Drakhae [l.s]

By _eversinceale_

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«Hubo un tiempo en el que no tenías miedo...» Saga Dragonscale #2 Han pasado seis años tras la batalla por el... More

♛ d r a k h a e ♛
.♛ Introducción ♛.
.♛ p a r t e u n o ♛.
♕ 01: Imperio. ♕
♕ 02: Peligro. ♕
♕ 3: Padres del año. ♕
♕ 4: Lagartijas. ♕
♕ 5: Solelum. ♕
♕ 6: Ayuda. ♕
♕ 7: Extraño. ♕
♕ 8: Ambición. ♕
♕ 9: Incoherencias. ♕
♕ 10: Veredicto. ♕
♕ 11: Juego perdido. ♕
♕ 12: Oscuridad. ♕
.♛ p a r t e d o s ♛.
♕ 13: Secuestro. ♕
♕14: Zheelya ♕
♕ 15: Explicaciones y Peticiones.♕
♕ 16: Trono. ♕
♕ 17: Zombie. ♕
♕ 18: Traición. ♕
♕ 19: Lealtad. ♕
♕ 20: Planes. ♕
♕ 21: Familia. ♕
♕ 22: Recompensa. ♕
.♛ p a r t e t r e s ♛.
♕ 23: Recuerdos. ♕
♕ 24: Gélida. ♕
♕ 26: Juicio. ♕
♕ 27: Frareh. ♕
♕ 28: Lazo. ♕
♕ 29: Hogar. ♕
♕ 30: Llamas. ♕
♕ 31: Fuego y sangre. ♕
♕ 32: Tormenta. ♕
♕ 33: Tiempo. ♕
♕ 34: Luz - FINAL. ♕
♛ Epílogo. ♛

♕ 25: Inquebrantable. ♕

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By _eversinceale_


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Louis mejoró rápidamente.

La magia de Zayn lo sanaba eficazmente, le cerraba sus heridas y le ponía ungüento o mezclas de plantas que calmaban el dolor y aceleraban su proceso de curación. Aún así, no lo dejó levantarse de su cama hasta el siguiente día, solo para asegurarse. Quería que su recuperación fuera total y para ello, supo que un día más en reposo lograría su cometido.

Así que Louis aguardó pacientemente.

Se quedó con Nadine y su madre el resto del día que despertó. Sus hijos revolotearon alrededor de la habitación cuando sus sobrinos aparecieron y jugaron con ellos por toda la alcoba. Le llevaron la cena caliente, su platillo preferido y más tarde, un par de sus sirvientas lo ayudaron a darse un baño de esponja en la cama para que no tuviera que levantarse.

Harry llegó en la noche y le preguntó insistentemente si estaba todo en orden y si había algo que le faltara, cuando Louis se negó y alegó que todo estaba en orden, su esposo se encargó de cambiar y arropar a los niños. No los dejó dormir en sus camas, aún no estaba listo para separarse de ellos, lo cuál ocasionó que Jaekhar se acomodara a sí mismo entre los brazos de Louis para protegerlo. Harry hizo lo propio con Daerys y se durmió inmediatamente cuando tocó la cama, por lo que no hubo espacio para charlas.

Louis suspiró, pero durmió, porque él también se sentía agotado.

Cuando despertó, Harry no estaba en cama, pero las sirvientas ya estaban alistando su desayuno en la mesa de la habitación; los niños se levantaron de un salto al oler la comida. Daerys le dejó un besito en la mejilla a Louis antes de deslizarse fuera de la cama, Jaekhar lo esperó al borde de esta y le tendió la mano. Su primogénito le llegaba a la cintura y apenas estaba aprendiendo a leer, pero aún así ayudó a Louis a caminar lentamente hasta la mesita solo para asegurarse de que llegara ileso.

Louis sintió su pecho crecer del orgullo.

Daerys y Jaekhar hablaron de dragones todo el desayuno, porque al parecer, a Skyler se le había escapado el ligero detalle de haber recibido su dragón cuando tenía cuatro y sus niños eran tan inteligentes, que no tardaron en comprender que probablemente era su turno para tener su propio dragón.

Y bueno, los dragones tardaban años en crecer, sabía la tradición de los Akgon: recibían el huevo de niños, cruzaban a las llamas para que la coraza se calentara y recibiera a las pequeñas crías. Harry le contó sobre eso en su momento, cuando recién lo conoció, más tarde leyó más sobre el tema y comprendía que les tomaría al menos cuatro años a los dragones crecer lo suficiente para ser montados, incluso más. Aún así, Louis lo meditó mientras Jaekhar hablaba de sus ideas para un dragón ideal... lo cuál era imposible, no era como si pudiera elegir cada aspecto de su montura, pero incluso Daerys tenía ya dibujos que le mostró a su padre con cierta insistencia.

Jaekhar quería un dragón oscuro con escamas verdes y garras azules. No entendía cómo... exactamente, pero quería que sus cuernos fueran amarillos. Daerys era un poco menos... fantasioso, o bueno, quería un dragón rosado con motas azules. Ese, o uno amarillo con franjas naranjas... incluso había coloreado el cielo con rayones a su alrededor y se dibujó a sí mismo montado en el lomo de la criatura.

—Mira papi, este eres tu con Sihny más abajo y frareh esta por acá con Reikon. —le mostró Daerys una hoja de pergamino arrugada con sus dibujos.

Jaekhar se giró en su asiento -con la boca y mejillas manchadas de comida- para ver a su hermano con el ceño fruncido.

— ¿Y dónde estoy yo, frath? —preguntó el mayor mientras Louis se acercaba para limpiarle la boca con una servilleta de seda.

Daerys se encogió de hombros.

—A ti no te dibujé.

— ¡¿Por qué no?!

—Porque tu dragón es feo y no me gusta.

— ¡Que es feo! —soltó el pequeño. Frunció el ceño, tomó un pedazo de pan y se lo lanzó a la cabecita blanca sin reparos.

— ¡Jaekhar! —saltó Louis, los ojos de Daerys por otra parte, parecieron cristalizarse, pero se levantó sobre su propia sillita y tomó la leche caliente de su vaso. Se lo lanzó a su hermano y la nube de vapor subió de la piel de Jaekhar sin quemarlo, pero empapándole la cabeza.

— ¡¡ESTO ES LA GUERRA!! —gruñó el mayor, tomando su plato entero y apuntando a Daerys, pero entonces Louis se levantó de su asiento.

No hubo necesidad de hacer o decir nada más, el chirrido de la silla de Louis y la imagen de su padre de pie ante ellos en la pequeña mesa, fue suficiente mensaje para los dos. Daerys regresó lentamente hasta su asiento y Louis se le quedó mirando al mayor. Jaekhar tenía el ceño fruncido, no estaba dispuesto a dejar pasar tan rápido el arrebato de su hermano, sus ojos bi color parecieron resplandecer en llamas y los rizos mojados se le apegaron a la frente.

Louis alzó una ceja, segunda advertencia.

El duelo de miradas se extendía, Daerys tomó una galleta de una bandeja y se apegó al respaldo de su silla.

Entonces el silencio se quebró cuando las puertas de la habitación se abrieron y los guardias gemelos entraron con una reverencia; Kargem entró con premura tras ellos. Los tres se frenaron de golpe cuando se toparon con la escena tensa. Jaekhar no apartaba los ojos de Louis y viceversa.

–Jaekhar, —llamó Harry con esa voz grave y autoritaria que hacía a la corte aplacarse, así el heredero apartó finalmente la vista de Louis y miró a su padre con cierto miedo. — ¿Qué pasó?

Louis suspiró y regresó a su asiento con delicadeza, aún le dolía el cuerpo un poco, reprimió una mueca. Los guardias reaccionaron y cerraron las puertas de nuevo desde afuera. Daerys aún apretaba su galleta entre sus manitas y miraba a frareh con sigilo.

—Daerys no me dibujó con mi dragón.

— ¿Tu dragón? —preguntó Harry, frunciendo el ceño, acercándose a la mesa y recogiendo el envase vacío de leche que se había quedado en el suelo.

—Si, yo le dije como era y se lo describí pero él no me quiso dibujar y los dibujó a todos y te puso a ti y a papi y coloreó el cielo de azul ¡pero no me puso a mi! —dijo lanzándole una mirada cargada de fuego a su hermano pequeño. Daerys le sacó la lengua, Jaekhar estuvo a punto de lanzarle más pan, pero Harry caminó hasta ellos y su sola presencia creó una sombra sobre ellos, pues tapaba la luz de la ventana.

Los príncipes lo miraron con los ojos bien abiertos.

— ¿Y te has enojado por eso? —preguntó Kargem, alzando una ceja, cruzándose de brazos frente a sus hijos. Daerys fue el primero en bajara la mirada, Jaekhar frunció el ceño, pero luego arqueó las cejas.

—Dijo que mi dragón era feo.

Los ojos de Harry se dirigieron a Daerys.

— ¿Lo es, Daerys?

—N-no. —exclamó el pequeño, aunque seguro si lo pensaba, entendió que eso hacía sentir mal a su hermano mayor. —Pero él me lanzó un pan primero.

Harry lo miró seriamente.

— ¿Vas a dibujarlo la siguiente vez?

—Si. —suspiró el pequeño.

— ¿Y tu vas a dejar de lanzarle comida a tu hermano?

—Si. —concordó el mayor.

—Bien, ahora desayunen todo, no dejen nada. Y Jaekhar, cámbiate esa camiseta mojada cuando termines, por favor. —exclamó Kargem jalando una silla, sentándose con una suspiro y pasándose la manos por el cabello.

Dake frareh, —susurraron los dos niños al unísono, regresando a sus alimentos con la cabeza gacha.

Louis admiró a Harry. Parecía cansado y harto... a penas era medio día. Quiso hablar, preguntarle por qué no había dormido bien, si había mucho trabajo en el reino ese día. Quería hacerlo reír, al menos sonreír, un beso siempre lo relajaba mucho, un abrazo tal vez... pero Harry parecía irritado, tenso y el nudo en la garganta del príncipe no le dejó hablar. Se mantuvieron en silencio cuando Harry tomó la jarra de jugo y se sirvió comida en su plato.

Jaekhar y Daerys se miraban entre sí, Louis regresó a su propio desayuno y Harry mantenía la mirada en su comida. El príncipe consorte casi da un respingo cuando la voz grave de Harry resonó por la habitación.

—No está —exclamó Kargem.

— ¿Perrie?

Harry asintió.

—No la encuentran, no hay rastro de ella. Se llevó el dragón que robó, pero ya no está en el norte. Las fuerzas de Cinis se retiraron también, mis hombres buscan a Akrahm ahora.

— ¿No volvió a su hogar?

—No. su familia se encerró en su castillo, he mandado a más hombres allá para vigilar esas tierras y que intenten hablar con Hadi —dijo Harry en su voz monótona de rey. —O al menos con su hijo, la esposa de Akrahm parece ser quien dió la orden a encerrarse con sus pocos sirvientes.

Louis se quedó tan quieto que pareció haberse congelado, pero solo se mantuvo pesando qué habría pasado con Perrie y a dónde podría dirigirse. Ciertamente había dejado Gélida, pero ¿hacía dónde? Zheelya no tendría nada para ofrecerle, Ali tampoco. ¿Nivhas tal vez? La tierra de las brujas, ¿seguro buscaba curarse y fortalecerse antes de enfrentarlos de nuevo?

—Sea donde sea que haya ido, lo sabré al instante —dijo Harry como si le leyera el pensamiento. —Hemos mandado mensajes a todo el continente y a mis aliados en otras tierras. Por lo mientras, nadie saldrá del Krestum mientras ella esté libre.

Louis estuvo de acuerdo.

Terminaron de almorzar y Louis se levantó con cuidado de nuevo, Harry se adelantó de manera automática ante su esposo, pero se topó con que Jaekhar ya lo estaba guiando de vuelta a la cama. Harry dió un paso atrás, Daerys acomodó las almohadas a Louis y lo ayudaron a acomodarse de vuelta en cama. Harry se sintió un poco inútil.

Aunque se aclaró la garganta:

—Me los llevaré, así podrás descansar el resto del día. —dijo aún con ese tono distante. Louis suspiró cuando estuvo completamente acostado.

—No, aquí nos quedamos —soltó Jaekhar con decisión. Daerys acercó sus libros hasta Louis, él tampoco tenía intenciones de irse.

—Nosotros cuidaremos de Papi —alegó el más pequeño mientras hojeaba sus libros. Jaekhar se sentó a un lado de su papá y se cruzó de brazos. Su gesto serio se asemejó tanto al de Harry que Louis tuvo que reprimir una risita.

—Bien... —murmuró Kargem. —Tengo que irme, hay un montón de cosas que hacer, si necesitas algo, llámame.

—De acuerdo. —murmuró Louis.

—De acuerdo. —repitió Harry, pero no se movió ni un centímetro.

Louis esperó que se acercara, sus hijos esperaron que se acercara, Harry iba a dar un paso ante su familia... y luego la puerta se abrió un poco. Grayson se asomó y con cierta pena, le recordó a su rey que tenía una reunión con el consejo en menos de cinco minutos. Kargem asintió y apretó los labios, se despidió suavemente antes de caminar en dirección al guardia y salir de la alcoba.

Louis sintió un golpe en su pecho.

(...)

A media tarde, mientras Louis y sus hijos dormían con parsimonia sobre la cama, abrazados entre los tres, un suave toque resonó desde la puerta de la alcoba.

El príncipe no reaccionó hasta el tercer toque, pero se desperezó rápidamente y preguntó con la voz ronca:

— ¿Si? —exclamó a través la habitación, Daerys se removió a su costado, Jaekhar alzó la cabeza.

Era Ser Isaak, asomado por la puerta.

—Alteza, disculpe que lo moleste, pero tiene visitas. —dijo un tanto apenado. –Ignoraba que usted dormía, puedo decirle que venga más tarde, discúlpeme.

— ¡No! No, esta bien. —murmuró Louis, sentándose entre las sábanas. —Que pase, no tengo ningún problema.

Ser Isaak asintió, y se hizo a un lado mientras abría más la puerta. La última persona que creyó que iría a verlo entró dubitativo a la habitación y el corazón de Louis se saltó un latido.

—Liam...

Su caballero cerró las puertas desde afuera y el alfa castaño se quedó de pie justo frente a la entrada de la alcoba real; la luz de la tarde bañaba el lugar y todo parecía limpio e inmaculado. Debieron haberlo limpiado mientras dormía.

Pero ahí estaba Liam, recién bañado y afeitado, no del todo, solo le habían recortado la barba un poco; llevaba ropa limpia y confeccionada por sus sastres. Vestía los colores de la casa Akgon, una túnica pálida y unos pantalones un tanto oscuros junto un par de botas de cuero. Louis se quedó a la espera de un saludo, un mensaje que llevara para él, lo que fuera... pero Liam se había quedado congelado ahí de pie.

— ¿Algo ha sucedido, Zayn está bien? —preguntó Louis, pero supo reconocer la esencia del alfa. Estaba... en una calma un tanto alarmante, no había señales de nervios o de pánico en su olor. Pero bueno, de un momento a otro, Liam palideció. —Liam...

De pronto, el alfa avanzó decisivamente hasta la cama, sin dejarle tiempo a reaccionar, Liam lo rodeó con los brazos y se apegó al omega con fuerza. Louis se quedó perplejo mientras el castaño lo abrazaba, no supo cómo reaccionar..., hasta que su hijo lo hizo por él.

Jaekhar frunció el ceño, pues había quedado debajo del cuerpo de Liam cuando este abrazó a su padre. De una patada casi inofensiva, el heredero al trono del sur, alejó a Liam junto con una especie de gruñido y él se ciñó a su padre para marcar una línea impenetrable.

— ¡Jaekhar! —reprimió Louis al instante de que Liam salió disparado de la cama, la fuerza del niño no fue tan grande, pero aquel arrebato hizo que el alfa se apartara.

—Hey, lo... lo siento, pero... tu, tu hijo, Louis... él... se parece tanto a Harry, wow, lamento haberme acercado tanto, yo solo-

— ¿Liam? —exhaló Louis de un momento a otro, encontrándose con una chispa en los ojos del alfa que creía haber perdido para siempre.

—Lo... lamento, lamento no haber regresado, no quería volver, no podía, y yo-

—Liam.

— ¡Pero te prometí volver, Louis! Y tengo tu collar, aquí lo tengo, y lo siento, pero, regresé y-

—Liam.

— ¿Qué?

Louis estaba pálido también, puso sus manos en las mejillas del alfa y lo miró con detenimiento. Esos ojos, cálidos y brillantes, esa expresión preocupada, pero suave como siempre. Ese... aroma, lo reconocía desde pequeño, confió en él desde siempre, creció con él protegiéndolo a cada momento.

Era él, cómo... él de verdad.

No el sujeto ausente que seguía a Zayn y cargaba a un pequeño niño entre sus brazos de manera territorial. No el extraño que no lo veía, no el intruso que usaba el cuerpo de su amigo muerto como un disfraz.

Era Liam, su Liam.

—Zayn me devolvió mis recuerdos, se lo pedí porque todo se sentía extraño y... ahora se siente todavía más extraño, pero estoy aquí y estás aquí y, ¿cómo es que han pasado seis años? Y...

Louis se acercó para abrazarlo con fuerza. Liam suspiró.

Se apegaron el uno al otro mientras las lágrimas del omega comenzaron a salir de sus ojos como dos cascadas. Liam rápidamente intentó consolarlo, pero sus propias lágrimas salieron de sus ojos también, empapando el cuello de Louis mientras lo abrazaba más fuerte.

Seis años, seis años donde cada uno había encontrado el amor con alguien más y habían iniciado familias en dos lugares diferentes, pero habían crecido juntos, entre la nieve del norte, montando sus lobos entre risas y recuerdos que soltaban chispas de alegría. Louis lloró su muerte, Louis lo extrañó por meses, por años. Louis incluso lo añoró cuando lo volvió a ver frente a él... pero ahí estaba, y brillaba y se sentía como él, tan seguro, tan confiable como siempre.

Liam siempre fue más que su mejor amigo, más que su hermano, un tiempo donde él fue su todo. Ese tipo de conexión que no se borraría nunca de su alma. Y estaba de vuelta.

—Has vuelto a mi.

—Lo prometí. He tardado seis años, pero, ¿mejor tarde que nunca?

Louis lloraba, pero una suave risa logró brotar de entre sus labios.

Se separaron y se toparon con los ojos furiosos de Jaekhar, Liam alzó las manos en forma de rendición, Louis parecia escandalizado.

—Oye, pequeño, no voy a hacerle daño... nunca podría. –exclamó en dirección al heredero, el ceño fruncido no abandonó el rostro del niño. —Vaya... eres idéntico a Harry.

—Tu hijo es idéntico a ti —murmuró Louis con una sonrisa divertida.

—Lo sé, pero no es ni la mitad de territorial que el tuyo... —Murmuró Liam con diversión. —Espera... ¿tu hijo es alfa?

— ¿Necesitas otra confirmación de su parte? —bromeó el omega. Jaekhar no apartó sus ojos de Liam hasta que este se sentó un poco más lejos de su padre en la cama.

—Mi hijo es alfa, pero... nunca le gruñiría a nadie como tu hijo acaba de gruñirme a mi.

—Oh, vamos, no seas tan duro con él, es el primer Akgon alfa. —comentó Louis mientras le pasaba las manos sobre su cabello rizado, logrando calmar a su hijo de inmediato, su gesto se suavizó.

—De tal palo tal astilla. —bromeó Liam cuando los ojos del pequeño príncipe brillaron con destellos de llamas como solo lo habían hecho los de Kargem.

Louis le dejó un besito en la mejilla a su primogénito.

—Jaek, él es Liam, —susurró Louis a su oreja, aunque el alfa podía oírlo perfectamente. El príncipe omega sintió una calidez agradable recorrerle su pecho. –Es la pareja de Zayn, el que ha venido a curarme y es mi mejor amigo.

— ¿Tu mejor amigo? —murmuró el pequeño príncipe. —Pero si apenas lo conoces.

Liam rió, Jaekhar volvió a gruñirle.

—Lo conozco desde que nací, amor. Su padre y mi padre también eran mejores amigos. Él nació antes que yo y luego crecimos juntos en Gélida. —le explicó. —Es tu tío en realidad, así como tío Niall.

Jaekhar no parecía convencido.

—No te preocupes, te está protegiendo y es más Akgon que Tomlinson... –comentó Liam en un tono divertido, se dirigió a Jaekhar entonces: —Tampoco le agradé mucho a tu padre cuando nos conocimos.

Frareh —corrigió Jaekhar en un perfecto acento Vehstry.

Liam asintió un tanto cohibido, nunca había experimentado algo así, no era como si un pequeño niño de seis años lo odiara deliberadamente todos los días.

—Este es Daerys, amor, ¿puedes saludar a Liam? —pidió Louis cuando los ojos del alfa mayor se dirigieron al pequeño cuerpo de piel ligeramente más tostada, el cabello era igual de blanco y puro como el de Skyler, como el de Gemma, pero su nariz era más redonda y sus ojos eran completamente distintos a los de su hermano; Liam se maravilló con esa réplica de su amigo en el rostro del pequeño Daerys. Este se puso de pie en la cama, descalzo, y se acercó un tanto dubitativo hasta Liam.

—Hola —saludó con una voz dulce y aguda, sus ojitos azules brillaban como los de Louis. Pequeño, delgado y delicado. Un torrente de felicidad recorrió a Liam.

—Hola... Daerys. —esperó pronunciarlo bien, pero por la sonrisa de Louis supo que lo había hecho de manera correcta. — ¿Tu no vas a gruñirme?

El único gruñido que resonó, fue el de Jaekhar una vez más, pero Louis rió suavemente, tomando a su hijo menor de la cintura y sentándolo sobre su regazo para abrazarlo desde atrás.

—Tengo la ligera sospecha que este es un omega. —dijo Louis como si no fuera ya obvio. Liam sonrió.

Se quedaron en silencio por unos segundos, con las sonrisas cinceladas en sus rostros, hasta que Liam decidió hablar:

— ¿Te sientes mejor?

—Si, tu omega me ha cuidado muy bien. —dijo Louis con un destello divertido.

Liam se encendió como una lámpara y se acomodó sobre la cama.

—Es increíble. Sabe hacer muchas cosas..., en Zheelya, curó a una que otra persona, pero no hay tantos heridos para atender allá. Hay muy poca gente.

—Debe ser muy tranquilo.

—Lo es, bastante silencioso por las noches, calmado durante el día. No hay mucho que presumir.

— ¿No extrañas el norte? —murmuró Louis con un dejé de melancolía.

—No había pensando en el norte hasta hace poco —sinceró el alfa, pasándose una mano por la nuca. —Cuando tuve mis recuerdos de vuelta, lo primero que añoré fue la nieve de casa... los árboles, los senderos que recorríamos por tardes enteras..., ¿los recuerdas?

— ¿Cómo podría olvidarlos?

— ¿Enserio preguntas eso?

Louis lo entendió entonces y soltó una risa que Liam acompañó, Jaekhar y su hermano se mostraban atentos a la conversación y se miraron entre sí tras las carcajadas.

—Han pasado seis años desde que estuviste en Gélida.

—Seis años... ¿Has vuelto a casa desde entonces? Bueno... además de cuando salvaste a tus hijos.

"Casa" Liam aún lo llamaba así. Incluso después de establecerse en una bonita choza en la colina, el alfa reconoció su hogar como el norte.

Louis asintió.

—Vamos una o dos veces al año, tal vez tres. No nos quedamos mucho, Harry tiene mucho trabajo aquí, Nadine nos visita más.

— ¿Y los lobos, quién los tiene?

—Ollie se quedó en el Castillo con mi hermana, Nix... no habíamos sabido de ella desde la guerra. Cuando volviste, supuse que ella estaría contigo.

Liam negó un tanto ausente.

—No... no fue conmigo. La perdí después de que Zayn me encontrara.

—Nadine dijo que había salido de la nada en Gélida... ella volvió a casa, supo regresar.

—"Un verdadero lobo nace y muere entre la nieve del norte", eso decía tu padre, —murmuró Liam de manera nostálgica. —Supongo que tenía razón.

Louis sonrió por el recuerdo de Jacob, pero el gesto se le borró en el momento en que Liam alzó ambas manos y de entre su camiseta, sacó el dije de plata pura que pertenecía al linaje Tomlinson y tal vez su corazón se saltó un latido; su abuelo les había dado uno a Nadine y a Louis cuando eran pequeños, supo que su madre, Isabella, les había dado los suyos a Alexander y a Jeannine cuando cumplieron los cinco... era el escudo, el emblema de su casa, todo lo que significaba su lucha, su poder..., Louis se sentía honrado por haber venido del norte.

—Te prometí que volvería, —exclamó Liam sin dejar de ver el dije entre sus manos, sujetándolo una vez más antes de soltarlo para siempre. —y aquí estoy, aquí esta tu dije. Lo cuidé... lo mejor que pude estos años.

Liam le tendió el collar y cuando cayó entre la palma cálida de Louis, el metal se sintió frío sobre su piel; Jaekhar y Daerys se asomaron por ambos flancos, admiraron el dije sin atreverse a tocarlo, admirándolo como el tesoro invaluable que era. Un torrente de recuerdos le cruzó la cabeza, una compilación de visiones del pasado: su familia, su padre, su lobo, Liam y él entre el bosque. Noches cálidas y camas compartidas, seguridad. Toda su amistad, toda su historia pasó ante él en unos segundos.

—Cumpliste tu promesa —exhaló el omega recorriendo cada grabado del dije.

—Te hice esa promesa a ti... no había forma de que no la cumpliera.

Louis sintió sus ojos aguarse. Recordó las palabras de Allenya:

"El destino es caprichoso, Louis..., pero siempre cumple su camino. Liam y tu nacieron para estar juntos, su amistad es inquebrantable. Lo recuperarás."

Louis suspiró y cerró los ojos antes de regresarle el collar a Liam.

Esto es tuyo, —dijo poniéndolo de vuelta en las manos del alfa, Liam comenzó a negarse, pero Louis continuó hablando. —es un regalo, es un recordatorio de que si volvemos a distanciarnos, a dónde quiera que vayas, recordarás quién te dio este dije y que tienes un hogar por eso. Ya sea el Norte o aquí, conmigo.

—No Louis, —intentó razonar el alfa, una mueca de ansiedad le tiñó el rostro. —Eres un Tomlinson, tú debes tenerlo, tu abuelo...

—Siempre seré del norte, pero ahora... mi hogar es el sur. —susurró mirando a sus hijos; se alzó la mano y también sacó otro dije desde debajo de su ropa. Una piedra negra y puntiaguda le colaba de una cadena de oro, tan ligera, que casi nunca se notaba que lo llevaba colgando del cuello. Obsidiana, Vidriagon.

Liam lo comprendió y aceptó el regalo, volvió a ponerse el dije.

Estaban sonriéndose mutuamente, cuando las puertas se abrieron de nuevo y entonces Zayn Malik se asomó un tanto nervioso, un pequeño niño de cabello castaño rizado, se abrazó a la cintura de su padre, la habitación brilló como el par de ojos dorados que tenían los dos.

—Yo... lamento venir sin avisar, pero-

—Zayn, ¡no te disculpes! Ven, por favor, trae al pequeño Lysander, ¿mis hijos lo conocen ya? —preguntó el príncipe mientras el omega moreno avanzaba hasta la cama, Lysander iba tomando de su mano, Liam le sonreía con amor.

—No... lo creo, esta es su primera vez juntos, —murmuró el omega llegando con pasos delicados.

Jaekhar se puso en marcha de nuevo; analizó a los dos nuevos invitados en la habitación, pero no pareció encontrar una amenaza. Ya conocía a Zayn, era quien cuidaba de su papá, pero el niño... en lugar de gruñirle o fruncirle el ceño, alzó sus cejas en sorpresa.

— ¿Cómo estás, Lou? —preguntó Zayn, acercándose a la orilla de la cama, sentándose a un lado de Liam. Le tomó la mano a su alfa de manera automática.

—Muy bien, me siento mucho mejor. ¿Tal vez mañana...?

—Puedes caminar mañana, si, —aceptó Zayn, —Pero si algo te duele, lo más minino, ven a verme... por los dioses, Lou, hazlo. No quiero a un histérico Kargem enojado conmigo por que su esposo aún se siente mal.

—Harry está loco, parece que su trono esta lleno de espinas, debería intentar relajarse un poco —opinó Liam con un tono divertido, pero Louis no dijo nada. Sabía que el deber de Harry no era nada fácil.

—Lysander, saluda por favor —pidió Zayn de repente, pues el pequeño niño alfa miraba a Jaekhar con la misma expresión alertada.

—Hola —soltó con un tono alto, decisivo. No tuvo miedo y ciertamente no iba a ceder a los ojos bicolor del heredero frente a él.

—Hola —respondió Jaekhar con un tono aún más fuerte, entrecerrando los ojos, lo cual, hizo reír a Louis.

—Sander, el príncipe Louis, es tu tío —murmuró Liam, haciéndole saber tanto a su familia como a su amigo, que su lazo de confianza seguía siendo tan estrecho como siempre.

— ¿Tío? —murmuró el niño, alto para su edad, con el cabello castaño como el de Liam, los ojos dorados como Zayn, se notaba que iba a ser fuerte cuando creciera.

—Oh si, —asintió Louis, mirándolo profundamente. —Y hace que mis hijos sean tus primos.

El otro niño alfa se levantó y lo miró con la misma intensidad, no hubo palabras entre ellos. Pero Lysander miró por primera vez al otro niño que estaba al otro costado de Louis; no había reparado en él, porque había estado tan quieto y callado, que no lo notó cuando llegó. Pero cuando encontró los ojos azules de ese pequeño niño, no los apartó por nada del mundo.

Daerys alzó la cabeza a través de la cama y tampoco quitó los ojos de Lysander.

Y pasaron segundos... varios segundos. No era furia, o una demostración de poder, ni siquiera era un reto... era.., algo completamente distinto. Se miraban de manera intensa...

Hasta que Jaekhar gruñó, interponiéndose entre su hermano y Lysander.

Sus padres se quedaron estáticos.

—Ustedes también vieron eso, ¿o no? —, preguntó Louis.

Zayn y Liam, rígidos en su lugar, asintieron lentamente.

—Es... —comenzó Zayn.

—Increíble —asintió Louis.

—Pero, ¿qué no son muy...? —Liam pareció no encontrar las palabras.

— ¿Pequeños? —preguntó Zayn.

—El destino es el destino. —respondió Louis, aún extrañado, pero maravillado al mismo tiempo.

Todos se quedaron en silencio durante un largo rato, hasta que Liam se aclaró la garganta y todos rieron nerviosos.

—No quiero ni pensar que dirá Kargem si se entera, su pequeño hijo...

Louis se tensó por completo.

—Ni siquiera se lo menciones —apuntó Louis.

—Apuesto a que se desmaya. —rió Liam, Louis asintio. Zayn trató de restarle importancia:

—Bueno, Lysander tiene cinco, y el tuyo cuatro, son muy... jóvenes.

— ¿Para qué? —preguntó el aludido. Miró a sus padres con intriga, Jaekhar y Daerys, desde su lugar con Louis, también parecían atentos a su respuesta.

Los adultos se tensaron, pero gracias a los siete dioses, las puertas de la habitación se abrieron, de nuevo. Y cuando Louis pasó de estar aliviado a tenso, pensado que se trataba de Harry... suspiró cuando reconoció a ser Isaak acercase con premura.

Pero su rostro... no parecía relajado.

—Mi príncipe, —exclamó cuando estuvo frente a la cama. Un brillo de preocupación resaltó en sus ojos, Louis cerró los suyos por unos segundos y luego los abrió.

— ¿Qué ha pasado?

—Han traído un prisionero, majestad, Kargem acaba de recibirlo en el salón del trono.

Liam frunció el ceño, Zayn se apegó a su alfa, pero Louis solo esperó a que su guardia siguiera.

—Es Lord Akrahm Malik, majestad, lo enjuiciarán por traición.

Él se quedó helado, Zayn abrió los ojos como platos y Liam sintió su mano apretándose contra la suya.

Y Louis solo conocía un castigo para ese crimen.

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Muy bien mon ledrath, aquí les dejó otro capítulo de Drakhae 💛🥰 espero que les gustara, yo estoy muy feliz de ir resolviendo las tramas inconclusas poco a poco. Ya cerramos esta pequeña tensión con Liam, y claro, no hemos acabado con él, pero sus recuerdos de vuelta nos han regresado un guerrero implacable a favor de los Akgon... 👀

Ahora estaremos lidiando con Akrahm Malik en el capítulo siguiente y... más drama familiar pronto. (Pista: dEL BUENO) Entonces, no se olviden de dejar ese voto ahí bonito, que lo vea, por fas. Si tienen un amiga(o) o grupo con el que compartir tanto drakhae como dragonscale, se los agradecería con el alma!

Ahora, para que empiecen a relajarse: ahora vamos a dejar de lado la tensión por un momento, los siguientes capítulos se vienen... lindos. ;) pero claro, mon ledrath, no se olviden nunca... de la bruja.

Con amor infinito, cariño inquebrantable y pasión sólida, los despide, Kargem Ake.

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