Capítulo 32: Son mi esperanza

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Capítulo dedicado a: SIMONNEARENAS  gracias por tu apoyo, linda, espero disfrutes el capítulo

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Capítulo dedicado a: SIMONNEARENAS  gracias por tu apoyo, linda, espero disfrutes el capítulo.

Hace muchos años.

Pequeños pasos quedaban marcados en la arena negra que se esparcía por doquier, como una fina mancha de lágrimas negras. La luz del sol filtraba de manera leve y dolorosa por las espesas nubes grisáceas. Los ojos del niño veían tímidamente el cielo, las aves negras volaban con toda su gloria oscura.

Sonrió fascinado por la vista extraña y misteriosa y aceleró los pasos para alcanzar a su madre.

La cabellera oscura y de grises mechones de esta deslumbraba al niño cuando lo observaba con aquella dulzura de la que carecía aquel mundo.

—Vamos, no te quedes atrás o los fénix malos te dañaran—le decía ella, su tono se deslizaba como una caricia fina y agradable. La leve sonrisa en su rostro causó seguridad en aquel pequeño niño que apresuró aún más sus pasos hasta alcanzarla y tomar su fría mano.

—Mami, pero si todos somos malos... Eso es lo que a dicho Roy.

Su madre lo miró, su sonrisa había desaparecido y una sombra oscura cruzo su rostro.

—Ryan—pronunció el nombre del niño con suma delicadeza, tratando de no parecer dura con el ser que le daba esperanza—. Escúchame bien, no todos somos malos, ¿Entiendes? Unos elegimos el lugar incorrecto para estar, si, pero eso no significa que nos marca por la ternidad como almas crueles y sanguinarias.

Los brillantes y grises ojos de Ryan la miraron con confusión—Pero somos fénix oscuros. Nacemos malos... Seremos malos.

—No es así, Ryan, mi cielo.—la joven mujer poso sus dos manos en las mejillas de su hijo, acunandolas mientras se veía reflejada en los impresionantes ojos grises del niño—No todos somos malos, nuestra raza puede que sea conocida por eso, pero eso no nos define en como seremos o como actuaremos. Tu eres bueno, Ryan si que lo eres, pero no debes de olvidarlo y mantenerlo aquí —apunto con su débil y pálido dedo en el lugar donde yacía el corazón del niño—que seamos oscuridad por fuera no significa que no tengamos una leve luz por dentro, esperando a ser encendida como un faro en la medianoche.

—Te quiero mami—musito el pequeño, tratando de acariciar el bello pero débil rostro de su madre. Los mismos ojos, los mismos rasgos, pero, ¿La misma mentalidad que ella quería que él tuviera permaneció en él? Eso quedaba en un misterio.—No seré malo nunca mami. No me dejaré consumir por la oscuridad.

—Yo se que no lo harás, pero... Si lo haces, no olvides que aun hay esperanza, ¿Si, cielo? No todo se termina eligiendo un bando y hacer cosas malas. Todos pueden tener una segunda oportunidad.—ella aparto las manos del rostro del niño y limpio sus propias lágrimas. Oscuras sombras se posaban debajo de sus ojos, sin embargo, eso no la hacía menos hermosa.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Where stories live. Discover now