Antes de que nuestro nuevo profesor pueda hablar, levanto la mano y hablo:
—Lamento interrumpir antes de haber iniciado la clase, pero ¿qué asignatura nos enseñará?
—Estaba apunto de decirlo— el profesor ríe casi en silencio—. Cómo es mi primer día con ustedes, por supuesto no saben quién soy. Soy su profesor Liam Payne, les enseñaré a hacer Conjuros. Sé que esperaban que Zayn les diera clase hoy, pero yo les daré clase porque está un poco enfermo.
—Ahora, hacer conjuros es sencillo— continuó Liam—. Es igual hacerlo con varita y sin varita, pero con la varita el conjuro es más poderoso. Abran la página 14 de su libro Los conjuros nos sacan de los problemas y saquen su varita.
—Jamie— digo en un tono casi inaudible—, no tenemos varitas.
—En realidad, Alexa, sí tenemos— dice y saca dos varitas de unos 25 centímetros de un bolsillo de su túnica—. La tuya es la roja, y la mía, por supuesto es la verde esmeralda— Jamie me entrega mi varita. Es de madera suave, pero no creí que fuera madera por el hecho de que es roja y la de Jamie azul.
Cuando mi nueva varita toca mis manos, estas se prenden fuego, pero no me quemo, y no entiendo por qué sucedió esto. La varita cae al suelo, el sonido resonando en la callada aula, y la recogería del suelo de no ser por mis manos en llamas. Luego las puntas de mi cabello se encienden también. Todos me observan sin entender qué sucede, Jamie me mira nervioso, yo busco la mirada de Liam por ayuda. Su mirada se cruza con la mía, él se levanta del escritorio y me hace un ademán con la mano para que vaya junto a él.
Me levanto rápidamente de la mesa y voy hacia el profesor. Él se me acerca y dice:
—Mishaint.
Las llamas de mi cabello y mis manos desaparecen, y pienso que debería aprender ese hechizo, conjuro o lo que sea. Siento todas las miradas del lugar posadas en mí, y me siento extraña con todos mirándome, pero alivida de que le fuego ya no esté.
—¿Cómo te llamas?— me pregunta Liam.
—Alexa— respondo, apenada por el hecho de que tubo que solucionar mi problema.
—Alexa, ve a sentarte por favor— dice y me siento junto a Jamie de nuevo después de haber recogido mi varita del suelo—. Siempre he creído que los magos tenemos, aparte de un poder especial, un elemento especial. En este caso, el de Alexa es el fuego, supongo que eso explica la túnica con estampado de llamas ardiendo— cuando menciona mi nombre me averguenzo más. Mantengo la vista fija en mi varita, y veo que en la base hay una serpiente en forma de círculo con su cabeza sobre la punta de su cola y en el centro del círculo hay un notable triángulo azul.
—Por supuesto, todos tenemos dificultades alguna vez— continuó Liam—, por eso les enseñaré a realizar este hechizo en lugar de lo que tenía planeado para hoy. Quiero que estén preparados para cuando tengan un problema con la magia. El conjuro corrige daños hechos por la magia, así que hagan una fila y les diré como hacer el hechizo.
Todos nos levantamos de nuestros lugares con las varitas en la mano, y como dijo Liam, hacemos una fila frente a la puerta, mirando hacia su escritorio, yo soy casi la última. La primera en la fila es Diana, y la veo algo nerviosa, sin embargo, la entiendo, tengo miedo de arruinar la clase sólo por problemas con el fuego.
—¿Cómo te llamas?— Liam pregunta a Diana.
—Diana- ella responde.
—Bien, Diana ¿que es lo que temes que suceda y no puedas reparar— él pregunta amablemente.
—Supongo que es que todo flote a mi arrededor y no pueda ponerlo en su lugar— dijo Diana, y se oyeron algunas risitas.
—¿Supones, o estás segura?
—Estoy segura de que no me gustaría esa situación.
—Bueno, Diana, eso que no quieres que suceda, sucederá. Pero el único requisito que se necesita para lograr el hechizo es que imagines la solución del asunto y tener confianza de ti misma, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, estoy lista— dice Diana, segura de sí misma.
Liam se aparta de ella y dice:
—¡Raisebove!
Las mesas, sillas, lápies y demás levita por el aula después de las palabras de Liam. Observo a Diana y parece más nerviosa de lo que lucía antes. Ella cierra los ojos en concentración y luego dice en voz alta el conjuro:
—¡Mishaint!
Diana apuntó a una mesa que levitaba frente a ella, y de su varita salió un destello amarillo, como un relámpago. Todo lo que antes levitaba vuelve a su lugar, y cuando Diana nota lo ocurrido sonríe ampliamente. Todos aplaudimos por su logro, incluso el profesor, pero Jennifer aplaude sin ganas. El profesor felicita animada mente a Diana.
—¡Increíble! Tienes mucha confianza.
Diana se queda junto al profesor mientras las paredes se acercan a nosotros, volviendo pequeña el aula. No creí que Jennifer temiera que el lugar fuera pequeño, pero todos tenemos un miedo, algunos mayores que otros.
Jennifer dice el conjuro, pero nada vuelve a la normalidad. Ella dice de nuevo el conjuro, pero no lo logra, luego lo dice otra vez, y esta vez todo vuelve a estar como antes.
—Lo hiciste bien, pero deberías tener más confianza al hacerlo, espero que practiques este conjuro, no te iría mal. Quedate junto a Diana mientras continúo evaluando— dice Liam.
Jennifer con mala cara va junto a Diana. Luego es el turno de unchico que no conozco. Lo que más teme el chico es que el lugar se llene de agua hasta que todos nos ahoguemos, y justo eso sucede. Una lluvia fuerta cae del techo del aula y poco a poco el aula se llena de agua, todo acaba cuando depués de dos intentos, el chico dijo el conjuro dejando su miedo atrás.
Es el turno de otro chico, y después de que le dice a Liam su miedo, del suelo aparecen suelo fantasmas, que nos molestan a todos, uno haló mi corto cabello y éste se predió fuego por el enojo. Cierro los ojos, y queriendo que las llamas ya no estén ahí, digo el conjuro.
Cuando abro mis ojos ya no hay fantasmas y las llamas en mi cabello tampoco. Emoción recorre mi cuerpo, cada vez puedo dominar más la magia, y eso me gusta.
—Bien hecho, pero creo que también deberías practicarv dice Liam al chico de los fantasmas.
Mientras más se acerca el momento de yo hacer el conjuro, practico en mi mente la pronunciación del conjuro: Mi-seint. Luego llega el turno de Jamie, él le dice su temor a Liam, y luego un Diablo mental apareció frente a Jamie, mi corazón late con fuerza. No creí que Jamie temiera de un diablo mental, supongo que empezó a temerle luego de que intentó atacar hace un par de días. Esto no es exactamente un miedo causado por la magia, pero supongo que mencionó ese miedo porque no tiene esa clase de miedo.
Jamie dice el conjuro sólo una vez, y el diablo mental desapareció ante nuestros ojos por un destello amarillo. Es el turno de Alejandra. Ella teme a que una persona revivida por magia ve convierta en una amenaza, en un monstruo, y luego de contarle su temor a Liam, la amenaza aparece.
Una persona con un tono de piel verde y ropa rota, caminando con dificultad se acerca a Alejandra. Parece más un zombie o algo parecido, como los que he visto en las películas. El monstruo está apunto de tocar a Alejandra con su mano huesuda, ella está horrorizada, pero reune fuerzas y dice fuertemente el conjuro, luego la especie de zombie desaparace.
Ahora es mi turno, y Liam me hace la misma pregunta que a todos:
—¿Qué es lo que temes que suceda con magia y no puedas repararlo?
—Creo que es que una flama aparezca y no pueda apagarla— digo sin mirarlo a los ojos y en un bajo tono de voz.
—¿Crees? ¿O es ese es tu miedo?— pregunta dulcemente.
—No estoy segura— digo con desconfianza, con la vista al suelo.
Recuerdo lo que dijo Liam: El único requisito que se necesita para lograr el hechizo es que imagines la solución del asunto y tener confianza de ti misma. Me paro con firmeza y esucho a Liam decir:
—Bueno, podemos intentarlo. !Blazent!
Al salir las palabras de la boca de Liam su escritorio prende fuego, completamente. Imagino el escritorio libre de fuego y digo el conjuro, preocupada de que no funcione. El fuego disminuye hasta desaparecer, y sonrío aliviada, pero lo siguiente borra la sonrisa de mi rostro. El escritorio antes libre de fuego, ahora está cubierto de hielo. Y una vez más por hoy, miro a Liam por ayuda.
—Parece que el Hielo también es tu elemento, Alexa. Intenta resolverlo, es parte de la clase de hoy— él dice.
Cierro mis ojos en concentración e imagino un salón tranquilo, sin hielo ni fuego. Digo el conjuro casi en un susurro, sosteniendo firmemente mi varita. Abro mis ojos y todo parece estar en la normalidad.
—Bien hecho, Alexa— dice Liam con la mano arriba y choco la mía con la de él.
Voy junto a Jamie, quién me mira con una sonrisa y yo se la devuelvo. Después de mi venía Alexander, pero sólo me quedé ahí parada con la mirada clavada en el suelo sin prestar atención a nada. Pienso en lo que acaba de suceder; no creí que ese problema con el fuego fuera una clase de elemente especial o algo así, pero ahora tengo otro problema: el hielo. El hielo parece ser otro elemento especial mío, pero hay una cosa que no entiendo: si el conjuro es para corregir errores hechos por la magia, ¿por qué lo corrigió y luego sucedió eso?
No creo que pueda dominar el hielo cuando apenas puedo con el fuego. Un recuerdo viene a mi mente: mi cabello. Si mi cabello era de puntas rojas a causa del fuego, ¿volverá a cambiar a causa del hielo? Tengo que aprender a controlar mis ''elementos'' especiales, y necesito ayuda para eso.
Minutos después la clase termina, y yo guardo mi varita antes de que Jamie me la quite,de todas formas no se la iba a dar. Tomo mi libro y salgo del aula, veo la cartelera, donde está mi horario de clases: ahora tengo pociones, igual que ayer. Subo las escaleras hasta mi habitación y cambio mi libro de conjuros por el de pociones. Cuando comienzo a bajar las escaleras ya me empiezan a doler las piernas, esto de subir y bajar tres pisos de escaleras no me hace gracia.
Voy al aula de pociones, una pequeña aula bajo a las escaleras del vestíbulo. Todos están en el aula, y yo me siento junto a mi hermano.
En la última hora aprendemos a hacer un poción curativa, es más difícil que el Elixir del recuerdo, pero no es nada que no pueda manejar, y con Jamie a mi lado me siento con más confianza para lograr crear la poción. A algunos se les hizo complicado, y por el hecho de que terminé de segunda -después de Jamie- de hacer la poción, gané 20 puntos igual que mi hermano.
La clase termina y vamos al comedor a dezayunar, justo me moría de hambre. Como un omelet acompañado con jugo de naranja. Lía me ofreció un vaso lleno de sangre, pero no lo acepté. No quiero acostumbrarme a la sangre, no quiero volverme adicta o algo parecido.
Luego del almuerzo todos nos dirigimos al nuestra aula, el aula 13. El profesor Zilean nos informa que tendremos toda una hora libre sin hacer nada porque se supone que Zayn no daría clases, pero no puede porque él, al igual que el profesor Harrison, nuestro original profesor de defensa contra los seres magicos, está enfermo, lo cual me parece extraño.
Al salir del aula para hacer lo que sea que queramos hacer todos en nuestro tiempo libre del día, Jamie me sugiere que vayamos a la biblioteca a investigar qué criatura era la que vimos apenas ayer. Yo digo que sí. Vamos a la biblioteca y reunimos unos cinco libros sobrecriaturas mágicas.
Tomo un libro llamado ''Criaturas mágicas peligrosas'' en busca de información. Alrededor de diez minutos buscando información acerca de la criatura, estoy apunto de cambiar el libro por otro, pero luego lo veo. Una imagen de la criatura en una de las páginas. Leo detenidamente, no queriendo perder de vista ningún detalle.
Thiworky: Es un animal no muy común, sus genes fueron mezclados hace muchos siglos por un brujo que quería demostrar que tenía más poder del que todos creían. Es el cuerpo de un león con alas de ángel, para que tenga un poco de compasión con sus presas. Sus alas son negras, y miden unos tres metro, es una gran criatura.
Igual que todas y cada una de las criaturas, el Thiworky tiene una debilidad: Vampiros. Los vampiros son impuros, mientras que el Thiworky tiene sangre de ángel. Son totalmente diferentes por lo cual al Thiwkorky le hace daño acercarse a un vampiro, mientras que al vampiro no le afecta la cercanía de la sangre de ángel.
Preguntas llegan como lluvia a mi cabeza, de repente. ¿Esto quiere decir que no soy pura o buena persona por ser mitad vampiro? ¿Y qué hay del cabello llameando de ese tal Thiworky? ¿Le hice daño a esa extraña criatura a causa de mi sangre y por eso no me atacó a mí ni a mi hermano? ¿Cómo puede mezclar un brujo los genes de un león?
Continúo pasando páginas, en busca de información sobre los vampiros. Me encuentro con una imagen desagradable de un vampiro apunto de clavar sus colmillos en el cuello de una chica. Me pregunto si tendré que morder a alguien algún día, y espero que no. Leo la información:
Vampiro: El vampiro es un ser demoniaco e inmortal que bebe sangre para vivir. Los vampiros mordidos por vampiros mueren, pero luego de media hora de la mordida vuelven a la vida, son muertos en vida. Los vampiros nacidos de vampiros nacen vivos, pero si llegan a morir reviven en la oscuridad, si no están en la oscuridad quedarán muertos permanentemente.
Los vampiros nacidos de vampiros no necesitan la sangre para vivir, ellos deciden si quieren beberla, peor los vampiros mordidos sí la necesitan. Los vampiros mordidos permancen en la forma física en que fueron mordidos toda su vida, mientras que los vampiros nacidos de vampiros se mantienen en su forma física desde los dieciocho hasta los veinte toda su vida.
Soy inmortal, pensé. No puedo creer esto, supongo que el hecho de que sea mitad vampiro no significa que no sea inmortal. Creí que el hechosobre la inmortalidad de los vampiros en las películas era falso. Nunca creí que viviría toda la vida aparentando tener de dieciocho a veinte años. Ignoro eso de los vampiros y le informo a Jamie lo encontré del Thiworky. Sin embargo hay algo que no entiendo, ¿por qué la criatura tenía cabello llameante? El libro menciona nada de fuego, y eso me confunde más. Jamie se pregunta lo mismo que yo acerca del fuego cuando lee la información acerca de la criatura, puedo ver su duda en su rostro.
—Bueno, me siento algo mejor al saber que clase de criatura era esa, pero va a molestarme un poco no saber por qué su melena estaba en llamas— él dice.
El caso del fuego me recuerda a mí, es decir, me sucede lo mismo con el fuego en el cabello. Intento olvidar todo el asunto.
—¿Qué quieres hacer en nuestra hora libre?— pregunto.
—Bueno, estaba pensando en ir a visitar a verónicael fin de semana, pero ya que tenemos tiempo libre no me parece una mala idea ir ahora mismo— él dice.
—Me agrada la idea— digo, levantandome de mi asiento.
Jamie también se levanta y me da su brazo, yo lo tomo y salimos juntos de la biblioteca.