Capítulo 22: ¿Su princesa?

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Senix

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Senix

Sonreí, si, quizás era algo tonto no decir nada después de lo que dijo Leo, ¡pero vamos! Acepto que me dejó sin palabras, literalmente temía hablar porque podría empezar a balbucear y no decir nada coherente. El, por su parte, sonrió de lado como siempre hace, sacudió su cabello desordenado y rubio y volteó a ver a la persona que estaba segura arruinaría el momento de ambos dentro de poco.

Mentiría si digo que no tuve un poco de celos al ver a Monik, y si, solo un poco, se veía realmente bien, Monik siempre a tenido un cuerpo bien proporcionado y curvilínea a pesar de tener diecisiete años. Pero su cara, ¡oh su cara! Se veía bien de lejos... pero al acercarse los kilos y kilos de maquillaje exageradamente aplicado inundaba su rostro. No se porque ella usa tanto maquillaje, digo, su rostro y expresión es severa cuando me ve a mí, pero es todo un amor y maripositas cuando ve a Leo. Ella literalmente estaba deslumbrante con su piel blanca más sus incandescentes ojos verdes que eran dignos de envidiar. Monik sonrió y el labial rojo en sus labios hizo parecer su boca más grande, su sonrisa, como lo esperé, iba dirigida a Leo.

El no sonreía, sin embargo, tomó mi mano y la apretó pegándome más a él. Seguro parecía muy baja en comparación a su estatura. Vi su rostro detenidamente aprovechando que el estaba distraído, ¡Por todos los fénix! Era realmente hermoso, ¿cómo es que no lo había notado antes? A quien engaño, lo note desde el primer momento que lo vi; gesto dulce y juguetón, mirada intensa... tan hipnotizante que te perdía, y su cabello, ¡Oh su cabello!, parece que fue diseñado por los propios ángeles para poner en tentación a cualquiera que lo viera.

Suspiré, quizás exagerada pero para mí era la verdad y créanme que siempre digo la verdad.

—¡Leo! Que gusto que hayas venido, estaba segura que lo harías y más porque...—Monik mantuvo silencio cuando se sio cuenta de mi presencia y nuestras manos entrelazadas. —Tu...

Su mirada estaba pérdida, lo notaba, ¡Ja! Toma eso Monik, lamento arruinar tus planes, pero créeme que no dejaría venir a Leo solo. Como siempre, quería decir eso en vos alta pero sería extraño y creo que lo tomaría por "Celos", pff claro que no, ¿ o si?.

—¡Si!, yo... por cierto Monik tu fiesta se ve estupenda.

—Ah...—Aun parecía en trance, eso y que después se puso colorada lo que combinó con su labial carmesí. Estaba indignada, ¿enserio?—Gracias, Senix.

—Vaya, aún no olvidas mi nombre.

—Como iba a olvidarlo... Siempre recuerdo los nombres de buenas amigas.

—¿Amigas?, ¿Lo somos?

Eso creo que la hizo enfadar aún más, pero estaba segura que no haría un berrinche con Leo al lado. Sacudió más su cabello como incitando a Leo a voltear a verla ya que estaba distraído viendo la fuente con el cupido, o eso supuse. Me sorprendí ver que Leo casi no prestaba tanta atención a las muchas chicas con cortos vestidos y miradas coquetas que le lanzaban. El estaba tan ido o mejor dicho concentrado en sus pensamientos que no creo les prestara atención, ni a Monik la había visto bien, con su vestido extremadamente ajustado a su cuerpo, dorado, como si no bastara con su exagerado maquillaje, en verdad brillaba con ese vestido con escote pronunciado y pendientes del mismo color, y aún así Leo seguía sin verla, y si lo hacía la veía como alguien a quien descifrar y entender, y no con dobles sentidos en los que se vieran involucrados bochornosamente. ¿Porque eso me alegraba?

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora