The Sway House - Griffin John...

Oleh itsannxx

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-Les presentamos a Peyton Cantwell, nuestra nueva chica en Sway. Como todos sabemos, tienen re cancelado a Gr... Lebih Banyak

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veintiocho
Agradecimientos
Me despido
Hasta siempre...
Feliz Año + Sorpresa

veintinueve

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Oleh itsannxx

Tres años después

—Oh vamos, Pey.—reí mientras Jason cerraba la puerta del restaurante.

—Me amas, Jason.—miré a mi hermano.—¡Se van a casar! ¡Dios! ¡Es en menos de dos semanas! En serio estoy feliz por ustedes. Todo está saliendo genial.—les sonreí.—Los adoro, chicos.

—Gracias por venir a Los Ángeles.—los miré feliz.

—Bueno... debo admitir que volví para quedarme.—les conté la noticia y me miraron sin poder creerlo.

—¿En serio?—mi hermano frenó en medio de la calle y asentí feliz.

—Era hora de volver, Mark.—suspiré.—Se lo debo a Bryce y Tay.—él sonrió y me abrazó.

—Puedes invitar a tus amigos, Pey. Además de Bryce y Tay... a esos chicos con los que estabas.—sonreí. Hacía mucho tiempo que no hablaba con ellos. De vez en cuando algún mensaje. Pero todo fue mucho más difícil de lo que pensamos.—me gustaba la oferta de Mark.

—Espero sigan aquí.—les sonreí triste.—Y espero que accedan a venir.

—Claro que lo harán. Son tus amigos.—me animó Jason. Yo solo suspiré. Luego de caminar varios minutos, me dejaron en mi piso y subí. Entré en mi departamento y vi a Tay y Bryce durmiendo en mi cama. Sonreí, fue una experiencia alocada estar con ellos. Me senté en la pequeña mesa de la cocina y comencé a mandarle mensajes a los chicos diciéndoles que estaba aquí y los invitaba a la boda de mi hermano, que confirmaran y esas cosas. Hasta que llegó el turno de Griffin. Lo último que supe de él, es que estaba con Dixie, intentando algo.

Les explico un poco... fueron tres años un poco extraños.

Sway house terminó unos pocos meses después de que yo y Griffin dejáramos la casa. Jaden se dedicó a su música, Anthony y Avani siguieron siendo la mejor pareja del mundo y se fueron a vivir juntos, Kio con su novia, Josh con Nessa... Nick vendió la mansión y repartió algo de dinero para cada uno, dijo que nos merecíamos algo. Dino vive feliz con mis abuelos. No pude separarlos, se aman mutuamente.

Mi padre no sobrevivió a la cirugía... pero sé que está mejor fuera de este mundo. Unos días antes de que lo operaran le conté la verdad de Mark y él lo aceptó, "si era feliz, que siga así". En serio, mi padre se fue tranquilo. Mi madre le costó seguir adelante, se quedó un tiempo conmigo y Tay en Alemania hasta que volvió con mis abuelos.

Por nuestra parte, Bryce se fue a vivir con nosotros apenas terminó Sway y nos quedamos como unos dos años más allí, ninguno se animaba a volver. No queríamos saber con qué íbamos a encontrarnos, pero tampoco nos disgustaba vivir en Alemania, era todo una aventura.

Hasta que mi hermano nos dio la noticia de su boda. Planeamos volver un poco antes y vivir en mi piso hasta que encontremos algo con lo que sobrevivir. Volvíamos definitivamente a nuestra vida alocada.

—¿En qué piensas?—la voz de Bryce me sobresaltó.

—Idiota.—reí.—En todo lo que sucedió... volvimos al comienzo.—sonreí.

—¿Quieres que vayamos a la Sway?—lo miré sorprendida, no podía negarme a semejante oferta. Le dejamos una nota a Tayler, tomamos sus llaves y fuimos al antiguo barrio en donde se encontraba Sway. Llegamos a la casa y con tan solo ver la entrada, los recuerdos volvieron a mí.—Donde todo comenzó.—dijo Bryce admirándola. Nos bajamos del auto y nos paramos frente a ella. Ahora le pertenecía a alguien más.—Cuando estábamos nosotros, era más linda.—reí. Aún mantenían los colores, pero son los pensamientos retorcidos de Bryce.

—¿Crees que los chicos accedan a venir a la boda de mi hermano?—le pregunté preocupada. No iba a ser algo fácil.

—Claro que lo harán. Eres Pey. Te aman.—sonreí. Nos quedamos mirando la casa un tiempo más hasta que mi teléfono suena.

—¡No puedo creer que estés de nuevo en Los Ángeles!—mi sonrisa creció aún más.

—¡Addi!

—Te veo en el Starbucks del parque donde íbamos siempre, en una hora.—colgó. Si me lo pedía así.

—Bien... debes dejarme en el Starbucks del parque en una hora...—me interrumpió aterrado

—No voy a ver a Addi, Pey.—rodé mis ojos. Era un niño.

—Bryce. Eso fue hace cuatro años. Ya debes superarlo

—No puedo hacerlo... la extraño y no es bueno verla aquí.—negué divertida. Íbamos a subirnos al auto nuevamente hasta que alguien abre la puerta de la casa.

—¡Hey!—un chico de unos 18 años sale.—Los vimos aquí fuera y creímos que necesitaban algo.—vimos a unos cinco chicos más salir de la casa junto a una chica.

—Por lo visto, esta casa trae a los adolescentes.—dijo Bryce riendo.—Soy Bryce, ella es Pey.

—Antes vivíamos aquí.—les conté y ellos nos miraron sorprendidos.

—No puede ser.—dijo la chica.—¡Ellos eran parte de Sway House!—sonreí.

—Así es... por lo visto no cambió en nada.—miré las caras de los chicos.—La chica soy yo... tú eres él.—le dije a Bryce señalando al que abrió la puerta.

—Y él es Griffin.—señaló al que abrazaba a la chica y yo solo sonreí.

—Viven aquí porque...—les pregunté confundida.

—Somos mejores amigos. Estamos estudiando y nos ofrecieron esta casa, Nick.—asentimos divertidos.—Y estamos aquí.

—Pueden pasar a verla, si quieren...—nos dijo la chica y entramos. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Todo estaba tal cual, era volver a abrir la herida. Somos masoquistas.

—Nos pidió un favor. Guardar todo y dejarlo tal cual... que algún día iban a volver.—reí, tenía razón.

—Lo odio, sabes.—sonreí secando mis lágrimas.—No puedo creerlo. ¿Recuerdas cuando llegué? Todos estaban aquí.—sonreí.—Hype House...

—Las veces que entraste por esa puerta.—reí.—Siempre eran divertidas y otras solo...—rodé mis ojos recordando la peor entrada.

—Cuando Blake y yo lo dejamos por completo... en mi cumpleaños.

—Cuando tú y Griff...—un sollozo se escapó de mis labios. ¡Diablos! Lo extrañaba.

—Juro que no puedo superarlo, Bryce. Es más fuerte que yo.—me abrazó y yo solo reí.

—¡Hey! Guardan esto.—se separó y señaló la pared en donde había un cuadro con nuestras firmas.—Esa era nuestra marca.

—En ese sofá.—les señalé a los chicos.—Todos los viernes teníamos maratón de Grey's Anatomy.

—Y los sábados queríamos morir cuando teníamos limpieza general en la casa.—dijo Bryce.—Y año nuevo...

—El mejor.—sonreí volviendo a traer el recuerdo de cuando Griff me pidió ser su novia.—Sin dudas, el mejor.

—¡Y los premios! Aquí se realizó un sorteo histórico. Mi trasero pasó por una alfombra roja.—los chicos rieron.—Y tuvimos una cuarentena histórica. Casi explotamos la casa. Mejor dicho, exploté la casa.

—Ya basta Bryce... creo que los estamos agobiando.—los chicos nos miraban divertidos.

—Pueden subir a los cuartos... Aún están intactos, los mandan a limpiar de vez en cuando.—miré a Bryce divertida.

—¡A qué no me ganas!—corrí escaleras arribas con él pisándome los talones.

—¡No se vale!—reír. Llegué a mi cuarto y entré rápidamente cerrado la puerta. Me giré y me sorprendí a ver como todo estaba intacto. Recordé la estúpida caja de Anthony que aún estaba ahí y mi resfrío el primer día. A todos durmiendo cuando sucedió lo de Blake. Mi madre y los chicos, el primer beso entre yo y Griff.

—¡Diablos!—salí de mi cuarto confundida y miré a Bryce quien tomó su cabeza.—Nick es... genial.—lo escuché reí. Miré la puerta de al lado. El cuarto de Griffin.—Hazlo, Pey.—me dijo Bryce, solo suspiré. Abrí la puerta y recordé la vez que vine en la madrugada porque me sentía mal, la vez que nos quedamos solos, a los chicos preocupados porque no me encontraban...—Quiero volver a esto.—dijo Bryce desde su cuarto.—¡Aún tengo mis sillas!—reí. Observé la foto en la mesa de noche de Griffin, me abrazaba mientras reíamos. Dejé la foto en su lugar y fui al cuarto de Bryce.

—¿Qué hicimos?—las lágrimas se agolparon en mis ojos.—Dime que estuvo bien. Hace tiempo que no lloro por esto, pero la situación...—respiré profundamente.—No debimos volver, Bryce. Esto está mal... yo...

—Ya, Pey. Son solo lágrimas. No es para tanto.—me giré y vi a Nick junto a los otros chicos, no podía creerlo.—Bienvenidos a Sway House.—corrí hasta él y lo abracé.

—¡Te extrañé! No sabes cuanto lo hice.—reí feliz, estaba en casa, por más que doliera. Bryce se nos unió al abrazo. Nos separamos y miró a los chicos que ahora viven aquí.

—Este maldito rompió dos televisores y tres ventanas. Y no olvidar nunca cuando explotó la cocina.—Bryce arrugó su nariz.

—Solo debo decir que fue una cuarentena dura.—reímos.

—Él es mi sobrino Mike y sus amigos. Les ofrecí quedarse en la casa hasta que ustedes vuelvan... y aquí están.—lo miré sorprendida. No había cometido semejante delito.—¿Me creen capaz de venderla?—suspiré feliz.—¿Qué los trajo nuevamente a la ciudad de la locura?

—No es lo que parece, Nick. Vinimos para la boda de mi hermano.

—Que gustoso iré.—sonreí.

—Fue una estúpida idea de ver la casa por fuera. No sabía que íbamos a entrar.—concluí.

—Después de todo, es su casa, pueden venir cuando quieran.—dijo Nick divertido.—¿Hablaron con los demás?—Bryce negó y yo asentí.

—Solo me queda Griffin.—hice una mueca de disgusto.

—Suerte con eso, bro.—me dijo Nick riendo y lo miré mal. Volvimos a casa.

—¡Peyton Cantwell!—me giré a mi amiga y sonreí feliz.

—¡Ya no puedo llamarte rubia!—ambas reímos y nos abrazamos.—Te extrañé.

—No tanto como a mí.—escuché una voz masculina. Miré detrás de Addi y allí estaba Avani junto a Anthony, no podía creerlo.

—Mi pareja favorita.—sonreí y los abracé.—No saben lo que los extrañé.—nos separamos y nos sentamos en una mesa.—¿Cómo han estado?

—Te echamos mucho de menos, fue muy aburrido Sway cuando te fuiste...—dijo Anthony.—Creo que fue la costumbre de tenernos a todos juntos.—sonreí de lado.

—Hoy fuimos a la casa.—le conté feliz.—Momentáneamente vive el sobrino de Nick junto a sus amigos.—reí al recordarlos.—Son iguales a nosotros... la casa está tal cual como cuando me fui, aún tenemos nuestras habitaciones... muebles. Recordé la noche de chicas.—dije mirando a mis amigas.—Fue una gran bienvenida.—reímos.

—¿Cómo están Tay y Bryce?—me preguntó Addi. Al nombrar a Bryce sentí sus nervios. Reí.

—Fue una gran aventura volver a mudarnos juntos.—arrugué mi nariz.—Ahora están en mi departamento. Ellos están felices igual que yo. Ya crecimos... somos personas maduras, creo.—reímos.—Irán también a la boda de mi hermano, allí los podrán ver, si es que van.

—¡Claro que iremos!—me contestó Addi feliz.

—¿Hablaste con Griff?—me preguntó Avani. Genial, era de esperarse que vuelva y le hable. Y creo que todos lo esperaban.

—Debo llamarlo para invitarlo...—el miedo de mi vida.—De todas formas...

—No está con Dix.—me dijo Addi.—No soy quién para decirte qué sucedió.—sonrió.—Puedes hablarle tranquila.

—Su amistad me empalaga.—habló Anthony mientras bebía su café.

—Y a mí tu relación con Avani y no hago comentarios al respecto.—me miró sorprendido y reímos.

—Wow... sigues igual. Me encanta que no hayas cambiado.—negué divertida.

—Volví, Anthony. La antigua Pey volvió.—suspiré.—Y bien... esta vez me quedo.—los tres me miraron sorprendidos y comenzaron gritar y abrazarme. Los extrañé mucho.

—Eres una idiota, Pey. Debías simplemente decirle de la boda, no encontrarse. Idiota, idiota, idiota...

—Miren quien decidió volver.—me giré al escuchar esa voz tan particular que interrumpió mis pensamientos. Que alguien me asesine en este momento. Griffin Johnson, el amor de mi vida y el que no pude superar en tres años. Maldito.

—Creo que ya era hora.—sonreí y lo abracé fuerte. Suspiré, su aroma seguía siendo el mismo. Nos separamos y me sonrió. Abrió la puerta del restaurante y entramos para sentarnos en nuestros lugares.

—¿Cómo estás?—me preguntó feliz. ¿Cómo podía estarlo?

—Bien. Eso creo.—le sonreí.—Ya soy una adulta, tengo más responsabilidades... esto apesta.—rió. Miré su cuello y aún llevaba la cadena. Sonreí.—Aún la conservas.—asintió feliz.

—Te dije que te llevaría conmigo a dónde sea. La verdad que se volvió mi cadena de la suerte.—suspiré. Es un idiota.

—¿Cómo estás tu?—le pregunté.

—Siendo sincero... he estado mejor.—asentí nerviosa.—Vi que tu y Bryce volvieron a Sway. Nick subió una historia.

—Fue muy mala idea.—reí evitando soltar mis lágrimas.—En serio muy mala idea.—tomó mis manos sobre la mesa.—Todo está exactamente igual que cuando me fui. Mi cuarto... tu cuarto... todo, Griff. Por un momento quise volver a tener 19 años y estar ahí con ustedes, en cuarentena, peleando con Bryce y culpando a Kio. Ayudar a Jaden a componer canciones y escuchar las quejas de Nick por su paranoia con el estúpido virus. Soportar a Anthony y su abstinencia de Avani... estar contigo mirando una película, y Dino...—él rió.

—Ya no puedo grabar videos, subir contenido... todos cambiamos, Pey. Esa casa no sería lo mismo.—asentí aguantando mis lágrimas.

—Lo sé. Yo... dejé de hacerlo también. Hace unos dos años que no subo videos a mi canal, mi instagram ya no es tan activo. Tiktok ya no existe. Es todo... diferente.

—Hay nuevos chicos ahora ocupando nuestro lugar.—ya no soy una niña... qué estoy haciendo.

—Diablos, tengo 23 años.—me sorprendí. No había caído en la cuenta hasta recién.

—Y yo 25, Pey, estamos viejos para esto.—lo miré divertida.

—Habla por ti, viejo. Yo aún puedo hacerlo. Si Tayler puede con 26, yo también.—negó divertido. Pasamos toda la cena riendo y charlando. Lo invité a la boda de mi hermano y aceptó gustoso. Estuvimos así hasta la hora de irnos, hablando y recordando.

Cuando todo terminó, me dejó en mi departamento. Subí rápidamente a mi piso y entré frustrada. Comencé a llorar sin control. Tay me vio y corrió a abrazarme pero no se lo permití.

—Siempre es lo mismo, me abrazas, me dices todo estará bien... no. Basta, suficiente. Él se lo pierde, ¿sabes? Él se lo pierde.—dije secando mis lagrimas y sacando una cerveza de la heladera.—¡Se olvidó! ¡Yo llorando como una idiota! ¿Sabes? Todos son iguales. Cuando creí que encontré al indicado, ¡Bam!—golpeé la mesa por lo que Tayler se sobresaltó y me miró preocupado.—¡Se olvida de que estuvo un año conmigo! De todas formas qué estoy esperando. ¡Yo lo dejé!

–Pey... deberías dormir.—me dijo intentando calmarme pero sin tocarme. Suspiré, me puse mi pijama y me acosté en mi cama. Bryce dormía en el sofá y Tayler en el suelo.

—De todas formas el logró hacer su vida de nuevo... yo puedo... ¿Cierto?

—A dormir, Pey.

—¿Entonces lo de la carta...?

—¡A dormir!—lo miré mal y lo golpee con mi almohada.

—Bien, estás precioso.—le dije a Mark acomodando su moño. Estaba feliz por mi hemano.—Papá estaría feliz.—sonrió.—Es hora. Te veo luego.—dejé un beso en su mejilla y fui a donde se realizaría la ceremonia. Miré a Jason que estaba nervioso en la entrada del pasillo. Fui con él.

—Mi padre no está aquí para decirte esto, asi que lo diré yo. Te estoy entregando a mi hermano, lo más preciado que tengo. Lo lastimas y juro asesinarte. Es el niño de la familia.—él rió y me abrazó.—Gracias por hacerlo feliz y entender todo lo que tuvo que pasar para que estén juntos. Sé que no lo conociste, no fue el mejor padre.—me separé.—Pero se fue feliz de saber el secreto...

—Hubiera sido un gusto conocerlo, Pey.—sonreí.

—Bien, debo irme a enfrentar mi problema. Alias Griffin Johnson.—suspiré frustrada.—Verlo con traje no va a ayudarme.

—Tu serás su problema.—lo miré sin entender.—Mira lo hermosa que estás vestida, Pey. Y juro que su moño va acorde a ti.—miré mi conjunto. Un top y una falda ajustada bordadas azul noche, con una cola del mismo tono lisa.—Él se lo pierde. Ahora ve como toda una perra a saludarlo.—reí. Pasé por el pasillo saludando a varios invitados y a algunos familiares. Vi a Steph y la abracé.

—¡Mira lo hermosa que estás!—me abrazó.—En serio, luego haremos una sesión con este vestido por aquellas flores.—dijo mirando mi ropa.—Sin que tu hermano se entere.—reí.—Una foto, ahora.—rodé mis ojos, llamé a Addi y Avani que se encontraban a mi lado y nos sacamos una foto.

—¡Estás hermosa, Pey!—me abrazó Avani.—Ven, Steph. Nosotras les sacamos una ahora.—sonreí y mi amiga vino hacia mí para sacarnos la foto. Hablamos un rato hasta que alguien me llama.

—¡Miren quién está aquí! ¡Peyton Cantwell!—me giré y vi a los chicos

—¡Vinieron!—abracé a Jaden.—No puedo creer que estén aquí.—reí.

—Luego iremos a tu casa, y nos podremos a hablar de lo aburridas que fueron nuestras vidas sin ti.—sonreí mirando a Josh y lo abracé.

—Siempre son bienvenidos a mi casa.—les contesté feliz.

—De todas formas seguimos indignados porque saliste con Griffin, Anthony y no con nosotros.—me dijo Nick. Lo miré mal.—¿Tampco recibo abrazo?—rodé mis ojos y lo abracé.

—Bueno... fue bueno mientras duro... ¿saben? Ahora si algo se rompe, será mi culpa, nuevamente.—reí y miré a Kio.—¡Mira qué grande estás!—rodé mis ojos y lo abracé.

—Bien, bien, ahora graben esto.—dijo Nick pasandole la cámara a Jaden.—¡Peyton Cantwell!—gritó y todos se giraron a vernos.—¡Estoy frente a la gran Peyton Cantwell!—comencé a reír mientras veía como todos saltaban.

—¡Nick! ¡Mi familia cree que son gente civilizada!—los regañé divertida.

—¿Nos estas diciendo civilizados a nosotros?—me preguntó alzando su ceja.

—Buen punto.—le sonreí.—Los extrañé...—mi vista fue detrás de todos.—Diablos, lo odio.—los chicos se giraron a Griffin. Vestía un traje negro igual que mis amigos, con la diferencia de que traía un moño y Jason no se equivocaba, era del tono de mi vestido.

—Tae una rosa.—me dijo Jaden haciendo un puchero.

—Ve con él.—me empujó Anthony. Los miré nerviosa y caminé hasta él.

—¡Hey! Viniste.

—No iba a dejarte sola en un día tan importante.—sonreí.—Te traje esto.—miré la rosa, como siempre, era roja. La acerqué a mi nariz y la olí.

—Para ti significan amor.—lo miré.—Lo dijiste en la carta.—asintió. Mis ojos se cristalizaron. Maldita sensible.

—No llores, Pey. Odio verte llorar y no es momento. Tu maquillaje...—rodé mis ojos y ambos reímos.

—Eres un exagerado, Griff.—sonrió.

—Debemos volver a quedar... no sé cuándo vuelves a Alemania...—suspiré.

—No vuelvo, Griffin.—lo miré divertida.—Volvimos para quedarnos.—sonrió y me abrazó levantandome en el aire mientras reía. Me dejó nuevamente en el suelo y me miró sorprendido.

—Te quedas aquí.—asentí feliz.—No puedo creerlo... simplemente... volviste.—miré mis manos en su pecho y suspiré. Aún no soltaba mi cintura.

—Siento desaparecer.—acomodé su traje.—No fue fácil.

—No debes hablar de esto ahora, Pey. Estas rodeada de tu familia en este momento y tus amigos, volviste... eso es lo que importa. En serio...—los gritos lo interrumpen.

—¡Miren quién está aquí! ¡Vengan a abarazar a Bryce Hall!—sonreí viendo a los chicos mientras se abrazaban.

—Volvimos.—me dijo Griffin y lo miré feliz.

—Volvimos.—asentí. Fuimos con ellos y tomamos asiento luego de todos los abrazos, para comenzar la ceremonia.

Cuando terminó, pasamos del otro lado del gran jardín para cenar.

—Vamos en esta mesa.—señalé la gran mesa redonda. Terminé al lado de Griffin y Bryce... quien terminó al lado de Addi.

—Cambiame de lugar, porfis.—me suplicó Bryce.

—Lo siento, Hall. Está conmigo.—le dijo Griffin pasando un brazo por mis hombros.—Ya debes superarlo, pasaron más de cuatro años.

—Cuando nos juntamos preguntó por ti.—le hablé. Su cara no sabía si expresaba tristesa, confusion o felicidad. Reí y me paré, fui a saludar a mi familia.

—¡Miren lo grande que estás!—miré a mi primo. El Gran Harvey Cantwell.

—¡Hey!—lo abracé fuerte.—Te extrañé.

—Y yo a ti. ¿Cómo estuviste estos años?

—Fueron los mejores sin duda. Estar con Bryce y Tayler y conocer Alemania... volver a vivir con ellos fue lo mejor. ¿Y tú? Escuché tu nuevo álbum. Me encantó.

—Lo sé, soy genial.—negué y lo abracé.—Traje a los chicos. Deberías saludarlos.—miré detrás de él y ahí estaban Blake, Hunter y Brandon junto a los mejores amigos de mi primo. Suspiré y fui con ellos.

—¡Hey!—Hunter vino hasta mí y me abrazó.—Tanto tiempo sin vernos.

—Lo sé, fue bueno volver.—reí y abracé a Brandon.—¡Hombre! ¡No puede ser que estés tan alto!

—Error. Tu eres una enana hasta con tacones.—rodé mis ojos divertida.—De todas formas ya no soy un niño, Pey.

—Ya no somos niños.—miré a Blake divertida.—Es bueno verte de nuevo.—sonreí y lo abracé.

—¡Peyton!—me giré y vi a mis pequeñas primas.

—¡Miren lo lindas que están! ¿O no que si chicos?—ambas giraron mostrando sus vestidos.

—Más lindas que Pey, seguro.—miré mal a Blake.

—No podemos ser más lindas que ella.—todos reímos.—¡Debes mostrarnos a tu novio! Tu mamá dijo que él vino.

—No es mi novio, chicas.—reí nerviosa.—Mejor vamos con mamá.—fuimos con mi madre quien hablaba con mis tías.

—Miren lo hermosa que está nuestra niña.

—Tía Amelie... tengo 23, ya no soy una niña.—reímos.

—Tía Jess, Pey no nos quiere mostrar a su novio.—miré a mi madre mordiendo mi labio inferior divertida.

—Trae a Griff, Pey. Quiero saludarlo, hace tiempo que no lo veo.—suspiré queriendo que la tierra me trague. Fui a la mesa seguida de las dos niñas pisandome los talones.

—¡Tayler! ¡Ahí vienen los demonios!—le dijo Bryce.

—¿A caso no te viste a un espejo, feo?—los chicos comenzaron a reír fuerte ante el comentario de mi pequeña prima.

—¡Rachel!—la regañé.

—Todos saben que me prefieren a mí.—Tayler se acercó a las niñas y ambas corrieron a abrazarlo.

—¿Y no hay abrazó para el primo Bryce?

—Te acaban de decir feo, Hall. No lo creo.—le dijo Anthony y todos volvimos a reír.

—Culpa de Kio.—rodó sus ojos. Las chicas rieron y fueron a abrazarlo también. Fui a mi lugar y miré a Griffin.

—Mi madre quiere saludarte. Y esas dos niñas locas. ¿Me harías el favor de acompañarme?—él sonrió y asintió.—Vamos chicas.

—¿Él es Griffin?—asentí.

—No pueden quererlo más que a nosotros.—les dijo Tayler divertido.

—Ya lo veremos.—le enfrentó Kate. Fuimos con mis tías mientras las niñas corrían. No podía pasar más vergüenza.

—Bien, tía Amelie, Lisa, él es Griffin.

—Encantadas, Griffin.—lo saludo mi tía y él asintió nervioso.

—Es bastante lindo.—Griffin miró a Kate divertido y yo sólo negué.

—¿Dónde está mamá?—pregunté incómoda.

—Lo siento, tu abuela me necesitaba.—habló detrás nuestro.—¡Griffin! Gracias por venir.—lo abrazó. Sí... creo que mi madre ama más a Griff que a mí.

—¿Debo ponerme celosa de que este engendro reciba más atención que yo?—le pregunté divertida a mi madre.

—Admitelo, Pey. Soy el mejor exnovio que pudiste tener. Obviamente va a quererme.—rodé mis ojos.

—Ya quisieras.—miré a mis tías que nos miraban tiernamente.—Ya saquen esas caras.—reímos. Hablamos un rato hasta que llegó la hora de cenar. Volvimos a nuestros lugares y comenzamos a comer. La pasamos hablando y recordando viejos tiempos, de lo que hicimos cada uno luego de separarnos y nuevos proyectos. Cuando terminamos de cenar, llegó la hora del vals. Miré a Jason y Mark. Ambos estaban felices, no podía creer la felicidad de mi hermano.

—¿Gustas acompañarme?—miré la mano extendida frente a mí. Blake. Sonreí y la tomé para ir a la pista improvisada a bailar.—¿Cómo estás?

—Mejor que nunca.—sonreí.—Fue bueno irme a Alemania estos años. Sirvió mucho para pensar.

—Me alegra en serio que estes feliz.

—¿Y tú?—le pregunté confundida. No sabía nada de él.

—Aún que no lo creas, también. Volví con Olivia. Estamos más que bien..

—¿En serio?—asintió feliz.—Me alegro mucho por ambos. Hazla feliz, idiota.

—Siempre.—sonrió.—Ahora, te dejaré que arregles las cosas con Griffin antes de que venga a quitarme los ojos de la cara.—me soltó y se fue guiñandome un ojo. Me giré y Griffin venía hacía donde estaba.

—¿Me permites o...?—se hizo el desentendido y yo solo rodé mis ojos.

—Sigues siendo igual de idiota.—reí y comenzamos a bailar, pasó su mano por mi cintura y con la otra tomo mi mano.

—No te lo dije, creo... pero estás hermosa.—sonreí.

—Gracias.—me miró con esos ojos que tanto extrañé. No podía creer lo que había hecho... en este momento me arrepiento más que nunca.—Ven aquí.—me abrazó y apoyé mi cabeza en su pecho, no podía ser que aún con tacos sea mucho más baja que él. Olí su perfume, es que no puede ser que vuelva a sentirme tan estúpida. ¿Alguien quiere explicarme por qué diablos me fui y no volvi con mi madre? Bailamos un rato más en esta posición hasta que la música terminó.

—Bien... buenas noches a todos.—habló Jason.—No voy a hablar mucho, sólo quiero agradecerles a todos por venir. Estoy muy feliz de compartir el resto de mi vida con esta persona.—miró a Mark y tomó su mano.—Y muy feliz de que ustedes estén aquí para presenciarlo. Antes de comenzar a bailar, no seria una boda sin tirar el ramo de flores, ¿cierto?—reí.—¡Vamos chicas! ¿Qué esperan? ¿A ver a qué boda asistiremos luego de esta?—Jason nos obligó a todas a las chicas a ir al medio de la pista.—Bien...—se puso de espaldas.—Uno... dos... ¡tres!—el ramo cayó en manos de Addi que rápidamente me lo pasó a mí. La miré divertida y luego a Jason.

—No tendrás una boda en mucho tiempo... lo siento.—rió Addi.

—¿Qué esperan, Hall, Johnson?—les habló Mark. Los chicos les gritaron divertidos. Negué ocultando mi cara entre mis manos.—Ya que... ¡todos a divertirse!


—Fue mala idea traernos aquí a dormir, Nick.—le dije divertida entrando en Sway.

—Claro que no. No entrabamos en tu casa.—suspiré.—Por eso me las ingenie para que traigan más ropa. Tu madre es genial, Pey.—sonreí.

—Lo siento, pero yo estoy agotado.—habló Josh.—Iré a dormir.

—¿Quién no?—le dijo Jaden divertido. Todos subimos a nuestros cuartos y nos paramos frente a nuestras puertas.

—No puedo creer que estemos aquí.—dijo Anthony.

—Tenemos cuatro años más encima.—sonrió Kio.

—Yo... simplemente...—los miré a todos de traje. No podía creerlo.—Juro que me arrepiento no volver cuando tuve la oportunidad. ¿Se vieron? Estamos... grandes. Somos personas maduras... ya no hacemos idioteces. Desperdicie cuatro años de esto.

—Lo importante que volviste, Pey.—me dijo Josh.—Ambos volvieron y miren lo que estamos por hacer. Volver a nuestras habitaciones y mañana despertar todos juntos. Vamos a bajar a esa sala y estaremos ahí. Como en los viejos tiempos.—sequé las pequeñas lágrimas de mis mejillas.

—Buenas noches, chicos.—suspiré y entré en mi cuarto. Me saqué mi vestido, me duché y me puse mi pijama, una de las remeras que Griffin me había dejado y mis shorts. Me acosté en mi cama y sonreí. Había olvidado lo cómoda que era. Intenté dormir pero se me hacía imposible. Los chicos que viven aquí seguro tienen algún té. Tomé mi manta y bajé a la cocina por mi maldito té. Cuando estaba listo, fui a la hamaca del jardín. La luna llena iluminaba por todos lados.

—Conozco esa remera.—me giré para ver a Griffin detrás mio y sonreí.—Te extrañé, Pey. No te lo dije en ningún momento.—suspiré y se sentó a mi lado.—Y creo que te debo una explicación.

—No me debes nada, Griff.—negó.

—Dixie y yo lo intentamos.—comenzó.—No duramos más que tres meses... creo. No pude intentarlo porque no quería, no podía hacerlo. Algo me lo impedía.—me miró directamente a los ojos.—Te debía esperar, Pey. Tarde o temprano ibas a volver. Obviamente no iba a pasar toda mi vida... y cuando estaba por rendirme... volviste.—comencé a llorar.

—¡Te odio! ¡No sabes cuánto! ¡Haz algo mal, Johnson! ¡Lastimame, no lo sé! ¡Deja de ser tan...!—tomó mi cara entre sus manos y me besó. No podía creer cuánto había extrañado sus besos, sus abrazos, sus caicias, su aroma... cuánto lo había extrañado a él.

—Te dije que debías esperar que el destino nos una nuevamente—sonrió secando mis lágrimas.—¿Estás dispuesta a intentarlo?

—... y bienvenidos a Sway House.




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Gracias por leer

Itsannxx❣

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