Capítulo 02

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-¿Qué haces?

Me pregunta Riker, abotonando su saco para luego beber un poco del café que Sam dejó en la cafetera antes de ir a hacer las compras al supermercado.

-Nada- susurro, guardando mi celular en mi bolsillo- Solo chequeaba unas cosas.

-Ross- me mira serio, contengo las ganas que tengo de reírme- Deberías estar ya trabajando en la empresa, recuerda que eres mi sucesor.

-Sisisi...

-¿Podrías tomártelo con seriedad?- bufa, pasando sus manos por su rostro- Olvídalo, solo a mí se me ocurre aceptar tus vacaciones por un mes por tu supuesta depresión.

Alzo una ceja.

-Riker, necesitaba tiempo para pensar en todo lo que ha estado pasando en este tiempo.

-¿O para follarte a Khali?

Ruedo los ojos.
Riker me mira por última vez y sin decir ni una sola palabra más, sale de la cocina, no sin antes tomar el periódico de hoy para poder leerlo en el tráfico de la ciudad.

Suspiro.
Este tipo de conversaciones con Riker suelen ponerme de mal humor, Riker cambió mucho desde la muerte de nuestro padre, y le doy toda la razón. Sobre él cayó el peso de toda la empresa y de todos los trabajadores.

Agradezco haber sido el último hijo.
Sino estaría como Riker lo esta ahora.

Vuelvo a mirar la pantalla de mi celular, esperando algún mensaje de Germán. Pero aún no hay nada.
¿Tan difícil es seguir a una jodida adolescente de 16 años?

Escondo mi celular de inmediato cuando siento pasos acercarse hacia mí. Es Khali, está vestida con el vestido rojo que me encargué de retirarle con mis dientes ayer por la noche, y lleva su enorme cartera colgada en su brazo izquierdo.

-¿Cómo amaneciste?

Le pregunto, tratando de sonreír, observando como se acerca hacia mí y me deja un pequeño beso en los labios.

-Mal- suspira acomodándose su cabello sedoso- Sabes perfectamente que odio no verte a mi lado al despertar.

Hago un esfuerzo por no rodar los ojos.

-Ayer en la noche no cené, y me dió mucha hambre esta mañana.

-Podrías haberle dicho a Sam que te suba el desayuno Ross.

Despeina mi cabello y se aleja rápidamente por más que trato de detenerla.

-Nos vemos por la noche.

Me lanza una pequeña sonrisa y sale de la cocina.
Estoy por levantarme para poder despedirme de mi novia de una buena forma pero no lo hago debido a que mi celular vibra.

Es Germán.

Contesto la llamada mientras me pongo el celular en mi oreja y salgo hacia el patio. Hago una mueca al sentir todo el sol en mi rostro.

-¿Qué conseguiste?

-Esta comprando zapatos con sus amigas- responde a mi pregunta, parece estresado- Pero me enteré que estarán en una cafetería por la noche.

Frunzo el ceño.

-Dime por favor que hoy no es el día en el que tengo que hablarle.

Escucho la risa de Germán a través del teléfono. Eso es un sí.

-Es la única forma en la que podrás acercarte a ella.

Tiene razón.
He gastado mucho dinero en toda esta información como para no poder hacer algo tan sencillo como hacerme amigo o por lo menos dirigirle unas cuantas palabras a ____________ Thomas.

-Puede reconocerme.

Susurro.
Y eso realmente me hacía temer.

-Lynch, ya habíamos hablado de esto, me encargué de hacerme pasar por su jodido tío, fuí a su escuela y hablé con cada uno de sus maestros, esa chica no tiene cerebro, no hace nada en clases, solo revisa su celular, habla con sus amigas y ya, tiene la vida comprada Ross. Te apuesto que no sabe ni del problema que tuvieron sus padres con el tuyo. Además, según sus maestros tiene déficit de atención y problemas de aprendizaje, no es la persona más lista que digamos como para que sepa quién eres.

Recuerdo esa conversación.
Y agradecí un millón de veces al maestro de teatro de Germán haberle enseñado a actuar tan bien para hacerse pasar como el tío de _______________ y entrar a su escuela, gracias a Dios, todo salió más que perfecto.

-Okey- miro hacia el cielo- Entonces, iré a esa cafetería, e intentaré acercarme a ella.

-Ajá, no olvides que si por alguna razón llega a reconocer quien eres, actúa natural, y dí que te importa una mierda lo que sea que haya pasado entre sus padres, trata de ganarte su confianza en esas horas y dile que no le mencione nada a su padre, porque si lo hace, tendrías problemas tu también con tu mamá.

Trago saliva.
Mamá.
Odio mencionarla, y también odio hablar de ella, pero esta vez valdría la pena.

-¿Cuál es la cafetería?

Corro hacia la cocina, tomo un bolígrafo y un pequeño papel donde apunto la dirección exacta y el nombre de esta.

-Será una inauguración así que ve bien vestido.

-No puedo creer que vaya a ir a una cafetería- arrugo la nariz- Hace años atrás solo iba a discotecas.

Germán ríe.

-Irán porque es la cafetería de la madre de Lara, una de las amigas de _____________.

A veces me daba miedo el hecho de que Germán supiese investigar a las personas tan bien. Pero otras veces me dan ganas de llorar por lo tan profesional que es.

-Esta bien, allí estaré.

-8:30pm.

Me indica para luego colgar la llamada.
Dejo el papel sobre el estante de la cocina, escuchando unas llaves moverse.

Sam ya está aquí.

-¡Joven Ross!- exclama ella, me dirijo de inmediato hacia ella para ayudarla con las compras.

-Te he dicho miles de veces de que me llames cuando vayas a comprar Sam.

Le digo, dejando todas las cosas sobre el estante.
Sam trabaja en esta casa desde hace cinco años, tiene 65 años de edad y puedo jurar que es una de las personas que más quiero en mi vida debido a todo lo que me ha apoyado.

-Es que me daba tanta pena despertarlo joven Lynch- acaricia mi rostro- ¿Qué le apetece de almuerzo?

Le sonrío.
Cuando veo sus ojos puedo ver a mamá en ella.

-Lo que sea Sam, sabes que como de todo.

Me devuelve la sonrisa y no tarda en comenzar a sacar todas las cosas que ha comprado de las bolsas reciclables. Vuelvo a sentarme donde lo estaba anteriormente.

Saco mi celular y entro a galería.
Hay una foto de _______________ Thomas que guardé, al igual que de su madre y el hijo de perra de su padre.

A pesar de todo ella no tiene la culpa de lo que su padre ha causado en mi familia, pero aún así es la única forma de llegar a él, es mediante ella, ya que no tiene tíos, ni tampoco sobrinos.

Así que ella, es mi única opción para poder llegar a honrar a mi padre después de su muerte.

Frustrado; Ross LynchWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu