Nunca Lo Imaginé ||Libro 3||...

By EMM1498

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Él tiene treinta y cinco, y yo veinte. Ross Gring es un mujeriego sin escrúpulos. Annie Smith es una chica fu... More

Prologo
Capítulo 1: Propuesta
Capítulos 2: Despedida
Capitulo 3: Idiota.
Capitulo 4: Nueva etapa
Capitulo 5: La presidente
Capítulo 6: Tenemos que celebrar
Capitulo 7: Otros ojos
Capitulo 8: Travesuras
Capitulo 9: ¿Bailamos?
Capitulo 10: ¿Qué paso anoche?
Capitulo 11: Una noche especial
Capitulo 12: Día familiar
Capítulo 13: Un día de mierda
Capítulo 14: Un juego es de dos
Capítulo 15: Tenemos que hablar.
Capítulo 16: ¿Quien eres realmente?
Capítulo 17: Enojo.
Capítulo 18: Te quiero lejos de mí.
Capítulo 19: No, otra vez no.
Capítulo 21: Todos contra Ross.
Capítulo 22: Bienvenue à Paris.
Capítulo 23: Deseo
Capítulo 24: No más.
Capítulo 25: Decisión.
Capítulo 26: No quiero.
Capítulo 27: Temor y culpa.
Capítulo 28: Drs. Hernández.
Capítulo 29: ¿Esto es lo mejor?
Capítulo 30: Esta es mi familia
Capítulo 31: Una oportunidad.
Capítulo 32: Solo un problema a la vez.
Capítulo 33: Necesito tiempo.
Capítulo 34: Un evento desafortunado.
Capítulo 35: Al descubierto.
Capítulo 36: ¿Qué es lo que quieres?
Capítulo 37: El tiempo podría ayudar.
Capítulo 38: Futuro.
Capítulo 39: Mas de una trampa.
Capítulo 40: Nunca me lo perdonare.
Capítulo 41: Libertad.
Capítulo 42: Cuidado.
Capítulo 43: Mudanza
Capítulo 44: Giros de la vida.
Capítulo 45: Nunca lo imaginé.
Epílogo.
Agradecimiento.

Capítulo 20: Complot

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By EMM1498

Ross.

Qué mañana de mierda que he pasado.

Primero casi ni dormí por la tentación de tener a Annie en mi cama. Segundo ella me dejo completamente empalmado y me vi en la obligación de masturbarme para poder liberarme, porque las duchas frías no me sirvieron para nada.

Esa mujer sabe cómo destruirme y lo peor es que me encanta su forma de destruirme, ya no sé qué mierda está sucediendo conmigo y lo que siento por Annie, solo sé que cuando la tengo cerca siento muchas ganas de tenerla debajo de mí gritando mi nombre. Soy un ser despreciable por tener estas ideas, pero es en lo único que puedo pensar cuando la veo y sobre todo cuando la veo cerca de cualquier hombre que no sea de la familia, aunque la cercanía entre Annie y Mike no me agrada para nada.

Mi hermano no tiene la culpa de mi mal genio, pero lo quiero a un océano de distancia de ella y ahora mismo lo están, lo que me deja feliz.

El teléfono de casa comienza a sonar y paso de tomar la llamada, estoy seguro que debe ser la misma loca que llamo esta mañana y que le dijo a Annie que era padre, algo completamente absurdo. ¡Dios! Es que la sola idea de ser padre me da escalofríos, no nací para ese rol y no soy un buen ejemplo para nadie, mucho menos para un niño.

Ahora el que suena es mi teléfono móvil, lo saco de mi bolsillo y veo el nombre de mi hermana. Medito si responderle o no, pero si no lo hago continuara llamando hasta el cansancio o hablara con mamá y eso será peor.

–Kate –Saludo en tono seco.

–Tan amoroso como siempre, hermanito –dice con sarcasmo mi hermana y yo ruedo los ojos –. Igual no te llamo para que me hables con amor, solo te llamo para decirte que te espero el próximo fin de semana en Paris y por si se te olvido, te recuerdo que es mi cumpleaños. Y no tienes ninguna excusa para faltar, mamá está organizando la fiesta, seguro ella te llamara para decirte.

–No iré –le respondo de manera cortante, camino hasta la cocina porque necesito un poco de agua –, tengo trabajo y ustedes lo saben. El próximo año te prometo intentar ir.

Kate suelta una risotada y frunzo el ceño por no entender que es lo que le dio gracia.

–Escucho la misma frase todos los años –musita entre risas –, desde que estas en la empresa dices lo mismo cada año ni siquiera vienes para los cumpleaños de nuestros padres, eres increíble. Yo cumplí con decirte, ya sabrás que decirle a mamá.

–Katy...

–¿Sabes si Annie sigue saliendo con tu amigo el buenorro?

–¿Para qué quieres saber eso? –pregunto con fastidio.

–Unos amigos la quieren conocer y pues, ya sabes, ellos quieren conocerla con profundidad. ¿Sabes a lo que me refiero, no?

Lo que me faltaba, tener que lidiar con los amigos de mi hermana, a los cuales, por cierto, no conozco. Pienso por algunos minutos que sucederá en las próximas semanas en la empresa y recuerdo que el próximo fin de semana habrá un evento al cual Annie está invitada y que no puede faltar.

–No creo que ella pueda...

–No puedes ponerte en plan hermano celoso –me interrumpe Kate –, hablare con ella y le preguntare, si eso no resulta pues siempre puedo hablar con Emma. Ya lo solucionare yo misma, au revoir petit frère.

Dicho eso mi hermana termina la llamada y me deja con un muy mal sabor de boca, solo espero que Annie se niegue a ir al cumpleaños de mi hermana, o de lo contrario me tocara ir a Paris. Ruego porque todo siga su curso y Annie no pueda ir.

Annie.

Me miro en el espejo del ascensor y observo la ropa que llevo puesta, esta mañana no pensé mucho en que ponerme y es que apenas y pude levantarme, no tenía muchas ganas de venir aquí y afrontar a los socios. Hoy tengo una reunión con ellos para hablar del lanzamiento, además que veré a Britt y posiblemente a Henrry. Este día será una completa mierda y si Ross se pone en plan gilipollas todo será peor, creo que les pediré a las chicas que estén en la reunión para que ellas controlen todo.

Acomodo mi bléiser rojo y paso la mano por mis pantalones del mismo color, es un lindo conjunto y es que hoy me vestí casi toda de rojo, mi camisa es blanca para bajar un poco la tonalidad y mi bolso negro, mis zapatillas de tocón son de un rojo más opaco pero siguen siendo rojos. Las puertas del elevador se abren y salgo de este para caminar hacia mi oficina, durante el camino saludo a Lee y le pido que me acompañe para que me diga que hay en la agenda para el día de hoy, no recuerdo bien que es lo que hay para hoy y eso es porque no revise la agenda ayer por la noche.

Lee entran en la oficina y cierra la puerta detrás de él, dejo mi bolso sobre el mueble que está detrás de mi silla y saco mi móvil, tableta y algunos papeles que necesito darle a Lee. Le indico a mi secretario que tome asiento y me diga que hay en la agenda, mientras yo doy vueltas por la oficina y llegado un momento decido sacarme los zapatos. Es que estas cosas me están torturando y no los soporto más.

Cuando Lee termina de decirme que hay para el día de hoy, asiento con la cabeza y le entrego los papeles que necesito que envié a finanza y le indico que ya puede retirarse para que continúe con su trabajo. Un vez que él sale me dejo caer en mi silla y cierro los ojos, al parecer entre mis actividades del de hoy esta una reunión con Ross antes de la junta con los socios, parece que esto será un día de mierda.

***

–¡Llegue amor! –grita Logan en cuanto entra en mi oficina, ruedo los ojos y veo que trae algunas cosas entre sus manos –Necesito mostrarte estas hermosuras.

Logan deja una pila de diarios y revistas frente a mí, observo algunas y veo que en su mayoría somos primera plana o hay un artículo que habla sobre un posible romance entre nosotros, leo algo de lo que pusieron y nadie habla sobre la campaña o si quiera sobre mi como nueva presidente de la empresa. De lo único que hablan es como he conseguido que Logan caiga en mis redes o si realmente somos una pareja real, toda mierda amarillista que no sirve para nada. Lo último que necesito es que me reconozcan por ser la... lo que sea de Logan Mitch.

–¿Y esto te pone feliz? –pregunto sin quitar la mirada de las revistas.

–¡Me encanta! –dice él de manera muy eufórica –, es que mi teléfono no ha parado de sonar en todo el fin de semana y muchas chicas se tiran sobre mi para tener un poco del gran Logan Mitch.

–¡Esto es una puta mierda! –grito y golpeo la mesa mientras me pongo de pie –¡Has arruinado todo! ¿No lo ves?

Él niega con la cabeza y sin pensarlo le tiro mi teléfono, por suerte él logra esquivarlo y no lo golpeo, tampoco era mi intensión lastimarlo pero tuve el impulso de hacer eso y no pienso disculparme, es que esto me sobrepasa. Logan me mira con cara de sorpresa y no me importa, miro sobre mi escritorio que más le puedo lanzar y sin importarme nada le arrojo mi tableta y continuo arrojando cosas sin parar, incluso mis zapatos.

Llegado un momento me quedo sin cosas que poder arrogarle, eso me frustra y decido ir por cosas más pesadas, Logan intenta detenerme pero no lo logra porque estoy realmente cabreada.

–¡Detente! –pide Logan –¡Romperás mi hermoso rostro!

–¡Eres un maldito idiota! –grito con demasiado enojo –¡Soy primera plana por un maldito chisme!

–¿Qué sucede?

Miro hacia la puerta y veo a Ross junto con Ethan, frunzo el ceño por verlos aquí pero no me detengo a pensar que están haciendo aquí y continuo con mi descontrolada furia hacia Logan. Lo veo casi correr hacia mi hermano y Ross para escudarse detrás de ellos, si cree que eso me detendrá está muy equivocado y es que no sabe que está chica puede ser muy peligrosa.

Tomo una figura de cristal que tengo sobre el escritorio, la levanto para arrogársela y digo miles de blasfemias antes de poder arrogárselo, parece que Logan no logra entenderme o eso demuestra su rostro. Ethan intenta calmarme y creo que está hablando en francés, Ross por su parte se acerca hasta donde me encuentro y se coloca delante de mí, él me mira como si estuviera loca.

–Baja la figura –pide y no lo hago –, lastimaras a alguien con eso.

–Es lo que quiero hacer –aclaro y comienzo a gritar –. Te romperé cada hueso Logan Mitch, luego te cortaré en pedazos para darle de comer a los animales...

–Annie –llama mi hermano, pero no lo miro y vuelve a decir mi nombre, pero con voz más demandante así que lo miro –¡Annie! Estás hablando en diferentes idiomas. Tranquilízate.

Continuo gritándole a Logan por algunos minutos más hasta que mi hermano lo saca de mi oficina, intento avanzar hasta ellos y Ross me detiene, lo fulmino con la mirada y él simplemente me sonríe como si todo esto fuera gracioso. Lo empujo y camino hasta mi escritorio, tomo las revistas y las tiro en la papelera porque no las quiero ver más o me volverá a dar un brote psicótico como el que me acaba de dar.

Intento tranquilizarme porque en una hora tengo la reunión con los socios y necesito mostrarme entera, aunque por dentro quiera romper cada cosa que hay en mi oficina sin importarme que algunas cosas sean de mamá, estoy segura que la mayoría de las cosas que le arroje a Logan son de mamá y en cuanto se entere querrá asesinarme o puede que me felicite, con ella nunca se sabe. Camino hasta el minibar que se encuentra en una de las esquinas de la oficina, jamás lo use pero siento que ahora mismo lo necesito y si no tuviera la reunión me tomaría una botella entera de lo más fuerte que tengo aquí, aunque no se ni lo que hay.

Tomo un vaso ancho y le agrego algunos hielos, tomo una de las botellas que en su interior tiene un líquido translucido y me sirvo a tope, en cuanto tomo el primer trago mi garganta comienza a quedar.

¡Mierda!

–No será bueno que te emborraches –Ross me quita el vaso de mis labios y lo deja en el bar –, recuerda que tú y el alcohol no se llevan muy bien.

–Todas las veces que me embriague termine contigo –espeto sin pensar –, primero te confesé mi amor y la segunda terminamos teniendo sexo, lo cual no recuerdo. Vaya mierda.

–Yo lo recuerdo muy bien –me susurra Ross y su voz suena aún más ronca que lo normal.

–Profitez de ces souvenirs, mon cher. –(Que disfrutes esos recuerdos, querido)

Me aparto de él y vuelvo a mi escritorio para poder tomar asiento en mi silla, me dejo caer en esta y la giro para quedar de frente al gran ventanal, necesito despejarme un poco y solo lo conseguiré respirando profundo y en completo silencio, sin que nadie diga nada. Cierro los ojos e intento pensar en cosas positivas, necesito pensar en esas cosas o perderé los estribos y no puedo hacerlo ahora.

Siento como la silla es girada y luego Ross me toma entre sus brazos, sé que es él porque solo Ross se encuentra en mi oficina, él me levanta del suelo y me deja sobre mi escritorio para luego ubicarse entre mis piernas. Lo miro a los ojos y él simplemente me sonríe.

–¿Sabes? Siempre me encanto escucharte hablar en francés –confiesa y yo frunzo el ceño –. Tu francés es sensual.

–Necesito espacio personal –pido de manera poco amable –¿Sabes lo que es eso?

Él niega con la cabeza y se acerca aún más. Para ser más precisa, presiona su erección contra mi centro y tomo mi autocontrol para no gemir, porque este hombre está muy empalmado. Lo empujo y no logro moverlo ni un centímetro.

–No necesito esta clase de jueguitos y si es una venganza por lo de ayer...

–Ayer me dejaste muy mal –su tono de reproche me causa gracia y no puedo evitar reír –. A ti te da gracia, pero a mí me dolieron los huevos por mucho tiempo.

–Pudiste llamar a cualquiera de tus ¿Amigas? ¿Amantes? ¿Novias?

–¿Y si te digo que solo te queria a ti?

Sin poder evitarlo suelto una gran carcajada, no puedo creer que él este diciendo eso y menos aquí en la oficina, me encantaría seguirle el juego pero mi hermano puede entrar en cualquier momento y no sería nada lindo que nos viera en esta situación, estoy segura que Ethan se volvería loco. Intento apartarlo y no lo consigo, le digo que mi hermano puede entrar en cualquier momento pero eso no parece importarle, esto me está frustrando demasiado y si le sumo a lo que paso con Logan terminare por explotar.

–Esto no sucederá –digo y nos señaló a ambos –, además no tengo ánimos para que nada suceda. Así que aléjate o terminare descargando todo mi enojo sobre ti, y terminare por romper todo lo que queda en la oficina.

–Conozco otra forma para que descargues el enojo –una de las manos de Ross se coloca en la parte interna de mi muslo y comienza a subir, lo tomo de la muñeca para detenerlo –¿Puedo?

Medito mi respuesta, podría aceptar y pasar un buen momento... ¡No, Annie!

Niego con la cabeza o eso pienso, realmente no se si mi cuerpo obedece a mis ordenes porque Ross continua subiendo su mano y por más que intento detenerlo no puedo, ya que mi cuerpo no responde a mis órdenes y lo único que hace es disfrutar del tacto de Ross. En el momento que su mano llega a mi intimidad suelto un suspiro de deseo, miro su rostro y veo una gran sonrisa dibujada, golpeo su hombro y él suelta una risita de niño travieso.

Él se inclina y une nuestros labios. El beso no es nada dulce o tierno, es un beso rudo, apasionado y excitante.

–Eres un idiota. –Musito en cuanto nos separamos para tomar aire.

–Un idiota que te puede dar un buen orgasmo. –Susurra contra mis labios.

Ross vuelve a unir nuestros labios mientras acaricia mi sexo, suelto un gemido contra sus labios y eso parece gustarle porque sus caricias se hacen más intensas, me encantaría estar completamente desnuda para sentir mejor sus caricias, pero la tela de mis bragas y la de mi pantalón me lo impiden. Llevo mis manos al cabello de Ross y enredo mis dedos en su sedoso cabello castaño claro, casi rubio. Abro mi boca para darle acceso a su lengua y él sabe aprovechar muy bien eso, el beso se profundiza y yo simplemente lo disfruto.

Me bajo de mi escritorio para que Ross pueda sacarme la ropa que se interpone entre nosotros, no necesito decirle nada para que lo haga porque él rápidamente me quita mi pantalón, pero me deja las bragas puestas. Él vuelve a subirme sobre mi escritorio y continuamos besándonos por algunos minutos más, sé que tendría que detenerme porque mi hermano podría entrar en cualquier momento, pero esto se siente demasiado bien como para detener a Ross.

La mano de él vuelve a colarse en mi centro y sus caricias comienzan una vez más, lo único que puedo hacer es gemir contra los labios de Ross y con cada sonido que escapa de entre mis labios sus caricias aumentan de ritmo. Sin vergüenza alguna le pido que corra mis bragas para que su piel toque la mia y así hacer esto más intento, no sé de dónde sale este lado salvaje mio, pero no voy a detenerme a pensar eso, solo disfrutare de lo que está pasando.

Tiro mi cabeza hacia atrás y dejo escapar un gemido cuando la piel de Ross toca la mia, esto se siente jodidamente bien y es que jamás me he sentido tan bien en mi vida. Ross ataca mi cuello mientras sus dedos acarician con maestría mi centro, no sé bien que está haciendo conmigo, pero no me molesta en lo más mínimo y es que podría vivir con estas caricias toda una vida. Sin verlo venir siento como uno de sus dedo se introduce en mi interior.

¡Dios!

Y yo que pensé que esto no se podría sentir aún mejor, mientras Ross mete y saca su dedo de mi interior mis gemidos son cada vez más altos, y lo sé porque él me pide que no haga tanto ruido y es que no me di cuenta que elevaba la voz. Dejo caer todo mi cuerpo sobre la superficie plana porque no puedo mantenerme erguida, los labios de Ross muerden mis pechos sobre mi camisa y esto es el maldito cielo e infierno al mismo tiempo. Ahora entiendo porque Emma es fanática del sexo.

–Mas, más, Ross –pido entre gemidos.

–Siempre pides más –espeta él, con una voz extremadamente grave –y yo siempre te lo daré.

Él aumenta un dedo más y todo es mucho más intenso, tomo a Ross por los brazos y presiono sus bíceps, clavo mis uñas y él mueve sus dedos con más rapidez. Algunos minutos después siento que estoy a punto de explotar y no sé si eso es bueno o no.

–Déjate llevar, cariño.

–Yo... Ross, no...

Siento como los dedos de Ross se curvan dentro de mí y toca algo en mi interior que me hace explotar del placer, los labios de él caen sobre los míos en el mismo momento que exploto. Sin importar nada él continua moviendo sus dedos y mi estremecimiento se extiende mucho más.

Una vez que mis espasmos terminan Ross me deja tomar aire, él retira sus dedos de mi interior y los lleva a su boca para chuparlos, al principio me da un poco de asco porque bueno, esos mismos dedos estuvieron dentro de mí y ahora mismo tienen flujos vaginales pero ¡Dios! Ross lo hace de una manera tan sensual que es erótico y no repulsivo. Acomodo mis bragas y me bajo del escritorio para poder colocarme mi pantalón nuevamente, no sé cómo actuar ahora mismo y es que jamás me enfrente a nadie después del sexo.

Además, esto ni siquiera fue tener sexo sino que fue más como... una buena masturbada, si eso fue.

Termino de vestirme y camino hasta el baño que hay dentro de mi oficina, agradezco tenerlo porque estoy segura que mi apariencia delataría lo que paso entre Ross y yo, no necesito que mi hermano me vea con cara de haber tenido un buen orgasmo. Es que acabo de tener mi primer orgasmo y fue gracias a Ross, bueno, no sé si fue el primero porque aún no recuerdo lo que pasó la noche en la que perdí mi virginidad y esa es otra cosa en la que Ross tuvo mucho que ver.

Entro en el baño y me miro en el espejo, estoy hecha un asco pero con una cara radiante. Mis mejillas estas teñidas de un rosa intenso y mi cabello esta hecho un lio, como puedo me arreglo un poco para aparentar que nada ha sucedido. Una vez que mi apariencia es algo medianamente decente salgo del baño para ir hasta mi escritorio una vez más.

Al salir del baño choco con el cuerpo de Ross, él está de pie frente a mí y me mira como si quisiera decir algo o si esperara algo. Esquivo su cuerpo y continuo con mi camino, estoy segura que lo único que querrá decirme es que: «esto no volverá a suceder», «que lo mejor será olvidarlo» y «que hay que dejarlo pasar», las mismas chorradas de siempre pero esta vez seré yo quien diga todas esas cosas.

–Me gustaría que terminemos lo que comenzamos –se adelanta de decir él y me pilla por sorpresa –. Me encanta ver como tu cuerpo reacciona a mis caricias, pero sobre todo me encanta ver este lado salvaje que tienes muy bien oculto.

–Yo... –no sé qué decir, porque no estoy entiendo nada –. Yo no lo entiendo.

–No hay mucho que entender –dice mientras camina hasta quedar frente a mí –, solo quiero que terminemos lo que acabamos de comenzar. Quiero que tengamos sexo aquí mismo.

–No –Digo deprisa, sin pensar.

–¿Por qué?

–Porque... –no sé qué decir. Lo que acabamos de hacer fue estupendo y no puedo mentirme al decirme que no me gustaría que suceda nuevamente, cuando es todo lo contrario a lo que quiero –, porque no quiero hacerlo en el mismo lugar en donde mis padres lo hicieron y si lo piensas mejor pude ser engendrada aquí mismo, eso es repulsivo.

–Siempre podemos hacerlo en mi oficina –ofrece Ross entre risas –o mi apartamento, después de todo no será la primera vez que lo hagamos allí.

Abro la boca para responder pero Lee nos interrumpe por medio del intercomunicador, agradezco tanto esta interrupción, no sé qué hubiera respondido, bueno no me voy a mentir, hubiera dicho que si sin dudarlo y es que Ross sabe cómo darle placer a una mujer con sus manos y tengo curiosidad de saber qué más puede hacer con otras partes de su anatomía. Mi asistente me comunica que los socios ya están en la sala de juntas y que solo nos esperan a Ross y a mí, le indico a Lee que vaya a la sala y les ofrezca algo a los socios, además le comunico que yo ya mismo iré porque ahora mismo estoy en una reunión con Ross.

Termino la comunicación y al mirar a Ross veo que tiene una gran sonrisa y ambas cejar enarcadas, parece que todo esto le divierte.

–¿Así que estamos teniendo una reunión? –inquiere con tono burlón.

–Eso parece –digo con el mismo tono –, siempre tengo esta clase de reuniones.

El rostro de Ross cambia por completo y yo ruedo los ojos, parece que no entiende una broma o puede que no la soporte. Ruedo los ojos y le digo que mejor será que vayamos a la reunión, me pongo en pie y camino hasta la salida, pero él me detiene y me atrae hasta su cuerpo.

–Luego de la reunión iremos a mi oficina –demanda y yo enarco una ceja –, allí tendrás que ayudarme a bajar esto y esta vez no escaparas.

Ross refriega su erección contra mi vientre y un jadeo de sorpresa se escapa de mis labios, nuevamente una sonrisa se dibuja en sus labios y me guiña antes de salir de mi oficina como si nada, cuando yo estoy temblando de los pies a la cabeza. Mientras intento recomponerme camino hasta la sala de juntas y antes de entrar en esta, tomo una bocanada de aire porque algo me dice que estoy por encontrarme con algo que no me gustara para nada.

Y así es, ni bien entro me encuentro con Britt y el idiota de su sobrino o lo que sea Henrry de él, además, se encuentra mi hermano y el hombre que se acercó a felicitarme luego de la presentación, ese hombre que se llama igual que mi ex pero no recuerdo su apellido. Decido pasar de todos y solo concentrarme en hablar sobre lo que paso en la fiesta del sábado y que por suerte fue todo un éxito, muchas de las joyas que se expusieron fueron vendidas y estoy segura que en cuanto lleguen a las tiendas se venderán con tanta rapidez que pedirán más.

Saludo a los socios y les pido que tomen asiento, muchos de ellos lo hacen con rapidez pero otros se toman su tiempo, sobre todo Britt junto con los otros socios que no les agrada mi presencia. A mi izquierda se encuentra Kevin y a la derecha Henrry, el chico que conocí en el lanzamiento de la campaña, este chico no deja de mirarme como si fuera la primera vez que me ve.

–Antes de que hables –espeta Britt y yo ruedo los ojos, no pienso discutir con él y solo dejare que diga lo que sea que quiera decir –, quiero dar a conocer que mi sobrino, Henrry Chester, se ofrece como nuevo presidente de la empresa E&I.

–Pero ya tenemos una presidente, señor Britt –interviene Kevin –. Una presidente que está llevando por muy buen camino a la empresa y sin ánimos de ofender, ¿Qué puede ofrecer su sobrino que Annie no lo haga?

–Muchas cosas –musita de manera déspota y Kevin lo anima a que diga todas esas cosas que su sobrino puede ofrecer –. Él nos ofrece un liderazgo seguro, un futuro próspero y la imagen de una familia unida...

–Yo no lo creo así –interrumpe Ethan. Miro a mi hermano para que no diga o haga algo que no deba, pero no me mira –. Señores, conozco al señor Chester y créanme que no es un hombre del cual puedan fiarse. ¿Cómo podremos fiarnos de un hombre que lo único que sabe hacer es engañar a su esposa y embaucar a mujeres?

»La imagen que tiene la empresa de mi familia es de unión familiar, por ello es que mi madre tomo la decisión de dejar a mi hermana al frente de todo y la unión familiar no es ver a una mujer casada o con un hombre que la respalde, o por lo menos no lo es en mi familia. Pero parece que eso a ustedes no les parece y es por ello que me ofrezco para asumir la presidencia de la empresa.

¡Que carajos!

Los murmullos se hacen presentes y yo lo único que puedo hacer es mirar a mi hermano, puedo esperar la traición de cualquier persona, pero ¿de mi familia? Jamás. Algunos socios comienza a mirarme como si esperaran que dijera algo y que es que tengo tantas cosa que decir que no me alcanzarían las palabras, pero no pienso demostrarme derrotada.

–Parece que ahora todos quieren ser presidentes –digo a modo de chiste –¿Alguien más quiere ofrecerse como presidente?

–Annie... –intenta hablar Kevin, pero no se lo permito.

–¡Vamos! Este es el momento –aliento a todos los presentes, pero nadie dice nada –. Bien, con respecto a la postulación del señor Chester debo informarles que no podrá ser y para que esto suceda pues tiene que tener a la mitad o más de los socios a su favor y creo que ellos no están de acuerdo.

»Sin embargo, con respecto a mi hermano... –lo miro y él no me devuelve la mirada, solo observa a Ross. Quien esta impoluto ante toda esta situación –, pues él tiene derecho hacerlo y podemos compartir la presidencia, si es que llegamos a un acuerdo o de lo contrario los tres socios fundadores decidirán por quien ocupara el puesto.

Doy por terminada la reunión y me despido de los socios, pero antes les informo que mi asistente les enviara un mail con toda la información de la que se hablaría en esta reunión, no dejo que ninguno me responda nada y solo salgo de esta maldita habitación. Camino de vuelta a mi oficina y antes de poder encerrarme en ella me detengo para indicarle a Lee lo que tiene que hacer, además le digo que no deje que nadie me interrumpa y no importa si es alguien de mi familia, también le indico que durante lo que resta del día me cancele todas las reuniones.

Una vez que le digo todo eso continuo con mi camino, llego a mi oficina y me encierro en ella. No sé qué hacer en este momento y es que parece que hay todo un complot en mi contra. Primero Henrry reaparece en mi vida y no solo eso, sino que además lo hace en mi trabajo y segundo: mi hermano de la nada decide que quiere ser presidente de la empresa, cuando él jamás quiso saber nada con este negocio.

Pero esto no se quedara así, porque de este puesto no me saca nadie y mucho menos el idiota de mi hermano.

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