Nunca Lo Imaginé ||Libro 3||...

By EMM1498

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Él tiene treinta y cinco, y yo veinte. Ross Gring es un mujeriego sin escrúpulos. Annie Smith es una chica fu... More

Prologo
Capítulo 1: Propuesta
Capítulos 2: Despedida
Capitulo 3: Idiota.
Capitulo 4: Nueva etapa
Capitulo 5: La presidente
Capítulo 6: Tenemos que celebrar
Capitulo 7: Otros ojos
Capitulo 8: Travesuras
Capitulo 9: ¿Bailamos?
Capitulo 10: ¿Qué paso anoche?
Capitulo 11: Una noche especial
Capitulo 12: Día familiar
Capítulo 13: Un día de mierda
Capítulo 14: Un juego es de dos
Capítulo 15: Tenemos que hablar.
Capítulo 16: ¿Quien eres realmente?
Capítulo 17: Enojo.
Capítulo 18: Te quiero lejos de mí.
Capítulo 19: No, otra vez no.
Capítulo 20: Complot
Capítulo 21: Todos contra Ross.
Capítulo 22: Bienvenue à Paris.
Capítulo 23: Deseo
Capítulo 24: No más.
Capítulo 25: Decisión.
Capítulo 26: No quiero.
Capítulo 27: Temor y culpa.
Capítulo 28: Drs. Hernández.
Capítulo 29: ¿Esto es lo mejor?
Capítulo 30: Esta es mi familia
Capítulo 32: Solo un problema a la vez.
Capítulo 33: Necesito tiempo.
Capítulo 34: Un evento desafortunado.
Capítulo 35: Al descubierto.
Capítulo 36: ¿Qué es lo que quieres?
Capítulo 37: El tiempo podría ayudar.
Capítulo 38: Futuro.
Capítulo 39: Mas de una trampa.
Capítulo 40: Nunca me lo perdonare.
Capítulo 41: Libertad.
Capítulo 42: Cuidado.
Capítulo 43: Mudanza
Capítulo 44: Giros de la vida.
Capítulo 45: Nunca lo imaginé.
Epílogo.
Agradecimiento.

Capítulo 31: Una oportunidad.

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By EMM1498

Annie.

Espero no estés ocupado, estoy yendo a verte.

Tenemos que hablar.

Bloqueo mi teléfono y lo guardo en el bolsillo de mis vaqueros, me siento nerviosa por lo que voy hacer y es que no se si está bien, solo sé que es lo correcto o eso quiero pensar. Luego de mi conversación con tío Edmon no he dejado de pensar en esto y casi no dormí por lo mismo, pero como él dijo: no pierdes nada con intentarlo y eso lo que voy hacer, intentarlo.

Espero que este intento no perjudique las cosas, la conversación que tuve con Chris también me hizo pensar mucho las cosas, ese hombre siempre me hace pensar las cosas y lo detesto-amo por eso, estoy comenzando a tener una especie de amor-odio hacia él. Ayer antes de que Chris se vaya de la casa de mis padres hablamos otra vez y me dijo algo parecido a lo que tío Edmon me dijo, solo que lo suyo fue más crudo y además, me beso para dejar su punto claro.

Flashback

–Tío no creo que sea bueno hablar de Ross –me levanto de la arena y vuelvo hacia la casa.

–Quiero hablar de él –refuta –, necesitas saber que Ross te quiere y quiere a ese bebé. Los quiere a ambos pero están idiota que no sabe cómo decirlo o demostrarlo.

–Se que nos quiere, él mismo me lo dijo –no me detengo, continua caminando –. Pero eso no cambia nada.

–Annie detente, soy muy viejo como para seguirte –detengo mis pasos y espero hasta que él llegue a mí –. Gracias.

Espero algunos minutos hasta que él vuelva a hablar y no lo hace, así que hablo yo.

–Ross me propuso que intentemos una relación –cuento y una sonrisa se le dibuja en el rostro a mí tío –, incluso me beso solo que... no creo que eso sea lo que él quiere realmente.

–Si te lo propuso fue por algo, ¿no?

–¿Amenaza? –él niega y me abrazo por el frio que tengo –Tío conoces a mi hermano, sabes como él cuida de mí y no quiero pensar qué clase de cosas le pueden decir mis padres.

–Él no dejaría que nadie lo amedrente –no pienso igual, Ethan es alguien importante para Ross y sé que no le gustaría que estén mal –, si te lo pidió fue por algo y no deberías rechazarlo, no pierdes nada con intentarlo.

En ese momento Chris se asomó por las escaleras y cuando me vio comenzó a bajar de ellas, mire a mi tio y le sonreí para luego caminar hasta Chris.

Fin del flashback.

–Annie llegamos –la voz de Sam me saca de mis recuerdos y me devuelve a la realidad –¿Quieres que te espere?

–No sé cuánto tarde –tomo una bocanada de aire y abro la puerta del coche, antes de bajar le pido que se vaya. –, te llamo cuando termine.

Termino de bajar del coche y camino hacia el gran edificio, me siento algo extraña volviendo aquí y es que no vuelvo a la empresa desde que renuncie. Al entrar la recepcionista me recibe con una gran sonrisa y me da un pase de visitante, se lo agradezco y camino hacia los ascensores.

Mientras el ascensor sube mis nervios hacen lo mismo y no lo puedo evitar, estoy a punto de ir a decirle a Ross que nos debemos una oportunidad y que intentemos tener una relación de pareja, puede que con el tiempo los sentimientos surjan o no. Las puertas del ascensor abren y me encuentro en el piso de presidencia, el lugar al que solía venir a trabajar. ¡Joder, extraño mucho esto!

Voy hasta Francis y la saludo con mucho cariño, ella me devuelve el saludo y le pido que le informe a Ross que me encuentro aquí, pero ella me dice que en este momento se encuentro algo ocupado y que por el momento no podrá atenderme. El tono que uso para decir ocupado me parece algo raro, intento insistirle y decirle que es urgente lo que debo hablar con él, pero la chica continua diciéndome que lo mejor será no molestar a Ross.

Le digo que lo esperare aquí y ella me ofrece algo para beber, le pido un poco de agua y ella se va para traerme lo que le pedí, mientras espero veo pasar a Lee y lo llamo para saludarlo. En cuanto se acerca me felicita por mi embarazo y me dice cuanto me extraña, además de que según él las cosas no son las mismas desde que me fui porque mi madre no ha dejado de cortar cabezas a su paso.

Francis vuelve con una botella de agua y me la entrega, los tres comenzamos a hablar de las cosas que están sucediendo en la empresa y en un principio no quisieron decirme nada, creo que es por miedo a lo que le pueda decir a mi madre así que les aseguro que por mi ella no se enteraría de nada. La primera en hablar es Francis, ella me cuenta que mamá ya ha roto tres sociedades y por lo que sabe es por comentarios fuera de lugar o por contradecirla, luego Lee cuenta que mamá no sé ve nada bien y no suele salir mucho de oficina, además que ella no se presenta en las reuniones y es Ross quien se está encargando de eso.

Todo esto es muy raro, mamá jamás ha disuelto una sociedad porque alguien ha estado en contra de sus pensamientos, sino todo lo contrario, a ella le encantan los desafíos y si alguien esta su contra hará todo lo posible para que esa persona vea lo equivocada que este. En eso ambas nos parecemos, siempre nos han gustado los retos en la empresa y es que la victoria sabe tan bien que no hay manera de describir eso, a mi encantaba hacer callar a Britt era como mi pasatiempo favorito, por eso nunca disolví la sociedad.

Lee cambia rápidamente el tema y hace que la conversación gire en torno a mi embarazo, Francis me felicita y ambos comienzan hacer miles de preguntas respecto al embarazo y lo único que les puedo decir es que tengo casi tres meses de embarazo. No les digo más porque no tengo ánimos de que pregunten que es la trombofilia y sobre el padre prefiero guardar su identidad, primero debo hablar con Ross y ver si no se arrepintió de nada de lo que me ofreció.

Se escuchan algunos gritos desde la oficina de Ross y eso me parece extraño, jamás Ross a discutido con algún socio o cliente, eso no es propio de él y por más de que se muera por gritar muchas cosas siempre guarda compostura. Me acerco hasta la puerta para escuchar mejor y Francis me pide que no haga eso, no la escucho y pego mi oreja a la puerta para escuchar mejor, entonces me doy cuenta que la voz que grita es de la una mujer y es imposible escuchar con claridad las cosas que dice, abro la puerta para poder escuchar mejor.

–¡Eres un idiota! –es lo primero que escucho y concuerdo un poco con la mujer –¡Mírame Ross, soy perfecta! ¡¿Qué es lo que me falta para que puedas decidirte y pedirme matrimonio?!

Cuando la mujer deja de gritar es silencio lo único que hay en la oficina. Un completo silencio.

–He pasado los últimos dos años constándome contigo –la voz de la mujer se escucha débil, creo que está llorando –¿para qué? Y sé que me advertiste que nada sentimientos si queria seguir viéndote, porque eres de esos que dicen que solo la pasamos bien y ya. Pero me enamore y lo estoy hace mucho tiempo, siempre tengo la esperanza de que a ti algún día te pase lo mismo.

Escucho un sollozo y luego solo eso se escucha sollozos, creo que no es momento de hablar con Ross y es que esta mujer le acaba de abrir su corazón a Ross y ella lleva mucho tiempo esperando porque él se enamore, no tanto como yo pero se lo que siente y es horrible estar enamorada de alguien que no te corresponde. Comienzo a cerrar la puerta y lo hago con el mayor de los cuidados, no quiero que ninguno de los dos se dé cuenta que los estuve escuchando y eso estuvo mal, no tuve por qué escuchar nada de lo que ella dijo y ahora me siento mal.

Justo cuando estoy por cerrar la puerta comienza a darme un horrible mareo, me sostengo de la puerta pero no es suficiente, Lee se da cuenta y grita mi nombre mientras corre a mi rescate. Él me toma de la cintura y hace que mi cuerpo se mantenga estable, tomo bocanadas de aire pero el mareo continua, siento que esto no va a terminar nunca y por si esto no fuera suficiente Ross aparece por la puerta.

Ross no pregunta nada solo me toma en brazos como si fuera una damisela en apuros, la cual no soy o por lo menos no del todo, y me lleva hasta el sofá que se encuentra dentro de su oficina, le pido que me baje y él no me hace caso. Miro a la mujer que estaba hablando con él y ella se ve terrible, se le nota mucho que estuvo llorando y estoy segura que lo menos quiere que es que Ross se distraiga conmigo en estos momentos.

–Estoy bien –digo e intento ponerme de pie, pero el mareo continua y me veo obligada a volver a sentarme –, es solo un mareo y es normal.

–Yo no lo creo –musita Ross y su tono es serio –¿Qué desayunaste hoy?

–Nada –confieso y tiro mi cuerpo hacia atrás, apoyando mi cabeza en el respaldo del sofá.

–Sabes que no puedes hacerlo eso –me regaña él y yo ruedo los ojos. –. Francis pide un poco de fruta picada, zumo de naranja y yogurt.

Francis asiente con la cabeza y yo la detengo antes de que pueda irse, le digo que la acompañare y me pongo de pie, para mi buena suerte el mareo ya no está y puedo caminar sin miedo a caerme. Antes de poder acercarme a ella el estúpido mareo vuelve y esta vez es más fuerte, porque no me deja ni mantenerme en pie y por suerte Lee esta lo suficiente cerca para que pueda sostenerme.

Él me lleva hasta el sofá y me indica que no me levante de ahí, que él ira con Francis a buscar las cosas y que no tardara nada, que lo mejor será que me quede aquí hasta que por lo menos coma algo. Asiento con la cabeza y veo como él y Francis salen de la oficina de Ross, ahora me encuentro sola con Ross y la mujer que le acaba de confesar su amor, me siento muy incómoda y por suerte ellos no saben que escuche su conversación o de lo contrario esto sería incomodo y muy vergonzoso. Bueno para mí lo es, pero ellos no tienen por qué saberlo.

Nadie dice nada y esto es realmente incomodo, incluso entre ellos y es muy notable que lo que estaba pasando aquí no era nada de negocios, sino algo personal. Aclaro mi garganta para decir algo, pero en cuanto mis ojos caen en la mujer me doy cuenta que esa no es una buena idea.

Toda esta situación es muy incómoda y solo llevo algunos segundos con ellos dos solos y tengo la necesidad de huir de aquí, así que intento ponerme de pie para salir de aquí y eso es imposible porque él mareo aun continua y parece que cada vez es más intenso.

–Deja de intentar ponerte en pie –me regaña Ross –, pondrás en peligro al bebé y con tu situación es suficiente.

–¿Estas embarazada? –pregunta la mujer. Asiento y es no puedo decir nada, miro a Ross y él cierra los ojos como si intentara que nadie vea lo que está sintiendo ahora –Felicidades, ¿de cuantas estas?

–Casi tres meses –responde Ross por mí.

–¿Y el padre? –esta mujer sabe quién es y solo espera que alguno de nosotros lo confirme, pero yo no me siento capaz de hacerlo y estoy segura de que Ross tampoco.

–Es un hombre con el que pase una noche –digo. No es mentira, solo estoy omitiendo nombres y eso es bueno para ella –y como resultado termine embarazada, no lo buscamos solo paso y bueno aquí estoy. Por suerte tengo un muy buen primo que me ayuda, ¿verdad Ross?

La cara de la chica parece más aliviada al saber mi parentesco con Ross, soy una persona terrible por hacer esto, pero no quiero ser yo quien le diga a esta mujer que el hombre de quien está enamorada y han compartido la cama por dos años espera un hijo conmigo. Siempre he cubierto a mis sobrinos y primos de sus amantes, que es justo lo que estoy haciendo ahora y esta vez lo hago por mi seguridad, es que una mujer con el corazón roto puede ser capaz de todo o no, no conozco de nada a esta mujer y no sé cómo pueda llegar a reaccionar.

Solo quiero pensar que estoy haciendo esto por mi seguridad y la del bebé.

Tomo mi bolso y busco un dulce, puede que eso calme el mareo y pueda medio engañar al bebé para que piense que comí algo, necesito salir de aquí lo antes posible. Al abrir mi bolso veo que tengo una de las inyecciones que debo aplicarme a diario.

–¡Mierda! –susurro.

–¿Qué pasa? –inquiere Ross.

–Esta mañana no me inyecte.

–Mierda, Annie –vuelve a regañarme –. Sabes que no debes olvidar darte las inyecciones, eso es peligroso para ti y para nuestro hijo.

Ross se acerca hasta mí y parece no haberse dado cuenta de lo que último que dijo, pero la mujer detrás de él si se dio cuenta y no solo eso sino que su cara se transforma de tristeza a enojo. La veo acercarse hasta donde me encuentro y no sé si es porque viene a por mí o viene por Ross, él está sentado junto a mí rebuscando en mi bolso y supongo que no se está dando cuenta de nada de lo que está pasando.

Ross.

No puedo creer que Annie haya olvidado darse la inyección, seguro por eso es que tiene ese mareo y además de que no desayuno nada, son pasadas las once de la mañana y ella aun no comió nada. A veces parece una niña que necesita un canguro para que le indique todo lo que debe hacer o vivir con alguien que le recuerde a cada minuto todo, puede que su asistente le sirva para eso pero él ya no está trabajando con ella, tendré que hablar con él para que la llame a determinadas horas y le haga recordar las cosas.

¿Como es que ella puede encontrar algo dentro de este bolso? Esta todo desorganizado y hay muchas cosas que no creo que sean tan necesarias o puede que yo no lo encuentre de lo nervioso que me encuentro. No esperaba que Alisa se presentara hoy en mi oficina, menos que me dijera todo lo que me dijo, pero lo que más me impacto fue la confesión de su amor y es que nunca lo vi venir, ella jamás dio indicios de que se estaba enamorando de mí.

Todo entre nosotros era normal y siempre que necesitaba un polvo ella estaba disponible o si ella lo necesitaba yo estaba ahí, era la chica que siempre tenía a mi disposición y con la que más años llevo sin tener ningún tipo de complicación o eso creía, que idiota fui. Por lo menos sé que Alisa no se tomara muy a mal cuando le diga que voy hacer padre, sé que no le gustara y ahora menos que me confeso su amor, espero que comprenda y respete mi decisión de dejar de vernos.

Por el rabillo del ojo veo que Alisa se aproxima hasta nosotros y detengo mi búsqueda en el bolso de Annie, antes de que Alisa llegue hasta nosotros me levanto y me paro frente a Annie a modo de escudo. Cuando Alisa llega hasta mí golpea mi pacho con ambas manos y lo continua haciendo algunas veces más.

–¡¿Es tu maldito bebé?! –grita ella mientras me golpea –¡Mientras te acostabas conmigo lo hacías con ella!

–Cálmate –pido con calma.

–¡No quiero calmarme, idiota! –tomo de las muñecas a Alisa, sus golpes ya me están molestando –¡¿Por qué no me dijiste que veías a otra zorra?!

–¡No soy ninguna zorra! –alega Annie –Lo que paso entre nosotros fue algo de una noche y no planeamos nada de lo que vino después.

Eso era cierto, nada de lo que paso entre nosotros fue algo planeado y menos lo del embarazo pero sucedió y de cierta manera no me molesta que haya sucedido. Alisa intenta pasar sobre mí para llegar a Annie y no se lo permito, no permitiré que nada ni nadie la lastime a ella o nuestro bebé, ya fue suficiente luchar con ella para que continúe con el embarazo.

–Tranquila –el tono que uso ya no es tranquilo, sino de advertencia –, no lo volveré a repetir.

–¡Te acabo de abrir mi corazón! –me grita y cierro los ojos para mantener la calma –¡¿Por qué no me lo dijiste?!

No llegue a responder porque Francis junto con Lee entraron en la oficina, ambos caminaron hasta el sofá detrás de mí y Lee tenía una bandeja en las manos con todo lo que pedí para Annie. Comienzo a caminar lejos de ella y me llevo conmigo a Alisa, no correré el riesgo de que algo suceda y no quiero llamar a la seguridad para que la saque de aquí.

Annie saca la inyección de su bolso y veo como levanta un poco su blusa para luego aplicarse la inyección por arriba del ombligo, unos segundos después su semblante cambia y se ve mucho mejor que cuando la vi casi desmayada. Ella le indica a los recién llegados que lo mejor será que vayan a la sala de reuniones para que pueda comer tranquila, todos se ponen en pie y Francis ayuda Annie a ponerse en pie, los tres caminan hasta la puerta y desaparecen dejándome solo nuevamente con Alisa.

Me separo de ella y camino hasta el ventanal, necesito pensar en todo lo que sucedió hace diez minutos atrás y sobre todo necesito guardar la compostura para no salir corriendo detrás de Annie, quiero saber que se encuentra completamente bien. Escucho los pasos de Alisa y sé que está caminando de un lado hacia el otro, necesito hablar seriamente con ella y dejarle muy claro que no podremos vernos más, nunca más.

–¿Qué es lo que harás?

No sé qué responder, bueno si se, solo que no sé cómo decírselo sin que ella se lo tome a mal o lastimarla. Puede que no sienta lo mismo que ella, pero eso no quita que no la quiero lastimar.

–Me haré responsable de mi bebé –suelto sin mirarla, no puedo hacerlo ahora mismo –, no seré de esos que salen corriendo cuando tiene que ser responsable y es que tampoco me dejarían, nuestra familia es algo... especial.

–Lo entiendo –su voz sonó muy cerca –, tampoco espero menos de ti. Solo que hacerte responsable del bebé no implica que tengas que estar con ella –siento las manos de Alisa por mi espalda y eso me sobresalta –, podríamos seguir estando juntos y yo podría ayudarte a criar a tu hijo.

–No.

Me alejo de ella y camino hacia el otro extremo de la oficina.

–Alisa...

–No lo digas –pide y puedo sentir sufrimiento en su voz –, no termines esa frase.

–Lo siento, pero ya no podemos seguir con esto –suelto y mi tono sonó muy frio –. Tengo responsabilidades que asumir y tu no estas dentro de ellas.

–Por favor –suplica y se acerca hasta mí –, te amo y no me importa tener que compartir tu amor con un niño. Tengo amor suficiente para los dos y no necesito que me quieras...

–Basta –no puedo escucharla decir esas cosas –. No te mereces esto, eres alguien inteligente y bonita, solo debes buscar a alguien que sepa valorarlo porque yo no sé hacerlo.

Alisa rompe en llanto y corre hasta mí, se abalanza sobre mí e intenta besarme pero no se lo permito, no será nada sano permitirlo y es que puede tener un mensaje equivocado para lo que le estoy diciendo. Dejo que me abrace por algunos minutos y luego la aparto de mí, me cuesta un poco hacerlo y es que Alisa se aferra a mi cuerpo como si este fuera su tabla de salvación o algo parecido.

–Realmente lo siento –eso es lo único que puedo decir.

–¿Qué es lo que sientes, Ross? –ella se limpia las lágrimas y ahora su tristeza se transforma en enojo –¿El no quererme o despreciar a una mujer como yo?

–Yo... –Alisa levanta una mano y detiene lo que iba a decir.

–Solo espero que esa niñita te acepte –su voz esta teñida de desprecio –, una chica joven siempre busca a alguien joven y tu no lo eres tanto. Ella podría cambiarte en tan solo un suspiro o ni siquiera te aceptara. ¿Te has planteado eso? –no digo nada y eso parece una respuesta para ella –Buena suerte, creo la necesitaras.

Annie.

Las cosas se pusieron feas en la oficina de Ross, la mujer esa me llamo zorra y solo por estar embarazada del hombre con el cual ella se está acostando o estaba, no lo sé y no puedo decir que no me importa porque si me importa, después de todo Ross me pidió una oportunidad. Si él esta con ella y me pidió eso es igual de idiota que Henrry, no seré nuevamente la amante de nadie y es que puedo ser madre soltera, no necesito de él o de nadie para salir adelante junto con mi bebé y si mi madre pudo hacerlo por muchos años ¿Por qué yo no?

Francis y Lee no dejan de cotillear sobre lo puede estar pasando en la oficina de Ross, yo solamente estoy comiendo todo lo que me han traído para desayunar y es que con todo los nervios de esta mañana no me detuve a desayunar ni siquiera había pensado en ello. Bueno, ni quiera había recordado darme la inyección y eso ya es grave. Por suerte mamá no está en la oficina, al parecer tenía reuniones fuera de la oficina toda la mañana y eso me tranquiliza, no quiero asustarla con lo que paso antes.

–¿Crees que ellos lleguen a algo? –pregunto una Francis con mucha curiosidad –Esa mujer es bonita y no es la primera vez que viene por aquí.

–Ellos ya llegaron a mucho más que algo –el tono pícaro dejo claro lo que estaba diciendo, pero al parecer Francis no comprendió porque Lee se explicó mejor –. Que tuvieron sexo, Francis.

–Oh –las mejillas de la mujer se encendieron y eso me causo algo de gracia, solo que reprimí la risa para no hacerla sentirse mal –¿Y cómo sabes eso?

Esta vez no me pude aguantar la risa, pero intente ser lo más discreta posible y no funciono porque ambos me escucharon, me disculpo y la podre de Francis se convierte en una fresa por lo rojo que se pone su rostro. Lee le explica que es sencillo saber cuándo dos personas tienen sexo, solo hay ser muy buen observador y estar atento a los detalles.

Mientras Lee explica su teoría de cómo saber cuándo dos personas tienen sexo se escucha como alguien golpea la puerta de la sala, como la puerta es de vidrio puedo notar que es la secretaria de finanzas, le indico que pase y ella lo hace. En cuanto me ve me saluda con amabilidad y le habla a Lee para decirle que su jefe necesita que alguien de presidencia firme unos papeles para poder comenzar con la nueva producción.

Lee explica que la presidente está fuera de la empresa y no volverá hasta después del almuerzo y que el vicepresidente está atendiendo un caso familiar, la chica me mira con suplica y me pide que sea yo quien firme esos papeles. Me niego hacerlo y ella dice que si esos papeles no se firman ahora mismo la producción se verá atrasada y podríamos tener grandes pérdidas, derrotada le pido los papeles y le indico que primero tengo que verlos antes de firmar y en cuanto los firme los enviare.

Comienzo a leer los papeles y la chica se despide de todos, mientras más leo me doy cuenta que esta producción tendrá un valor demasiado elevado al que estábamos teniendo, incluso será el doble de elevado de cómo lo teníamos antes de que yo tomara la presidencia. Le pido a Lee que me traiga todos los papeles que tengan que ver con esta producción y quienes serán los que nos den las piedras y metales para realizarlos. Él me dice que todo eso está en la portátil de mi madre, entonces me pongo en pie y salgo de la sala de reuniones para ir a la oficina de mi madre.

Al entrar me dirijo directamente al escritorio y no veo la portátil de mamá, seguro se la llevo pero esta la computadora de escritorio y puede que los archivos estén allí, siempre hay un respaldo allí y es que los servidores de la empresa están conectados con esa computadora. Mientras espero que inicie sesión tomo mi teléfono y le marco a Sam para pedirle que vaya por mi portátil, presiento que esto me llevara un tiempo y es que necesito saber qué es lo que está sucediendo y por qué los costos se han elevado tanto.

Media hora después sigo enfrascada con todo esto, no entiendo el porqué de la elevación de costos y es que los metales y piedras que se utilizaran provine de unas de las minas que mi madre compro hace algunos años, eso quiere decir que no tenemos que pagarle a nadie por el material. Alguien toca la puerta de la oficina y al levantar la mirada veo a Ross parado en el lumbral, se ve algo abatido y estoy segura que su conversación con la mujer esa no fue bien, bueno, tampoco es que ella estaba saltado de alegría cuando salí de allí.

–¿Puedo pasar? –asiento y él entra cerrando la puerta. Se acerca hasta el escritorio, pero no toma asiento, solo se queda aparado detrás de una silla –Veo que estás trabajando, no quiero molestar pero necesito saber cómo estas.

–Bien –parece que él no me cree y entonces me pongo en pie para que me vea –. Estoy bien, lo de antes solo fue una mala combinación de falta de alimento con mi enfermedad.

–No estuvo bien que no te hayas alimentado –detesto que me regañe, ya lo hizo antes y parece que aún le quedan ánimos de hacerlo –, tienes que pensar que ahora no estás sola y que debes preocuparte por otra persona más.

–Lo sé –vuelvo a tomar asiento y enredo mis manos sobre el escritorio –. ¿Como estas?

Al principio parece algo confuso por mi pregunta y pasados unos segundos parece entender lo que estoy preguntado, Ross se lleva la mano hasta la nuca y se la frota con una clara incomodidad.

–¿Almorzamos juntos? –sugiero y el cambio de tema parece aliviar a Ross –Necesitamos hablar y creo que si hay comida de por medio será complicado pelear.

–Ya te dije que no quiero pelear más.

–Y yo tampoco –concuerdo –, pero a veces hay que ser precavidos y esto del embarazo hace que mis hormonas se alboroten, digamos que soy así como una bomba a punto de estallar. Así que si tengo comida cerca no soy tan... peligrosa.

Ross suelta una risita y acepta mi invitación, quedamos de vernos en recepción a la una y luego veremos a donde vamos a comer, seguro iremos por comida china porque tengo ganas de comer eso. Él se despide y sale de la oficina dejándome trabajar, vuelvo a meter mi nariz de lleno en los asuntos de la oficina y me siento tan bien de poder hacerlo otra vez, me siento como pez en el océano.

A los pocos minutos Sam aparece y me entrega mi portátil, le informo que iré a almorzar con Ross y ella me indica que nos seguirá con el coche y que no se alejara mucho de mí, ruedo los ojos ante eso y le indico que puede quedarse sentada aquí. Ella niega y me dice que prefiere ir a la cafetería del frente, nos despedimos y yo continuo con mi trabajo, creo que ya tengo el problema con el aumento de las joyas y no es nada bueno para nadie, mucho menos para una persona en particular.

Unos toques en la puerta me hacen despegar la vista de los papeles, no sé cuánto tiempo llevo metida aquí pero lo que sea que lleve fue de buen provecho, porque ya se exactamente lo que está pasando y no me gusta nada. Dejo pasar a la persona que toco y Lee se asoma, le sonrió dejándolo pasar y él lo hace con una gran sonrisa.

–¿Saldrás a almorzar? –inquiere.

–Por supuesto –digo con una sonrisa –, quede con Ross.

–Él salió hace como una hora –me comunica.

Frunzo el ceño y al mirar la hora veo que son pasadas las dos de tarde. ¡Mierda! Me levanto a toda prisa y tomo mi teléfono, antes de salir a toda prisa y es que llevo mucho tiempo de retraso, lo que no entiendo es por qué Ross no vino aquí a buscarme. Al llegar al ascensor miro mi teléfono y veo que tengo varios mensajes de Ross, no los leí antes porque tenía el teléfono en silencio, que tonta.

Mientras el ascensor baja le envió un mensaje a Ross preguntándole donde se encuentra y además disculpándome por mi retraso, en cuanto las puertas del ascensor se abren me topo de frente con Ross. Él lleva un semblante serio y creo que eso es por mi culpa, Ross entra en el ascensor y yo me quedo en mi lugar, me giro sobre mis talones para mirarlo.

–Siento el retraso –me disculpo –. No vi la hora y estaba metida entre los papeles hasta el cuello, pero logre encontrar algo que...

–Espero que te guste la comida italiana –me interrumpe, frunzo el ceño ante la confusión y él levanta una bolsa que no me había dado cuenta que tenía –, como no bajaste me tome la molestia de ir a buscar la comida para que podamos comer.

–Claro.

Eso es lo único que digo y ambos subimos en completo silencio, cuando llegamos salgo del ascensor y camino hasta mi oficina, al pasar por el escritorio de Lee veo que no esta y seguro salió a comer algo. Entro en la oficina y camino con prisa hasta el escritorio y saco los papeles que hay ahí, cuando termino de sacar todo le indico a Ross que pongas la comida y él lo hace.

Mientras Ross acomoda la comida, la cual es mucha, yo voy por unas bebidas que hay en la pequeña nevera de mi madre, la cual está muy bien escondida y tomo un par de aguas. Tomo asiento en la silla detrás del escritorio y tomo un recipiente con spaghetti, en solo un suspiro me termino todo y voy a por otro recipiente que tiene lasagna de verdura, esta vez como con un poco más de tranquilidad.

Ross se está comiendo unos cannelloni con salsa blanca y se me antoja probar un poco de lo que él está comiendo, sin pedir permiso estiro mi brazo y con el tenedor de plástico pincho un pedazo de su comida y me la llevo a la boca para saborearlo. Los cannelloni están deliciosos y creo que Ross lo nota porque me extiende lo que queda de comida y yo le doy lo que estaba comiendo, termino la comida con mucha prisa y aún quedan los gnocchi con salsa portoghese.

Creo que Ross se tomó muy en serio lo de que mientras haya comida de por medio estaría de buen humor o solo quiere alimentarme tanto para que no vuelva a tener un mareo, sin importar el por qué no me quejare y es que toda la comida que me he devorado esta deliciosa. Toda la comida la pasamos en silencio y no era para menos si lo único que hice fue comer o más bien devorarme toda la comida que tenía frente a mí, me reclino un poco en la silla y espero a que Ross termine de comer, más bien solo estaba dejando pasar el tiempo antes de poder hablar.

El silencio llena la oficina y ninguno dice nada, Ross termina de comer y me pregunta si quiero comer lo que queda de comida, niego con la cabeza y tomo la botella con agua para beber un poco. Ross comienza a limpiar y yo lo ayudo hacerlo, cuando terminamos de limpiar acomodo nuevamente los papeles en el escritorio y vuelvo a tomar asiento.

–Entonces... –comenzó a hablar Ross –, dijiste que teníamos que hablar.

–Si. –Guarde silencio y él solo me miro, tome una bocanada de aire e hice una pregunta –: ¿Quién es esa mujer en tu vida?

Ross me miro con confusión y luego comprende la pregunta.

–¿Alisa? –asentí, no se él nombre de la mujer pero supongo que es la misma que estaba en su oficina –Tuvimos algo, no era una relación sino que... bueno, ya sabes.

–Tenías sexo con ella –Ross desvió la mirada como si tuviera vergüenza de aquello –, entiendo. Pero ¿ahora que son?

–Nada –se apresura a decir y su mirada se encuentra con la mia –. Nunca fuimos nada, sabes que...

–Las relaciones no son lo tuyo –termine por él –, lo recuerdo.

El silencio lleno la oficina y Ross parecía arrepentido de haber dicho lo que dijo, no entiendo porque si se muy bien cómo piensa él o pensaba ya que me pidió una oportunidad. Me levanto de la silla y camino por la oficina, me detengo frente al ventanal y observo la ciudad, entonces me giro y comienzo hablar.

–Vine a verte porque creo que debemos tener una oportunidad –suelto sin más –, lo pensé mucho y creo que debemos intentarlo, ver si esto funciona.

–¿En serio? –note la sorpresa en la voz de Ross.

–Si, no perdemos nada con intentarlo ¿cierto? –Ross se puso en pie y camino hasta mí, pero lo detuve a un metro de distancia –Quiero pedirte algunas cosas, antes de... antes de comenzar una relación.

–Claro, dime.

–Si intentaremos tener una relación quiero que la respetes –Ross frunció el ceño –, sin otras mujeres y sé que será complicado porque todo será extraño, pero hagamos que funcione. También sé que me quieres, puede que no de una manera romántica sino más bien fraternal y lo tomo, pero si sientes que la relación no va más haya quiero que me lo digas, no me gustaría enterarme de que buscas a otras mujeres.

–Jamás te haría algo así –sé que él no me haría eso, pero prefiero dejar las cosas claras –. Además, tu hermano me buscaría para asesinarme y sé que haría un buen trabajo para esconder mi cuerpo.

–Por supuesto –no reí ante su chiste –. Me gustaría que comencemos de cero, tampoco es que podamos hacerlo por completo ya que estoy embarazada y eso sería complicado.

–Estoy de acuerdo. ¿Puedo pedirte algo? –asiento y Ross se acerca hasta mí –Bueno en realidad quiero pedirte dos cosas. La primera es que te mudes conmigo y la segunda... que me dejes besarte.

–Antes de responderte debo decirte algo más –me alejo un poco de Ross y es que me pone un poco nerviosa –, encontré algo sobre la empresa. Alguien en finanzas está maquillando los números, están elevando los numero.

Le indico a Ross que vea los papeles que hay en el escritorio y que vea por sí mismo lo que le estoy diciendo, él se toma algunos minutos para leer todo lo que conseguí y es mucho, porque esto no es solo de ahora sino que tiene algunos años. Mientras Ross lee no para de soltar insultos, lo peor de todo esto es que en muchos de los papeles la firma que está allí es la de él, sé que Ross no es capaz de robarle a la empresa porque su padre es uno de los dueños.

Ahora lo único que debemos hacer es convocar a una reunión solo con los miembros de la familia y sé que todos se volverán locos en cuanto sepan todo, espero que podamos conseguir al culpable rápido porque la empresa ha perdido millones. Por suerte los socios fundadores están aquí.

















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Bueno este es el último capítulo de esta semana, espero subir un capítulo para la proxima semana y seguramente en una o dos semanas vuelva a desaparecer, estoy por entrar nuevamente en semana de examenes. Si puedo esta semana escribo a mil y escribo mucho como poder tener capítulos para publicar.

Estoy leyendo sus comentarios y se que muchos estan enojados con Ross (creanme yo también), pero quiero aclarar que él esta muy confundido, luego del cumpleaños de Kate sus sentimientos son un remolino y sabe que sentir. No lo justifico porque si, es un idiota y con respecto al final debo aceptar que no se como terminara, tenia un final ideado y me llego otra idea, luego otra mas y ahora mismo estoy en blanco. Espero que el final sea bueno y rezo porque sea así, mi cerebro necesita tener buenas ideas jajaja

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