Cuando Steve entregó las gemas tomó la decisión más importante de toda su vida y eligió quedarse en el pasado.
Tuvo su baile con Peggy pero esta ya había hecho su vida y Rogers no podía llegar y alejarla de todo por lo que trabajó.
La verdad, eligió quedarse en el pasado porque no tenía razón para volver, Tony ya no estaba... La persona que ama se fue y Steve no soportaría volver para vivir el resto de su vida sin Tony.
Prefirió el pasado pues ahí estaba Tony, incluso vio nacer al hombre de su vida... Sabía que no podría intervenir en la línea del tiempo así que se mantuvo en las sombras, casi literalmente., pues para todos Steve Rogers, el Capitán América murió. Solo Peggy y Howard sabían de su regreso...
Vivió como un empleado más en la mansión Stark, conoció a Jarvis aquel mayordomo y fiel amigo de Howard, el segundo Padre de Tony. Conoció tantos aspectos en la vida de Tony, le vio crecer y madurar.
Anthony le conoció como Grant, nunca supo que en verdad era el Capitán América, ni tampoco que en el futuro le conocería. Se hizo amigo del pequeño Stark, incluso le llegó a contar anécdotas del gran hombre de hierro. El día de su cumpleaños número ocho Steve le regalo un mini Iron Man que el pequeño castaño amó demasiado.
Tras la muerte de Howard el rubio sabía que debía dejar la mansión, muchas veces pensó intervenir para salvar a Tony del pozo en el que cayó tras la muerte de sus Padres. No pudo hacerlo, tenía que respetar la línea del tiempo, lo único que pudo hacer fue darle una mano amiga.
Se hizo un gran amigo de Stark, uno que estaba en las sombras y que le daba palabras de aliento cuando Tony estaba a punto de rendirse. Siempre estuvo cerca del genio, pudo dejar todo de lado y aferrarse a Anthony pero no quiso ser egoísta.
Recuerda cuando Tony por fin le conoció en persona, llegó a su casa y le contó sobre el Capitán América. Le dijo que a pesar de ser un vejete este se conservaba muy bien, vio aquel brillo en los ojos chocolate y eso le hizo sentir un hueco en el estómago. Sabía que dentro de unos años cometería la mayor estupidez de su vida, ahora viéndolo tan de cerca estaba seguro de que nunca se perdonaría aquella traición que le hizo a Tony.
Steve desde la muerte de Howard vivió en un pueblo pequeño, una cabaña en los bosques. Tony siempre le visitó cuando requirió de un consejo y también tras la batalla de Siberia. Ver a Tony en ese estado sabiendo que era su culpa fue devastante... No podía hacer nada, hasta él mismo quiso ir a Wakanda para golpear a su otro yo.
Tony le amaba como un Padre, aunque todos sabemos que el cariño de Steve era mucho más que el de un Padre a su hijo.
Oh, cuánto deseo poder besarle y acariciarle en las noches que tenía pesadillas pero solo pudo permitirse acariciar sus cabellos. Lo tenía tan cerca y a la vez tan lejos...
Cuando se dio lo del chasquido sabía que debía de esperar, y así lo hizo. Tony llegó tan delgado y triste, pasó esos días con él dándole apoyo y consuelo, incluso oyó los reclamos de lo idiota que había sido al preguntar primero por Thanos que por su estado. Aún a esa edad Steve se daba cuenta de que era un idiota total...
Esos cinco años tras el chasquido sin duda fueron los mejores para Steve, los disfrutó al máximo pero sabía que pronto llegaría la hora.
Vio nacer a la pequeña Morgan, Tony la puso en sus brazos y amó verlo sonreír después de haberle hecho sufrir tanto. La pequeña era tan parecida a Tony, le decía abuelo y bueno técnicamente lo era.
Se mudó a la cabaña de Tony por petición de éste, vivió de cerca esos años que Tony estaba en paz. Aunque sabía realmente que aún había algo en Tony que no le dejaba ser completamente feliz... Y todo era su maldita culpa.
El día llegó, en serio deseo que no se quedaran a comer a pesar de saber que no lo harían, si se topaba con su otro yo le golpearía aunque fuera un viejo.
Pero cuando vio entrar a Tony cargando a Morgan lo notó, sus ojos no tenían el brillo que hace poco recuperaron con la llegada de la pequeña. En serio Stark quería que se quedaran a comer y ellos solo se fueron sin siquiera un adiós. A estas alturas seguía haciendo estupideces, se daba cuenta de que nunca mereció el amor que le profesaba Tony.
Vio a Tony partir en su auto y sabía que el final se acercaba, cuido a Morgan cuando Pepper se marchó a la batalla. Pensó que este momento tardaría en llegar pero se equivocó... Y cuando acabó... Todo dolía más que antes.
Nunca se arrepentirá de la decisión que tomó al entregar las gemas, vio partir a su otro yo y tomó asiento en la banca frente al lago.
Sam le vio y se acercó hasta él, le entregó el escudo que mantuvo oculto de Tony todos estos años.
Sonrió con nostalgia y miró al cielo... Solo pidió...
"Oh, llevame allí... ¿No me llevarás allí? ¿No me llevarás a casa?"
Solo fue por un momento que cerró sus ojos y cuando los abrió... Tony estaba ahí, le tendió su mano y Steve gustoso la aceptó. Se dio cuenta de que había rejuvenecido, en realidad sabía que por fin su historia acabó.
Una gran sonrisa apareció en los labios de Tony y Steve le abrazo, se sintió tan vivo. El castaño le besó en la mejilla y le hizo girar, el Capitán se vio a sí mismo en aquella banca, parecía dormido y en paz. Su tiempo en la tierra había acabado...
TONY: ¿Cuándo pensabas decírmelo?
STEVE: ¿Lo sabías?
TONY: ¿Qué venías del futuro? -sonríe ampliamente- Tuve mis sospechas cuando estaba en aquella cueva construyendo a Iron Man, ¿no creerás que me olvide de tus cuentos, Grant? Nada inteligente de tu parte la verdad, Steve. Pero mis sospechas se confirmaron cuando conocí al Capitán América en persona en el helicarrier, idéntico a ti.
STEVE: Y nunca dijiste nada.
TONY: No. Soy un genio sabía que no tenías que hacerlo si querías dejar la línea temporal exacta.
STEVE: Yo... Lo lamento, Tony.
TONY: Ya dejalo, Steve. Te perdone desde hace tiempo.
STEVE: ¿Qué haces aquí?
TONY: Bueno le pedí al creador de la vida venir a llevarte a casa.
STEVE: ¿Creador de la vida?
TONY: ¡¡¡EXISTE!!! ¡¿Lo crees?! La verdad yo no creía en eso, soy un fiel ateo. Pero cuando estás muerto hay muchas pruebas de ello y la ciencia no te sirve de mucho. Pude terminar en el infierno pero fui un héroe según el creador y me permitieron entrar, increible porque dicen que allá abajo hace demasiado calor y ya viví mucho tiempo en Malibú, gracias. -suspira y se acerca al rubio- Te dije que podría cortar ese alambre, Capitán.
STEVE: Lo sé... Eres un héroe... Te amo, Tony.
TONY: También te amo, Steve.
Ambos hombres se acercan y por fin después de tanto tiempo unen sus labios, sus corazones latiendo fuerte. Estando en los brazos del otro se dan cuenta que es ahí donde pertenecen.
TONY: Bueno, no solo vine por ti. También quiero ver a Morgan, ¿me acompañas?
Al ser dos espíritus llegaron sin problema hasta Morgan, ella sostenía un pequeño Iron Man en sus brazos. Tony se acercó a la niña y esta le miró directo a los ojos, el castaño estaba sorprendido.
MORGAN: ¿Papá?
STEVE: ¿Ella puede verte?
TONY: Hola, mi niña.
MORGAN: ¡PAPÁ! -intento abrazarle pero no logró hacerlo-
TONY: Morgan, ¿sabes que te amo, cierto?
MORGAN: ¿Cuándo volverás?
TONY: No lo haré... Lo siento... Parte del viaje es su final, y este ha sido el mío pero... Morgan, tu viaje apenas comienza.
MORGAN: Te amo tres millones.
TONY: Yo también.
Steve presenció esa bella despedida, Pepper llegó y cargó a Morgan, la niña no dijo nada y vio partir a su Padre tomado de la mano del Capitán.
Tony lo llevó por un gran puente y pasaron por grandes puertas de oro en donde vio a Natasha.
NATH: Tardaste, Tony.
TONY: Estamos en el cielo, Nath. Aquí no hay una hora de llegada, además tenía que despedirme de mi hija.
NATH: Steve... -el rubio corre hasta ella para abrazarle- Quedarte en el pasado...
STEVE: ¿También lo sabes?
NATH: Tony, me contó... Y ya que hablamos de ello...
TONY: ¡¡¡NATH!!! -interrumpe a su amiga-
NATH: Misma advertencia que te hice en la tierra, Rogers.
STEVE: Lo entiendo. Ya cometí muchas estupideces en la tierra, ni una más.
NATH: Más te vale...
El rubio ve partir a Natasha, y observa al castaño quien se acerca para dejar un casto beso sobre sus labios.
STEVE: Por fin llegamos a casa.
TONY: Hasta el cielo sabe que no hay tal cosa como un adiós para nosotros.
STEVE: ¿Por qué?
TONY: Porque el amor nunca puede morir.