Pick Me (Justin Bieber y Tú)

Par jbinmybackpack

191K 7.2K 650

Tres hermanos. Misma cara. Aspecto totalmente diferente. Un nerd, un deportista y un problemático. Cada uno a... Plus

Pick Me (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 1: ¿Quieres apostar?
Capítulo 2: Me caes bien aunque seas idiota
Capítulo 3: Déjame un buen recuerdo
Capítulo 4: Estoy harto de contenerme contigo
Capítulo 5: El pequeño incordio te encanta
Capítulo 6: Te dije que habría consecuencias
Capítulo 7: Necesito respuestas
Capítulo 8: Estoy tratando de arreglar las cosas
Capítulo 9: No juegues con fuego
Capítulo 10: Ya me estoy quemando y no me importa
Capítulo 11: No te metas en lo que es mío
Capítulo 12: Seré mejor que él
Aviso de Maratón
Capítulo 13: Jamás Debí Elegirte
Capítulo 14: No tener miedo a morir es peligroso
Capítulo 15: No quiero que duela
Capítulo 16: De entre todas las opciones que tenías, me elegiste a mí
Capítulo 17: Seré tu más fiel aliado
Capítulo 18: Tenemos que acabar con esto
Capítulo 19: Es y siempre ha sido él
Capítulo 20: Tiene sus días contados
Capítulo 21: Eres mi estrella
ALERTA FANTASMAS!
Capítulo 22: ¡Una relación es de dos!
Capítulo 23: Esto no va a acabar aquí
Capítulo 24: Adónde vayas tú, voy yo contigo
Capítulo 25: No te voy a soltar
Capítulo 26: Viviendo un sueño
Capítulo 27: Son muy sospechosos
Capítulo 29: Todos bajo mi mano
Capítulo 30: Pelearemos juntos hasta el final

Capítulo 28: Ponme el anillo

5K 196 39
Par jbinmybackpack

HEY GIRLS, SÉ QUE DIJE QUE SÓLO HABRÍA UN CAPÍTULO MÁS. EL CASO ES QUE HA PASADO BASTANTE TIEMPO DESDE LA ÚLTIMA VEZ QUE SUBÍ CAPÍTULO (AYER POR FIN ME DIERON LAS VACACIONES Y ME HE PUESTO A ESCRIBIR COMO UNA LOCA) ASÍ QUE DECIDÍ PONEROS ESTO PARA IR PREPARANDOOS. AHORA SÍ QUE QUEDA UN CAPÍTULO MÁS Y EL EPÍLOGO. SIENTO LA TARDANZA. ESPERO QUE ESTE CAPÍTULO OS GUSTE ;)

 “Amar es como darle una pistola a alguien, dejarlo que apunte a tu corazón, y confiar en que nunca apretará el gatillo”.

Había leído esa frase en más de una ocasión y jamás pude tomármela más en serio en aquellos momentos. Miraba a Justin preparar varias pistolas sobre la mesa de café en el salón, ni siquiera tenía idea de dónde habían salido tantas. Derek estaba sentado al lado de Justin escuchando como su hermano le explicaba como se utilizaban mientras Jesse se mantenía a mi lado sin saber que más hacer, al igual que yo.

-Teóricamente no tendrías porqué utilizarla—terminó diciendo Justin.

-Teóricamente—repitió Jesse con preocupación.

-Mi intención es que no tengáis que entrometeros. Esto es una mera prevención—chistó Justin mirando mal a su otro gemelo. Un instante después sus ojos se instalaron sobre los míos suavizándose—. Ven.

-¡¿No le harás ir armada a ella también?! –clamó Jesse sin perder oportunidad de discutir. Sus ojos estaban desorbitados y su mano en un impulso acudió a sujetar la mía para detenerme … Como si tuviera que protegerme de su hermano. Justin apretó su mandíbula a la par que sus puños alertándome al instante.

-Está bien, Jesse. No será la primera vez que coja una—traté de tranquilizarlo mientras me apartaba de su lado y caminaba hacia Justin—. ¿Qué quieres que haga?

-Básicamente que permanezcas a salvo—respondió serio. Asentí extendiendo una mano en la cual colocó una pequeña pistola. Sentí un escalofrío al sentir el tacto del arma cuando la envolví con mis dedos—. Sabes como manejarla, ¿cierto?

Asentí fríamente. Necesitaba algo de espacio después de todo aquello. La casa había sido un hervidero de testosterona desde que nos habíamos levantado, a las seis de la tarde. Justin había seguido sin contarme nada de lo que pensaba hacer y le había dejado caer lo de la policía pero él ni se había inmutado. Él no estaba preocupado por ello … O al menos no lo aparentaba.

-Voy a salir un rato—le avisé. Justin frunció su ceño mostrando su desacuerdo—. Estaré un rato con Lesley. Vuelvo en un par de horas.

-No, Queen—contestó suave pero firmemente. Di un paso atrás comprobando su rostro. Iba muy en serio. Miré hacia Derek y Jesse que permanecían callados y de brazos cruzados sin querer involucrarse—. No tienes apoyo en esto.

-Nunca he necesitado tu permiso para hacer algo—rechisté—. No puedes impedirme salir de casa si es lo que quiero.

-No hagas que tenga que demostrarte lo contrario—advirtió en tono amenazante.

Sintiéndome retada, coloqué la pistola en la cinturilla de mi pantalón y empecé a caminar fuera del salón para irme. Escuché un siseó de irritación procedente de mi novio y un segundo después sus pasos me alcanzaron.

Ni siquiera tuve tiempo a reaccionar cuando se colocó delante de mí y me agarró de las piernas para colocarme sobre su hombro.

-¡Justin. Drew. Bieber! –chillé de inmediato—. ¡Bájame!

Me ignoró por completo. Sentí mi melena balancearse de un lado a otro casi tocando el suelo mientras me subía por las escaleras y me llevaba hasta su habitación. En un momento me tiró sobre su cama haciéndome rebotar en el colchón.

-¡Estoy intentando hacer las cosas lo mejor que puedo! ¡Ayuda un poco a facilitar las cosas y deja de ser una jodida zorra! –bramó embravecido.

Empalidecí. Sentí la sangre abandonar mi cara y a mi estómago caer. En todos los años que nos habíamos conocido, él jamás me había insultado por muy incordio que hubiera podido ser para él. Me quedé callada viendo su rostro, incrédula y dolida. Más dolida que incrédula porque aquello realmente acababa de suceder.

Un instante después la cara roja y la mirada acusatoria de Justin fueron cambiando a un rostro de horror. Tiró de su pelo hacia atrás con ambas manos en frustración. Parte de mí sabía que ya estaba arrepentido pero el daño era demasiado reciente como para perdonarlo en ese mismo instante. Estaba consternada. ¿Qué motivo podría tener para llamarme zorra?

-____, yo …

Se quedó atascado en aquellas dos palabras sin saber que decir. Ambos sabíamos que “lo siento” no bastaría. Sacudí la cabeza mirando hacia abajo y terminé por tumbarme en la cama dándole la espalda. Ni siquiera quería mirarlo más. Tenía ganas de llorar y no podía hacerlo con él delante.

-Vete. Me quedaré aquí—dije tratando que mi voz fuera lo menos estrangulada posible.

No hubo movimiento alguno por un larguísimo minuto. Lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones pesadas hasta que sus pasos cobraron vida y se desvanecieron tras cerrar la puerta del dormitorio. Sólo entonces me dejé descomponer en mil piezas dispersas.

* * *

Narra Justin

Me quedé apoyado contra la pared soltando todo el aire contenido por la discusión. Cerré los ojos echando la cabeza hacia atrás justo cuando empecé a escucharla sollozar. Sentó como si los pedacitos de cristal en los que ella se había roto por mi culpa se fueran clavando en mi propio pecho. Yo había provocado ese dolor, yo no había tenido cuidado, y el resultado acabó siendo el mismo de siempre … Ambos sufríamos.

Me senté en el suelo para seguir escuchando como lloraba, decidí imponerme ese castigo. Mantuve mis sentidos centrados en ella a través de aquella pared. No pensaba que ella quisiera verme en ese momento pero por cada sollozo que soltaba más grandes eran mis ganas de entrar ahí y abrazarla. De un minuto para otro dejé de escucharla hipar.

Abrí los ojos mirando al techo y noté escapar una lágrima. Maldije para mí mismo retirándome el agua de la cara con brusquedad y me levanté del suelo. Levemente abrí la puerta para comprobar como estaba: dormía en mi cama, con su cara enrojecida y abrazada con fuerza a mi almohada. Suspiré y volví a cerrar la puerta sintiéndome como la peor mierda del mundo. Lo único que se me ocurría era que debía acabar con todo de una vez.

Para cuando me quise dar cuenta me encontraba en el salón, con una botella de whisky en la mano y un vaso en la otra, mirando al vacío y sin querer pensar en nada. Deseaba que alcohol matara mis pensamientos.

-No dejas de joderla, ¿eh? –Jesse se puso frente a mí. Fruncí el ceño sin voluntad alguna de contenerme con el entrometido de mi hermano.

-Realmente me encanta joder con ella—solté con sorna.

-Y tú realmente no la mereces—respondió ante mi estúpido humor sucio.

-Intenta hacerle cambiar de opinión. Haz que se vaya contigo. Quizá nos ahorraríamos muchos problemas—dije embriagado por el alcohol.

-Te voy a recordar esto, Drew … Los chicos malos son un pasatiempo. ____ es una chica inteligente, y elegirá a quién realmente le conviene cuando se canse de jugar contigo.

La furia me cegó. La verdad de aquellas palabras me hizo sentir la ira en estado puro. No soy la elección correcta para ella … Ni para nadie.¿Quién querría estar conmigo? ¿Cómo ella siquiera sigue aguantando? ¿Cómo ha podido quererme a pesar de todo durante todos estos años?

Frustrado golpeé la mesa de madera con la botella de cristal. “Debería de morir” fue un pensamiento que cruzó mi mente entre toda aquella desesperación. Absorbí el rostro de estupefacción de mi hermano. Joder … Mi hermano.

-¿Y después de dejarme se irá corriendo a ti? –ironicé.

-Eso espero—susurró.

-¡Basta, tíos! –Derek se interpuso entre nosotros haciendo crujir los cristales bajo sus zapatos—. ¡Somos hermanos, maldita sea! ¡Se acabaron las peleas! ¡Tenemos que estar unidos!

Miré a Jesse … El que siempre consideré un hermano pequeño a pesar de nuestra poca diferencia de tiempo al nacer. Él siempre había sido débil, tímido y reservado. Lo veía delante de mí en ese momento y era completamente diferente. Estaba dispuesto a todo desde hacía tiempo … Por ____. ¿Qué no haríamos cualquiera de los tres por esa chica?

-Daos la mano y recoged esto ahora mismo—siguió Derek—. ¡Cuando mamá vuelva y vea esto como una pocilga nos cogerá por las orejas a los tres!

Jesse fue el primero en tender su brazo. No iba a cambiar a la hora de querer arreglar las cosas. Los dos sabíamos que nuestro otro gemelo tenía razón. Por muy distante que yo hubiera sido siempre me había asegurado de que ellos estuvieran bien. Siempre nos defendíamos entre nosotros.

Flashback

-¡Friki! –oí gritar al fondo del pasillo.

Me asomé viendo como un chico de un curso superior tiraba al suelo el libro que Jesse llevaba en las manos. Tensé la mandíbula al instante viendo como mi hermano se agachaba a recoger su libro, pero el otro se reía de él dando patadas al libro para que no lo alcanzara. Por el otro lado vi que Derek se acercaba para darle apoyo.

-Déjale en paz—le advirtió el que era mi vivo reflejo en aquellos trece años.

-Oh, ¿qué me va a hacer el gemelito? –se burló el matón presionando su dedo índice en la frente de Derek.

Mi hermano lo apartó de un manotazo y el otro reaccionó dándole en un empujón. Jesse estaba detrás mordiéndose las uñas mientras un círculo empezaba a formarse alrededor de la pelea.

No quería meterme. Aquel imbécil era Brock y liarme en una pelea en el colegio con él iba a acarrear consecuencias nada agradables, sin embargo, caminé peligrosamente rápido hacia el foco de la discusión, justo pasando por al lado de Queen quien tenía una visible cara de preocupación. La empujé hacia atrás para que no se acercara más al tiempo que iba alzando mi brazo justo para aterrizar un puñetazo en la jeta de Brock.

-No te metas con mis hermanos—amenacé cuando vi al tipo con la cara girada y su nariz sangrando. Derek se colocó a mi lado con su ceño igual de fruncido—, o la próxima no sales de aquí por tus propios pies.

Brock no daba crédito a que yo fuera el que lo había golpeado. Se lo tenía merecido. Estaba harto de aguantar sus estupideces … El sobrino del jefe. Mi padre me daría una buena tunda por impulsivo, pero yo aguantaba demasiado como para que los líos se traspasaran a más miembros de mi familia.

-Me encargaré de ti, Bieber—advirtió antes de irse con su nariz sangrando.

Me agaché y cogí el libro del suelo para dárselo de vuelta a Jesse. Era un cómic en realidad. Se lo tendí dándole una pequeña sonrisa que sólo viera él para mostrar que todo estaba bien.

-Gracias, Justin—dijo cogiendo su cómic. Cuando realmente apreciaba algo que había hecho, no me llamaba Drew sino como a mí me gustaba.

-Pégale tú a la próxima, no es la gran cosa—bufé.

Derek se rió dándome con el puño en el hombro. Escuché los suspiros de las chicas enamoradas, suponía que por él … Y me sentí bien porque nada les hubiera pasado. Ellos no tenían idea de lo que yo tendría que aguantar después. Pero ellos estaban bien. Nunca iba a dudar sobre protegerlos y ayudarlos, porque ellos eran todo lo que tenía: mis hermanos.

Fin de Flashback

Observé a Jesse esperando a que estrechara su mano. Justo cuando iba a bajarla dándose por rendido, alargué el brazo para agarrarlo y sin que yo mismo lo esperase, le abracé. Hombro con hombro, di unos golpecitos en su espalda y me separé.

-Bueno, recoge tú todo esto—dije mirando el suelo. Jesse enarcó las cejas y yo me encogí de hombros simulando despreocupación—. Tengo cosas que hacer—dije escapándome del salón.

-¡Eres un capullo, Justin! –gritó a mi espalda.

-Sí … Me lo dicen mucho—dije para mí mismo empezando a subir escaleras.

Caminé a grandes zancadas hasta la habitación. Di algún mal paso influenciado por el alcohol pero finalmente abrí la puerta dispuesto a disculparme con _____ y contarle cual era el plan que habíamos ideado con Roger, pero justo al pasar al interior me encontré con el cuarto frío, la cama donde antes descansaba mi novia vacía y la ventana abierta.

-Mierda—dije sabiendo lo que estaba sucediendo, la lucidez haciéndose paso en mi mente. Comprobé el baño esperanzado de estar equivocado—. ¿Nena?

Nada.

Me asomé por la ventana y comprobé la fila de salientes que solía utilizar para escapar de casa sin que nadie se enterara.

-Terca, terca, terca. ¡Nunca me puede hacer caso! –bramé saliendo corriendo.

* * *

Derek iba conmigo mientras caminábamos por las calles que solía tomar ____ para ir a casa de su mejor amiga. Habíamos llamado a Lesley para comprobar que Queen no estaba con ella. Jesse se había quedado en casa para avisarnos por si ____ volvía. Sí, la inteligente de mi novia se había ido sin móvil en una noche jodidamente oscura y llevábamos un rato vociferando su nombre por las calles.

-Será mejor que nos separemos para encontrarla antes—sugirió mi hermano. Asentí con preocupación—. El primero que la encuentre llama al otro.

-De acuerdo—le di un apretón a su hombro—. Ten cuidado.

-Suerte—dijo despidiéndose.

Se fue por otra calle y yo saqué mi móvil para empezar a iluminar por los rincones más oscuros tomando el otro camino. Llevaba un rato sintiendo mi corazón palpitar a toda velocidad. Notaba la agonía comiéndome por dentro mientras seguía llamándola por su nombre a toda voz. Tiré de los extremos de mi pelo con una mano tratando de no imaginar los peores escenarios.

Mi chica … Si le pasara algo mi vida se iría al diablo.”

Seguí andando gritando su nombre estando atento por alguna señal de ella. Mierda. No aparece. Esto no es bueno. ____, ____, ____, ¿Dónde estás?

Me consumían los nervios a medida que los minutos pasaban y mi desesperación crecía. Una mujer que regresaba del trabajo me vio y pasó rápido y asustada hasta el interior de su casa tras ver mi cara. Estaba enfadado, triste, desesperado, muerto de preocupación.

-¡____! ¡¿Dónde demonios estás?! –grité con frustración.

-¡JUSTIN! –me detuve.

-¡¿____?! –miré por todas partes.

-¡JUSTIN! –escuché su grito lastimero.

Seguí clamando su nombre a medida que corría en la dirección de donde venían sus respuestas. Su figura apareció ante mí y se abalanzó sobre mis brazos. La rodeé enseguida queriendo sentir que realmente estaba conmigo, que la podía proteger de nuevo. Se estremecía mientras lloraba en mi pecho. Algo había pasado …

-Justin—seguía diciendo mi nombre como si fuera su salvación—. Justin—repitió presionándose contra mí.

-¿Dónde estabas? –pregunté cogiendo su cara entre mis manos.

-Allí—señalizó un callejón—. El tío ese … Boost … Dios, Justin—hipó sin poder hallar sus palabras—. Me quería matar. Me dijo, me dijo … Que estrellé una botella en su cabeza—recordaba eso. Lo hizo por defenderme cuando me lié en una pelea del Círculo—. Me quería matar—repitió aturdida.

-¿Qué pasó?

-Me asusté. Estaba muy cerca. Quería hacerte daño a través de mí—sus ojos se aguaron mientras sostenía mi mirada—. Él sacó una pistola y yo reaccioné sacando la que me diste y disparé enseguida, Justin. Ni lo pensé—relató asustada.

-Tranquila—acaricié su mejilla con mi pulgar—. ¿Hace cuánto?

-No lo sé …

Sonidos de sirenas empezaron a escucharse a lo lejos haciendo que me alertara al instante. Tomé a ____ de la mano y tiré de ella para empezar a correr. Eran sirenas de la policía y al menos una ambulancia. Algún vecino debió llamar por el escándalo.

Ella corría manteniendo mi ritmo mientras nos dirigíamos de vuelta a casa. Saqué el móvil y marqué rápidamente a Derek, quien respondió al segundo.

-Está conmigo. Corre a casa. Tenemos a la policía pisándonos los talones. Vamos a adelantar los planes—corté la llamada sin dejarle responder y acto seguido llamé al número de Roger—. Consigue el vuelo para esta misma noche. Nos vamos ya—volví a colgar enseguida.

-¿Adónde vamos? –me preguntó ____ jadeando por aire.

-A Livorno—respondí sin emoción, mis pies acelerando.

* * *

Narra ____

Estábamos de nuevo en casa, Derek había llegado casi al mismo tiempo que nosotros. Una vez que estuvimos allí, Justin me mandó a hacer la maleta para ambos. Parecíamos no parar nunca pero no tenía derecho a quejarme. Seguía algo desorientada respecto a lo que íbamos a hacer. Ninguno soltaba prenda sobre lo que haríamos. Empezaba a sospechar que ni ellos estaban muy seguros de lo que tenían pensado, como si cada idea que se les ocurriese estuviera dispersa en el aire. Sólo sabíamos que nos íbamos de allí, que estábamos en peligro por las sospechas de la policía y que nos dirigíamos a la boca del lobo en Italia. Estábamos tras de Chuck Kingstone para acabar con todo de raíz … Y algo me decía que estábamos teniendo muchos errores. De repente, era como si el mundo no se sostuviera fácilmente, era como si se me hubiera echado encima y tuviera que hacer fuerza para tirar de él hacia arriba. Pero tenía que continuar sin derrumbarme.

Escuchaba a Justin discutir con Derek y Jesse cuando el timbre sonó. Iba bajando las escaleras mientras arrastraba el equipaje cuando vi entrar al tal Roger con el permiso de Justin. Mi novio me miró desde abajo y me ayudó a tirar de la maleta en los últimos escalones. Vi aparecer a Derek y Jesse por un lado bastante cabizbajos y supe que algo más no iba bien.

-¿Estás lista? –me preguntó Justin. Asentí sin estar muy segura. En realidad no me sentía preparada para nada más que para echarme a la cama y dormir por horas, días o meses … –Llevaré la maleta al coche, entonces—dijo serio.

Miré hacia Derek y lo interrogué con mi mirada. Jesse interrumpió nuestro contacto visual cuando le dio un abrazo despidiéndose para salir por la puerta de la misma forma que lo hicieron Justin y Roger anteriormente. Me di cuenta de lo que estaba sucediendo y de repente me sentí profundamente culpable.

-Esto es culpa mía, ¿cierto? Yo salí de aquí cuando no debía. Yo llamé más la atención de la policía de la que ya teníamos sobre nosotros—me precipité a aquella conclusión horrorizada.

-Esto iba a pasar esta misma semana, ____. Simplemente se ha acelerado, no te preocupes—Derek se acercó y me abrazó para tranquilizarme—. Yo no voy a ir. Me tengo que quedar por Lesley, por mucho que le moleste a Drew que nos separemos—me separé un poco para mirarle a la cara sin saber ya que decir—. Tienes que cuidar de mis hermanos, ¿de acuerdo? Que no se maten entre ellos. Que se cuiden. Pero sobretodo, cuidate tú, ¿entendido?

Asentí rápidamente y con fuerza. Derek tomó mi mano y me acompañó hasta el coche, o más bien furgón, donde ya habían entrado los demás. Al abrir la puerta miré a mi amigo por última vez antes de irnos. Derek me daba una de esas sonrisas consoladoras que te animaban a seguir adelante por pocas ganas que tuvieras. Era como si depositara sus esperanzas en ti … Te transmitía un sentimiento tan fuerte que no querías decepcionarlo. Después de todo por eso había sido el más popular, el más carismático … Se ganaba a la gente a base de todas sus clases de sonrisas.

Di un último asentimiento, como si estuviera aceptando un reto, y me senté en el asiento trasero del vehículo. La puerta se cerró enseguida y casi al instante el motor rugió haciendo que nos moviéramos rápidamente por la carretera.

A mi lado estaba Justin mientras enfrente estaba sentado Jesse. Estábamos en una cabina separada del asiento de conductor, el que suponía era Roger.

-____, ¿mataste a Boost? –la pregunta vino de sopetón del que era mi novio. Giré mi cuello instantáneamente para encararlo y luego miré a Jesse casi avergonzada por haber usado un arma y que él lo supiera, sin embargo, no me sentía mal habiéndola utilizado. Ni siquiera tenía reparo en la idea de que mi agresor hubiera muerto desangrado en un callejón oscuro.

-No lo sé, ni siquiera vi donde le disparé. Simplemente se cayó de repente al suelo después del cañonazo—respondí cansada.

-¿Estás bien? –quiso asegurarse Jesse.

-Sí, no pasa nada—afirmé. Justin me mantuvo bajo su escrutinio por varios segundos antes de que preguntara: –¿Qué pasa?

-¿Y la pistola?

-La he dejado en casa … No pensé que en el aeropuerto …

-Bien—me interrumpió para cortar el flujo de mis palabras. Fruncí el ceño ante su sequedad—. No debías salir. Te lo dije—me recordó cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás para relajarse.

-Bien—contesté de malas sabiendo que tenía razón.

-Bien—zanjó.

Me volví hacia el cristal para no seguir mirándolo. Detestaba a éste Justin, sin embargo, era el que había tenido siempre hasta antes de que fuéramos novios. No era un tipo de Justin diferente, simplemente seguía siendo él … Con todas sus preocupaciones y responsabilidades de mierda, sólo que me había acostumbrado demasiado al Justin benévolo que solía estar conmigo a solas, y lo echaba de menos. Intentaba recordarme a mí misma que él era el primero en pasarlo mal, que tenía que aguantar un poco más por nosotros … Así que cerré los ojos y me centré en mi respiración para calmarme. Seguí esos dos pasos por el resto del viaje, durante horas hasta Italia. No funcionó. Y tenía un presentimiento de que algo malo nos acechaba.

* * *

Los rayos de sol incidieron molestamente sobre mis ojos haciéndome despertar. Volteé mi cuerpo buscando una nueva posición para seguir durmiendo cuando escuché una leve risa.

-No sé de que te ríes—le dije malhumorada.

Abrí los párpados encontrándome con mi novio aún algo serio a pesar de la curva que sus labios se forzaban a tener.

-Eres graciosa en las mañanas—respondió.

Lo ignoré por completo demostrando que seguía enfadada por su completa indiferencia hacia mí en todo el día anterior. Habíamos llegado a Florencia, una de las provincias de Italia, y estábamos en un hotel bastante bonito.

-Son las cinco de la tarde aquí en Italia—me comentó—. ¿No quieres dar un paseo conmigo?

-¿Vamos a hacer turismo antes de lanzarnos a la muerte? –dije con sarcasmo, al instante retractándome de mis palabras. Volví a fijar la vista en él y la pena me inundó—. Lo siento.

-Está bien—se levantó del colchón y empezó a colocarse una camiseta que ya estaba fuera de su equipaje—. Sólo pensé que querrías hablar un rato.

Me levanté con rapidez y cogí los primeros jeans y la primera camisa que encontré en mi maleta. Sabiendo que él iba a irse, no pensaba quedarme aquí sola. Además, él tenía razón. Había que hablar, muchas cosas para ser sinceros.

-Sigo esperando una disculpa—dije en tono serio mientras seguía colocándome la ropa.

-¿Por qué? –Saltó a la defensiva.— ¿Por intentar protegerte? Entiendo que estés algo molesta pero …

-¡Estoy harta de que siempre te excuses en eso! Sé que te preocupas por todos nosotros pero no me cuentas nada. Me llevas para arriba y para abajo como a una muñeca de trapo, sin ninguna explicación ¡como si fuera el jodido equipaje de mano! –exploté— ¿Y acaso insultarme es parte de protegerme? –enfaticé por la discusión del día anterior. Su rostro parecía desorientado y sorprendido por mi ataque verbal. “Quizá ni siquiera recuerde de que hablo …” –Oh, perdona … ¿Estoy volviendo a ser una jodida perra? –cité con falsa dulzura.

Mi subconsciente aplaudía generosamente y animaba a un público imaginario a hacerme la ola por finalmente enfrentar a mi novio. Sin embargo, ¿de qué sirvió? De nada.

Justin se giró y salió por la puerta con un rostro pálido y duro como una estatua. Hice un sonido de exasperación mientras tiraba de mi pelo hacia atrás. ¡Ni siquiera me va a dejar peinarme!

Me puse unas Vans rápido y tras coger la llave de la habitación, fui tras él. Cuando bajé del ascensor él me estaba esperando justo al lado de la puerta. Suspiré aliviada y llegué a él con reticencia.

-Perdóname—dijo tendiendo su mano para que la cogiera.

Se la tomé enseguida. Nunca dudaba a la hora de coger su mano … No era como si yo alguna vez quisiera que él me rechazara un gesto de cariño por muy idiota que pudiera ser, así que no se lo iba a hacer yo.

Empezamos a caminar en silencio por la calle con nuestros dedos entrelazados y fui mirando las estructuras de los edificios. Era realmente impresionante y distinto a cualquier otra parte que hubiera estado.

-Decidí venir primero a Florencia porque no quería ir directamente a Livorno … Hubiera sido un riesgo. Pero no está demasiado lejos—comentó como si nada—, ¿tienes hambre?

-Poca, en verdad—respondí algo distraída mirando alrededor—. ¡Oh, Dios, el Ponte Veccio! –exclamé maravillada.

Tiré de Justin empezando a caminar rápido para pasar por el puente. Éste estaba lleno de tiendas, sobretodo joyerías y algunos puestos de recuerdos. Había una parte libre de edificios para asomarse a ver el río Arno y allí me asomé con Justin tras de mí para ver las casas a cada lado de una orilla. Era una vista realmente peculiar.

Me mantuve apoyada en la barandilla con los brazos de Justin a cada lado de los míos y su pecho pegado a mi espalda. Respiré profundamente y cerré los ojos dejándome llevar por el momento.

-Ayer fui un gilip*ollas. Lo siento—dijo tras mi oreja—. Estoy bajo mucha presión, Queen. No sé de dónde salió lo de llamarte perra.

-Jodida perra—maticé con amargura.

-Eso … –suspiró—. Lo siento. De verdad. Y haber sido tan distante contigo … Simplemente ya no sabía como actuar.

Me giré entre sus brazos y lo miré a los ojos, había grandes ojeras bajo sus ojos, cosa que hizo que mi preocupación por él creciera, pero decidí apartar ese tema por el momento.

-Sé que lo sientes—alcé la mano y acaricié su mejilla. Ipso facto su cabeza se inclinó buscando que ahuecara su cara. Sonreí con ternura—. También sé que no puedes prometerme que no volverá a suceder porque bueno … Es tu carácter—me encogí de hombros resignada—. Simplemente tenme un poquito más en cuenta, ¿vale? ¡Hoy ni siquiera me has dejado peinarme con tal de seguirte porque has salido como alma que llevaba el diablo! –traté de bromear. Justin sonrió y colocó un mechón fuera de mi coleta detrás de mi oreja.

-Estás perfecta, ni lo dudes—declaró antes de besarme después de lo que se sentía una eternidad.

Seguimos paseando y viendo cosas de Florencia. Había muchísimas tiendas por lo que terminé tentándome a probarme ropa mientras Justin iba a comprar algo para que comiéramos por el camino. Finalmente no me compré nada y él terminó invitándome a un restaurante. Pasamos un día de lo más normal dentro de nuestro concepto de “normalidad”.

Para cuando volvimos al hotel, ambos nos sentamos en un sofá que había en la habitación y nos acurrucamos. Quedé entre sus piernas mientras me abrazaba por detrás y sostenía mis manos.

-Dentro de unas horas tendremos que irnos a Livorno … –comentó jugueteando con mis dedos. Me tensé en un momento—. Luego nos reuniremos con Jesse y Roger para hablar del plan—sus manos viajaron hasta mi espalda y empezó a dar un pequeño masaje para que me relajara—. ¿Sabes? Te he comprado algo mientras te probabas ropa por ahí—me susurró al oído.

-¿Un regalo de tu parte? ¿Qué milagro es ese? –bromeé.

Rió mientras buscaba algo en el bolsillo de su pantalón. Dio un beso en la parte posterior de mi cuello y colocó una cajita negra sobre la palma de su mano frente a mí. Mi corazón se aceleró notablemente mientras giraba el tronco para mirarle y arquear una ceja inquisitiva.

-¿Te me vas a declarar ahora?

-Algo así—se burló ante mi cara de sorpresa—. Simplemente estuve pensando en el día que nos hicimos novios … Tú dijiste que no elegirías a otro mientras me tuvieras a mí … Bueno, yo …

Abrió la caja de terciopelo negro interrumpiéndose a sí mismo y un anillo apareció frente a mí. Era con margaritas, una tras de otra y con un grabado en su interior: “I pick you”. Solté el aire contenido y aprecié la joya frente a mí. Era un regalo precioso.

-No pensarías que iba a pedirte matrimonio ahora, ¿no? –fue su turno de alzar las cejas. Una risita tonta escapó de mis labios y escondí la cara en el hueco de su cuello—. Sólo tenemos dieciocho años, y aunque yo sé que tú siempre serás mi única elección … Tú si debes pensar más eso de pasar el resto de tu vida conmigo. Es jodidamente temprano—remató con una sonrisa triste. Fruncí el ceño y contemplé sus preciosos ojos marrones.

-Ponme el anillo—dije alzando mi mano. Justin asintió e hizo lo que le pedí con cierta satisfacción—. Justin Drew—dije su nombre para llamar su atención y me mirara con atención—, voy a amarte hasta que te des cuenta de que te elegiré cada día de mi vida.

-Hmmm … –Sonrió a medias.— ¿Y cuándo lo haga?

-Entonces sabrás de verdad que soy tuya de la misma forma que tú me perteneces a mí—declaré segura de ello. Pareció meditarlo por un momento antes de colocar sus manos en mis mejillas y acercarme delicadamente para besarme. Cuando se apartó sus ojos abrasaban y me calentaron por dentro.

-Entonces quizá tendría sentido pedir que te cases conmigo, ____ Queen.

-------------------------------------------------------------

Foto del anillo en multimedia. Lo vi en twitter y tuve que ponerlo porque asdfghjkl me gustó y me inspiró mucho. Ese anillo fue hecho para que apareciera en esta fanfic jaja

¿CREEIS QUE PODRÍAIS LLEGAR A 80 VOTOS?

¿Y 20 COMENTARIOS?

¿ME HARÍAIS ESE REGALO POR NAVIDAD? EN SERIO, NECESITO MOTIVACIÓN Y HA SIDO UN CAPÍTULO LARGO  :) 

Y NOTICIAS: HABRÁ 2ª TEMPORADA. CREO QUE LA PONDRÉ EN ESTA MISMA OBRA, ¿O DEBERÍA ABRIR UNA NUEVA HISTORIA? 

POR CIERTO, EN LA NUEVA ACTUALIZACIÓN DE WATTPAD HE VISTO QUE TENGO UN MONTÓN DE VISITAS DE LATINO AMÉRICA, Y ME EMOCIONO :') ASÍ QUE GRACIAS A TODAS ^^

LOVE YOU, MIRIAM

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

109K 2.8K 28
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
188K 22.5K 52
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
580K 47.5K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...
143K 8.3K 23
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...