Ya habían pasado seis meses desde que Tony dejó el complejo, ahora gracias a su querida Pepper, Stark tenía una mejor vida y también era obligado a hacer ejercicio tan temprano por la mañana. Estaban corriendo por el parque, en verdad Tony quería platicarle algo importante a Potts pero esta le decía que cuando terminaran su trayecto, aunque el castaño no tiene mucha paciencia y no pudo contenerse más.
TONY: No corras y... Y te lo explico todo... -decía jadeando y tratando de alcanzarla-
PEPPER: Estás diciendo tonterías, no te entiendo... -se detiene para por fin prestarle atención al castaño-
TONY: ¡Claro que no! -dice indignado- Oye... ¿Te ha pasado que estás soñando y...? Al respecto anoche, soñé... Que tenía un hijo.
PEPPER: ¿Te despertaste y pensaste que eras Padre? Si quisieras un hijo, no habrías hecho eso... -dice señalando el nuevo reactor en su pecho-
Ambos fueron tomados por sorpresa por un gran portal que se abrió frente a ellos, de allí salió un alto hombre pelinegro y con el mismo estilo de barba que Tony.
STEPHEN : ¡TONY STARK! Necesito que me acompañes.
TONY: ¿Disculpa estás dando entradas al circo?
STEPHEN: No estoy exagerando al decir que el destino del mundo está en riesgo.
El genio se sorprendió al ver a Banner, pues desde que el Doctor dejó el complejo ni siquiera ha hablado con él, pues el científico desapareció del radar y el millonario pensó que Banner había decidido tomar vacaciones lejos de todo y todos. Tony pensó que Bruce necesitaba un tiempo y se lo dio.
BRUCE: Hola, Tony.
TONY: ¿Bruce?