Un Chico Enigmático

By HarukoMinLee

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Nunca pensó que un accidente cambiaría su vida por completo dándole una segunda oportunidad. *Este trabajo se... More

Sinopsis
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20.
21.
Final

14.

1.7K 213 7
By HarukoMinLee

Sorpresaaaa!!!!, okno😅😊🙈
Aquí vuelvo a aparecer para traerles un nuevo capítulo... Ya no se de cuando que no publicaba, mianhe 😭💔

♾♂️♾♂️♾♂️♾♂️♾

Estaba decidido a tomar esa segunda oportunidad, pero por desgracia el teléfono sonó justo en ese momento. Minho contestó y se marchó a casa, pero no para quedarse sino para hacer los bolsos.
Taemin y el pequeño Minhyuk no se encontraban en la casa. Una nota, en la cocina, le informaba que habían salido al parque a pasear. Por un segundo Minho deseó correr a ese lugar y abandonar todo lo que tenía que hacer. 

Pero no, aún era pronto.

Hubiera querido ser quien llevará a Minhyuk al parque. El niño lo necesitaba tanto como lo necesitaba Minho. Quizá ése fuera un buen modo de convencer a Taemin. El niño necesitaba a dos padres, y él sabía que deseaba cuidarlos. Además Taemin se merecía a un hombre que lo amara pero… ¿estaba preparado? 

Choi hizo un bolso, escribió un mensaje a continuación del que le había dejado Taemin y se marchó a Incheon. 


Taemin respiró hondo. Después de todo lo que había sufrido con Timoteo no iba a dejar que un simple viaje de a Incheon lo hundiera. Haría lo que siempre había hecho, mantenerse ocupado. Comida y hospedaje, ése era el trato, recordó mientras planchaba las camisas que había ido encontrando por todos los rincones de la casa. Parecía que estaba jugando a la versión varonil de la Cenicienta, y Minho era un extraño, no el príncipe encantado. Sus besos eran sólo… un impulso. 

No eran una promesa. 

Una irónica sonrisa escapó de sus labios. El hombre que se había enfrentado a un luchador de sumo sin parpadear tenía miedo del llanto y necesidades de un bebé. Y de sus preguntas por el pasado. Taemin alisó el cuello de la camisa sobre la tabla de planchar y se puso a pensar. Tras aquellas dos semanas había llegado a la conclusión de que le debía a Minho una disculpa. Si quería vivir resentido con el pasado estaba en su derecho, después de todo no le hacía daño a nadie más que a sí mismo. Tras planchar el cuello de la camisa, Tae estiró la zona de la espalda, y eso le hizo recordar los anchos hombros de Choi. Después, mientras seguía planchando, fantaseo sobre sus ojos profundos y su sensual sonrisa. Todo en Choi Minho le resultaba encantador, incluso los mecanismos de defensa que ponía en marcha para ocultar sus emociones. 

Taemin suspiró y planchó las mangas. Quizá debiera de considerar la posibilidad de volver a casarse. Por el bien de Minhyuk. Pero sólo si conseguía dejar de imaginar a su futuro marido con ojos profundos y cabellos castaños. Taemin terminó la primera camisa y miró a su hijo, que se había quedado dormido en la silla mecedora. 

¿Crecería feliz sin padre, y sin apenas familia? 

Las dudas acerca de sus suegros comenzaron a afligirlo de nuevo.

¿Se estaba comportando tan egoístamente como Chung-ha al negarse a llegar a ningún acuerdo con ellos?, se preguntó. 

Él tomó otra camisa y continuó pensando en el problema. Tras planchar un par de ellas más le daría la comida al bebé y probaría experimentar con algunos aderezos nuevos para la comida y la ensalada. Quizá pudiera cocinar y cuidar de una casa para una familia en un futuro. Con dos o tres niños más los padres. Él y Minhyuk ocuparían una pequeña habitación y…

Pero, ¿sin referencias? ¿sin experiencia?

Estaba dispuesto a sacrificarlo todo por su hijo si se veía obligado a ello. Hogar, amigos, fantasías románticas, a los Kim's… Todo. Así de simple. Sin embargo no podía dejar de pensar en la forma de contactar a sus suegros, con los abuelos de Minhyuk, con ciertas garantías. En primer lugar le preguntaría a Minho cuáles eran sus derechos legales. Si es que volvía de Incheon algún día. 

Yoona había estado llamándolo a diario para preguntarle si necesitaba algo, y nunca se le olvidaba de comentar las habilidades y los éxitos de Choi. Taemin no estaba seguro de si lo hacía para proteger a Minho o para protegerlo a él, pero no importaba. En poco menos de un mes él y el bebé se habrían marchado, y Minho los habría 
olvidado. 







Minho llamaba a la oficina cada dos días. Se acercaba la fecha señalada para un juicio, y el grupo Rocker deseaba llegar a un acuerdo. También marcaba el número de teléfono de su casa, pero nunca dejaba que sonara lo suficiente. Siempre o era demasiado temprano o bien demasiado tarde, y además… ¿qué diablos iba a decirle a Taemin? 

Minho trabajó con energía en el nuevo caso, pero se vio retenido en Incheon, a pesar de todo, durante otro fin de semana y cuatro interminables días más. Habían pasado casi tres de las seis semanas del acuerdo con Lee. 
Las noches en la soledad del hotel se le hicieron tan pesadas que buscó una librería y compró varios libros sobre cómo ser padre. Minho los estudió por las noches en lugar de organizar sus notas de trabajo o de ver la televisión. Todos los autores coincidían en su opinión con Yoona "Tener éxito como padre es cuestión de ensayos y errores, pero el amor y la buena voluntad son capaces de subsanar cualquier error cometido en el intento". 

—Pero no puedo aprender estando aquí —se dijo Minho mirando por la ventana del hotel. 

Se sentía como un idiota al haber escogido una profesión que lo llevaba de viaje por todo el país. Sólo deseaba estar con Minhyuk y con aquél joven que le enseñaría todo lo que, durante tanto tiempo, se había negado a aprender. Y algún día tendría un hijo propio tan maravilloso como Minhyuk. 
¿Pero por qué no tener al propio Minhyuk?, se preguntó con el corazón acelerado, considerando la posibilidad una vez más. Eso significaba casarse con el padre del niño. Por un segundo, Choi estuvo pensando en aquella idea, imaginando a Taemin en su vida, en su cama, con el pelo revuelto sobre su almohada… 
A menos que él esperará lo que esperaba toda pareja, ser amado. Minho se preguntaba si sería capaz de amar a una persona, a un ser tan increíble como Lee Taemin. Lo que había sentido por Chung-ha no había sido amor, y menos aún al conocer las consecuencias del acto irresponsable de los dos, de su locura. 

—De la locura de los dos —dijo en voz alta—. Fue un error de los dos —admitió al fin, después de seis años de excusarse.

Minho contempló el paisaje a través de la ventana y decidió seguir el consejo de Taemin, dejar a un lado el rencor y enfrentarse a su parte de culpa. Quizá Chung-ha le hubiera traicionado, pero también debía aceptar que le había fallado como hombre a ella. 
Una vez más las palabras de Taemin surgieron como un eco en su mente,"No se trata de perdonar". Seguía sin estar seguro de comprenderlo bien, pero al fin podía caminar hacia adelante en lugar de retroceder contra el pasado. 

Minho se volvió suspirando y comenzó a hacer uno de los bolsos. Sonrió al encontrar unos zapatos y ropa interior debajo de la cama y lo metió todo en otro bolso. 
Desconectó el ordenador portátil y lo guardó. Luego dejó todos los bolsos al lado de la puerta y se tiró sobre la cama para mirar al techo. 
Tendría que volver a Incheon pronto, pero a la mañana siguiente se marcharía por fin. Le diría a Taemin que había comprendido lo inútiles que resultaban todos aquellos años de resentimiento, y trataría de reparar los errores cometidos. Y si él estaba dispuesto… 

No, pensó lamentándose.

Taemin ya había tenido un marido. No podía pedirle que volviera a arriesgarse con un hombre que tenía miedo del amor. Y aquello significaba que le quedaban sólo tres semanas más para estar con el pequeño. Sin embargo, si Taemin creía que necesitaba más tiempo para recuperarse, le diría que estaba dispuesto a negociar.
Pensó en Taemin quedándose dormido con una sonrisa en los labios. 






Lee Taemin oyó la puerta principal al cerrar la llave del lavabo. Resistiéndose a la tentación, giró el mando de la lavadora para que comenzara a lavar antes de pasarse una mano por el pelo, respirar hondo y dirigirse al living. 

Minho estaba de pie delante del arco que daba al living, de espaldas, con los bolsos y un oso de peluche en la mano. Su cabello brillaba contrastando con el abrigo oscuro. 

Taemin sintió que le temblaban las rodillas. Quería llamarlo por su nombre, lanzarse a sus brazos. Pero por mucho que lo deseara tenía que comportarse como un adulto. Entonces debió de hacer algún ruido, porque Minho se volvió y él sintió que el corazón le estallaba en el pecho. 

—Hola, Taemin —la cautela en sus ojos profundos. Al menos era mejor que la angustia de otras ocasiones, pensó Lee—. Es… es agradable volver a casa cuando hay alguien en ella —añadió con voz profunda y aterciopelada. El corazón de Taemin dio otro vuelco—. ¿A qué huele, que me resulta tan delicioso? 

—Pastel de manzana —contestó Taemin volviendo a la cruda realidad. 

—Bueno, ¿y que tal estás, tú? ¿Qué tal está el bebé? 

—Yo estoy bien. Minhyuk está durmiendo. Gracias al chupete, es un gran invento. 

—¿Y eso porque? —preguntó Minho volviéndose.

—Minhyuk ha estado muy inquieto —explicó él—, así que al final tuve que llamar al pediatra. La pediatra me dijo que algunos bebés simplemente necesitan succionar más que otros. 

—¿Lo dices en serio? ¿Entonces no fue por mí? —preguntó Minho con aquella sonrisa irresistible y ojos cálidos. 

—No, Minho, por supuesto que no fue por ti. 

Tras una pausa, Minho asintió y dejó el bolso que aún llevaba en el hombro en el suelo. Luego se volvió hacia el living cerca de Taemin y se aclaró la garganta. 

—¿Qué fue lo que quisiste decir cuando hablamos sobre Chung-ha y me dijiste que no se trataba de perdonar? —inquirió de pronto. 

—Perdonar implica el derecho a juzgar la conducta de los demás, y no creo que eso sea asunto nuestro —explicó Taemin. 

Minho se volvió hacia él y lo miró confuso. 

Había algo nuevo en la actitud de Minho, algo como abierto. Taemin trató de explicarse un poco más, utilizando para ello su propia experiencia.

—Escucha, mis padres siempre pensaron que yo sería capaz de conseguir todo lo que me propusiera. En cambio los de Timoteo siempre estaban criticando todo lo que hacía, siempre esperaban más de su hijo. Yo no puedo saber a qué nivel le afectó. ¿Cómo voy a juzgar su conducta si ni siquiera puedo comprender su dolor? No lo hago, la única persona a la que puedo 
juzgar es a mí mismo. 

—¿Entonces me estás diciendo…? ¿Acaso crees que mi pérdida, todo ese sufrimiento y el de Chung-ha, no sirvieron para nada? 

—No podemos cambiar el pasado, pero podemos honrarlo y darle un sentido si extraemos de eso una lección y no la olvidamos. 

Choi se quedó mirándolo durante un rato. 

—Eres muy sabio para ser tan joven —dijo Choi al fin, con voz profunda—. Una vez más creo que te debo la vida. Gracias —añadió en voz baja. 

Entonces dio un paso adelante y lo besó. Muy ligeramente, con suavidad. Y el corazón de Taemin dio un vuelco. A pesar de todo lo que se había prometido a sí mismo estaba a punto de enamorarse de Choi Minho. O quizás ya estuviera enamorado. 

—Veo que… has estado ocupado —dijo Minho rompiendo el silencio—. Esto parece… diferente, no sé. 

—He ordenado un poco, eso es todo. 

—Bastante, diría yo —lo corrigió con una sonrisa—. Pero no es eso, es algo más… No sabría decirte qué es lo que ha cambiado, pero el lugar ahora resulta… no sé, más acogedor. 

—Bueno, es que… he cambiado los muebles de lugar. ¿Te importa? —preguntó Taemin. Minho no contestó, simplemente miró a su alrededor—. Si quieres… puedo volver a ponerlo todo donde estaba. 

—No, es magnífico, es sólo que… —era un idiota, pensó Choi. Tenía que pensar en algo, y deprisa. Necesitaba prolongar el trato que había hecho con él, y para ello necesitaba un plan, hacerlo sentir que era necesario en la casa. En Busan, en su vida—… Tengo planeado tomarme unas vacaciones y… —comenzó a decir Minho mirando a su alrededor, buscando una idea. Con todo recogido y los muebles redistribuidos el lugar tenía aspecto de..., por fin dio con una gran idea—. Había planeado hacer algo con el color de las paredes. 

—¿Te refieres a volver a pintar? —preguntó él mirándolo con aquellos enormes ojos azules. 

—¿No te parece que la casa ganaría mucho con un poco de color? 

—Bueno… —Lee comenzó a morderse el labio—. ¿Y en qué color has pensando? 

—Pues espero a que tú me sugieras alguno. Además… ¿no tienen que hacerse una revisión médica tú y el pequeño? —preguntó rápidamente antes de que él pudiera contestar—. Lo haremos todo esta semana. 

—¿Algo más, señor? —preguntó Taemin con una sonrisa traviesa que lo excitó. 

—Sí —sonrió sexy—. ¿Qué te parece si me das un pedazo de ese delicioso pastel de manzana? 

—Enseguida —contestó dirigiéndose hacia la cocina. 

Encima de la mesa, cerca del pastel, había un par de piezas metálicas de auto. 

—Tengo intención de hacerle una revisión al auto —explicó él contestando a la pregunta que Choi estaba a punto de hacer mientras le cortaba un trozo de pastel. 

—Dios, ¿pero hay algo que no sepas hacer, jovencito? 

Excepto amarlo, claro. Nunca se atrevería a esperar su amor, por mucho que sospechara que comenzaba a desearlo…

♾️♂️♾♂️♾♂️♾♂️♾

Espero no estar tan desaparecida nuevamente😅🙌😁💕

A seguir cuidando la salud de ustedes mism@s y de su familia... Así no habrá lamentaciones futuras.

Un abrazo fuerte "online" jajajajaja 🤣😅🙌😁❤️😏

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