A Step Forward (Juliantina)

By IsisGutier

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No quería esto, mi vida era perfecta antes de ese maldito documento, si tan solo las cosas hubieran pasado co... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXII
Capítulo XXIII (-$)
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXIII
Capítulo Final
Epílogo

Capítulo XXII

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By IsisGutier




"Empecé a admirar bocetos, comencé a distinguir entre ritmo y rima. Mientras más me embriagaba de tí, más arte se cultivaba en mí y un pequeño frenesí hacía tan difícil olvidarme de tí "

— ella

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Mansión Bradley

Juliana había optado por unos jeans negros ajustados con una camisa polo blanca y una visera color rojo que hacía contraste con sus zapatos del mismo color. Sentía que ese día iba a ser más que interesante, mucho más cuando recibió esa llamada de imprevisto en donde el nombre de Howe estaba reflejado.

—Señorita Juliana, un gusta llamarla—dijo Howe al otro lado de la línea—Como sabrá estoy a cargo en la compañía mientras usted no está, así que me tomé el atrevimiento de llamarla para decirle que estaré con usted en unas dos horas—Juliana frunció el ceño confundida mientras que veía como Valentina, su novia, se ponía la ropa interior.

—¿Cómo? Me podrías explicar, no entiendo el porqué venir—Howe sonrió aunque su jefa no lo pudiera ver.

—La reunión de hoy fue en el mismo lugar en que usted se encuentra Srta Juliana, y para mi mala suerte terminé muy rápido con los inversionistas...así que quería preguntarle si podría ayudarla en algo, ya que el próximo vuelo a Nueva York sale en ocho horas—Juliana rió y asintió para luego darse cuenta que Howe no podía verla.

—Claro, estaré en un club de Golf, realmente no sé mucho de esto así que no sé con exactitud el nombre—el hombre suspiró.

—El club de los Bradley, sé muy bien donde queda, estaré ahí en una hora—dicho esto colgó la llamada.

Una mirada azul la hizo volver a la realidad en donde su novia la esperaba sentada en la cama para por fin irse.

—¿Quién era?—preguntó Valentina un poco curiosa.

—Era Howe, va venir con nosotros a jugar golf—Valentina asintió y se acercó a la morena para acomodar el cuello de su camisa polo—Gracias—la mayor asintió y se acercó para darle un profundo beso para luego bajar las escaleras en donde todos los demás se encontraban.

—Se ven hermosas, pero, no hay tiempo para halagar tenemos que llegar rápido—dijo Yeimy sonriendo—Nosotros nos iremos en una camioneta con Alirio y ustedes pueden ir con el otro chofer...—la morena la interrumpió.

—Yo iré en mi auto con Valentina, no hay problema—replicó la morena para luego ganarse una mirada de aceptación de Carlos y Madison.

.

Club de Golf McDist

—¡Ese fue el mejor tiro que ví en mi vida!—dijo Carlos una vez que Juliana había golpeado la pelota tan fuerte que cayó directamente en el centro—Valentina tenía razón, manejas bien el palo...

—Sí, bueno. Realmente no aprendí sola, me enseñó...—una voz gruesa y formal hizo que una sonrisa se reflejara en el rostro de la morena para luego girar y ver a Howe en un uniforme de golf blanco.

—Buenos días Srta. Juliana, ese fue un buen tiro—Howe le sonrió a Carlos y estrecharon sus manos para después besar la mejilla de la morena muy rápidamente—¿Quién le enseñó a jugar al golf?—Estaba claro que él ya sabía la respuesta, puesto que, era él mismo el hombre que le había enseñado.

—Un amigo de mi infancia llamado Olger, tu juegas Howe?—dijo Juliana muy sonriente viendo como Carlos le estiraba la mano con un palo de golf para que jugara—Adelante, golpea.

Howe sentía como si su corazón fuera a salir de su pecho y sus manos se derritirían de lo mojadas que estaban, había tenido mucha suerte al estrechar la mano con Carlos que también las tenía húmedas por la botella con agua que tenía en la misma. Agarró con su mano el driver y se posicionó para darle gusto a la pelotita blanca que estaba en el suelo, una, dos y tres fueron las veces que amagó para golpear hasta que en la cuarta lo hizo, ganándose la mirada de todos los presentes al escuchar como el golpe del palo con la pelota se había escuchado tan fuerte como si se tratara de un cristal romperse. Pero Howe no se fijó en las miradas que tenía encima si no en cómo la mirada de la morena empezaba a brillar justo como lo hacía de pequeña, sentía como si Juliana fuera su hija aunque le llevara algunos pocos años.

—Eso...fue increíble Howe, jamás me habías platicado sobre esto—el hombre alto sonrió y se encogió de hombros—Deberíamos salir más a jugar golf juntos.

—Eso sería un gran honor Srta Juliana, más si jugara como lo hacía su abuelo, con pasión y dedicación—Juliana asintió pensando que jugaba igual a su abuelo, lo cierto era que Howe jamás había visto jugar golf a Julianno Villyn.

La hora pasó tan rápido como inició, pero, los dueños del campo aún no habían llegado a saludar, algo que se le hizo extraño a Juliana y a Howe. Lo más interesante fue ver quienes eran los dueños.

—Lamento la tardanza, mi hijo perdió su vuelo a Nueva York y tuvimos que esperarlo para que viniera con nosotros—dijo un hombre de acento francés y pecas en sus mejillas, al lado había una mujer sonriente que sonreía a la familia Bradley, sin incluir a Howe y Juliana.

—Nuestro hijo no tarda en llegar, está cambiando su ropa por algo más sencillo...oh, miren ahí viene—señaló la mujer a un hombre que parecía ser joven.

Su barba de tres días lo hacía lucir mayor, mientras se acercaba Juliana pudo ver su pelo castaño claro y sus ojos color café claro, para ninguno era un secreto que el hombre era guapo.

—Hola, qué tal? Mi nombre es Luís—dijo muy tranquilamente mirando a todos hasta fijar su mirada en Valentina que lo veía muy asombrada, cosa que Juliana notó pero dejó pasar—¿Valentina Bradley?—le preguntó acercandose.

—¿Lucho?—preguntó ella sin expresar ninguna emoción—Pensé que estabas en Nueva York, perdiste el vuelo, ya veo—Valentina rió un poco y Luís la imitó.

—El mundo es tan pequeño, no Valentina?—la mayor asintió sin verlo nuevamente, mientras que todos los miraban confundidos—Me encontré a Valentina en California hace un mes, creo. La invité a tomar un café pero me dijo que era horrible ponerle agua al capuchino y no volví a verla—la mayor asintió a eso y en su mirada se pudo ver una sonrisa que para todos pasó inadvertido, pero, para la morena fue como un golpe en su pecho.

El día había terminado entre Howe haciendo tiros tan altos que Carlos y Juliana quedaban boquiabierto, Yeimy y Melia compartían una charla un poco incómoda, mientras que Luís, Valentina y sus primos estaban siendo enseñados por el primero mencionados.

—¿Está todo bien Srta Juliana?—dijo Howe viendo con la mirada de la morena estaba perdida y pensativa—Sus manos están temblando, segura que está bien?

—Sí...Howe—dijo fríamente y tan seco que Howe supo que algo andaba mal. Esperó a que todos estuvieran a una distancia un poco alejada y sin pedir permiso abrazó a la morena tan firmemente que recordó lo jodido que estaba en ese momento, sabía que un abrazo podía animar hasta a la niña menos querida de un orfanato y esto lo supo puesto que esa misma niña era la adulta a la cual abrazaba firmemente.

—Gracias...—dijo Juliana con una voz muy fina, casi como un susurro. Howe sospechaba que algo le pasaba a la morena, pero, no quiso obligarla a que se lo diga.

Caminaron hasta alcanzar a los demás para encontrarse con una escena muy familiar, los Bradley estaban hablando en una de las mesas de el lugar mientras que Luís contaba uno de sus chistes que toda la tarde estuvo diciendo. Juliana suspiró porque algo en ella estaba mal y odiaba sentir celos sin tener una razón, Howe caminó con ella hasta los demás que rápidamente vieron como la morena bufó casi en voz alta.

—Gracias por venir de verdad familia Bradley, cuando gusten pueden venir, estás invitada Valentina—le guiñó un ojo a lo que la mayor puso los ojos en blanco ocultando una sonrisa—Y a ustedes gracias por ser los mejores ayudantes—dijo Luís mirando a Howe y Juliana, los demás rieron por el humor del hombre y esto solo hizo que los puños de la morena se cerrarán más.

—Gracias a ti joven bello—dijo la tía de Valentina muy cariñosa, luego todos se levantaron de las sillas para subirse en sus autos, Howe se acercó a la morena y le sonrió para luego despedirse con una estrechada de manos.

Valentina se acercó a la morena mientras que esta se acercaba al carro y la abrazó por la cintura dándole pequeños besos en el cuello.

—Te amo—dijo Valentina muy segura de lo que sentía.

—Te amo más—replicó Juliana sonriendo para luego subirse a su auto con Valentina e ir a la mansión Bradley.

En el camino Valentina había estado buscando sus gafas de sol que dejó en el auto, pero para la mala suerte de la morena, la ojiazul no encontró sus lentes sinó que la misma caja de cigarrillos que había comprado un día atrás estaba en su mano.

—¿Ahora fumas?—le preguntó Valentina un poco molesta, odiaba ese habitado de las personas.

—No, ni siquiera la he abierto. La compré porque debía cambiar un billete—respondió Juliana mirando directamente a la carretera.

—¿Por qué una caja de cigarros?—Juliana sonrió y volvió a responder.

—No solo fue una caja de cigarros, también le compré chocolates a una niña—Valentina la miró con ternura—Su madre no podía comprarsela, me sentí mal al verlas.

La ojiazul no dudo en segundo en posar su mano en su vientre, que aún no se veía abultado, y empezar a darle caricias lo cual la morena notó para también poner la suya encima de la de Valentina.

—Vamos a ser una excelentes madres, lo sabes no?—dijo Valentina muy orgullosa a lo cual Juliana asintió sonriente.

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En un lugar del mundo.

—¿Están listos?—dijo la voz gruesa al otro lado del teléfono.

—Sí, solo usted debe darnos la orden—replicó la voz suave—Lauren Lanwer está silenciada, ella no puede decir nada, si no su querida novia secretaria va a recibir una visita—la voz gruesa rió con lo que escuchaba.

—¿Sabes por qué tú haces esto no?—preguntó la voz gruesa—Recuerda siempre eso, yo lo hago por razones mucho más importantes, además tu y ella eran una relación oculta, deben seguir así.

—Nos vemos en lugares privados, nadie va ser que nos estamos viendo—replicó la voz suave—¿Está listo para ser millonario?

—Desde que nací estoy listo, desde que esa maldita me arruinara la vida, hazlo ahora.

Un silencio se hizo en la llamada y una alarma sonando fue lo que ocasionó la risa de la voz gruesa, acababan de robar una mina de oro y todo gracias Lauren Lanwer.

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Una simple transferencia era la encargada de dañar vidas, hacer que todo lo que un día juraste jamás hacer cambiase de la noche a la mañana, como si de repente te quitaran una gran parte de ti, una venda que cubre tus ojos y te hace ver con claridad lo que realmente acababa de ocurrir, no era simplemente dinero, era más que eso, eran los sueños de Lauren Lanwer, eran las inversiones por años de Cord Villyn, era todo lo relacionado con ella, y como lo habían hecho?

La mejor estrategia para engañar a una persona era nada más y nada menos que el chantaje una simple palabra que podía cambiar el rumbo de las cosas, de una historia y de una mente solitaria que vaga sin ser completamente libre, si alguien le hubiera preguntado en ese momento a Juliana Villyn si era feliz, no sabría que decirte.

El sonido de su celular indicando una llamada hizo que la sección de besos fuera interrumpida a causa de esto, la morena se levantó de la cama y caminó hasta su celular para una vez ahí contestar y escuchar un lamento, algo que la marcó por siempre.

—Perdón Juliana...—dijo Lauren mientras sollozaba descontroladamente—No pude evitarlo, ellos la iban a la matar...—sollozó mucho más fuerte haciendo que la morena se tensara.

—Lauren, dónde estás?—preguntó viendo como Valentina la miraba con confusión—¿Qué ha sucedido?

—¿Aún no has visto?—dijo riendo irónicamente—Perdóname Juliana, por favor...él me amenazó y yo...—se detuvo un momento suspirando para luego hablar más calmada—Revisa las transacciones de todas las cuentas a la que tienes acceso.

La morena puso en altavoz la llamada y buscó en su celular las transacciones que habían hecho de sus cuentas, su mandíbula se tensó al ver los perfectos ceros que eran descontados de cada una de sus tarjetas de crédito, en un solo minuto más de diez cuentas a las cuales solamente Lauren y Juliana tenían permiso habían quedado en cero.

No había destinatario.

No había ubicación.

Mucho menos un lugar exacto de donde lo habían hecho.

Cord Villyn había quebrado.

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Quiero que sepan que empezó el drama, lo siento pero para aclarar dudas todo es muy necesario.

Voy a subir otro en unas horas, creo.

Si tienen alguna pregunta o duda por acá por favor y al responderé sin dar spoilers.

Me van a odiar y lo mejor de todo es que me va encantar.

Los leo

xoxox

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