Alma gemela

By WriterEK

40.6K 2.4K 1.2K

Eres una puta. Eres el puto amo. Eres una zorra. Eres un machote. Eres una regalada. Eres un campeón. E ah... More

El comienzo de todo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince. 》》 Primera parte.
Capítulos dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo Veinticuatro
Capítulo Veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo Veintinueve

Capítulo cinco

1.4K 98 48
By WriterEK

—¿Todo bien con tu mamá? Cariño.

Diez minutos después, junto con Dylan ya estábamos de regreso en la mesa, ya habían retirado la comida, lo único que teníamos servido era una copa llena de vino blanco.

—Todo bien, gracias por preguntar seño..direct..Scott.

Madre mía, ¿qué trabalenguas acaba de soltarme? Pronto escuché la risa ahogada de Dylan por lo que le dediqué de mis peores miradas. Su madre intervino al instante comentando; Solo dime Dayana.

Aunque claro, pesé que ella se había presentado anteriormente, ya sabía yo que ella se llamaba Dayana, pero no me parecía tutear, para nada.

—¿No te haces notar mucho, cierto? Es que aunque la universidad es grande, y por supuesto no los conozco a todos, ciertas caras si las recuerdo, pero a ti nunca te había visto por los pasillos.

No me sentí ofendida por su repentino comentario, la verdad es que yo era una excelente estudiante, no me hacía notar mucho frente a los profesores, por malas notas o desobediencia.

—La verdad es que no, me limitó solo en ir a estudiar y charlar en mis tiempos libres con mi mejor amiga, Jazmín.

Por el rabillo del ojo observe la expresión que me lanzo Dylan, una muy de —Maldita mentirosa.— por otro lado, su madre me sonrió.

—¿Jazmín Ray? Es la hija de nuestra mejor amiga de la infancia, Many.

Me sorprendió que la directora fuera mejor amiga de la tía Many, ya que ella ha sido la mejor amiga de toda la vida de mis padres, se han de conocer, más sin embargo, preferí no comentar nada.

—¿Fue amiga de la tía many? Vaya sorpresa.

Ella le dedicó una sonrisa a su esposo, el cuál le correspondió el mismo gesto, diciendo sin palabras, millones de historias reflejadas en sus miradas.

—Éramos un grupo de amigos, siete para ser exactos. Many, Josep, Scarlet, Gerard, James, Dayana y yo.

El papá de Dylan al responderme, lo hizo con una sonrisa, como si se estuviera teletransportador aquellos tiempos. Yo por mi parte, me sorprendí.

—Vaya, no sé si es concienfencia, pero mis padres se llaman Scarlet y Gerard.

Ambos me miraron con sorpresa en los ojos, yo por mi parte sonreí con incomodidad.

—¿Eres Madison Somers? —Respondí con un sentimiento.

La mamá de Dylan, el cuál permanecía en silencio, por poco derrama su copa al dar un movimiento de emoción.

—¡Tengo que encontrarme con tus padres, vaya emoción que nuestros hijos estén saliendo!

Mi rostro se giró furtivamente a Dylan, el cual quedó con su copa a medio tomar, suspendida en el aire. ¡Esto me pasa a mí por ser buena persona! Nunca debí aceptar esta cena, debí dejar que Dylan se jodiera saliendo con una loca.

—Mamá.. Pero que madre mía, está es solo nuestra primera cita.

—Cariño, así comenzamos tu padre y yo.

Mi Dios, ya podía ver por el reflejo de los ojos de Dayana, como nos veía a Dylan y a mí caminando al altar.

¡Que estoy exagerando, pero ella me pone de los nervios con esos comentarios!

—Cariño, mira como los niños están pálidos, no lo asustes todavía con el matrimonio.—Para mi fortuna intervino el señor Adam.

La señora Dayana comenzó a reír, tomando un sorbo de su copa, para comentar rendida; Bueno vale.

— Como les decía anteriormente, éramos un grupo de siete amigos, Many y Josep padres de Jazmín, tus padres, nosotros dos y el hombre llamado James, del cuál no supimos nada más, después de la graduación en la universidad.

Vale, si sabía algo de que mis padres en su juventud tuvieron su época hippie, junto con cinco personas más, tenían su grupito independiente del mundo, eran felices me decían. Les querían como cinco hermanos de diferentes padres.

—Aveces me pregunto que habrá sido de él.—Murmuró más para si misma Dayana.

—Que lindo haber tenido un grupo de amigos tan grande.—La mirada de Dylan estaba sobre mí.—Yo al ser hija única, y teniendo de única amiga a Jazmín, siempre he sido un poco solitaria.

—¿Pero que dices? Si a ti te sobran amigos.

Miré a Dylan con una pequeña sonrisa, para aclararle algo que todos pensaban, y no era nada cierto.

—Estar rodeada de personas, no es tener amigos, Dylan.

El chasqueo levemente la lengua, desviando la mirada de mí, al frente.

—Llevas razón.—Me concedió.

Como el miró al frente, yo desvíe la mirada de él, a sus padres. El señor Adam fue quién tomó la palabra; Envíale nuestras recuerdos a tus padres.

—Con gusto.

La cena concluyó con de nuevo, otro discurso, el cuál fue hermoso, debo confesar. Muy bonita y conmovedora la razón por la cuál hacen estos eventos, aunque debo decirlo, rezo para mis adentros con que esto no sea solo una fachada de todas estas personas, para quedar bien frente la prensa.

De salida me despedí de los padres de Dylan, prometiendo que iba a contarles a mis padres sobre haberlos conocido.

—Lamento la escenita de mi mamá.

Apenas subí al auto le escuché hablar.

—Relájate Dylan, que no pasa nada.

El asintió y se dispuso a conducir. Yo miré su perfil de la manera que yo creí más disimulada, y la verdad nunca me había dado cuenta que Dylan tenía la nariz un tanto respingona, resultaba muy bonita.

La mía era más redonda, más de cerdito.

—Igual una foto te dura más.—Lo escuché comentar, intentando no sonreír.—Solo te digo, por si te interesa.

Lo miré sonriendo mientras mordía levemente mi labio inferior.

—¿Eso que te veo intentar hacer es seducirme?

Tras decirme aquello, hizo un gesto de sorpresa gracioso, y yo no pude evitar partirme en una carcajada. Él se estaba burlando de mí.

—¿Con esa risa quieres seducirme?

Seguía hablando, burlándose de mí, con sus caras graciosas, y yo para mí desgracia, no paraba de reír.

—Para.—Le di un pequeño golpe en el brazo, aún sin poder evitar la risa.

El se detuvo riendo también. Apenas me di cuenta, que ya estábamos en la esquina de mi casa.

—Vaya, que rápido. Muchas gracias por traerme.

—No, nada de eso, gracias a ti por acompañarme.

Detuvo el auto frente mi casa.

—Buenas noches, guapo.

—Buenas noches, bonita.

Me acerqué a él, dando un beso en los labios con una pequeña mordida. Cuando estuve apunto de alejarme para bajar, él con una sonrisa me sostuvo del cuello, uniendo de nuevo nuestros labios y así poder morder mi labio inferior. Me reí mientras me alejaba, el también sonreía.

Y bajé del auto.

***

Era lunes, y tocaba literatura.

Lo bueno era que esta clase me tocaba con Jazmín, así que juntas llegamos a nuestros casilleros, y juntas llegamos hasta el salón.

—Madison, no sabes la falta que hiciste en la fiesta de ayer.

El primero en hablarme fue Carlos, lo cierto era que yo no me perdía una fiesta. ¿Acaso alguien tenía una excusa para ir a bailar y a beber? No, creo que no.

O bueno, nadie que se parezca a mí.

—Si, tuve un compromiso.—Me límite a responder.

La segunda en caminar en mi dirección fue Melany.

—No puedes abandonar así a tu compañera de fiesta.

Ahogue la risa que me causó ver a Jazmín rodar los ojos, como cada vez que Melany me habla, menuda celosilla.

—Lo siento, no pude asistir.

—Te espero para la próxima eh.

Y se alejó golpeando levemendo el hombro de Jazmín en el transcurso.

—Ush, no entiendo como la soportas.

—Aveces yo tampoco sé como lo hago.

Jazmín dejó salir una leve risita, para luego despedirse tomando uno de los primeros asientos de la fila. Yo me escogí por uno de los del medio.

A los segundos entró el profesor de literatura, aunque para mí, Jason. Madre mía como me pone ese hombre. Para tener unos treinta y dos años, se mantenía muchísimo mejor que muchos de aquí con veinte años.

Comenzó su aburrida clase. Si, podía estar como quisiera, pero su jodida clase era jodidamente aburrida.

Viva la redundancia.

—Bien, ya pasaron cuarenta minutos de clases, ya repasamos los puntos del exámen, así que tienen diez minutos libres. Se pueden ir.

Todos comenzaron a tomar sus cosas para salir, menos yo, que me demoré un poquitín más. Al estar los dos solos, y yo tener todas mis cosas en mano, estuve apunto de acercarme, pero él se adelantó.

—¿Cuando podemos volver a vernos?

Le sonreí.

—¿Quién ha dicho que yo quiero volver a verte?

Fue su turno de sonreír, y acercarse a mí.

—De no querer volver a estar conmigo, me temo que debo preguntarte, ¿porqué me miras tanto en clase, entonces?

—¿Ahora es ilegal mirar, o qué?

Tras echarle un rápido vistazo a la puerta, y asegurarse que no hubiera nadie, rodeó mi cintura.

—No, pero no me miras como alumna a profesor.

Hice la que se lo pensaba. Por último, sonreí mordiendo mi labio inferior.

—Es que un profesor nunca me había puesto tanto.

Al escuchar aquello, es como si sus ojos se hubieran encendido por dos bolas de juego. Él terminó por acortar el especio entre los dos, besando mis labios de una manera dura.

Muy dura.

Pero una persona tenía que entrar a interrumpir todo, ¿como no?

Él profesor me soltó tan fuerte, que mi espalda chocó contra los asientos detrás de mí, mis piernas se tropezaron, perdiendo totalmente el equilibrio, y yo caí de lleno al piso.

La puta madre que te parió profesor.

Escuché el grito de Jazmín, y pronto sentí sus brazos rodearme. Levanté la vista buscando al hijo de puta que me estaba besando, y no lo encontré.

Cobarde de mierda.

—Madre mía, estas sangrando por la nariz.

La voz de Jazmín desbordada preocupación, y no podía culparla, yo al sentir la sangre que salía de mi nariz me asusté aún más que ella.

—Mierda.—Me quejé.

Jazmín quitó una hoja de su libreta, para ponerla en mi nariz. La verdad no sé si eso estaba bien, pero era lo único que había a la mano.

Jaz me ayudó a ponerme de pie, para salir del salón e ir directo al baño. Con mi cabello intenté lo más que pude ocultar mi rostro, no quería que nadie me viera en ese estado, madre mía de solo pensarlo aumento el paso.

Al llegar al baño, empuje la puerta dispuestas a entrar, pero vaya sorpresa la que me llevó al encontrarme la puerta cerrada.

Tocó, y nada. Tocó, y nada. Tocó, y nada.

¡Joder!

—El baño está ocupado, coño.

Esa voz, esa jodida voz.

Puto Dylan.

EK.

Continue Reading

You'll Also Like

105K 17.6K 44
¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cuenta de que su carrera no le gusta, su re...
2.9M 171K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
75.3K 6.6K 65
Sus métodos de espantar a los hombres han mantenido a Melanie Grey a salvo de cualquier traición o decepción. Una estrategia que ha funcionado exitos...