Bueno, hola...
Me llamo Helena, tengo 16 años y vivo en Galicia. Tengo una amiga llamada Nerea que también tiene mi edad.
Creo que debo contaros mi historia...
Era un día soleado de finales de julio,cuando se estaba acabando el instituto, yo y mi amiga Nerea nos dirijiamos camino a casa, como todos los días y hablando de lo de siempre, Gmlrs, nuestros crushes.
Cuando llegué a mi casa, tiré la mochila en el sofá y me senté a comer a la mesa. A mi madre se le notaba nerviosa y emocionada a la vez, y yo, claro, me preguntaba el porqué.
Pues, cuando acabamos de comer, me senté en el sofá a ver la televisión y estar con el móvil. Mi madre se acercó a mi y a mi hermana para decirnos algo.
-Niñas, os tengo que contar algo muy ¡emocionante!
Y nosotras contestamos:
-¿Qué es mamá?
Ella dijo:
-Dentro de una semana nos vamos de vacaciones a... ¡Sevilla!
Tu padre quiere ir a visitar a unos viejos amigos que están viviendo allí y aprovechamos que sólo quedan tres días para que se acabe el colegio para irnos... ¿Qué os parece?
-¡Qué divertido! -Dijo mi hermana.
Pero yo por dentro me quedé pensando en porqué me sonaba de algo Sevilla, y de repente me acordé.
¡Allí vivían los Gemeliers!
Entonces le pregunté:
-Mamá, y ¿A qué parte de Sevilla nos iremos? ¿Cuánto tiempo nos vamos? ¿Con quién estaré yo allí?
Ella me contestó:
-No me acuerdo cómo se llama el sitio, pero allí conocí a tu padre en vacaciones. Aún no sé cuanto tiempo iremos, y estarás por allí conociendo gente.
Yo un poco cabreada dije:
-¡Pero mamá! Necesito saberlo por dos cosas. Uno, porque no quiero pasar tanto tiempo fuera sin mis amigas. Y dos, no quiero conocer gente nueva, quiero a mis amigas y no quiero aburrirme sin ellas.
Ella me contestó:
-Me da igual Helena, esto es por tu padre e imagínate, son como unas vacaciones. Allí no te aburrirás y sin más discusión. ¿está claro?
-Mamá ¿te puedo hacer una propuesta? Mira, a ver, esque yo podría llevar a una de mis amigas para ir como...¡Nerea! ¿Y...Qué me dices?
Mi madre me dijo:
-Mira Helena, yo te dejaría pero esque no puedo pagar otro billete de avión para Nerea ¿entiendes? Todo dependería de sus padres, pero no creo que le dejen.
Yo le contesté un poco más calmada:
-Yo tengo bastante dinero ahorrado, y podría pagárselo. Le preguntaré.
- Si no hay más remedio de que quieras venir... Adelante hija.
Se lo pregunté y me contestó que ¡sí! Nerea podía venir con nosotros a Sevilla.