Secretos (Editando)

Von Gabilanzillotti

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Los sueños son fragmentos de las situaciones vividas durante el día o eso es lo que nos quieren hacer creer. ... Mehr

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Prefacio
Capitulo 1- Pesadilla
Capítulo 2- Vacaciones arruinadas
Capitulo 3-Niñero
Capitulo 4-Fiesta
Capitulo 5- Viaje imprevisto
Capitulo 6-Mariposas
Capitulo 7-Relicario
Capitulo 8-Circus
Capitulo 9- Bosque
Capitulo 10- Lago
Capitulo 11- ¿Quien eres?
Capitulo 12- Amiel
Capitulo 13- Un, dos, tres, te encontre
Capitulo 14- Secretos
Capitulo 15- Secretos, secretos, secretos y mas secretos.
Capitulo 16- Sombra
Capitulo 18- Nuevo comienzo
Capitulo 19-Arauzys
Capitulo 20- Miracle
Capitulo 21-Detras del muro
Capitulo 22- Todo estara bien
Capitulo 23- Chocolate caliente
Capitulo 24- Baile I
Capítulo 25- Baile II
Capitulo 26- Margaritas
Capitulo 27- Dulce planeta
Capitulo 28- Tú, otra vez
Capitulo 29- Libros
Capitulo 30- Carrusel, pastel y payasos
Capitulo 31- Encerrada
Capitulo 32- Duelo
Capitulo 33- Muerta
Capitulo 34- Una princesa
Capitulo 35- Bandas de rock
Capitulo 36- Rebeldes
Capitulo 37- Tapiz
Capitulo 38- Diferente
Capitulo 39- El inicio del fin
Capitulo 40- Vida después de la muerte
Epilogo
Carta escrita y nunca entregada
Capitulo Extra
¡¡Tenemos un webtoon!!

Capitulo 17- Sumergida

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Von Gabilanzillotti

Siento como si mi espíritu se fuera, es como si no pudiera sostenerme en mi cuerpo por más tiempo. Recuerdo la sonrisa de Lussy y eso me ayuda a regresar un poco, es eso o lo que sucede a mi al rededor, no puedo concentrarme en lo que hace que la criatura me suelte, pero puedo respirar de nuevo y mi cabeza casi golpea el suelo, pero unas manos fuertes me sostienen.

Tomo bocanadas grandes de aire y siento como mis pulmones se llenan, y como mi cerebro vuelve a hilar la situación.
Para mi todo pasó lentamente, pero en realidad todo sucedió en segundos y mi recuperación fue igual, la adrenalina ayuda después de todo.

Observó y la situación es la siguiente: La abuela de Noah recita una retahíla de frases en un idioma que no reconozco, que tienen dominada a la bestia, Noah se acerca a Lussy para que no la ataque y el que me sostiene es Nick.

—Gracias. —Me levanto y me pongo en guardia.

La bestia se retuerce e intenta luchar, pero la magia de la señora Miuriel la detiene.

—Hay que hacer algo, esto no resistirá por mucho tiempo, es un demonio muy fuerte —grita ella.

—Hay que llevarla al lago, esa es la manera de llevarla a la otra dimensión.

Le quito el libro a Lussy mientras la señora Miuriel arrastra con sus fuerzas a la sombra, todos somos arrastrados por la fuerza del hechizo y caemos al agua también, pero mantengo el libro a salvo para poder leer lo que dice mi abuela que abre el portal.

—Aperuerit ianuam introibo ad alternis universo —repito tres veces e imagino una puerta como leí más temprano que tenía que ser.

Pero nada sucede, todos me quedan viendo a la expectativa, solo hay dos opciones, o no trabajo bien bajo presión o simplemente no tengo el don de la abuela.

—¡Creo qué no tengo el don! —grito asustada.

¿Ahora que hacemos?

Lussy nada hacia mi en silencio y me arrebata el libro.
Lee en voz alta y entonces algo empieza a suceder, el mundo tiembla y el lago empieza a succionarnos , es como si unas manos invisible me tomaran por los pies y me arrastrarán hacia abajo.

En mi desesperada lucha por salir a la superficie, noto que no soy la única, que todos, incluyendo la bestia están pasando por lo mismo.
Al llegar al fondo del lago estoy sin aire y siento como las burbujas escapan de mi boca, cuando estoy por desmayarme por la falta de oxígeno, aparezco en la superficie de un riachuelo.

Escucho toses y pájaros cantando, observó mejor a mi al rededor, un río enorme, un bosque de árboles altos, un cielo nocturno y las estrellas iluminando la masa negra.

—¡Zoey! —La voz de mi hermanita me saca de mi ensoñación y la ayudó a salir del agua.

Cuando estamos en la orilla, Lussy me hace la pregunta que yo no me atrevía a hacer ni en mi mente:

—¿Donde estamos?

—Creo que lo lograste, pequeña.

—¿Estamos en otra dimensión? —susurra.

Noah se acerca a nosotras, su ropa está mojada.

—¿Han visto a Nick? —Se ve preocupado.

—No...

Mi voz es queda, me siento cansada.

—Tampoco sé donde se fue Amiel.

Sin muchas esperanzas de descansar aún, me levanto y siento una brisa fría.

—Hay que buscarlos —digo abrazandome para intentar darme calor.

Ignoro mi necesidad de volverme loca por no saber dónde estamos, ni donde está mi verdugo.
Noah pone sus manos que son bastante calientes, una en cada hombro, su calor me reconforta y me hace sentir más segura.
Las horas pasan y nosotros seguimos caminando por el bosque sin rumbo alguno y en silencio, Nick no aparece y mucho menos el demonio de Amiel. Es como si se los hubiese tragado la tierra.

—Creo que es momento de descansar.

Noah nos detiene a mi hermanita y a mi.

—¿Seguro? ¿Qué pasará con Nick?

—Él estará bien, pero nosotros debemos descansar si queremos seguir buscándolo. —Me guía hacia un tronco—. Vengan preciosas, intentaré hacer fuego.

—¿Tienes encendedor?

—Si.

Saca uno de su bolsillo, busca unas ramas que se ven secas e intenta prender fuego.
Lo logra diez minutos después, un pequeño fuego que no durará mucho si no seguimos poniendo leña, pero aún así nos calienta.

Lussy sin mostrar un apice de miedo se levanta y susurra algo casi ininteligible, pero se que quiere estar sola y tomará el buscar leña para hacerlo, y no la juzgo, abrió un portal hacia otra dimensión, nuestra madre nos abandonó y como si fuera poco fuimos atacadas por un demonio. ¿Cómo no estaría traumada la pobre?
Noah se acuesta junto al fuego y ve las estrellas.

—¿Cómo no estás volviendote loco justo ahora?

Me acuesto a su lado.

—Me ves tranquilo por fuera, pero en mi mente soy un manojo de nervios que no sabe que hacer, a donde ir —suspira.

—Mi mamá sabía todo esto.

Lo digo en voz alta, y aunque no se lo dije a Lussy, sé que ella lo sabe.

—Mi madre también, de hecho, parecía feliz de librarse de nosotros, la única que vi arrepentida fue la abuela.

—Ella no cayó al lago.

—No vino con nosotros.

Me giro y lo abrazo fuerte, noto que su ropa está seca y la mía aún está húmeda.

—¿Cómo se te seco la ropa tan rápido?

—No lo sé. —Se encoge de hombros—. Puedo intentar calentarte con mis manos.

Sus palabras son solo palabras, unas que sonarían inocentes viniendo de otra persona, pero de él ¡Ja! lo dudo.

—Cállate.

—Lo digo enserio. —Se ríe—. Si no te calientas de alguna manera, tendrás que desnudarte o te resfriaras.

—No tiene mucha lógica, si me desnudo el frío podría resfriarme aún, así que de una u otra manera terminaré enferma.

Me doy vuelta dándole la espalda. Tarda unos minutos en hablar, pero aún así lo hace.

—¿Aun estas molesta conmigo? —Se gira y se acerca, su aliento calienta mi cuello.

—No. —Me siento y veo hacia los lados—. Lussy está tardando mucho.

Levanto mi cuerpo a pesar de querer seguir acostada así sea en la dura tierra.

—¡Lussy! ¡¿Donde estas?!

Mi pecho se comprime pensando en que podría perder a mi hermanita. La brisa empieza a alborotarme el cabello y amenaza con apagar el fuego.

—¡Cálmate, Zoey!

Respiro hondo y me tranquilizó, el viento para y se convierte en algo suave que solo refresca, me sorprende descubrir que yo sea la que este creando eso.

—¿Era yo?

—Al parecer. —Sonríe un poco.

Lussy aparece, pero no viene sola, una chica de un metro sesenta más o menos, de cabellos lisos y negros en una coleta alta y de una ropa extraña la acompaña, su rostro no es amistoso.

—Ella es mi hermana, Zoey y mi niñero Noah —le explica mi hermanita.

—Bien, mucho gusto. —No nos toca, solo nos saluda de lejos—. Yo soy Anely, no quiero molestarlos, pero no pueden estar aquí, el toque de queda empieza a las cinco y termina a las seis de la mañana.

Noto que su ropa no es exactamente como la nuestra, usa colores verdes que le resaltan su piel morena, lleva tatuajes también, unos interesantes que parecen ramificaciones o raíces.

—Nosotros...

Interrumpo a Noah recordando lo que mi abuela pidió que dijera.

—Mi hermana y yo somos nietas de Margaret Vincent —específico antes de continuar—. Y no somos de esta dimensión, venimos de la tierra.

La chica se queda petrificada y con los ojos muy abiertos, veo por su rostro como miles de pensamientos de acumulan, por un momento me da temor de que para ella el nombre de mi abuela no signifique nada, pero entonces suspira.

—Tendrán que venir conmigo, podrán quedarse en mi casa, no tenemos camas para todos pero veremos cómo se acomodan. Mañana los llevaré a primera hora ante el consejo.

—Muchas gracias.

Lussy que se había acomodada a mi lado me toma la mano.
Anely nos guía por el bosque que va perdiendo su espesura, no es mucho lo que tenemos que cambiar hasta llegar a un muro bastante alto.

—Esta es la muralla que marca los límites del reino, donde nos encontramos es un lugar prohibido —explica.

—Reino.

Escucho la voz de Noah tras de mi, suena intrigado.

—Sí, ya mañana se les explicara todo mejor, hoy se quedarán conmigo, les prestaré ropa y les daré comida.

Pasamos por una puerta doble que parece triplicar la altura, está tiene unos detalles tallados que la hacen muy hermosa, la chica pasa uno de sus tatuajes, uno igual al mío de la margarita por un sensor, para que así se abra la puerta.

—¡Oye! ¡Es como tú tatuaje! —exclama Lussy.

—No, es diferente.

No sé, pero algo me dice que, como con mi madre, debo ocultar el tatuaje.

—Las personas nacidas del don de los Tarzumis lo tenemos, nacemos con él.

—Ah, pero tu no naciste con tu tatuaje.

Mi hermana continua con su indiscreción.

La chica no presta atención y continuamos caminamos, nos adentramos a calles que se ven aparentemente normales, con casas y edificios, y un gran Palacio se ve a lo lejos subiendo una gran colina.

Las casas se parecen mucho a las que estan en la tierra. Nos detenemos en una de color verde pastel, está tiene otro sensor y la chica hace lo mismo, pasa su marca de Margarita para entrar a ella.
Nos hace señas para que entremos.

—Bienvenidos a mi humilde morada, por favor, quitense los zapatos, en la casa de los Tarzumis se camina descalzos, para comunicarnos con la tierra —Nos indica—. ¡Micka ya llegué! ¡Baja tenemos visitas!

Un pequeño niño de once años baja las escaleras y nos observa extrañado.

—¿Quiénes son? —pregunta.

Los tres nos habíamos quedado apiñados en la entrada de la casa esperando otra indicación de Anely.

—Ellos son amigos, ella es Lussy, él Noah y ella Zoey. —Nos señala a casa uno.

—¿De dónde los sacaste? Lucen raros.

—Nosotros...

Me interrumpe.

—Estaban fuera del muro, no hagas más preguntas, los puedes incomodar, por favor lleva a Lussy a tu habitación, ellos dormirán allí, tu dormirás conmigo.

—Pero... —protesta.

—Nada de peros, por favor sube y alista las literas.

Cuando los niños suben por las escaleras, lo cual no me agrada separarme nuevamente de mi hermana, Anely nos hace sentarnos.

—Sientense, por favor, ¿Quieren tomar algo?

—No, pero ¿Me respondes una pregunta?

Noah por fin habla, tenía mucho rato sin hablar.

—Sí, claro.

Se sienta frente a nosotros.

—Si está prohibido estar por donde estábamos, ¿Qué hacías tú allí?

—Soy de la Guardia Tarzumi, hoy nos toca a nosotros hacer vigia, estaba terminando mi turno cuando encontré a tú hermana.

Me quedo pensando un poco, todo esto parece sacado de una película de ficción, me siento como si ya me hubiese vuelto loca, es como si caí por el agujero del conejo y aparecí en mi propio país de las maravillas, solo que, por más que me pellizque no puedo despertar. Realmente pellizco mi brazo y eso hace que reciba miradas extrañas de los que están presentes en la sala conmigo.

—¿Qué te sucede?

—Creo que necesito una galleta.

Me doy cuenta que no he consumido mi dosis diaria de galletas, por lo tanto me siento baja de azúcar y tengo un subidon de locura.
Anely se ríe sonoramente y se levanta del sofá.

—Te traeré unas galletas, a Micka también le gustan mucho.

Ella sale de la sala y me quedo sola con Noah.

—No puedo creer que de todo lo que esta pasando, tu solo puedes pensar en galletas.

—No lo puedo evitar, me tranquilizan y siento que son la cura a mi locura.

Tapo mi tatuaje con mi suéter inconscientemente.

—Existe la loca de los gatos, tu eres la loca de las galletas.

—Tambien me gustan los gatos —puntualizo.

—¡Ah! La mejor combinación.

Entra nuevamente Anely a la sala, me entrega un frasco lleno de galletas de muchos estilos.

—No pensé que en otras dimensiones existieran galletas.

Todos de ríen, Anely que en un principio parecía molesta e incluso incómoda, se está tomando la situación de nosotros bastante más normal.

—Les explicaré, yo vivo sola con mi hermano, mis padres murieron y me he tenido que encargar de él, por eso no acostumbramos muchas personas en casa. —Se levanta—. Me parece que es hora de dormir, mañana tendré que explicarles muchísimas cosas y será un largo día.

Nos guía por las escaleras hasta llegar a un pasillo con tres puertas. La habitación de Micka es la última, ella nos lleva hasta la puerta, al abrirla podemos ver a los niños jugando con con muñecos, me tranquiliza ver a mi hermana actuando como una niña normal y no enloqueciendo.

—Ven Micka, es hora de dormir —llama a su hermano—. Como son pareja no creo que les moleste compartir la cama.

Cierra la puerta tras de sí.

—¡No somos pareja! —exclamé, pero tarde, ya se había ido.

Noah me observa con una sonrisa plasmada en su rostro.

—Ni se te ocurra.

Me acerco a las camas, en ellas hay ropas puesta para cada uno, una muda pequeña para Lussy de un mono y una pequeña camisa verde. Para mi lo mismo pero más grande e igual para Noah, aunque el ya está seco.
Salgo de la habitación para buscar a Anely y preguntarle por el baño, observo por la puerta abierta como habla por algo muy similar a un teléfono, pero obviamente solo escucho lo que ella dice.

—Sí, sí, son ellos, el chico que se llevó Miuriel y las nietas de Margaret. No, el otro chico no está por ninguna parte, mañana los llevó directamente al consejo del palacio.

Me acerco a ella.

—Anely.

—Hablamos mañana —susurra.

—¡Hola! ¿Qué sucede?

Por mi mente pasan quinientas preguntas sobre lo que acabo de escuchar, pero la que hago es otra.

—¿Donde está el baño?

Ella me guía por el pasillo y me muestra que está justo al lado de la habitación. Me cambio la ropa mojada y salgo del baño.
Ella me esperaba afuera, creo que adivino mi próxima pregunta y toma sin que yo le diga nada la ropa sucia y mojada. Me dirijo a la habitación, llevo a mi hermana a que se cambie mientras Noah hace los mismo.

La cama es suave, cómoda, la comparto con mi hermana, no con Noah, la abrazo muy fuerte, ella tiene la virtud de agarrar el sueño muy rápido, en lo que yo soy muy mala, pero estoy tan cansada que me quedo dormida muy rápido.

Hola holaaa, quiero dedicar este capítulo a mi lectora Anely, que hoy está de cumple años, no sé si en su país ya es media noche, pero aquí aún me queda media hora, quise escribir pero no me sentía muy bien. Sin embargo, este es para ti AVEFenix31

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