Capítulo 14

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Suspiro, una y otra vez. Tratando de no sentirme mal ante el nuevo titular de los periódicos. Maldición, no pensé que todo esto fuese a propagarse tan rápido.

"Hija del empresario Robert Thomas, es consumidora y necesita rehabilitación"

"Padre descuidado"

"¿Drogándose en el mismo techo de sus padres?"

No cabía duda alguna de que había destruido de cierta forma a Robert. Pero también a ____________. Y honestamente, eso no estaba en el plan.

¿Cómo se sentiría ella ahora?

Le escribí a penas Riker entró por la puerta principal de la sala principal con tres periódicos con el mismo contenido con una sonrisa de oreja a oreja. No pensé que todo esto fuese a suceder tan rápido.

Pensé que Germán al menos tendría un poco de más compasión ante una adolescente de dieciséis años.
Pero bueno, cuando se trata de dinero, algunas personas se ciegan, además, la pena que siento por ____________ fue algo imprevisto que fui sintiendo a mediados la conocía... si nunca la hubiese conocido con el corazón no estaría así en estos momentos.

Como decía, le escribí miles de mensajes preguntándole como estaba desde que me enteré que la noticia ya estaba en todos los periódicos de Estados Unidos; no me respondió, ni tampoco me leyó.

Y eso me aterra.

Si Robert fue capaz de matar a mi padre, por supuesto que es capaz de pegarle a su propia hijaz, y mucho más teniendo en cuenta de que se acaba de enterar de que es consumidora, y por periódicos, no por ella.
Es por lógica.

Muevo mis pies impaciente.
¿Por qué los minutos tienen que pasar tan lento?

Observo la escuela de _____________ con atención, faltan exactamente cinco minutos para la salida. Recorro la calle con mi mirada, no hay autos que se familiaricen con ella o con su familia.

Lo cual es un punto a mi favor.
Pero, si es que no ha asistido a la escuela.
Todo se iría a la mierda.

Luego de unos pequeños minutos de ansiedad, la campana de la escuela suena, dejando ver al instante a varios estudiantes. Ninguno que pueda reconocer.

Muerdo mi labio inferior.

–_____________ por favor...- susurro– Necesito saber que estas bien.

Observo a cada estudiante salir de la escuela hasta que ya no salen más. Decido quedarme allí estacionado, ya que podría ser que salga tarde o algo por el estilo.

Demonios.
¿Por qué me siento tan culpable?

Salgo de mis pensamientos cuando una mano toca el vidrio de la ventana de mi auto. Volteo de inmediato. No es ella. Es un chico que tiene el uniforme de la escuela, es muy blanco, y tiene los ojos color café.

Volteo hacia el frente, mientras bajo el vidrio de la ventana con el botón.

–¿Ross?- me pregunta.

Trago saliva.
De saber que puede reconocerme y decirle a _____________  quien soy me pone los nervios de punta aún más, como si eso fuese posible.

–¿Te conozco?

–Soy un amigo de ____________- me dice– Se comunicó conmigo por la mañana y me dijo que hoy saldría contigo por la tarde, me dijo que la esperes en Robles 435.

Asiento.

–Gracias.

Murmuro, para luego subir la luna del auto como un loco desquiciado. Creo que debería empezar a venir encubierto todos los días para evitar los nervios.

Frustrado; Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora