Nunca Lo Imaginé ||Libro 3||...

By EMM1498

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Él tiene treinta y cinco, y yo veinte. Ross Gring es un mujeriego sin escrúpulos. Annie Smith es una chica fu... More

Prologo
Capítulo 1: Propuesta
Capítulos 2: Despedida
Capitulo 3: Idiota.
Capitulo 4: Nueva etapa
Capitulo 5: La presidente
Capítulo 6: Tenemos que celebrar
Capitulo 7: Otros ojos
Capitulo 8: Travesuras
Capitulo 9: ¿Bailamos?
Capitulo 10: ¿Qué paso anoche?
Capitulo 11: Una noche especial
Capitulo 12: Día familiar
Capítulo 13: Un día de mierda
Capítulo 14: Un juego es de dos
Capítulo 15: Tenemos que hablar.
Capítulo 16: ¿Quien eres realmente?
Capítulo 17: Enojo.
Capítulo 18: Te quiero lejos de mí.
Capítulo 19: No, otra vez no.
Capítulo 20: Complot
Capítulo 21: Todos contra Ross.
Capítulo 22: Bienvenue à Paris.
Capítulo 23: Deseo
Capítulo 24: No más.
Capítulo 25: Decisión.
Capítulo 26: No quiero.
Capítulo 27: Temor y culpa.
Capítulo 28: Drs. Hernández.
Capítulo 30: Esta es mi familia
Capítulo 31: Una oportunidad.
Capítulo 32: Solo un problema a la vez.
Capítulo 33: Necesito tiempo.
Capítulo 34: Un evento desafortunado.
Capítulo 35: Al descubierto.
Capítulo 36: ¿Qué es lo que quieres?
Capítulo 37: El tiempo podría ayudar.
Capítulo 38: Futuro.
Capítulo 39: Mas de una trampa.
Capítulo 40: Nunca me lo perdonare.
Capítulo 41: Libertad.
Capítulo 42: Cuidado.
Capítulo 43: Mudanza
Capítulo 44: Giros de la vida.
Capítulo 45: Nunca lo imaginé.
Epílogo.
Agradecimiento.

Capítulo 29: ¿Esto es lo mejor?

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By EMM1498

Ross.

Todos han estado diciéndome que hacer y que sentir, nadie puede entender que quiero a Annie pero no de la manera que todos esperan y es que al parecer si esperas un hijo con una mujer ya debes de amarla. No amo a Annie y no me siento mal por no hacerlo, eso no quiere decir que no quiera al bebé que está esperando y es que me hace ilusión ser padre, no pensé que algún día pasara eso pero cuando me entere del embarazo comencé a hacerme ilusiones.

Annie es una mujer increíble y no puedo ser más dichoso que seamos padres juntos, me encanta que ella sea la madre de mi bebé y la quiero más por eso, sin embargo, no puedo amarla o por lo menos en este momento no lo hago y eso más adelante puede cambiar, quien sabe. Antes de hacerme más ilusión tengo que convencerla que abortar es la peor decisión que puede tomar, tengo que convencerla que está más que lista para ser madre y que ser madre será lo mejor que le pasara en la vida, incluso mejor que amarme como siempre ha dicho que lo hace.

Puede que le ruegue por ese amor que dice tenerme y si eso no funciona tendré que tomar medidas más desesperadas, me sentiré como un imbécil por hacerlo, pero situaciones desesperadas ameritan medidas desesperadas. Antes debo salir vivo de los reclamos de la familia, ya que Annie soltó sin más lo que paso entre nosotros y salió corriendo con un imbécil que no conozco de nada, aunque ella parecía conocerlo de mucho tiempo porque prefirió que él la llevara en vez de ser yo quien lo hiciera.

–¡¿En qué momento sucedió? –grita Ethan –¡Ella es una cría y tu...

–Ambos somos adultos, Ethan –lo interrumpo y eso parece enfurecerlo porque avanza hasta donde me encuentro.

–¡Basta! –interviene mi padre –¡Dejad esto por la paz!

–¡Y una mierda! –continua gritando mi primo –¡Te harás cargo del bebé y de mi hermana! De lo contrario me conocerás, Ross.

–No eres quien para decirme nada –recrimino –¿tengo que recordarte lo que paso hace más dieciocho años atrás?

Ethan llega hasta mí y me toma por la solapa del saco, no hago nada para sacármelo porque antes de que alguno pueda hacer algo ya lo tenía lejos de mí. Tío Caleb lo aparto de mí y se lo llevo hasta el otro lado de la habitación, allí Megan intenta controlar a su esposo.

–¡Esto se termina ahora! –vocifera tío Caleb –Lo mejor será que te vayas Ross, ya luego hablaras con Annie. Solo ustedes dos tienen que hablar y más nadie.

–Lo mejor será que todos nos retiremos –habla tío Fernand –, las cosas no están bien y todos debemos tranquilizarlo porque no le hace bien a nadie.

–Será lo mejor –concuerda mamá –. Iré a despedirme de Isa, los alcanzo en el coche.

Papá asiente y me indica con la cabeza que debemos salir de aquí, antes me acerco a tío Caleb y le extiendo la mano para despedirme de él y por suerte él la acepta, pero me da un apretón tan fuerte que me sorprende de la fuerza que tiene a su edad. A veces subestimo un poco a mis tíos y olvido que ellos me asustaban cuando era más chico, y es en estos momentos que recuerdo porque me asustaban.

Tío Caleb tira de mí para darme un falso abrazo y en realidad lo que hace es susurrarme que nosotros dos debemos hablar cuanto antes y que en estos días ira a la empresa para que podamos reunirnos a solas. Fuerzo una sonrisa y asiento con la cabeza, sé que como padre le preocupan algunas cosas y presiento que cualquier respuestas que le pueda dar no le agradara, lo cual me acojona porque no sé cómo pueda reaccionar.

No me despido de nadie más, sé que nadie querrá que lo haga, en este momento la familia entera me detesta. Antes de salir de la casa la voz de tía Isabella se escucha.

–Los espero a todos el próximo fin de semana –Ethan intenta reclamar, pero ella no lo permite –. Los quiero a todos aquí, hare una reunión familiar y además, quiero aprovechar que Fernand, Edmon, Sophie y Colet están en la ciudad. También habrá otra familia invitada y espero que todos se comporten bien.

–No creo que esa idea sea la mejor ahora, preciosa –musita tío Caleb.

–Pues yo si –asevera ella –, los veo a todos aquí el sábado por la tarde. Espero que nadie falte.

Dicho eso gira para subir las escaleras, tío Caleb dice que nos espera para la reunión el próximo sábado y que lo mejor será no contradecir a tía Isabella, ese comentario lleva a que tío Fernand haga un chiste sobre quien es la persona que lleva los pantalones en la casa. Y como efecto domino, eso lleva a que tía Colet lo regañe y que mi padre se burle, lo que lleva a que mi madre lo regañe. La familia que tengo necesita un psiquiatra urgente en algunas ocasiones, porque pasamos del amor al odio en solo un segundo para luego volver al amor en la misma cantidad del tiempo.

Mis padres y yo salimos de la casa y nos dirigimos a mi coche, les pregunto donde se quedaran estos días y para mi buena suerte deciden quedarse en mi departamento lo que me llevara a pasar unos días llenos de preguntas, las cuales no creo evitar por mucho tiempo. El viaje a casa está completo de preguntas sobre mi relación con Annie, sobre por qué no dijimos nada y lo que vamos hacer ahora que ella está embarazada, con cada pregunta que me hacen acelero, sino terminare por tirarme del coche en marcha.

En cuanto estaciono y apago el coche salgo pitando, no resisto más la preguntas de mis padres y sé que esto continuara así por los siguientes días, espero que entiendan mi silencio y se percaten de que no quiero hablar del asunto. Me dirijo hasta mi edificio y no espero a mis padres, en cuanto llego llamo al ascensor y espero algunos segundos hasta que llega.

Subo hasta mi departamento y cuando entro me llevo una sorpresa, veo que Amalia se encuentra discutiendo con Alisa y que esta última no deja de soltar tacos en contra de Amalia. Pego un portazo para que se percaten de mi presencia y Alisa en cuanto me ve comienza con su falso lloriqueo, se acerca hasta mí y comienza a decirme que Amalia no la dejaba entrar a mi habitación y que además la golpeo. No creo nada de lo que está diciendo, así que le pregunto a Amalia que sucedió.

Ella me dice que Alisa entro en el departamento sin llamar a la puerta y que intento entrar en mi habitación, además que trajo consigo una valija con sus pertenencias y que según Alisa yo le permití instalarse en mi departamento. Viro hacia Alisa y esta se ve sorprendida, entonces comienza a gritar que mi ama de llaves está mintiendo y que ella solo vino con su equipaje porque acaba de llegar de un viaje.

De la manera más amable le pido a Alisa que se retire de mi apartamento, ella intenta seducirme para que cambie de parecer y eso jamás le funciono, solo le hice creer algunas veces que ese método le funcionaba sobre mí. Alisa continua insistiendo y yo me niego a dejarla quedarse, cuando mi paciencia termia también termina mi amabilidad con ella; entonces la tomo del brazo y la guio hacia la salida, para mí mala suerte mis padres se encuentras detrás de esta.

–Hola –saluda mi madre y se ve algo desconcertada de ver a Alisa –. ¿Tú eres...?

–Alisa –se presenta y extiende su mano –, la novia de Ross.

–¿Así que nuestro hijo tiene novia? –por el tono que usa mi padre sé que nada de esto le está gustando –Y pensar que este día no podía darnos más sorpresas ¿no, cariño?

Mamá asiente con la cabeza y fuerza una sonrisa, antes de que mis padres mueran por el disgusto les aclaro que entre Alisa y yo no hay nada, ambos sonríen y pasan a mi apartamento, papá de manera menos sutil le dice a Alisa que se retire y que intente no volver en los próximos días. Alisa se ve algo indignada y no la culpo, papá a veces suele ser muy... directo, no todo el mundo lo toma bien y esa cualidad le sirvió de mucho en ámbito laboral. Le digo a Alisa que hablaremos en estos días, pero que no vuelva por aquí sin avisarme antes.

Entro en mi apartamento y no encuentro a mis padres cerca, comienzo a buscarlos y escucho que sus voces provienen del pasillo que da a las dos habitaciones y mi despacho, voy en busca de ellos y los encuentro en mi habitación junto con Amelia. Ella les está indicando donde se encuentra cada cosa y además les dice que hará espacio en mi armario para que ellos puedan colocar su ropa, al parecer tendré que dormir en la habitación de invitados y era de suponer ya que en esa habitación hay una cama individual y en mi habitación hay una cama matrimonial.

Papá le agradece a Amelia y luego le pregunta donde se encuentra el equipaje ya que lo envió desde el aeropuerto hacia aquí, ella le dice que están en la habitación de invitados ya que penso que quien se quedaría aquí era solo mi hermano, además que por ello no tenía nada listo. Mis padres le piden que no se preocupe por nada, que ellos mismos se instalaran y arreglaran todo, entonces Amalia se disculpa para ir hacer la cena y mamá dice que no hace falta que ella misma lo puede hacer, pero Amalia se niega a dejarla.

Cuando Amalia sale mi habitación, que ahora es de mis padres, voy por algunas mudas de ropa para no molestar constantemente a mis padres, entro en mi armario y tomo algunas camisas, pantalones, corbatas, sacos, ropa interior y algunos pijamas. Una vez que tengo todo salgo mi habitación y me dirijo a la habitación de invitados, al entrar veo que sobre la cama hay algunas toallas y que la cama está bien hecha, me recuesto sobre esta e intento relajarme, lo necesito luego del día que he tenido.

***

Saludo a Francis y entro a mi oficina, anoche me quede dormido casi enseguida cuando me recosté en mi cama, luego esta mañana en el desayuno mis padres continuaron haciendo mil preguntas a las cuales no di repuesta alguna, solo hui de mi departamento. Ahora me encuentro en mi oficina con una gran jaqueca y estoy seguro que esto será así todo el día, mi padre estará en la empresa ocupando el lugar de tía Isabella y algo me dice que este día recibiré varios llamados y visitas que podrían resultar gratas o no tantas.

Miro la agenda de hoy y veo que tengo una cita con Ethan para terminar de cerrar la disolución de la sociedad con Britt y el imbécil de su sobrino, al cual me encantaría encontrarme para hacerle saber que Annie está embarazada y no precisamente de él. Aun no puedo superar lo que él le hizo a ella y sin decir que anda por todo lugar que puede con su esposa como si él no le fuera infiel, se perfectamente que Annie no fue la única amante de que tuvo.

Pasadas unas horas Francis llama por el intercomunicador y me informa que mi primo se encuentra fuera de mi oficina, le digo que lo haga pasar y unos segundos después lo veo entrar con un semblante serio, como suele estar cuando esta con un cliente o entra en un juicio. Ethan toma asiento frente a mí y saca algunos papeles de su portafolio, luego Francis entra con una fuente con algunas tazas y detrás de ella entra Henrry Chester, detesto que Britt le haya dado poder a este imbécil para que se haga cargo de los asuntos de la empresa.

Francis deja una taza con café para cada uno y se retira, cuando cierra la puerta Ethan comienza a decir que los tres debemos firmar la disolución de la sociedad y que debe ser así porque cada uno representa a una de las partes que firmó el contrato en un principio. Ethan es el primero en firma y luego le sigo yo, cuando le toca firmar a Chester se toma su tiempo para leer cada cosas que dicen los papeles, mientras lee hace algunas preguntas idiotas y es que en cuanto Ethan comenzó a hacer todo el papeleo se encargó de explicarle a él y su tío como sería todo y cuánto dinero recibirían.

–Ya te fue explicado cada punto –musito y la irritación es evidente –, solo firma el maldito acuerdo y demos por terminada esta reunión.

–Uno debe leer todo lo que firma, ¿no es así abogado? –este tío me está tocando los huevos.

–Termina de leer todo en silencio y firma de una vez –dice Ethan en forma seca y cortante –. Tengo otras cosas que hacer.

Chester continua leyendo y no sé cuánto tiempo pasa, pero se me hace una eternidad todo ese tiempo y creo que a Ethan también. Cuando por fin termina de firmar Ethan guarda los papeles y se levanta para retirarse, pero le pido que aguarde un minuto.

–Tengo prisa Ross –espeta.

–No serán más de dos minutos –pido y él parece pensarlo –, tenemos que hablar sobre lo que te enteraste ayer.

–Supongo que ayer fue el día de las buenas noticias –interviene Chester –. Me enteré que Annie esta embaraza y creo que debo felicitarlos, futuros tíos.

–No necesito tus felicitaciones –dice Ethan de forma seria.

–Y yo seré padre, no tío.

–Yo también –informa Chester –, es por ello que me entere lo de Annie. Es más, ayer la vi con un hombre y por la forma en que los encontré supongo que es el padre de su hijo, al parecer hay epidemia de embarazos.

Frunzo el ceño y eso parece alegrarle a Chester, sale de mi oficina como si hubiera tenido una gran victoria. Aprieto mis puños por el enojo y las ganas de gritarle que soy el padre del bebé que espera Annie.

Ethan me pregunta que es lo que quiero decirle y entonces recuerdo a mi primo, al parecer me olvide de él por algunos segundos, así que me recompongo y comienzo hablar:

–Se que estas enojado conmigo y que no esperabas que Annie y yo estuviéramos juntos, ni siquiera yo lo imaginé pero sucedió y ahora estamos en este dilema, bueno, no. Quiero ser padre y me hare responsable del bebé, sin embargo, con Annie...

–Debes casarte con ella –me interrumpe –, no quiero que mi hermana sea madre soltera y sé que mi madre lo fue por un tiempo, pero Annie es mi princesa y no puedo verla sufrir. Tienes que hacerte responsable de los dos.

–Ethan no me casare con tu hermana por el simple hecho de que espera un hijo mio –hablo de la manera más tranquila que puedo –. Quiero a Annie y siempre lo hare, pero no la amo como para casarme con ella.

–Entonces habrá problemas entre nosotros –la advertencia de mi primo no me intimida, aunque sé que lo que está diciendo es verdad –, nos vemos el sábado en casa de mis padres y espero que te tomes estos días para pensar bien que es lo que harás.

Ethan sale de mi oficina y no cierra la puerta al salir, todo está saliendo peor de lo que pensaba, bueno, en realidad no porque siempre supe que si algo entre nosotros pasaba la familia no reaccionaria muy bien y eso es justo lo que está sucediendo ahora. Me reclino sobre la silla y miro hacia el techo de la oficina, mis pensamientos son un torbellino de confusiones y no creo aclararme si hablo con todos los miembros de la familia, solo tengo que hablar con una persona y debemos hablar como dos adultos y dejarnos de niñerías.

Tomo mi teléfono y le envió un mensaje a Annie, le pido que hablemos pero que no sea en su casa ni en la mia, que lo mejor será encontrarnos en otro lugar en el cual nadie pueda intervenir, ya todos dijeron que opinan y desean. Mientras espero la respuesta continuo trabajando, firmo algunos permisos y espero a que llegue el hombre con el cual me tengo que reunir, el cual podría ser un nuevo proveedor de piedras preciosas.

Ya casi termina mi horario laboral en la empresa y no he recibo ninguna respuesta por parte de Annie y no creo recibirla en lo que resta del día, ella no ha visto mi mensaje y al parecer tampoco se ha conectado en todo el día, lo cual me hace sentir mejor porque no me siento del todo ignorado. Termino de firmar los ultimo papeles del día y cuando termino guardo mis pertenencias en mi maletín, mientras lo hago escucho que la puerta de mi oficina es cerrada con un poco más de fuerza que lo normal y en cuanto levanto la vista me encuentro con mi tío Caleb.

–¿Tienes unos minutos para hablar? –asiento y él se acerca para sentarse en una de las sillas frente al escritorio –No vengo a recriminarte nada, tú y Annie son adultos y saben lo hicieron o van hacer.

–Tío, yo...

–Primero hablare yo –me interrumpe –. Se que quieres mucho a Annie y no sé si la amas como he notado que ella te ama, siempre lo ha hecho pero no quise aceptarlo y es que un padre nunca quiere aceptar que su hija ama a otro hombre igual o más que a su propio padre.

»Acepto que de cierta manera me reconforta que tu seas el padre del hijo que espera Annie, lo que me inquieta es el corazón de ella y lo digo porque sé que tu no la amas como ella lo esperaría –él hace un pausa y su mirada se desvía a un punto detrás de mí –. Todos los hombres dentro de la familia en algún momento hizo sufrir mucho a la mujer que ama, bueno, casi todos. Tu padre, Ross, fue el único que no hizo sufrir a tu madre, o por lo menos no conscientemente.

»Por lo poco que hable con Annie sé que no están en buenos términos, como también sé que ella no quiere tener al bebé y es el miedo lo que la hace decir esas cosas, confió que con el tiempo se dará cuenta que es lo suficiente fuerte como para afrontar la hermosa responsabilidad de ser madre. Si eso pasa quiero pedirte que no la dejes sola, acompáñala en cada paso que dé así como ella lo hizo contigo cuando sufriste tu lesión.

Abro la boca para decir algo, pero no sé qué decir ante aquellas palabras, así que solo asiento con la cabeza. Tío Caleb me sonríe y se pone en pie para salir de la oficina, antes de que salga lo detengo y digo lo que sé que tengo que hacer.

–Jamás la dejare sola, lo prometo.

–No esperaba menos de ti –el semblante de mi tío es serio y no sé si realmente me cree.

Mientras veo salir a mi tío de mi oficina y me quedo aquí pensando en todo lo que hablamos, en como saco a relucir todo lo que ella ha hecho por mí y es que todo lo que me dijo tío Caleb es verdad, Annie nunca me dejo solo y yo no lo hare con ella. Tomo mi teléfono y marco al teléfono de Annie, y como siempre ella no contesta. Continuo marcando su número y no recibo respuesta alguna, vuelvo a enviarle mensajes y sigo sin respuesta, tendré que ir hasta la casa de mis tíos para verla y así poder hablar, no es lo que queria pero no tendré otra opción.

Termino de guardar mis cosas en mi maletín y le envió un mensaje a Annie informándole que estoy de camino a su casa, salgo de mi oficina y antes de llegar a mi coche recibo un mensaje, en cuanto subo al coche miro mi teléfono y veo que es un mensaje de Annie.

Annie:

Está bien! Nos vemos en media hora.

¿Dónde?

Annie:

En el parque cerca de mi piso.

Nos vemos allí.

Enciendo mi coche y salgo del edificio, conduzco hasta una cafetería y decido comparar algo para Annie y para mí, se lo mucho que le gusta la cafeína aunque no se si puede tomarla y es que los pocos recuerdos que tengo de mi madre embarazada son de ella no bebiendo alcohol, ni fumando o bebiendo cafeína y tampoco es que le gusten mucho. Al entrar al lugar una joven me atiende, me tomo algunos minutos para elegir el pedido y primero pido dos panecillo de canela y manzana, recuerdo que Annie los amaba de pequeña y luego me pido café negro.

–¿Algo más? –pregunta la joven.

–¿Qué es lo que suelen pedir las mujeres embarazadas? –la joven me mira algo confundida y no esperaba menos, soy un desastre –Es que la persona con la que me voy a ver está embarazada y no sé si puede tomar café, por eso la pregunta y no se... no sé qué es lo puede beber una mujer embarazada.

–Suelen beber infusiones o algún batido de frutas –me indica la chica.

Le pido un zumo de naranja ya que bueno, todos beben zumo de naranja o por lo menos en casa de tía Isabella, solo ruego que ella no me lo tire por la cabeza en el momento en que se lo de y es que solo quiero hacer las cosas bien. Necesito que esta conversación salga bien y que ambos lleguemos a algo, hice una promesa a mi tío y además, tendremos un hijo juntos, lo cual nos lleva a tener que soportarnos o por lo menos intentarlo.

Tomo mi pedido y vuelvo a mi coche, miro la hora y tengo solo cinco minutos antes de que Annie llegue, pero el camino hasta allá será de veinte minutos. ¡Mierda! No debí parar a comprar estas cosas, quería quedar bien con ella y creo que lo arruine porque llegare tarde a la cita que yo mismo le pedí. ¡Mierda!

Conduzco más rápido de lo permitido en la ciudad y parece que hoy tengo mucha mala suerte, porque todos los malditos semáforos se ponen en rojo en cuanto llego a ellos y saltármelos no es una opción. Quiero llegar lo antes posible a verla y espero llegar en una pieza o de lo contrario nunca llegare a verla, solo debo tener paciencia y rogar por que dejen de tocarme todos los malditos semáforos en rojo.

Me lleva quince minutos llegar hasta el parque y por suerte consigo estacionamiento cerca, tomo lo que compre y saco mi teléfono para ver con exactitud donde se encuentra Annie. Camino por el parque y observo todo a mi alrededor, busco a Annie con la mirada y la veo sentada en una banca un poco retirada de todos los que se encuentran en el parque.

Camino hasta ella y cuando llego me siento, pero guardo distancia porque no sé muy bien en que punto nos encontramos, bueno si se, no nos encontramos en ningún punto porque ella me odia. Le extiendo la bolsa con los panecillos y ella me mira algo extrañada, le muestro las bebida y extiende su mano para tomar uno de los vasos, veo que tiene la intención de tomar el vaso con café y la detengo, le indico que ese no es su vaso.

Annie no dice nada y simplemente toma el vaso con zumo de naranja, bebe un poco y lo deja sobre la banca, abro la bolsa con los panecillos y vuelvo a extendérselos, ella me pide que aleje eso de ella y se tapa la nariz. Hago lo que me pide y guardo los panecillos, al parecer mi intento de hacer algo lindo se fue a la mierda, o por lo menos la mitad del intento porque ella acepto la bebida.

–Tenemos que hablar –hablo y rompo el silencio.

–Ya escuche eso antes –musita y siento que está un poco a la defensiva. –y espero que esta sea la última vez que lo escucho. No quiero pelear más, me siento cansada.

–También estoy cansado –confieso.

El silencio vuelve hacer acto de presencia, bueno más bien el silencio de nuestras palabras ya que hay mucho ruido a nuestro alrededor. Bebo un poco de café y por el rabillo del ojo veo que ella hace lo mismo, ninguno dice nada en un largo rato y termino por volver a romper el silencio.

–¿Sabes lo que harás con el bebé?

–Si.

–¿Me lo dirás? –ella asiente con la cabeza y espero a su respuesta, pero eso no llega –¿Entonces?

–Lo tendré –dice y bebe de su jugo, como si lo que me acabara de decir no fuera la gran cosa.

Una risa se dibuja en mis labios, por lo menos ahora sé que no tengo que convencerla para que cambie de parecer con respecto al bebé, una cosa menos de la cual hablar y ahora viene lo creo que es peor. Espero que nada salga mal.

–Entonces... –comienzo a decir –¿Qué haremos?

–No sé qué harás tu –espeta y no me mira –, pero yo tendré a un bebé sola y cuidare de él sola.

–Dime que estas bromeando –ella no dice nada y yo me desespero, me pongo en pie y comienzo a caminar de un lado hacia el otro –¡No puedes decirme eso! ¡Te estas comportando como una niña caprichosa!

–Te dije que no quiero pelear –suelta tan tranquila y eso me enoja más.

–¡Entonces no digas idioteces como: "lo tendré sola y cuidare de él sola"! –grito.

–Lo dije porque no espero nada de ti –su tono es tan tranquilo que me molesta –, si quieres formar parte de la vida del bebé hazlo, no lo impediré. Pero entre nosotros...

–Dame una oportunidad –le interrumpo y ella me mira por fin –, danos una oportunidad. Prometo que no saldré con ninguna otra mujer, prometo que te cuidare y que seré un esposo fiel y...

–¡NO! –grita Annie e interrumpe mi discurso –No serás mi esposo. ¡Maldición! Ross no me amas como para casarte conmigo, no me quieres ni siquiera para tener una relación de novios y tampoco la quiero.

Ella tiene razón y ni siquiera sé por qué le dije eso de estar junto y mucho menos eso de que seré su esposo. ¡Dios! Le dije a mi primo que no me casare con Annie porque no la amo y ¿ahora le estoy hablando de ser su esposo? Creo que la conversación con mi tío me hizo tener otra perspectiva.

– Y te aseguro que no soportarías estar solo conmigo, eres un promiscuo –agrega Annie.

–No soy un promiscuo –me defiendo y ella ríe –¡Es verdad!

–Vamos Ross –ella continua riendo y me agrada verla así –¡Eres el más promiscuo de todos en la familia!

Ambos reímos y lo hacemos por varios minutos, me agrada reír así junto a ella y es algo que no hacíamos hace mucho tiempo, ya no recuerdo cuando fue la última vez que reímos juntos y es que lo único que hacemos últimamente es pelear como dos idiotas. Ella deja de reír y me mira con una gran sonrisa, cuando la miro me doy cuenta de algo, de algo que nunca me di cuenta por alguna razón y es que siempre nos hemos llevado bien y si retomamos ese vínculo podremos tener una buena relación.

No niego que la quiero y además es muy hermosa, sería un maldito suertudo por tenerla junto a mí y soy un maldito suertudo de que ella me este por dar un hijo, no merezco nada de lo que me está pasando y menos la merezco a ella, pero soy egoísta y ahora la quiero conmigo. Me acabo de dar cuenta que la quiero en mi vida, me acabo de dar cuenta que la quiero y que le agradezco que ella sea la mujer que me dé un hijo, ¡Mierda! Quiero a Annie.

La veo ponerse de pie y me acerco hasta ella, Annie me mira con diversión y yo simplemente la tomo por la nuca y uno nuestros labios, sé que la estoy tomando por sorpresa pero no me aparto en cuanto ella lo intenta, no muevo mis labios solo los mantengo unidos a los de ella. Cuando Annie deja de empujarme la tomo por la cintura y uno nuestros cuerpos, una vez que la tengo pegada contra mí comienzo a mover mis labios y ella no me corresponde, espero y ruego porque lo haga pero jamás lo hace, así que me separo de ella.

–No, no debiste hacer eso.

–Puede ser –digo y no me alejo de ella –, perono me disculpare por besarte.














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Holis hermosuras!!

Bueno este es el primer capítulo de tres, en un rato subo dos capítulos más y espero puedan disfrutarlos. Se que estuve desaparecida por mucho tiempo y que los tengo muy abandonados, pido perdón por ello pero tuve examenes las semanas pasadas y no he tenido tiempo de nada.
Por ahora no tengo y aproveche para escribir estos capítulos, siento no haber respondido a sus comentarios o mensajes por redes sociales. Los leí y agradezco su preocupación, pero estoy bien y mi desaparición fue por culpa de mis examenes y más nada (por si les interesa saber he aprobado todos :D)

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