

El resto de la noche nos la pasamos besandonos y comiendo palomitas de maíz con la intensión de hacer el amor, pero no tuvo ganas ya que hacía un frío de mil demonios. Luego de minutos, se me ocurrió aumentar la calefacción, pero ya estaba dormida. Y no dudé dormir a su lado sin quejarme.

La esperaría las veces que ella quisiera.
Ella antes que todo.

-¿Ross?- su voz me saca de mis pensamientos- ¿Te encuentras bien?

Sus brazos me rodean el cuello, y sus labios besan mi mejilla izquierda. Acaricio sus brazos, sintiendo como se erizan.

-Estaba pensando.

Le respondo, sonriente.
Volteo, y la observo.
Esta ligeramente maquillada, su cabello está atado en una fuerte coleta. Se ve hermosa.

-Me encanta como te queda el cabello sujetado.

_____________ ríe.
Dándome un beso en los labios.

-¿Por qué?

Frunzo los hombros.

-Te ves más sexy de lo normal- ríe- Además, tus ojos se ven más grandes y preciosos.

Vuelve a besarme.
Solo que esta vez el beso es largo, y sé perfectamente hacia donde va cuando siento sus manos en la parte baja de mi albornoz.

Gruño.
Sin dejar de besarla, yo también bajo mis manos, sabiendo que esta desnuda debajo de este, mis dedos tocan con suavidad su monte de venus, haciéndola gemir, como reflejo, abre las piernas, dándome más paso hacia su vagina.

Deslizo mis dedos por esta mientras nuestras lenguas juegan en un delicioso juego placentero. La crema de ____________ no tarda embarrar mis dedos haciéndome saber que está excitada.

Gime.

-Estás muy mojada.

Le aviso.
Separándome tan solo un poco de ella.
Ella asiente, río al ver sus mejillas ruborizadas.
Pero a pesar de ello, _____________ se recuesta en la cama, y abre las piernas, mostrándome su vagina.

Frustrado; Ross LynchWhere stories live. Discover now