La Princesa Fénix |Aeternis #...

By Fergie_MS

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"Los susurros de ángeles y demonios siempre anuncian muertes o claves de salvación. " Senix Fire es descendie... More

Sinopsis
Capítulo 1: Senix
Capítulo 2: Mirada intensa
Capítulo 3: El Guardián Lunar
Capítulo 4: Encuentro
Capítulo 5: Confianza
Capítulo 6: Revelación
Capítulo 7: El Cazador
Capítulo 8: Incendios
Capítulo 9: Niebla negra
Capítulo 10: Lumina
Capítulo 11: Cadenas vivientes
Capítulo 12: Sombras y serpientes
Capítulo 13: Cielo rojo
Capítulo 14: Resiliencia
Capítulo 15: ¿Que me escondes?
Personajes
Capítulo 16: No a ella.
Capítulo 17: ¿Poder o maldición?
Capítulo 18: Estas con profesionales
Capítulo 19: El latir de un corazón (1)
Capítulo 21: Leo, tus zafiros me hipnotizan
Capítulo 22: ¿Su princesa?
Capítulo 23: Beso complementado
Capítulo 24: El acostumbrado peligro aún es tentador
Capítulo 25: Horizonte infinito
Capítulo 26: Trasformación
Capítulo 27: Fuego Celestial
Capítulo 28: Alza tus alas y emprende tu vuelo
Capítulo 29: Deseo compartido
Capítulo 30: Los Ángeles de Luz
Capítulo 31: Juramento de lealtad
Capítulo 32: Son mi esperanza
Capítulo 33: El retorno de Senix
Capítulo 34: La Llegada a Mifnix
Capítulo 35: Aquí el blanco es pureza
Capítulo 36: Erika Dark (1)
Capítulo 37: Arthur Fire (2)
Capítulo 38: Formación Retorno
Capítulo 39: El Imperio
Capítulo 40: Estoy roto por dentro
Capítulo 41: Mestizo
Capítulo 42: Respuestas
Capítulo 43: Inevitable
Capítulo 44: Te reto a destruirme
Capítulo 45: Destello
Capítulo 46: Choques destructivos
Capítulo 47: Caída
Capítulo 48: Ayuda
Capítulo 49: Consecuencia
Capítulo 50: Neutral
Capítulo 51: Salvación
Capítulo 52: Universo
Capítulo 53: Reflexión
Capítulo 54: Despedida
Capítulo 55: Celos
Capítulo 56: Mellandry
Capítulo 57: Tienes unos ojos realmente bonitos, Ryan
Capítulo 58: Resiste, Lisa
Capítulo 59: ¿Quieres ser un príncipe?
Capítulo 60: No eres tan sorprendente
Capítulo 61: Muñeca Mecánica
Capítulo 62: Blanco, negro y rojo
Capítulo 63: Serleny
Capítulo 64: Juicio
Capítulo 65: Oro, plata y Sol
Capítulo 66: Kia
Capítulo 67: Diamantes, rubíes y zafiros
Capítulo 68: Ritual
Capítulo 69: Cuchillos y galletas
Capítulo 70: Compartir
Capítulo 71: Historia
Capítulo 72: Sangre, flechas y marcas
Capítulo 73: La carta
Capítulo 74: Destino
Capítulo 75: Atardecer final
AGRADECIMIENTOS
CURIOSIDADES Y PREGUNTAS
Respuestas y otros desastres
Extra #1 [Especial de Navidad]
Extra #2 [Problemas en la playa]

Capítulo 20: El latir de un corazón (2)

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By Fergie_MS

El latir de un corazón.

Parte 2

✦✧✦


En Drynox

—Ryan, yuju ¿estas allí?—Leyton pasó una mano enfrente del rostro perdido en la nada de Ryan. Su conversación con la reina lo había dejado pasmado y nervioso, un tic se acentuaba en su ojo izquierdo dando curiosidad a Leyton la manera tan extraña en la que su "Lider" se encontraba.

—¿Que? Si, dile que no, otro día hoy estoy ocupado.—Le dijo Ryan a Leyton , confundido y no muy convencido de sus palabras. El chico le dio una mirada crédula.

—¿De que hablas?—Cuestiono dudoso el de ojos oscuros.

—¿De que hablabas tu?

—Te preguntaba qué te dijo la reina y si tienes órdenes para nosotros. Pero veo que estás demasiado perdido en la nada.

—No digas tonterías.

—No son tonterías, acéptalo; algo muy grave, interesante y demasiado curioso pasó con la reina para que te pusieras en este estado. Aunque sospecho que estabas así antes. ¿Dime es por eso o algo más inquietante?

Ryan bufo molesto del interrogatorio inservible que le daba su bocaza compañero, si no fuera porque obedecía todas sus órdenes y era un fénix oscuro de suma importancia ya lo habría arrojado al abismo del onix donde solían castigar y torturar a fénix de luz capturados, y lo más sorprendente, su misma raza de fénix oscuros. Si bien tenía esos pensamientos con Leyton sabía muy dentro de el que lo hacía en forma de burla; para darle temor, cosa que se le daba demasiado bien.

—Estoy demasiado estresado para responder tus estúpidas preguntas, Leyton—Se pasó una mano por su cabello oscuro revolviendolo más de lo que ya estaba—. Y para que dejes de molestar, si, fue algo que ocurrió con Roy y noticias de la reina, ¿contento? Ahora déjame en paz.

—Okey... Sólo otra pregunta,—Ryan rodó los ojos ante la insistencia del varón quien siguió hablando cuán niño curioso—. ¿A que te referías con decirle que no a...?

—Nada que te interese.

—Pero si tu mismo lo dijiste.—la insistencia en Leyton era admirable. Más sabía que su actitud hacia perder los estribos y la paciencia de Ryan. Lo que lo hacía más; interesante, pensaba el—.Porque la única que conozco que en verdad te asfixia es Dalya.

—Si, pensé que te había vuelto a preguntar por mí otra ves, y ciertamente no me interesa nada por ahora.

—Pues creeme que su insistencia y palabrería es más grande que la mia.

—Eso lo dudo.

—Me ofendes, Ryan, ¿Por quien me tomas? ¿Un vago fénix oscuro colma paciencia y demasiado estresante?

—Si, así mismo te tomo. Ahora levanta estos jodidos  pergaminos y vámonos.

Leyton sin insistir más tomo los pergaminos tirados en el suelo con manchas de sangre seca en los bordes. Y siguió a paso apresurado al cazador que le llevaba varios metros de distancia.

—Olvide informarte que de los cuatro fénix de luz que tenemos en cautiverio aún no sueltan la información que necesitamos.

Ryan se encogió de hombros indiferente, no le llamaba la más mínima atención esos temas de la energía y vitalidad que querían obtener de los otros fénix contrarios a su raza.

—Ya e hecho mi trabajo cazandolos, no es mi problema si no quieren soltar nada que sea de importancia.

—Pero la reina hablo y pidió que hiciéramos hablar a esos pura sangre. Si no lo hacemos y no hay nadie que lo haga o tu no te interesas, con quien sabrá cobrarse será nada más y nada menos que contigo.

—¿Y?

El poco interes de Ryan hacia todo últimamente sorprendía a Leyton. Con razón era un fénix demasiado temido, el desinterés que demostraba y su confianza en sí mismo era de admiración, también por resolver aún en última ahora los problemas, siendo de igual manera casi imposibles.

—¿Como que y? Te estás escuchando Ryan, la reina confía en ti para todos los planes que tiene y, el derrocamiento de todo Mifnix. No es para que muestres desinterés en estos momentos.

—Escucha, se lo que hago y lo que are, sólo no me siento lo muy interesado en estos momentos. Ni se porque te doy explicación, sólo te la doy, Mifnix caerá ante nosotros y recuperaremos nuestra gloria pero sobretodo acabaremos con nuestro exilió.

Leyton asintió complacido, pero un nudo molestó se instaló en el estómago de Ryan y, sintió el sabor amargo de la bilis subir por su garganta. Todo lo que dijo era lo que en su linaje y descendencia se le fue plasmando desde niño, ahora la inseguridad lo dominaba por completo.

****

—Empieza hablar ahora o no creo que la reina tenga tanta páciencia como yo en este momento.

La joven que yacía en el suelo con abundantes lágrimas derramadas en sus mejillas, su vestido verde cubierto de suciedad y mugre le daba aspecto vulnerable. Los cortes en sus delgados brazos estaban infectados y llenos de tierra oscurecida. Se veía tan frágil, vulnerable y delicada, como si con un solo toque brusco se pudiera romper. Pero su aspecto decía que ya lo estaba. Sus manos estaban aferradas al suelo bajo ella, su mirada esmeralda no era captada por el rostro frívolo del ejecutor oscuro que la atormentaba no con su don oscuro, sino con herramientas de tortura que lastimaban su ya débil cuerpo.

—No diré nada, eso es seguro.

Sus valientes palabras en un tono suave y bajo transmitían el sollozo y el nudo que se acentuaban en su garganta. Pero su osadía eran un puntapié para Roy, indignado y frustrado con la resistencia de dicha chica.

—Bien, pues creo que tu actitud de niña valiente te llevará a la desgracia.

Su gruesa y profunda vos cargada de malicia causó más sollozos involuntarios en la joven.

—Al menos será siendo valiente y no un psicópata y cobarde fénix oscuro.

—Oh, la niña sigue haciéndose la valiente. ¿Que me dices de darte otra oportunidad? No soy tan malo después de todo. Empezemos, háblame sobre la tiara de la emperatriz esmeralda.

La joven chica alzó su rostro dispuesta a enfrentarlo, encontrándose con el pálido y contraste oscurecido de las facciones de Roy, su sonrisa arrogante y enfermiza era acompañada con las armas en forma de dagas puntiagudas, pero totalmente negras que sostenía firmemente cada una en sus grandes manos. El líquido carmesí se derramaban de ambas, al parecer habían sido utilizadas de una manera cruel y horrible en alguien mas, pero, ¿En quien?

—Jamas te hablaré sobre la tiara de emperatriz Esmeralda y, si eso implica que me mates ten por seguro que no dejaré de luchar para evitarlo.

Roy se bajó quedando sobre sus pies encogidos para observar el rostro de la chica que osaba enfrentarlo.

—Tu actitud me recuerda a alguien más; incontrolable y valiente. Creen que pueden dominar y mantener en control todo cuando con una simple acción desesperada puede causarles un sufrimiento más allá de lo conocido.

—Si eso incluye defender a los nuestros, estoy más que dispuesta a sacrificarme.

—No dejas de sorprenderme. Pero con esa aptitud no me sirves para nada.

—¿Y alguien te a dicho que tú si?

Eso logro molestar a Roy, el simple hecho que mencionara de manera indirecta que el no era de ayuda o sirviera a su corrompida raza lo frustró. Tanto que frunció el ceño y en un movimiento rápido apretó el cuello de la chica, asifixiandola. Su rostro se contorciono en rojo por falta de oxígeno, ella pataleo y con sus débiles manos tratar de apartar la mano de Roy que se robaba su último aliento.

Debilitada y sin energía se dió cuenta que ese podría ser su fin. A Roy no le importaba en lo más mínimo la vida de la chica, pero si la información que podría soltar, pero al ver su aptitud sabía que no cooperaria. Ella era fiel a su raza de fénix de luz, a su raza de fénix esmeralda. Y como dicha hija menor de la emperatriz que gobernaba el reino esmeralda, protegía aún con su propia vida los secretos de los poderes que se ocultaban tras su madre y su mismísima tiara de esmeraldas.

Ella casi se quedaba sin aire, su agitado corazón estaba muy débil para usar su poder esmeralda, pero ya no podía, está perdida y ella lo sabía.

«No defendí mejor nuestra raza ni tus sectretos, madre. Pero almenos en nombre de ti me iré sin que de mi boca hayan salido corrompidos.» Eso fue lo que pensó la joven chica al verse desesperada.

—¡Sueltala!

La voz de Ryan hizo eco en el oscuro lugar de los calabozos del Onix. Su demandante vos hizo que Roy se sorprendiera soltando a la chica quien tono su cuello y respirando agitadamente logro reestablecer su respiración.

Los hombros de Ryan subían y bajaban en un agite continuo, daba la impresión de haber corrido en el gran trayecto al abismo del onix. Su compañero, Leyton, yacía expectante y con los ojos abiertos al observar el estado de furia de Ryan.

—¿Que es lo que te pasa a ti? Pareces un perro rabioso y defensor.

—Nadie te dió el derecho de interrogarla y mas a tu sucia manera.—Fue lo que respondió seco, como sólo Ryan podría hacer.

—¿Y que con el derecho? Ella no hablara con nadie más. Además ya no eres el mismo, has cambiado y eso me repugna. ¿Acaso está patética chica te recuerda a ella?

Ryan se quedó en silencio y su mirada se posó en la chica que aún se mantenía en el suelo. Sus enormes ojos esmeraldas era lo que más captaba su atención. Su rostro infantil  adornado con unas finas cejas y largas pestañas oscuras al igual que su cabello marron que bordeaba su rostro, sus labios gruesos pero pequeños eran apretados conteniendo las lágrimas por causa del dolor de sus heridas.

Esta chica no se parecía a ella, ¿pero porque le daba la impresión de que lo era?

Ese tipo de pensamientos descontrolaban el poco juicio que a él le quedaba.

¿Que estaba pasando con el? Hace poco tiempo ese tipo de tratos aún en su especie oscura no le importaba. ¿Porque ahora si? ¿Acaso su corazón se ablandaba cada ves más?

—No, no lo hace.—Mintió—Pero eso no te da el derecho de matarla, sólo yo estoy autorizado para interrogarla.

—¿Acaso no soy el ejecutor? Mi deber es saber si tipos de niñitas como está serán de utilidad o no para hacer mi trabajo, y ejecutarlos por inservibles.

—Largo, Roy. Yo la caze, por tanto es mi presa, no la tuya.—Ryan apunto la salida de la retorcida habitación oscura y con instrumentos de tortura.

Roy levanto las manos en señal de rendición y con una mueca de asco salió de la habitación.

—Tus peleas con tu hermano siempre son interesantes—Le dijo Leyton pero Ryan al darle una mirada que significaba Silencio se calló, pero como siempre, no por mucho tiempo.—.Igual se que siempre le ganas aún siendo tu el menor.

—¿Te puedes callar aunque sea un momento?

—Sabes que eso es más que imposible.

Ryan trato de levantar a la chica pero fue apartado bruscamente por ella, temía que el le hiciera más daño.

—Aléjate—fue lo que balbuceo haciéndose un ovillo y llorando.

—No te are daño...—fue lo que Ryan intento decir pero fue cortado por la chica.

—¿Que no me aras daño? ¡Tu me cazaste! Y me dejaste en manos del propio ejecutor.

—¿Si saben que ahora no es momento de hablar sobre culpabilidad y mentes retorcidas si no quieren que la reina note nuestra ausencia verdad, Ryan?

—¡Cállate!—Gritaron Ryan y la fénix esmeralda frustrados por la palabrería de Leyton.

—Okey... Me callo—Dio media vuelta dispuesto a irse pero se giró nuevamente hacia Ryan—. Ryan no olvides que la reina nos espera para cenar con ella.

—Ya vete, largo.—espeto.

Leyton salió del oscuro lugar dejando solo a Ryan con la joven de ojos esmeraldas.

—¿Porque nos están cazando como si fuéramos presas inservibles?—Pregunto la chica sollozando.

—¿Tu porque crees?

—No has respondido mi pregunta.

—Nunca dije que lo haría.

—¿Porque me salvaste del ejecutor? ¿Como te diste cuenta que el me estaba torturando ahora mismo?

—Tengo ojos en todas partes.

****

Hace una hora.

¿Que hago con estas cosas?—Pregunto confundido Leyton haciendo referencia a los pergaminos que sostenía.

Llevalos al salón de experimentos, y que Lisa los estudié.

—¿Es nesesario que yo los lleve? Digo, tu sabes cómo es Lisa... Da miedo esa anciana.

—Es una orden, ve rápido a no ser que le pida que te haga uno de sus hechizos y te ponga joroba.—Dijo Ryan bromeando, sin duda el podía ser serio, oscuro y a la ves divertido y burlón.

—No tardo.

Y se fue tropezando con los guardias oscuros que circulaban en el pasillo del palacio. Pero como de costumbre, antes de irse por completo se dió la vuelta para informar a Ryan lo que el guardia le había dicho; al parecer uno de sus guardias le había informado que el ejecutor interrogaria personalmente a Miranda, la hija menor de la emperatriz esmeralda que había sido capturada en su visita a la tierra hace ya más de tres días, junto con otros tres fénix de luz que la acompañaban.

—Hey, ¿A donde vas?—Le pregunto Leyton dudoso al ver a Ryan agitado corriendo a la salida del palacio para ir al abismo del onix.

—La matará.

Corrio junto con Leyton que había dado al mismo guardia oscuro los pergaminos para poder acompañar a Ryan. Ambos iban agitados y observaron con fervor las miles aves negras que surcaban el cielo grisáceo.

Si bien muy dentro de Ryan no le importaba esa fenix, sabía que no sería justo que muriera a manos de su estúpido y egocéntrico hermano. Odiaba sentirse vulnerable al sufrimiento que había impuesto el mismo hasta ahora, pero no sabía cómo parar ese sentimiento que ablandaba su corazón hoy en día. Y se maldijo cuantas veces pudo por eso.

Sabía que usando su trasformación oscura llegaría más rápido, pero no quería usarla ahora mismo así que optó por correr y llegar al abismo antes de que Roy asfixiara a la doncella real, Miranda.

****


Ahora

—O mejor dicho esclavos oscuros que te sirven.

—Piensa lo que quieras, ¿Lo que importa es que estas viva, no?

—¿Y de que me sirve estar viva en este inmundo lugar? Si me salvaste está ves la próxima podría ser la misma Reina Erika quien me mate.

—Ese ya no sería mi problema. Hize lo que tenía que hacer, además, si no colaboras podría irte muy mal a ti y a tus compañeros.

—¿Que clase de fénix son?—Las lágrimas corrían abundantemente por sus sucias mejillas, la frustración era descargada en lágrimas y sollozos ahogados.

—El tipo de raza de fénix que busca venganza.

—¿Venganza? ¡¿Venganza de que?! ¡Ustedes querían destruir nuestras razas desde un principio! ¡Nosotros nos defendimos de sus sucias garras!

—¡Tus reyes nos dejaron en el exilio y sin salida!

—¡Era para mantener ambas razas separadas! Si estuvieran libres el caos se desataria nuevamente. Pero no digas que están sin salida. Tu has logrado salir por el portal oscuro, el único que no respeta las leyes del aura luminosa.

Ambos en este punto exclamaban fuertemente. La aptitud arrogante de Ryan no pasaba desapercibida, pero tampoco el coraje de Miranda por retarlo. Si bien la joven no se parecía a Ella, su fuerza aún en tan deplorables circunstancias le era admirable.

—Veo que has descubierto gran parte de nuestras acciones, Miranda.

—Es fácil hacerlo, son demasiado predecibles.

—Y tu eres demasiado bocaza, ¿Lo sabias?

—Si lo dices tú no me interesa en lo más mínimo—la joven soltó un suspiro cansado—. ¿Que clase de fénix eres?

—Uno que está podrido por dentro.—El tono profundo de la voz de Ryan fue decayendo en un deje molesto, casi triste.

Eso llamó la atención de Miranda quien lo observó con sus enormes ojos verdes y brillantes. Expectante ante su reacción y la tristeza de sus atractivas facciones.

—No creo que lo estés.

El la miro posando su gris mirada en la débil chica—¿Como sabes que no?

—¿Y tu como sabes que si?

Ryan soltó un suspiro exasperado.—Creo que te llevarías bien con Leyton, ¿sabes? Los dos hablan sin parar, como si no hubiera un mañana.

Una débil sonrisa se formó en los enrojecidos labios de Miranda.

Pasaron los minutos y el incómodo silencio ya empezaba a molestar, Ryan debía irse sin embargo la incertidumbre de saber que su hermano podría regresar y hacerle daño a la joven lo llenaba de impaciencia.

Luego la suave vos de Miranda se escuchó casi rasgada:

—Aun hay esperanza.

—¿Que?—Pregunto aludido.

—Todos aún tenemos esperanza. Tu raza, mi raza y las demás. Si ella vuelve a nosotros. A su mundo.

De repente el recuerdo de oscuros cabellos rojos y mirada azulada invadió la mente de Ryan.

—¿Hablas de su princesita fénix?

—Ella misma.

Ryan emitió una risa burlona.

—¿Acaso ella está...?

«Cazada por ti» Quiso terminar la joven pero sus palabras fueron arrebatadas por el cazador.

—¿Te refieres a si está cazada?—Miranda asintió atemorizada—. Pues si, si la caze.

—¿A que te refieres con que la cazaste?

—Lo que oiste, pequeña esmeralda. Toda mi vida fui entrenado para cazar a la princesa fénix, lo hize, pero se salvó de mi. Su astucia y valentía sobrepasa mis límites.

—Hablas como si la conocieras demasiado, y ese cierto brillo tuyo en tus ojos me causa intriga.

Ryan despertó de su ensimismamiento y la ayudó a levantar del suelo a la joven Miranda.

—Y tu hablas como si pudieras ver a través de mi y la cruel realidad que me recorre.

—Mi raza se especializa en eso, deberías saberlo, estuviste al alacecho de mi y mis compañeros por mucho tiempo.

—¿Como sabes eso?

—Cierto amigo tuyo me contó cómo fue que planeaste mi caza.

—Leyton...—Murmuro entre dientes.

—¿La dejaste ir nada más?

—¿Ah?

— A la princesa. A Senix.

—No te conciernen estos asuntos.

—Pero aún así me sigues respondiendo.

El nego y río por lo bajo, aún lastimada y llena de lágrimas saladas manchandola su actitud inquebrantable y curiosa le causaba gracia.

—Me tengo que ir—Fue lo único que Ryan se limitó a decir.

—¿Que te impide hacerle daño?—Cuestiono Miranda notando el nerviosismo en la mirada gacha del joven.

—Todo de ella, y el saber que algún día tendré que hacerlo me llena de rabia. Soy un peligro para ella.

—Pero ella también es tu peligro, tu inusual y atrayente peligro, ¿me equivoco?

—No—Ryan apretó su mandíbula tan fuerte que la chica pensó que se la rompería—.Roy no te ara daño, pondré guardias a vigilar la entrada.—suspiro—Gracias.

—¿Gracias? Pensé que los fénix oscuros no agradecía ni se disculpaban.

—Y yo pensé que habías mencionado que no soy como la mayoría de ellos.

—Si, lo hize. Y no me equivoqué.

—Preparate mañana en la noche. Te sacara de aqui.

—¿Que?—soltó ella aludida, emocionada y nerviosa.

—Yo te caze, yo te liberare. Pero esto quedará sólo entre nosotros y tus compañeros.

—¿Los sacarás también?

—Hay algo que no sabes de mi. Si hago algo, lo hago en grande.

—Gracias.

—Agradece cuando estés fuera de aquí, y habla bajo, como dijiste estas inmundas paredes tienen oídos.

Ella asintió esperanzada, algo le decía que el decía la verdad, y confiaria en el.

Ryan rasco su cuello incómodo, dispuesto a irse del abismo, pero una incómoda voz le decía que tenía que decir aquello:

—Tenías razón.

—¿En que?

—En todo. Senix es mi peor y más grande peligro.

✦✧✦✧✦✧✦✧✦✧✦✧✦✧✦✧✦✧✦✧✦

Lista la segunda y última parte de: «El latir de un corazón»

Espero esté capítulo les haya gustado, a mi en lo personal es uno de mis favoritos, adoro a Miranda♥

Perdón no haber actualizado antes, estuve ocupada los últimos días ya que entraré muy pronto a clases y también porque el 27 de este mes fue mi cumpleaños número 15.

Pero hablando de la historia quiero saber sus opiniones en cuanto a los personajes.

¿Que les a parecido Ryan, Miranda y Leyton?

Acá también díganme qué les parece el idiota de Roy.

Gracias por leer, los quiero♡

Fer A.M

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