La Jugadora

Bởi black_pink_des

109K 7K 1.1K

[⚠ADAPTACIÓN ⚠CHAELISA ⚠G!P⚠] [⚠+18] SI NO ES DE TU INTERÉS, NO LEAS. Rank: #1 Chaelice #5 Chaelisa Xem Thêm

+× 888 ×+
PRÓLOGO
+× 1 ×+
+× 2 ×+
+× 3 ×+
+× 4 ×+
+× 5 ×+
+× 6 ×+
+× 7 ×+
+× 8 ×+
+× 9 ×+
+× 10 ×+
+× 11 ×+
+× 12 ×+
+× 13 ×+
+× 14 ×+
+× 15 ×+
+× 16 ×+
+× 17 ×+
+× 18 ×+
+× 19 ×+
+× 20 ×+
+× 21 ×+
+× 22 ×+
+× 23 ×+
+× 24 ×+
+× 25 ×+
+× 26 ×+
+× 27 ×+
+× 28 ×+
+× 29 ×+
+× 30 ×+
+× 31 ×+
+× 32 ×+
+× 34 ×+
+× 35 ×+
+× 36 ×+
+× 37 ×+
+× 38 ×+
+× 39 ×+
+× 40 ×+
+× 41 ×+
+× 42 ×+
+× 43 ×+
+× 44 ×+
+× 45 ×+
+× EPÍLOGO ×+

+× 33 ×+

1.6K 122 25
Bởi black_pink_des

+×+×+×

POV ROSÉ

—Has estado aquí metida durante días, Peach —dijo Alice mientras irrumpía en mi habitación y abría  cortinas que Lisa había puesto para mí antes de irse.

Lisa. Todos los recuerdos habían parecido incluirla repentinamente de una u otra forma. Cada canción que escuché, cada letrero que leí, todo. Lo cual era exactamente por lo que había estado escondida en mi habitación por días. No quería escucharla, verla, respirarla cada vez que saliera. Estaba cansada de ella. Estaba cansada de esperar verla cada vez que salía de mi edificio. Aun peor, estaba cansada de esperar verla y de sentirme como una idiota por en realidad desearla.

—Se suponía que almorzaríamos con papá, ¿recuerdas? —agregó Alice.

Me di vuelta en mi cama y enterré mi rostro en mi almohada. —Dile que estoy enferma.

—No lo estás.

—Me siento enferma.

Mi hermana suspiró pesadamente y se sentó en el borde de la cama, corriendo una mano sobre mi cabello. —Cariño, no estás enferma, tienes el corazón roto.

—Enferma. Con el corazón roto. Da igual.

Suspiró de nuevo. Me giré para mirarla. Sus ojos se ampliaron cuando finalmente la deje tener un vistazo de mi rostro, ojos hinchados y rojos, labios inflamados. Estaba segura que todavía tenía ojeras por haber vomitado violentamente en algún punto de la media noche solo pensando en ella. En nosotras. En su engaño.

—Rosé —susurró.

—Más personas mueren por corazones rotos que por un resfriado común — dije—. ¿Sabías eso?

Sacudió su cabeza, sus ojos marrones se llenaron con lastima —No sabía eso.

—Bueno, así es.

—Chen llamó preguntando por ti hoy —dijo ella, cambiando de tema— Dijo que ha venido un montón de veces y nunca abres la puerta.

Cubrí mi rostro con mi brazo. —Lo llamaré más tarde.

La sentí levantarse de la cama y la escuché caminando alrededor de mi habitación.

—Entiendo completamente por qué estás molesta con Lisa. Créeme, lo entiendo. Mintió. Sabía sobre papá y cómo te sientes acerca de Belmonte, y te lo oculto, pero nunca le habrías dado una oportunidad si te lo hubiera dicho desde el principio. La habrías despachado y no la habrías conocido. ¿Realmente puedes culpar a la chica?

—Sí. Sí puedo.

Descubrí mi rostro y tiré las cobijas fuera de mí mientras me ponía de pie y caminaba hacia el baño. Cepillé mis dientes, llevé mi cara, me miré en el espejo y vacilé por lo que vi. Incluso después de mi relación pasada, no me había visto así de mal. Pero no había llorado seis de las siete horas de vuelo, y luego de nuevo cuando llegué a casa, y luego reproducía todo como un circuito hasta que físicamente me enfermé pensando en todo eso. Había vivido con Chanyeol por años. Compartí una vida con él. Y cuando finalmente rompimos me sentí triste, pero también me sentí aliviada. Lisa parecía tener este poder sobre mí que hacía imposible respirar sin sentir una punzada de dolor cada vez que pensaba en su ausencia.

No era ciencia espacial. Me había dado a ella tan completamente, que ahora que estaba terminado me sentía como si estuviera cayendo a pedazos. Me bañé, esperando despojarme de algo de mi tristeza. Cuando salí de la ducha, abrí el gabinete de mi baño en busca de algo para el rápido y creciente dolor de cabeza, y lo que encontré fue una nota de Lisa. Una nota. Mi corazón se detuvo a la vista de su escritura.

Ya te extraño. Lisa .

¿Cómo había pasado por alto eso antes de irme a mi viaje? Lo recogí y lo olí. No olía como ella. Lo estrujé en mi mano y lo tiré al cesto de la basura a un lado del inodoro y miré hacia el papel, arrugado y solo. Me vestí rápidamente y me dirigí fuera con mi hermana. Estábamos calladas mientras caminábamos por la calle. Cada paso se sentía más pesado que el anterior, especialmente cuando llegué cerca de donde estaba mi viejo edificio. Habían envuelto una cerca temporal alrededor con grandes carteles Belmonte que advertían de una demolición en un futuro cercano.

—Eso es lo que hacen —dije, sintiendo las lágrimas quemar mis ojos— Demuelen todo.

La mano de Alice encontró la mía y la apretó. Estaba agradecida de que no hablara o hiciera un comentario. Caminamos más allá del edificio y hacia el bar de Chen, donde mi papá estaba de pie afuera fumando un cigarrillo. Verlo me hizo sonreír hasta que todos los horribles recuerdos vinieron de nuevo y se estrellaron contra mí todos al mismo tiempo y la sonrisa se deslizó de mi rostro. Sus mentiras. Las mentiras de Lisa. Las mentiras de Javier.

—Ahí está mi niña —dijo.

Le dio un abrazo y un beso a Alice antes de girarse hacia mí con una sonrisa. Como si hubiera estado en mi vida por los últimos diez años. Como si no lo hubiera jodido todo para nuestra familia, como si repentinamente volviendo atrás haría todo bien de nuevo. Debió haber visto el sentimiento escrito en mi rostro, porque también dejó de sonreír.

—¿Qué pasa?

—Nada.

Le di un beso en la mejilla y caminé más allá de él, entrando al bar y encontrando a Chen adentro. Caminó hacia mí y envolvió sus brazos a mí alrededor, sosteniéndome apretadamente. Inhalé el olor de su colonia y cigarrillos e intenté muy fuerte no llorar.

—Escuché lo de Lisa —dijo contra mi cabello—. Siento que estés herida.

Eso hizo que las lágrimas se formaran en mis ojos. Herida parecía una palabra tan simple para lo que estaba sintiendo. Estaba herida, triste, enojada, y realmente confundida porque a pesar de todas esas cosas, todavía la anhelaba. Me alejé de los brazos de Chen y le sonreí.

—Escuché que conseguiste comida de Malecon. ¿Cómo ordenaste?

Él se rio. —Mi español quebrado logra mucho, sabes. Además, ya saben mi pedido de memoria.

—¿No te acosaron cuando lo buscaste? —pregunté, sintiéndome sonriendo genuinamente por primera vez en días.

Las chicas en Malecon estaban obsesionadas con Chen. No era necesariamente el chico más apuesto de la cuadra, pero era diferente, y eso era suficiente para que floreciera la atracción.

—No mucho. Cecilia prácticamente me rogó para que le pidiera salir —dijo él.

—¿Por qué no la invitas?

Se encogió de hombros. —Las chicas en este vecindario chismosean malditamente demasiado. Deberías escuchar las cosas que escucho alrededor de aquí.

—Créeme, lo sé —dije, disparándole una mirada.

Alice entró al bar y papá la siguió de cerca, cerrando la puerta y bloqueándola mientras Chen indicaba—: No queremos a nadie entrando e interrumpiendo nuestra comida —dijo. Nos sentamos alrededor de las mesas que habían puesto juntas y comenzamos a comer. Chen se puso de pie para ir por nuestras bebidas y cambiar la televisión mientras estaba por allá antes de unirse a nosotros en la mesa de nuevo. Levanté la vista hacia mi papá, el cual me estaba mirando mientras comía su arroz y frijoles.

—Entiendo si sigues molesta conmigo —dijo, tomando un sorbo de su Coca- Cola—. No te culpo. Sé que va a tomar un tiempo acostumbrarte a tenerme alrededor de nuevo y aprecio que me des una oportunidad de demostrar que valgo la pena.

¿Por qué estaba ese hombre jodiendo y pensando que una simple disculpa podía hacer que todo se fuera lejos? Mi pierna comenzó a rebotar de arriba abajo por propia iniciativa, el tic nervioso que no había experimentado desde que estaba en la secundaria volvió de nuevo. Parpadeé lejos de él y miré hacia Alice, la cual estaba sentada al lado de él. Ella se encogió de hombros y articuló: Solo inténtalo. Sentí mis hombros derrumbarse. Este era mi padre. Mis ojos encontraron los suyos de nuevo. Seguro, él había sido el primer hombre en joder mi vida. Y a pesar de los avances que hicimos ese fin de semana en la casa de mi mamá, todavía estaba molesta, pero él había estado encerrado... su culpa por un error estúpido, descuidado y egoísta, sin familia a su alrededor. Lo que también fue su culpa por quitarnos nuestros derechos a visitarlo... las acusaciones crecieron más fuerte que mi racionalidad. Cerré mis ojos brevemente antes de encontrar su mirada de nuevo. Sus ojos oscuros estaban demacrados y las líneas en su frente lucían más marcadas de lo que lo estaban un par de semanas atrás. Lucia completamente exhausto y vulnerable. Me pregunté cuánto sueño había perdido por esto, por nosotros.

—Desearía poder volver el tiempo atrás y tomar mejores decisiones, pero la única cosa que puedo hacer es estar aquí en este momento.

Suspiré y extendí mi mano sobre la mesa para ponerla sobre la suya.

—Lo sé. Prometo que lo intentaré más fuerte. La mayoría de los días estoy emocionada porque estás aquí, pero otros días... solo estoy molesta porque estabas desaparecido del todo.

Hubo un fuerte golpe en la puerta. Seguidos de golpeteos.

—Mierda. Ese es Jaehyun —dijo Alice, saliendo de su silla y caminando hacia allá rápidamente.

—¿Invitaste a Jaehyun? —pregunté, mis ojos amplios, girándome alrededor para ver su encogimiento de hombros y destrabar la puerta.

Mi hermano se quitó su gorra de los Yankees mientras entraba en el bar y se abanicó con ella. —Está más caliente que las bolas del diablo allá fuera.

Mamá entró detrás de él y lo miró. —¡Jaehyun!

Quería mantener un rostro serio, pero no pude evitar reírme por la indignación en el rostro de ella y la diversión en el de él. Chen se levantó para saludarlo con un abrazo de oso.

Mi hermano y mi mamá se nos unieron con un plato de comida en una mano y el control remoto en la otra. Comenzó a cambiar los canales mientras comíamos y hablábamos sobre nuestra más reciente obsesión sobre la serie Stranger Things. Papá solo nos miraba con asombro mientras le explicábamos qué era Netflix.

—¿Era ese el programa que estaban viendo anoche? —preguntó mamá. Mi hermano asintió.

—Mamá piensa que estamos locos por mirarlo.

—Solo pienso que está mal —dijo ella —¡Un programa así con niños! Me reí.

—Los niños son los que lo hacen aterrador.

—Ellos son la mejor parte —agregó Alice.

—Pensé que eran DVDs que mirabas y enviabas de vuelta —dijo él.

—Solían serlo —respondí—. Se está convirtiendo totalmente en otra cosa.

Jaehyun asumió el control de la conversación y comenzó a hablar sobre la  forma como ellos fueron capaces de hacer crecer la empresa de DVDs a lo que eran ahora y lo escuchamos asombrados. Tan molesto como pudiera ser, mi hermano era inteligente como el infierno y tenía algunas muy buenas ideas para empresas y aplicaciones que no estaban circulando todavía.

—Papá, podríamos comenzar una compañía —sugirió Jaehyun.

Papá se rio entre dientes, la diversión brillando en sus ojos. —No es tan simple.

—Lo sé, pero estoy dispuesto a trabajar, y si tú estás dispuesto a trabajar... — Se encogió de hombros—. Podemos hacerlo.

Papá me miró. —¿Cómo está Winsor? Lay y sus padres hablan muy bien de ti.

—Me encanta —dije sonriendo.

—Aunque ya no asesoras a los niños. Pensé que esa era tu cosa.

—Lo era. Lo es. Quiero decir, amo a los niños, pero creo que lo que estoy haciendo ahora les ayuda mucho. De una forma diferente, por supuesto.

—Les estás dando lugares para aprender y crecer —dijo Jaehyun, mirándome con una sonrisa—. Eso es muy importante.

Sonreí. —Gracias.

—Ella es como una gran cosa allá —agregó Alice con un guiño.

—¿Saben cuál es la cosa número uno que haces en prisión? —preguntó papá repentinamente.

Todos nosotros lo miramos. Chen se disculpó por un momento para recibir un envío en la parte de atrás.

—¿Ejercicio? —respondió Jaehyun.

—Pensar. —Mi hermana y yo respondimos al unísono con una risa.

Papá asintió, rodando sus ojos a mi hermano. —Pensar sobre cosas. Piensas tanto en cosas que sientes que te terminarás volviendo loco o saldrás de ahí con un entendimiento más alto que cualquier otra persona en el mundo.

—Estoy segura que es difícil no dejar que los sentimientos de odio se propaguen —dije.

—Extremadamente difícil, pero una vez que dejas ir la ira, empiezas a darte cuenta de qué es lo importante, y sé que no debería haber pensado que una llamada telefónica a la semana sería suficiente para ustedes, pero no quería que me vieran ahí. No quería que vieran a los otros tipos de ahí. No es un lugar bonito.

—No nos importaba —susurré, parpadeando lejos las lágrimas—. Estoy tan cansada de las personas ocultándonos cosas para protegernos del dolor. Podríamos haber lidiado con ello. Podrimos haber ido allá y haberte apoyado a través de lo horrible. Lo habríamos hecho felizmente.

Papá sonrió tristemente, limpiando sus húmedos ojos. —Lo sé. Lo siento. No debería haber socavado su capacidad de adaptarse.

Tomé una profunda respiración y asentí. Jaehyun envolvió un brazo a mí alrededor, finalmente quedándose en un canal y subiéndole el volumen. Cerré mis ojos cuando escuché las claras voces de los locutores de fútbol soccer. Sabía que era fútbol soccer porque ellos eran los únicos que gritaban de esa forma por cada cosa. No quería levantar la mirada, pero entonces escuché el canto. —¡War Zone, War Zone, War Zone! —Y no pude evitarlo. Por supuesto, ahí estaba Lisa, en su zona con el balón entre sus pies.

La expresión en su rostro era una de completa concentración mientras driblaba fuera del alcance del equipo contrario y pasaba a los jugadores. La pateó y anotó un gol. Su equipo saltó, los comentaristas estallaron. Jaehyun se puso de pie rápidamente, levantando sus brazos en celebración, pero luego vio las lágrimas corriendo por mis mejillas y dejó caer sus brazos rápidamente.

Miré de nuevo a la pantalla y vi a Lisa corriendo por el campo y abrazando a sus compañeras de equipo, Jennie, Seulgi y entonces levantó su camisa mientras corría al  campo  de  nuevo.  Estaba  usando  una  camisa  debajo  con  las  palabras, "Persigue momentos" en ella. Parpadeé, tragué, parpadeé de nuevo para alejar las lágrimas, pero no las pude mantener a raya y de pronto estaban rodando por mi rostro. Se detuvo frente a la cámara y articuló las palabras: "Lo siento, te amo".

Enterré mi rostro en mis manos y continué llorando. Mi hermano apagó la televisión. Lo sentí sentarse a mi lado y envolvió un brazo a mí alrededor, entonces sentí otro brazo envuelto a mí alrededor y sabía que mi hermana había venido a hacer lo mismo. Lloré más fuerte. Cuando escuché un chirrido de una silla contra el suelo de madera dura y sentí a mi papá venir detrás de mí y envolver sus brazos alrededor de todos nosotros. Lloré incluso más fuerte.

—Todo va a estar bien —dijo Alice contra mi cabello.

Eso solamente me hizo llorar más fuerte. Todos dejaron caer sus brazos y me dejaron tranquilizarme.

—Lo siento, hermana —dijo Jaehyun cuando limpié mi rostro.

—Ustedes estarán bien —ofreció mamá.

Sonreí y me encogí de hombros. —Es lo que es.

—Estoy seguro que se odia a sí misma en este momento. —Hizo una pausa cuando levanté la mira hacia él—. Sé que fui duro contigo respecto a ella, pero de verdad parecía que estaba enamorada de ti.

Arranqué mi mirada de él y miré al plátano frito a medio comer en mi plato. —Solo soy una pobre chica de Washington Heights, ¿recuerdas?

—Ah, soy un idiota.

—Lo eres —dije sonriendo—. Pero sigues siendo mi mejor hermano.

—Y tú sigues siendo mi Peach.

—Y tú sigues sin ser Mario —agregó Alice, mirándolo.

Todos nos reímos y cambiamos de tema, y a pesar del dolor que sentía y las lágrimas que habían caído, esa caliente tarde encontré mi antídoto en mi familia.

×+×+×+

Đọc tiếp

Bạn Cũng Sẽ Thích

22.3K 2.2K 26
Mi nena de ojos gatunos... Tú que has sufrido tanto, dime, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte? 𝐉𝐢𝐬𝐨𝐨დ ━━━━━༺💙༻━━━━━ Law Firm...
39.2K 1.3K 16
"Slashers x reader" - Headcanons y One shots traducidos de tumblr! ¡Gracias por leer! © Todos los derechos reservados
34.9K 3.3K 8
.:。♡゚🌷 | - ¿Puedo verlo? - No, mi mami dice que no puedo mostrárselo a nadie hasta que sea mayor o hasta que yo quiera. - Entonces es mentira - C...
975 62 7
Ideas que vienen a mi mente o que lei en paginas en ingles pero nunca hicieron,las publico para quizas hacerla o que alguien mas las haga