Maratón. 3/3
La llegada al Krestum fue una pesadilla.
Skyler estaba cubierta en sangre, pero no era la suya.
Tras haber aterrizado en Dravho, Skyler se topó con la prakhane de Kargem. Ethan y Grayson estuvieron a punto de ayudar a descender a la princesa con una radiante sonrisa; Los príncipes Jaekhar y Daerys habían llegado con bien al Krestum y cuando se avistó el aterrador dragon naranja de la princesa, sabían que ahora todo volvería a la normalidad... hasta que entre los brazos de Skyler Akgon, se encontró el cuerpo sangrante de principe de Kargem.
Louis Tomlinson moría entre los brazos de la princesa.
Intentando entender cómo era que el príncipe había ido con ellos en primer lugar, cómo había salido de sus aposentos sin levantar las sospechas de ningún centinela en el castillo... alejaron todas las preguntas innecesarias para el momento, y procedieron a llamar a los mejores sanadores del sur; el esposo del rey estaba herido de gravedad.
Así que entraron corriendo por las enormes puertas del palacio, el mundo entero se movilizó a toda velocidad al ver a Skyler con Louis en sus brazos, pero para la princesa, todo comenzó a ir en cámara lenta.
Desde la forma en que avanzaba por los pasillos, hasta el latido de su corazón que resonaba por toda su cabeza, privándola de cualquier otro sonido. Cada persona con la que se topó en los pasillos, se tornó borrosa, pero la punzante idea de correr hasta la enfermería se encontraba como la única meta cercana que comprendía y se esforzaba por lograr.
Casi no reconoció la figura morena de Zayn Malik, que tuvo que alzar sus manos en dirección a la princesa para llamar su atención. Cuando Skyler finalmente enfocó sus ojos dorados, comprendió que debería dejar a Louis en una camilla.
Estaban en la enfermería.
Zayn se movía de un lado a otro, Louis terminó en una de las pequeñas camas y sin ningún deje de pudor, el moreno comenzó a rasgarle la ropa y a quitarle la ligera cota de malla que cubría su torso. Había heridas por todo el pecho, eran... puñaladas, cortes profundos que soltaban grandes torrentes de sangre.
Lo veía articular palabras con sus labios pero ningun otro sonido que el corazón latienete de la princesa, se hacía resonar en el interior de su cabeza. Luego creyó reconocer a Liam, se movía ante las palabras de su omega, intentando retener el flujo del sangre del cuerpo de Louis, pero Skyler seguían si escuchar ni una palabra.
Fue hasta que pasaron unos tantos minutos, que las manos del omega de tez morena, volvieron a pasearse frente a su campo de visión, que Skyler reaccionó.
—Busca a Christopher, —le pidió. Skyler parpadeó varias veces, no entendía porque necesitaba del prisionero. —Sky, ¿me oyes? Tráelo, por favor, necesito ayuda, de otra forma, Louis...
No lo dejó terminar, ni siquiera lo cuestionó en voz alta. Con la respiración a tope, con las manos temblorosas, Skyler apretó los dedos en puño con la esperanza de mantenerse a si misma en ese momento. La prakhane la miró de manera confudida, los gemelos tampoco entendían la petición del omega, pero no iban a cuestionar a la princesa.
Cuando salió de la enfermería, se topó con la imagen de Nadine Tomlinson siendo retenida por Niall; un par de guardias dorados parecían pedirle que se calmara con delicadeza, pero Skyler atrapó la mirada turquesa de la reina del norte.
— ¡¡Skyler, ¿qué le ha pasado a mi hermano?!! —bramó entre un sollozo, Niall la sujetaba de la cintura, pero no podía retener las lágrimas de su esposa, pálida como la nieve, brillante como una estrella moribunda. — ¡¡Déjenme verlo!!
La princesa dragón no respondió cuando sus propios ojos se le cristalizaron. De todas formas, no podía hablar, tenía la garganta cerrada. Tan solo se dio la vuelta en el pasillo y comenzó a caminar con premura hacia los calabozos del castillo, antes de que se diera cuenta, estaba corriendo.
Los gritos de Nadine Tomlinson la persiguieron a traves del Krestum.
(...)
Cuando Harry abrió los ojos, le tomó varios segundos poder moverse.
Era casi como estar en una prision mental, una parálisis del sueño. Sus extremidades estaban adormiladas, ni siquiera podía mover la cabeza, ni una vertebra de su cuello. Pero al paso de los segundos, comenzó a recuperar el movimiento. Primero lento, luego cada vez mas rápido...
¿Qué había pasado, por qué se sentía así?
Cerró los ojos y aspiró profundamente mientras sus manos se apretaban en puños.
La sensación de estar agotado, incluso habiendo despertado del sueño, lo asaltó como una tormenta inesperada. Se ciñó sobre su cuerpo de manera aniquilante y él solo se sentía adormecido incluso cuando jamas, en toda su vida, habia sido una persona con pereza. Harry Akgon intuyó que algo estaba mal cuando alcanzó con su mano al otro lado de la cama y no sintió el cuerpo de su esposo.
Estuvo a nada de llamarlo, pero su garganta estaba seca y el sabor amargo del té de la noche anterior aun se asentaba en su paladar.
Tal vez había enfermado... ¿un resfriado? No, él nunca habia presentado uno desde que era niño. ¿Por qué se sentía tan adormecido, por qué Louis no estaba durmiendo a su lado?
Intentó abrir los ojos de nuevo; cuando lo hizo, la luz de la luna aún bañaba la estancia, pero una punzada de horror le recorrió la columna entera cuando divisó la ventana más cercana abierta de par en par y la imagen fue tan parecida a el día en que se llevaron a sus hijos... que su corazon se saltó un latido.
Louis...
Aún con los músculos agarrotados, Harry le obligó a su cuerpo a ponerse en marcha, aunque se frenó de golpe cuando se irguió sobre la cama.
Había una antorcha encendida.
Y venía desde la habitación de sus hijos.
Miró hasta las puertas de la alcoba. Las sombras desde el pasillo le indicaban que había guardias custodiando, lo cual lo relajó a sobremanera.
Se puso de pie.
Los rizos despeinados se alborotaron sobre su cabeza. Sus brazos rozaron su pecho desnudo que se decoraban con una que otra cicatriz debido a su ajetreada vida rebelde del pasado, y la lucha por su familia. Harry sintió una punzada de sólo pensar en encontrar a su esposo llorándole a una cama vacía... la desolación en el pecho del rey amenazó con agrandarse mientras cruzaba el umbral del pasillo y se dirigía a la alcoba de sus hijos.
Estaba a la mitad cuando un sonido particular resonó y Harry se frenó, palideciendo ante la alerta que lanzó su cerebro.
Era una risa... era la risa de Jaekhar...
Kargem se apresuró por el pasillo y llegó hasta la alcoba de los niños, retuvo la respiración cuando los miró.
Sentados entre las sábanas, recién duchados y vestidos con sus pijamas. Su piel blanquecina se sonrojaba por la diversión en sus rostros. Reconoció la felicidad en sus ojos cuando lo miraron y gritaron en Vehstry la palabra "padre". Harry sintió sus ojos llenarse de lágrimas.
Skyler lo miró desde su lugar al borde de la cama circular.
Su prima intentó sonreírle, pero solo lo miró con un par de ojos bien abiertos que Harry no supo descifrar, pero no había pasado medio segundo, cuando sintió el abrazo de Jaekhar en sus piernas, seguido de las manitas de Daerys alcanzándolo desde el suelo.
Harry se derrumbó cayendo de rodillas para abrazarlos con fuerza. Ciñó sus manos al rededor de sus dos hijos. Les besó la coronilla de la cabeza, la frente, las mejillas, la nariz, los miraba con lágrimas y sentía el torrente de felicidad recorrerlo como un golpe de adrenalina. Fue el estímulo que necesitó para deshacerse de la presión que adormecía su cuerpo entero.
Fue ver a los ojos bicolor de su heredero, al más pequeño con sus ojos azules brillantes que eran una réplica de su esposo.
Les habló en Vehstry, les habló en la lengua común, y no supo si sus hijos entendían entre sus sollozos, pero el solo tenerlos entre sus brazos, cubrió el corazón de Kargem en una calidez que curó sus heridas y se solidificó de manera inquebrantable.
Ahí estaban, por fin, entre sus brazos... sus hijos...
—Mis niños, mis bebés —soltó el padre con cariño eterno mientras Daerys se acurrucaba contra su pecho y Jaekhar se sentaba en su regazo, con una sonrisa imposible de quitar de sus labios. —Han vuelto a casa, han vuelto a su hogar... —exclamó Kargem mientras miraba en los ojos de el más pequeño, mientras Jaekhar recostaba su cabeza en su hombro. — ¿Cómo ha ido, Sky, todo ha ido bien...?
Preguntó el rey con una sonrisa que bien pudo haber destellado en una explosión de estrellas a su alrededor. Miró a su prima, pero entonces reconoció la expresión en sus ojos, a pesar de lo extraño que era en ella.
Miedo.
—Sky... —pregunto de nuevo. Harry miró a su prima, a su hermana... y entonces la felicidad se extinguió y le borró la sonrisa. — ¿Dónde está Louis?
La princesa tragó saliva, y entonces a Kargem se le ensombreció la mirada.
(...)
Louis boqueó por aire y se incorporó para toser.
Sus pulmones quemaban en su pecho, y su garganta le ardió cuando tosió con fuerza y un chorro de sangre le brotó de sus labios, le empapó el pecho desnudo y se esparció sobre su abdomen.
Se alarmó de un momento a otro, quiso gritar por ayuda, gritar por sus hijos, gritar por Harry... pero cuando alzó la cabeza. Todo estaba negro.
Completamente negro.
No... otra vez no.
Lo reconocía tan bien como para querer asimilarlo. Sintió el escalofrío recorrerle cada centímetro de su cuerpo, la ansiedad bailar por cada recoveco de su alma, y el vacío en su pecho. Sus ojos se le cristalizaron por las lágrimas y supo, que no había nada que pudiera hacer, más que aceptarlo.
Alguna vez alguien le perdonó la vida... siempre sospechó que había sido por algo.
Y aunque en ese momento le juraron que se trataba de una... recompensa..., no era tan difícil comprender que nada es gratis en la vida y que todo tiene su precio. Si alguna vez le obsequiaron el dejarle vivir..., ahora mismo era tiempo de cobrarle aquel favor.
Pero mientras se debatía si era justo o no, si el tenía que aceptarlo o molestarse por ello... una voz resonó por la estancia y retumbo a su alderdero como si estuviera rodeado de paredes cuando lo único que notaba era la oscuridad ceñirse sobre él.
"Louis Tomlison, hijo de Jacob, has vuelto" se escuchó en todos lados y sin provenir de ninguna parte. La vibración de sus palabras hizo que sus huesos temblaran y el omega se abrazó a si mismo. Alzó la cabeza y miro la luz que lo iluminaba desde arriba. Sus labios rojos por la sangre tendían un hilo granate que le recorría la barbilla.
No respondió, no sabía qué hacer o qué decir. Aún no se decidía de cómo se sentía por estar ahí.
"¿Sabes por qué has regresado, entiendes lo que has hecho ahora?"
"Si" mintió, pues no lo sabía del todo. Pero la imagen de una bruja moribunda lanzándole un hechizo le recordo la razón de la sangre.
" ¿Lo sabes... o lo entiendes?" Preguntó la enigmática voz.
"Ambas..." susurró con un nudo en la garganta. Le habría gustado volver a casa, le haría encantado ver a sus hijos crecer. Habría dado todo a su disposición por envejecer en un mundo dónde su esposo lo besara todos los días y sus hijos reinaran con gracia su legado.
Tal vez no estaba escrito en sus estrellas.
"A mi no me parece que lo hagas, no me parece que comprendes la razón de tu estadía aquí nuevamente."
Louis tomó aire, bajó la mirada hasta su abdomen, se limpió la boca y se embarró el dorso de la mano de su sangre.
"Supongo que es tiempo de pagar por el regalo que se me concedió·"
"¿Y por qué supondrías algo así?"
"Porque soy un mortal y los dioses no le otorgan virtudes a los mortales así porque si. Menos a un extranjero como yo."
"¿Te consideras un extranjero?"
"Tu mismo lo has dicho, soy hijo de Jacob, soy un Tomlinson" suspiró y su voz se agudizó. "En el norte no nos hablan de ti. En el norte no existes para la gente."
"Pero, que yo sepa, tu ya no vives en el norte. Dejaste Gélida, renunciaste a la corona... llevas viviendo en el sur por años ahora, tu ya no eres un extranjero." Louis sonrio irónicamente, habia ido unas palabras similiares de los labios de Skyler antes de que la mandara lejos con sus hijos...
"¿Qué no siempre lo seré?"
"No para mi, no para mi familia." Louis sintió un revoltijo en su estómago, se puso las manos sobre este y sintió la sangre seca que habia tosido minutos antes. "Y tus has vuelto a dar la vida por los Akgon."
Él asintió.
"Siempre" dijo como si pudiera seguir haciendolo, pero sin su vida, ¿cómo podría darla para salvarlos de nuevo?
El lugar a su alrededor se mantuvo en silencio durante varios minutos, Louis creyó que se habria ido, que esta ahora sería su realidad. Una oscuridad agobiante que lo perturbaría por la eternidad, pero la voz resonó segundos después de que suspirara.
"Debes saber que cada sacrificio, tiene su recompensa. Un regalo no se reprocha nuca, Louis Tomlinson. No voy a pedirte algo a cambio, los actos de bondad, son tan puros que solo se premian y nunca se cuestionan. " exclamó y Louis volvio a alzar la vista ante la luz, sus ojos brillaron, tan azules como nunca. "Puedo prometerte que esta vez, como pago por tu sacrificio, nadie volverá a perturbar a tus hijos jamás. Nadie podrá hacerles daño sin estar malditos para siempre."
Cerró los ojos.
Lo aceptaba.
Si nunca iba a verlos, estaría conforme sabiendo que estarían a salvo por siempre, era lo mas importante para él.
"Pero ese no ha sido tu único acto de bondad, ¿verdad, Louis Tomlinson?"
El príncipe frunció el ceño.
"Has hecho algo más además de volver a dar tu vida por los Akgon." Exclamó la voz. "Cumpliste y sé, que seguirás cumpliendo, la única condición que te pedi hace ya seis años, cuando diste luz al siguiente heredero."
"¿Cuál?"
La voz tardó, pero contesto con orgullo.
"No me has traicionado."
Pues claro, ¿cómo podría? Lo salvo, salvo a su hijo... Louis había prometido vivir agradecido, incluso lo estaba en ese momento.
"Así que volverás para ver a tus hijos crecer, Louis, hijo de Jacob." Escuchó y con la sorpresa cincelada en sus rostro, la voz prosiguió. "A los tres de ellos."
Louis retuvo la respiración y la luz se extinguió.
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3/3
SANTO diOS
sU FANFIC FAVORITO HA VUELTO. !!!!!! Gente, #Drakhae vuelve con actualización semanal! Nos veremos el siguiente miércoles... y el miércoles después de ese. Gracias infinitas por su paciencia con el fic.
QUE LES HA PARECIDO EL MARATÓN!? Escriban su parte favorita aquí UwU
Teorías? Déjalas aquí.
Con todo el jodido amor del mundo, Kargem Ake