KENDO EVANS.
Cody descansa. Es incómodo estar junto la persona que amó a mi novia durante toda su vida e incluso cuando la persona dice que ya no siente nada por ella.
Recibo un mensaje de Janet:
Cariño, Yulima pasará la noche con Cody, no hace falta que te quedes con él, y tampoco que me esperes. Solo ven a casa.
Le echo una mirada a Cody, suelto un suspiro y muevo la cabeza. No estoy muy seguro de dejarlo solo con ella. Sé que Myke no la dejará sola después de que bestia consiguiera, de alguna manera entrar en su cuerpo.
— Kendo. —Cody despierta— Sigues aquí.
— Si, no es bueno dejarte solo.
— Es entendible, no confiáis en mí.
— Confiamos en ti, pero de alguna manera la bestia te controló. Su regreso es inesperado, pero sé que no soy el único loco que piensa que es cada vez más fuerte. —Me apoya moviendo la cabeza. Claro, él lo tuvo dentro.
— Según la bruja, yo soy un alma pura y él no podía hacerme daño. Creo que es mucho más fuerte ahora.
Trata de quitarse la vía, lo evito agarrándolo y niego con la cabeza. No puede quitarse nada, aún está delicado de salud.
— Cody.
— Quiero irme de aquí. Querrá aprovecharse de mí y siento que la próxima es mi hermana.
Le pongo la mano sobre el hombro, lo miro consternado y le doy toda la razón. La tiene. En cualquier momento puede volver a entrar en su mente, y esta vez alguien podría salir más que lastimado.
— Todos estaremos para ayudarte, nadie volverá a hacerte daño.
— ¿Sabes? Eres mejor de lo que creía.
— Y tú un poco menos mimado de lo que pensaba. —Ríe— Has madurado.
Tocan la puerta; son Myke y Yulima. Cody muere de vergüenza al ver a Myke.
— No te disculpes. —Habla él sin dejarlo pronunciar palabra— Sé como es que controlen tus acciones. He sido controlado toda mi vida.
— Jamás diría cosas tan horribles, jamás intentaría hacerte daño. —Sigue disculpándose.
Myke como siempre, permanece poco comunicativo. Aunque eso es bueno. Si estuviera enfadado, ya habría dicho alguna genialidad de las suyas, pero sin embargo, no lo ha hecho. Permanece callado, observando la situación, analizando cada palabra que Cody dice, como si quisiera encontrar un fallo que muestre, que de nuevo la bestia está dentro de él. Yulima nota la tensión, adelanta a Myke y abraza a Cody.
— El monstruo quiso engañarnos, pero no lo ha conseguido.
— Creo que, lo correcto es que todos sepáis lo que ocurre. —Dice Myke sin venir a cuento. Yuli, al instante reacciona negando con la cabeza, pero nadie lo hará callar ahora.
— Myke, no.
— ¿Qué ocurre? —Pregunto cada vez más confuso.
Ella parece disgustada. Cody se acomoda en la cama, y pide que sea lo que sea, lo digan ya. Mientras hablan, Yulima interrumpe a Myke, y así sucesivamente. Como si ambos quisieran hacer cosas distintas, él contarlo todo y ella entorpecer la explicación. Siempre ha sido al revés, siempre es mi amigo quien evade situaciones y no habla de nada.
— En el pueblo, había una bruja. Mejor dicho, un aquelarre entero de brujas, protegiendo y ocultándose tras la fachada del pueblo abandonado tras la masacre. Allí supimos que Diana, la chica que murió cuando le arrancaron el corazón, fue en el pasado el amor de la vida de bestia. A quien amó y mató, porque su maldad era más grande que el amor que decía sentir por ella.
— El amor no daña de esa manera. —Añado.
— Para una persona que nunca conoció el amor, no es fácil aprender a amar. —Murmulla Myke.
— Tú jamás matarías a Yulima.
— Mi humanidad jamás lo haría.
¿Humanidad?
— Soy mitad demonio, Kendo.
— ¿Qué? Es imposible. Bestia era el demonio, lo que habitaba en ti y te hacía ser peligroso.
— Eso creía, pero no es así. De alguna manera, mi sangre contiene sangre demoníaca.
Debo sentarme, lo que esta contándome es demasiado para procesarlo sin más.
— No es todo. —Dice, pero esta vez baja la cabeza entristecido. Aunque también noto rabia en sus palabras. — Cuando volvíamos, las brujas nos impidieron el paso para contarnos algo. Algo que yo no he sabido hasta hace apenas una hora.
— ¡Vamos! —Exclama Cody.
— La bruja Chloe, vio mi muerte y vio, como Myke se convertía en mal, vio como el dolor lo devastaba y perdía totalmente el juicio. Hacía masacre, torturaba personas y dejaba de ser él, para convertirse en el demonio que trae dentro.
Quedo boquiabierto.
— El futuro puede cambiarse. —Añade Yulima.— No tengo que morir.
— No vas a morir. —Le asegura Myke cogiéndola a su vez de la barbilla— No pienso perderte.
— Encontraremos la manera de que eso no ocurra. Aunque tengamos que estar todos unidos y ponernos en peligro. No permitiré que mueras y tampoco permitiré que mi mejor amigo se convierta en un monstruo.
De repente, Myke recibe una llamada.
Su cara cambia. Enfurece e incluso la mirada le cambia.
— ¿Amor? —Pregunta Yulima asustada.
YULIMA TYLER.
No dice nada.
Sale de la habitación enfurecido. Corro tras él pero al alcanzarlo, lo único que hace es evadir mis preguntas y caminar.
— ¡Myke! —Exclamo en medio del pasillo. — ¡Dime qué está pasando!
— ¡Mi hermano! —Alza la voz. — Tiene problemas.
El tono que utiliza, me asusta mucho más. Únicamente lo he escuchado así cuando por alguna razón, alguien cree que puede quedar por encima de él. Sigo caminando aceleradamente a su lado hasta llegar al coche. Conduce en completo silencio; ni yo, ni mis preguntas causamos nada para él.
— Myke, detente.
— No lo haré.
— ¡Myke! —Le grito, y esta vez llamo por completo su atención. — No puedes actuar como un loco cada vez que ocurre algo. Cálmate.
Pese a que muestra un poco más de serenidad, sigue conduciendo como si la vida de Jack corriera peligro. Creo que es lo que se piensa. Todo lo que ocurre, por mínimo y pequeño que sea, siempre lo convierte en algo fuera de su alcance. Exagerándolo por completo. Cuando al fin llegamos, nos encontramos a Jack discutiendo con un corro de moteros, que por su fachada, aparentan ser muy peligrosos.
Myke está muy furioso, tanto que no sé de lo que será capaz.
— Jack. —Lo llama sin importarle nada.
— No quería llamarte, pero estas personas dicen, que tú les debes dinero desde hace mucho.
Los mira.
— Jonathan. —Habla refiriéndose directamente a uno de ellos. — ¿Cuántas veces tengo qué decirte qué no te debo absolutamente nada?
— Me debes lo que tus amigos consumieron y tú prometiste pagar.
— No te debo nada ¡Y si lo hiciera! No tienes que buscar a mi hermano para absolutamente nada ¿Me escuchas con claridad?
— Es un riquillo. Tiene dinero como para pagarme a mí y comprarse algo.
Enfurece.
— No te pagaré, no lo haré nunca. —Le dice— Será mejor que os larguéis o te juro que me vas a conocer.
— Está acompañado, no está solo. —Añade otro chico del grupo.
— ¿De verdad crees qué un corro de imbéciles va a asustarme? —Le pregunta sonriendo— No, no eres tan estúpido, sabes que no pasará.
Jonathan traga saliva.
— Te lo advertí una vez, esta será la segunda. No vuelvas a buscarme, no te entrometas en lo que no te incumbe y deja a mi hermano en paz.
Se miran entre ellos. La falta de cobardía de mi novio, hace que a los demás les parezca un auténtico suicida e insistan en seguir con la discusión. Jonathan sin embargo, decide dejar la pelea. Se dispersan cada uno en su moto, y desaparecen.
— Tío.
— Mira, siento meterte en problemas. —Le dice— Pero aprende a defenderte por ti mismo.
— ¡Puedo defenderme! Pero no de una manada de moteros. Tal vez podría con dos de ellos, pero los demás, me destrozarían.
— No debiste divulgar que eras mi hermano.
— Lo hice para hacerte ver que no me avergüenzo de ti. —Aclara— Que las cosas que rumorean e hiciste, no me importan. Quiero tener una relación de hermanos contigo, quiero que consigas verme como lo que soy y no como la persona que te arrebató el cariño de nuestros padres.
Myke atrapa su labio con los dientes.
— Tus padres no eran mis padres.
— ¿Es lo único qué vas a decirme? ¿Ni siquiera me dirás qué tú también deseas qué seamos hermanos? —Pregunta dolido por la ignorancia de sus palabras.
— No pienso hablar sobre mis sentimientos.
— ¡Dime algo! —Le grita— No puedes ser solamente mi hermano cuando necesite tu ayuda o cuando vengan en mi busca por cosas que hiciste tú en el pasado. No te has comportado con mi hermano ni siquiera en este momento tan difícil para mí.
Belinda... casi había olvidado su trágica muerte.
— Jack, lo siento. No puedo ofrecerte mi hombro, no puedo pedirte que llores sobre el, que ambos lloraremos juntos la muerte de Belinda... no puedo hacerlo porque estaría siendo hipócrita.
— Lo único —Dice mientras su voz se quiebra—. Lo único que necesitaba era una abrazo de la única familia que me queda. De ti, de mi hermano.
Sé que aunque Myke no lo muestre, esta dolido. Para él mostrar cariño es algo limitado, algo con lo que debe tener un límite, pero sé que el fondo, el niño que aún tiene la herida abierta, abrazaría a su hermano pequeño y le diría que siempre lo va a tener; porque siempre lo tendrá.
— ¿Dónde te estás quedando? —Pregunta en voz baja, buscando un cigarro en su bolsillo.
— Myke. —susurro.
Jack, traga saliva.
— En casa de Ángel. —Le responde.
— Puedes quedarte en mi apartamento. —Ofrece, y me deja sorprendida. — Estoy seguro que lo que ocurrió fue premeditado, no deberías estar solo.
— Estoy con Ángel.
— Ángel, es un imbécil. —Toso para que frene un poco. — Es decir... entiendo. Puedes llamarme si lo necesitas.
— Lo sé.
Ambos permanecen en silencio, con las manos en sus bolsillos, haciéndome sentir la incomodidad de ambos.
— Nos vemos. —Se despide Myke, agarrándome la mano.
Ojalá Jack supiera como yo, lo mucho que él lo quiere y se preocupa, aunque se esfuerce por ocultarlo.
— Adiós.
Regresamos al coche.
— ¿Nos quedamos en el hospital? —Pregunta.
— Puedo quedarme sólo yo, no pasará nada. —Respondo— Además, creo que sólo puede quedarse con él una persona.
— No pienso moverme de tu lado.
Mi niño dolido.
Le doy un dulce beso en la comisura de los labios, cierro los ojos, suspiro posicionando la frente sobre su barbilla, y sonrío brevemente.
— No quiero que des pasos atrás, vas bien.
— Mostrar cariño no es lo mío.
— Pero lo poco que haces, lo haces bien.
— Riquilla...
— Estoy orgullosa de ti. —Abre un poco la boca y no puedo detener la tentación, le doy un beso dulce.
~~~
En el hospital, nos dicen que solamente puede quedarse una persona acompañando a mi hermano. Pese a eso, Myke insiste en quedarse fuera protegiéndome.
— Ve a casa.
— No.
— No voy a morir aquí. —Inclina la cabeza.
— No repitas nunca más que vas a morir.
— ¿Piensas quedarte aquí, sentado toda la noche?
— Por ti, me quedaría todo un mes. —Le doy un beso.
— Te amo Myke Walker.
— Yo también te amo
Es absolutamente hermoso. No puedo resistirme a su dulzura, consigue envolverme y enamorarme cada día un poquito más. Se ha esforzado tanto por ser otra persona... que cada vez que recuerdo lo que le dije, me siento muy idiota. Jamás debí dudar de él.
— Myke está loco. —Ríe Cody. — Te ama.
— Es tan protector.
— Cualquiera lo sería en su lugar.
— ¿Y si no puede evitarlo?
Acerco el sillón.
— Hermana, puede ser un impulsivo, que posiblemente enloquecería hasta el punto de matarse a sí mismo sin ti, pero también, es la persona que moriría para salvarte a ti.
— Yo moriría por salvarlo a él.
— No dejéis que el monstruo se beneficie de ello, porque si uno muere, el otro se rompería para siempre. Estaría muerto en vida.
ETHAN.
Padre cuenta mis vulnerabilidades contra Walker. No es posible que de la nada, él sea un demonio casi tan poderoso como el mismísimo, hijo pródigo de Lucifer, rey del infierno. Él aún no conoce el alcance de su poder y debo aprovecharme de ello para terminar lo que vine a hacer aquí.
La rivalidad entre ambos, es aún más fuerte de lo que ya era. Antes luchábamos por un cuerpo, ahora luchamos por comprobar quién de los dos puede vencer al otro.
Debí suponer algo. Él debió morir conmigo cuando la bruja me sacó de su cuerpo, sin embargo no lo hizo. Sobrevivió, demostró su fuerza y se quedó con quien llama: el amor de su vida.
~~~
Debo hacerlo.
Debo ser yo quien acabe con el nuevo plan de mi padre, para empezar el mío propio.
5:00 am.
El silencio de los pasillos del hospital, la tranquilidad de la noche y tan solo el sonido de las camillas trasladadas de urgencia. Olor a muerte, sensación de frío, almas en pena atrapadas en un hospital del que no podrán salir nunca.
Pese al tiempo, el cuerpo de Walker sigue guardando un espacio para mí, pues fui su propietario por mucho tiempo. Controlarlo aún es fácil, no sabe que con el poder que esconde, hasta podría evitar que yo entre dentro de cualquiera de sus amigos. Cuando al fin, logró controlar una vez más su cuerpo, consigo evadir a todos los enfermeros de guardia y llegar hasta la habitación donde se encuentran ellos; Cody y Yulima.
Siento como se resiste, pero no es lo suficientemente fuerte.
Ambos duermen e ignoran mi presencia. En silencio me acerco a ella, sonrío y me agacho.
FLASHBACK.
— Lo harás.
— ¿Qué quieres qué haga, padre?
— Quiero que la mates. Que mates a quien fue tu debilidad y es la pieza sobrante, que impide que Myke desprenda su verdadero potencial.
— Matar a Yulima.
— No solo matarla, hacerlo con el cuerpo y las manos de la persona a la que ama.
— Así destruiríamos a ambos, de un solo tiro.
— Exacto.
FIN DEL FLASHBACK.
Permanece dormida. Su cabello castaño le cubre la mitad del rostro, y duerme con la cabeza apoyada encima de su mano. Matarla sería tan fácil, acabar con ella ahora, sería tan fácil.
Cojo una almohada y lentamente la acerco a ella para asfixiarla. Se mueve, y se cubre toda la cara con el pelo. Con delicadeza se lo aparto e inconscientemente, permanezco observándola.
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¡Gracias por estar aquí un fin de semana más! Siento el retraso con los horarios que acostumbro a tener, pero estoy bastante saturada estos días. ❤️
Preguntas:
¿Qué alcances tendrá el poder demoníaco de Myke?
¿Podrá Ethan acabar con la misión encomendada por su padre?
¿Os gustaría un capítulo qué narre cómo Ethan dejó la carta del final de la primera parte?
¿Cuáles son vuestras teorías?
¡Os leo siempre!❤️
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Gracias, les quiero. ❤️🔥