Capítulo 34: La Llegada a Mifnix

793 89 12
                                    

Capítulo dedicado a: ElsaGatzke espero te guste, linda♡

Senix

Nadie me dijo que el Portal Zafiro era tan fabuloso, sentía tantos consquilleos en todo mi cuerpo que empecé a reírme con sonoras risas histéricas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nadie me dijo que el Portal Zafiro era tan fabuloso, sentía tantos consquilleos en todo mi cuerpo que empecé a reírme con sonoras risas histéricas. Lo que me hacía sentir segura además de la poca cordura que me quedaba eran las manos de Leo que me aferraban por la cintura junto a él.

Todos mis demás amigos habían sido transportados por mi rubio chico antes que yo, así que probablemente cuando abriera mis ojos (Y si, los tengo cerrados, la luz azul es tan cegadora que no pude evitarlo, además, Leo lo aconsejó y el sabía lo que hacía) encontraría a mis buenos y locos amigos Diego y Diana desparramados en el suelo mágico de Mifnix por la sorpresa de ver tanta... eh, aún no se exactamente, comprendan, pase muchos años en un mundo que no era el mío, seguro me sorprenderé muchísimo. Me preparé en ese corto lapso de tiempo para analizar todo lo que podía maravillar a mis ojos.

Una sacudida y un serpenteo hacia la izquierda hizo que mi respiración se acelerara y mi corazón latiera de manera descontrolada.

Suelo... una superficie firme me hizo sentir aliviada. Espere la voz de Leo. Pero nunca llegó, quería abrir mis ojos... Enserio que quería.

—Esto... ¿Todo bien? —indague a la nada, con mi barbilla alzada lo suficiente como para rozar la de Leo.

—No abras los ojos aún. —Me susurro. Al menos sabía que el aún seguía justo a mi lado.

Lo sentí separarse y voltearme hacia una dirección que aún no veía.

—Sólo... Aguarda un segundo, ¿Quieres?

Trague y asentí agitadamente—Me estoy impacientando.

Escuche su risa y quise reír con él, pero solo salió un "Ja... Je ja ja ja hay por los fénix"

—Solo relájate. —Volvió a decir el desgraciado y guapo rubio que no me dejaba abrir mis ojos aún.

Sus dedos recorrieron desde mi cabeza, acariciando mi cabello y bajando por mi mejilla, ¿Que estaba pasando? Ni idea, pero se sentía bien.

—¿Lista?

Volví a asentir—Siempre.

—Abre los ojos, Princesa Senix.

Y entonces los abrí. La luz colmaba aquel lugar de un encanto ancestral tan reluciente y nítido que me fue imposible no sonreír.

Justo allí, con mi guardián lunar justo a mi lado y la esperanza de ser aceptada, quede maravillada. No solo por la luz que irradiaba el cielo de tantos colores brillantes en donde se lograba ver estrellas tilitando en la lejanía junto con luminiscentes luceros que trazaban el cielo con pinzeladas plateadas.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Where stories live. Discover now