Los diarios de Jehane de Caba...

By katiealone

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«Había una vez una orden de caballeros que protegían a una dama. Había una vez una dama que se convirtió en i... More

Dedicatoria
Epígrafe
Los diarios
Sinopsis y personajes
1.- Secretos
2.- El día en que todo empezó
3.- Antoine, el que todo lo sabe
4.- Una visita interesante
5.- Los chicos de la orden
6.- Rumbo oriente
7.- Problemas en la escuela
8.- Actea
9.- Una buena pista
10.- El palacio de los espectros
11.- Novedades de terror
12.- Provenza
13.- La gente del futuro
15.- Más secretos
16.- Los herederos de Trencavel
17.- Visitantes inesperados
18.- Los años infelices
19.- Desesperación
20.- Falsa felicidad
21.- El niño de las profecías
22.- Años de olvido
23.- Todo tiene su tiempo
24.- El día de la verdad
25.- Ahora o nunca
26.- Tiempo de cambio
27.- La controladora
28.- La verdad inventada
29.- Promesa
30.- La ira de los dioses [Parte 1]
30.- La ira de los dioses [Parte 2]
31.- Memorias [Final]
📜 Notas finales 📜
Epílogo
📚 Otras historias de la autora 📚

14.- Primera profecía

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By katiealone

⚠️ ADVERTENCIA: Capítulo de fuertes revelaciones ⚠️

Volvemos a la historia. Adelante, estudios (?)


************

20 de octubre de 1231

Nada se va en verdad. El tiempo no es una línea. El tiempo es una curva. La realidad no existe, el mundo es lo que queremos ver. Todo vuelve. Nada acaba.

Todos volverán. Bueno, no todos.

Quizá no existe la palabra "nunca".

Quizá el tiempo tampoco existe.

Y quizá me estoy volviendo loca.


*****************


23 de octubre de 1231

He escuchado cosas que no quise escribir, pero recuerdo cada palabra. No quiero creer en las cosas que Sybille dijo, pero cuando la escuché, me pareció estar otra vez en el palacio de los espectros. Con los inmortales. Sentí que estaba con Esmael, que él me miraba a los ojos y me decía esas palabras.

Que la realidad no existe, que todo es lo que queremos ver. Que el tiempo es una curva. Y que todos volverán.

No debería estar sorprendida, porque Jesús lo dijo. Y yo voy a misa desde niña, también he escuchado a los predicadores. Sé lo que dice la iglesia, y no debería costarme tanto saber que ellos tienen razón. Que la resurrección de los muertos será real.

Y que quizá yo también volveré. Por eso Esmael estaba tan seguro. Porque el tiempo es como una rueda, y la próxima vez que esa rueda pase por su lado, yo estaré allí sin recordarlo. Pero él sí. Él me tendrá.

Estoy loca.


*****************  


30 de octubre de 1231

He escuchado decir que mañana es la noche del demonio, y quizá es cierto, el mundo es una sorpresa para mí. He pasado días sin reaccionar, sin entender, sin saber qué hacer. He recibido revelaciones que en el futuro podrán cambiar la vida de mucha gente. Sybille dijo que tenía que escribirlo, porque solo así la gente del futuro sabrá lo que les espera. Y me pregunto, ¿en verdad es eso importante? ¿Tengo que hablarle a la gente del futuro? Ellos no saben que el tiempo es una curva, ellos no saben que algunos no volverán.

Sybille y Esmael dijeron que todo vuelve. No que todos volverían. A este mundo que es una invención de la gente, quiero decir. Este mundo que es nuestra realidad, y a la vez no existe para otros entes. Porque para ellos somos una ilusión, así como ellos lo son para nosotros. Los fantasmas, por ejemplo. Las almas. Los dioses, a veces les llaman así. O los que vinieron del cielo.

Ella me lo dijo, y no entiendo por qué me hizo este daño al revelarme cosas que los humanos no debemos saber. Hubiera preferido morir sin saber nada. Ahora no dejo de pensar que esta existencia mía no tiene sentido. Porque yo soy una ilusión pasajera. Un punto diminuto en un lugar llamado universo. Una nada.


*****************  


31 de octubre de 1231

Hoy decidí sacarme las cosas terribles de la cabeza, algo muy difícil. Es complicado levantarse cada mañana consciente de que la realidad es algo que creamos. Una forma de entender el mundo que no es nuestro, que es el lugar donde habitamos. Creo que no se me da bien pensar en cosas profundas, voy a perder la cabeza.

Aún tengo las palabras de Sybille clavadas en mi mente.

Pero hoy es un día pagano. El cura de la iglesia de Saissac dijo que hoy es la noche en la que los demonios salen a tentar a las almas puras, que hay que rezar y tener cuidado. Creo que de niña esas cosas me daban mucho miedo, ahora no lo sé. Tampoco me importa mucho.

Lo único bueno de todo este enredo es que logré sacar de mi cabeza a Caleb, que el corazón dejó de dolerme mientras me perdía pensando en todo lo que me dijo Sybille. Ahora siento que todos mis problemas son cosas mundanas sin importancia. Tonterías. También entiendo por qué aquella vez Esmael me dijo que amar en un mundo sin esperanzas era una molestia que nadie debería tomarse.

Y aun así estaba dispuesta a arreglarme y salir a disfrutar de las cosas mundanas. Por días casi no salí, mamá pensó que me puse enferma. Hoy logré poner un pie en el salón, estaba decidida a disfrutar y olvidar. Revisé lo que he escrito días anteriores, parecen delirios de una loca. Quizá me estoy convirtiendo en una.

Salí a encontrarme con Bernard, él me dijo que estuvo muy preocupado por mí. No solo ahora, sino desde que me escapé con Bruna. Hemos hablado un poco y eso me animó.

Al principio tus padres querían seguirte me explicó él—. Pero no podían, decían entre lágrimas que una vez mi madre les ordenó que nunca hicieran nada para impedir que te vayas. ¿Es verdad eso?

Si admití, y noté sus ojos de pena profunda. Yo sé que Bernard quiere mucho a su madre, pero él se ha dado cuenta que a veces hace cosas malas, y eso le duele—. Les dijo eso cuando era una niña, cuando me escapé con ustedes. Esta vez ella no me obligó a irme, yo quise hacerlo, pero mis padres no lo sabían.

Lo entiendo. Pero, Jehane, ¿por qué te fuiste? Te extrañamos mucho aquí, en especial Luc me miró fijo al decir eso, yo me sentí un poco incómoda y aparté la mirada—. ¿Sabes que él tuvo su primera borrachera por ti?

¿Cómo? 

Que cuando te fuiste, él se sintió muy mal. Llegó acá devastado, y me dijo que lo acompañara a una taberna. Hablaba y hablaba, bebía mucho. Yo intenté que no se pasara de copas, pero fue muy difícil. El señor Arnald quiso matarlo cuando lo vio llegar ebrio a su casa, ya te imaginas.

Es cierto, el señor Arnald es un hombre muy correcto incluso había escuchado que era abstemio, que no bebía nada de vino. Quizá para él fue terrible ver a su hijo llegar en ese estado—. Bernie, me preocupa lo que me dices. ¿Acaso Luc ha estado bebiendo mucho desde que me fui?

Si, más o menos. Se sentía solo, quería olvidar que te habías ido.

Pero yo no tengo la culpa de eso, ¿cómo iba a adivinar que estaba enamorado de mí? le dije, y Bernard asintió dándome la razón—. Los tres siempre fuimos amigos y nada más, él nunca me dijo nada.

Supongo que siempre pensó que cuando sea adecuado sería fácil conquistarte, después de todo siempre estuviste cerca a nosotros y jamás te gustó nadie. No contó con la llegada de Caleb.

Escuchar otra vez el nombre de la persona que amo me hizo enrojecer. No solo eso, también entristecía, pues él no estaba a mi lado. Pensé una cosa. Si este mundo es una fantasía de nuestra mente, ¿cómo puede la ausencia de alguien provocarte un dolor tan real? ¿Tan físico?

Jehane, he escuchado cosas...

¿Qué cosas?

Que Caleb pidió tu mano y tu padre se negó, ¿es verdad? Yo asentí. Luché por contener las lágrimas. Quería a Caleb a mi lado y eso ya parecía una ilusión imposible.

Él me ama de verdad, y yo también lo hago. Mis padres piensan que se aprovechó de mí, pero te juro que no es cierto.

¿Y por qué lo han rechazado? me preguntó mirándome a los ojos. Incluso, al verme llorar, tomó despacio una de mis manos y la apretó. Yo no quería responder, sabía que lo que iba a decir le dolería.

Es que él... él... no tiene títulos le dije evadiendo la palabra real—. Creo que papá quiere que me case con un hombre de buena casa, alguien que quiera recuperar Cabaret. Alguien que tenga los recursos para eso y que quiera usar mi apellido para sentirse un señor de Cabaret legítimo.

Entiendo dijo él, un poco más serio—. Tus padres quieren a alguien que no sea un bastardo.

Bernie... no digas eso...

Es verdad que ningún señor de buena familia quiere a su hija con un bastardo, Jehane. No puedes negarlo. Y eso que Caleb es hijo de un conde, su padrastro es hijo de un barón también. ¿Qué esperanza tengo yo?

¿Eso es lo que piensa Adeline? 

No, ella no piensa en cosas terribles. Ella cree que los dos tenemos esperanza, pero yo no quiero lastimarla. Lo que necesito es conseguir algo. Ni siquiera soy un caballero, no es tan simple.

Bernard, creo que hay otras formas. Tu padre no es el único caballero por aquí, el señor Arnald también.

Si, y el señor Arnald va a enviar a Luc a servir al conde de Foix para que se haga caballero y quizá tenga más beneficios.

¿Y por qué no haces tú lo mismo? Tu padre era el gran maestre de la orden, seguro que si te envía el conde, te aceptará.

Es que ese es el problema. Servir al conde de Foix es un honor, uno que solo merece su hijo legítimo. Él no puede hacer eso, porque Reginald irá. Partirá pronto me dijo con tristeza.

Ohh...

No supe qué decirle. Cuando Reginald regrese sería con todos los honores, sería un caballero nombrado por el conde, quizá hasta le den alguna pequeña villa que administrar. Eso tenía a mi amigo muy triste.

Ya se nos ocurrirá otra cosa, Bernie. Foix no es el único lugar del mundo al que puedes ir.

Si, supongo que ya veremos me dijo. 

Oye, Bernard, ¿qué crees que debo hacer con Luc? pregunté. Prefería tocar mis problemas a verlo triste—. Es obvio que no me van a dejar casar con Caleb.

¿Han hablado tú y Luc?

No hemos hablado de lo que él siente, si esa es tu pregunta.

Quizá deberían. Yo creo que él sigue enamorado de ti.

Es que... No sabía cómo explicarle. Tenía vergüenza de contarle que ya no era virgen, que lo que sentía por Caleb era más fuerte, que no era una ilusión simple—. Yo sigo amando a Caleb le dije y medité bien mis palabras—. No puedo pensar en estar con alguien más, al menos no por ahora.

No ahora, claro contestó él pensativo—. Igual creo que debes hablar con él, hace mucho que no estamos los tres juntos, como antes. No me gusta sentir que nos hemos distanciado.

Claro que no Bernard tenía razón, yo también quería que seamos otra vez los amigos de toda la vida—. Hablaré con él apenas pueda.

¿Hoy? arqueé una ceja. Creo que Bernie nos quiere ver juntos. Supongo que le gusta la idea de unir a sus dos mejores amigos.

¿Hay prisa?

No, es que hay una fiesta en casa de Adeline. En realidad, es el cumpleaños de su padre, así que...

Pero yo no lo conozco, a mí no me ha invitado le dije. 

Pues Adeline me dijo que podías venir. Irán Luc, Valentine y Josep.

¿Valentine ya tiene permitido ir a fiestas?

Si, su madre la acompañará. ¿Estás segura que no quieres ir? dudé. Me hará bien distraerme, he pasado muchos días encerrada, pensando en las predicciones de la señora Sybille. Quizá una fiesta sea una excelente forma de distraerme.

¿No se molestará el párroco de la iglesia por salir a una fiesta en la noche del diablo? bromeé, y él rio conmigo.

Esas cosas no existen, Jehane. Este mundo es una mentira.

Sé que se refería al mundo cristiano. A nuestras reglas tan cuestionables en otros lados del mundo, a nuestra forma de gobernar y vivir. Pero eso me hizo recordar las palabras de la señora Sybille. Palidecí.

Igual iré a esa fiesta, no permitiré que esos pensamientos me torturen. Dejo la pluma ahora.


*****************  


03 de noviembre de 1231

No quise escribir antes las cosas que pasaron en la fiesta. He pasado dos días sin deseos de escribir, o quizá debo decir que estaba poniendo en orden mis ideas. Después de dar muchas vueltas, he decidido tomarme el día entero para eso. Voy reescribir las predicciones de Sybille, mi primer intento quedó inenteligible. 

Pero primero voy a desahogarme, pues para eso decidí empezar a escribir. Era para mí, para contar las cosas que vivo y siento, no para escribir augurios tenebrosos del futuro.

Bernard se ofreció a llevarme a la fiesta, y mamá aceptó.  Al llegar me junté pronto con la señora Mirelle y Valentine, de lejos vi a Adeline hablando con otras damas de Saissac. Pensé que me quedaría siempre al lado de ellas, pero pronto Adeline fue a saludarme. 

Es una dama muy linda y amable, además de buena anfitriona. Su madre murió hace unos años, por eso ella es como la señora de la casa, su padre está encantado de tenerla, pues él tiene un problema con la pierna y no puede caminar bien, hay días en que no sale de cama a causa de sus dolencias. Adeline tiene muchas responsabilidades siendo tan joven, pero aun así se muestra alegre. Es una dama encantadora, con razón Bernard la quiere tanto.

Pronto estuve dentro del grupo de las damas mayores. Solteras o casadas, pero todas tenían más de veinte. Al principio no me sentí cómoda pues no estoy acostumbrada a eso, pero pronto logré desenvolverme y ser yo misma. O jugar con mucha discreción al joy, como me enseñó mi madre. Esas prácticas de finn' amor están prohibidas, pero muchas siguen usando esos métodos sin que nadie se entere.

Así que ahí estaba yo, jugando como antes lo hacían las damas. Encantadora, distante, mirando de lado y riendo. Mirando a los hombres a los ojos y apartando la mirada entre risitas, mostrando con discreción parte de mis piernas o los brazos. Era divertido, pero también pensé en lo extraño de eso. Para los caballeros era muy provocativo ver un poco de la piel de mis piernas. Y Caleb ya había visto cada parte de mi cuerpo. Eso sin mencionar que en oriente vestí ropas que mostraban mucho. Dejé de tomarle importancia a eso, todas las damas hacían lo mismo en busca de conquistar a alguien. O quizá estoy siendo muy buena y lo que querían era otro tipo de aventura. Una más íntima.

Cuando empezó la música y el baile, Luc fue el primero en sacarme a bailar. Me estuvo mirando todo el rato mientras jugaba al joy, no fue mi intención atraerlo, y aun así lo conseguí. Mientras bailábamos, yo enrojecía. Él también me miraba de esa forma intensa que podía hacerme temblar. Ya no soy una muchacha inocente y virgen, soy una dama que sabe muchas cosas. Y la mirada llena de deseo que me dedicaba Luc lograba que me estremeciera. Yo sé que él me quiere, y siendo consciente de eso, quizá no debería darle esperanzas. Porque mi corazón ya tiene dueño, y no es justo que ilusione a otro. Quiero mucho a Luc, pero el amor que siento por Caleb es diferente.

La fiesta estaba muy animada. Mamá siempre me dejaba beber una copa de vino, pero en oriente yo había aprendido a beber más. O eso creí. Bebí más de una copa y empecé a sentirme diferente. Creo que todos nos excedimos, en especial los jóvenes. No recuerdo con claridad en qué momento acabamos en el patio de la casa junto a Adeline y los demás. Ella estaba al lado de Bernard, incluso él la tomaba de la mano y la besaba con discreción. Luc estaba cerca, sé que quería hablar conmigo. No sé cómo pensé que eso era posible con tanto vino en mi cuerpo, pero acepté ir a un lado con él para conversar sobre nuestro asunto pendiente.

En oriente escuché al inmortal Nikkos decir que el vino era una de las mejores cosas que inventó la humanidad. Porque era dulce, agradable, y liberaba nuestra verdadera naturaleza. Aquella que escondemos detrás de la máscara de la nobleza o de los modales. Él dijo que el vino puede desatar a un monstruo, y que ese monstruo se llama deseo. Nunca lo entendí, hasta ese momento. Creo que estaba ebria, y por eso no tengo cara para salir de la habitación hoy. Tan terrible fue que prefiero escribir las profecías de Sybille antes que enfrentar las consecuencias de mis actos.

Jehane, necesito hablar contigo me dijo Luc. ¿Acaso él también estaba ebrio? Creo que no, solo era yo. Y eso me da más vergüenza.

Dime todo, quiero escucharte decía animada.

Es que nosotros...

Luc, ¡yo te extrañé tanto! Pensaba mucho en ti en oriente le dije. 

Yo no he dejado de pensar en ti contestó él mientras me miraba a los ojos.

¿De verdad, Luc? Era yo quien se estaba acercando mucho. Yo lo estaba provocando. Dios, ¿por qué hice eso? ¡Sé que él me ama y jugué con su corazón! Él me miraba ilusionado y yo ahí con él, como si lo amara. ¡Ay, qué malvada soy!

De verdad, Jehane. Te lo juro. Te he extrañado tanto, solo deseaba verte. Quería incluso irme a oriente, no me importaría arriesgar mi vida por ti.

Oh, Luc, eres maravilloso le dije con voz melosa.

Pero ya estás aquí, has vuelto a mi lado. Perdóname por no habértelo dicho antes. Tenía miedo de que te asustaras de mis sentimientos, estuve esperando el momento perfecto para eso y se me pasó el tiempo. Ahora que has vuelto pensé que quizá nosotros...

¿Quieres estar conmigo, Luc?

Mi voz sonó seductora. En ese momento recuerdo que me pareció el más apuesto de los hombres. El monstruo llamado deseo se había liberado, y yo lo quería. Me provocaba muchas cosas tener a Luc al frente, mirándome ansioso, dispuesto a todo por mí.

¿Que si quiero? Eres todo lo que deseo en el mundo, Jehane. Sin ti todo ha sido un tormento. Te amo y te deseo, te quiero y te necesito. Jehane, sé mía. 

Ni siquiera esas palabras me hicieron reaccionar. Al contrario, actué como una tonta insensible. 

No puedo culpar al vino, yo soy la responsable. Le fallé a Caleb, al hombre que amo. Y me comporté como una mujerzuela con Luc. Yo lo besé. ¡Yo! ¿Cómo fui capaz? Lo deseé tanto en ese momento que ahora se me cae la cara de la vergüenza y el arrepentimiento. Me pegué a su cuerpo, uní mis labios a los suyos y lo besé como si se tratara de Caleb. Con pasión y locura, no pensaba en nada más. Él pasaba sus manos por mi espalda, metió su lengua a mi boca y yo lo disfruté. Sentí deseo, y me gustó, quise más.

¿Cómo paramos? No lo recuerdo. Solo sé que me fui con Bernard, y que desperté en mi cama con dolor de cabeza. He dicho a todos que me siento indispuesta y que no quiero ver a nadie. Mejor así, porque no sé como voy a mirar a Luc a la cara después de lo que le hice. Ni siquiera sé si seré capaz de contárselo a Caleb.

Antes pensé que era mejor distraerme con mi vida en lugar de pensar en cosas profundas, pero ambas cosas me dan dolor de cabeza. Este mundo, real o no, es un enredo difícil de comprender.

Yo mejor escribo lo que dijo Sybille antes que lo olvide.

Aunque lo creo imposible, recuerdo cada una de sus palabras.


*****************  


Profecías de la señora Sybille de Montpellier. Año 1231

Jesús no mentía, y por eso sé que aquel hombre fue real, y que de alguna manera la iglesia nos dice la verdad. O al menos dice una parte de esta.

Estoy segura de que aquel hombre fue un profeta como yo. O quizá algo más, quizá sí tenía poderes extraordinarios y pudo ser un inmortal como los que ya conoces. Es posible, porque los prodigios que se cuentan de él no tienen explicación, así como los poderes de los inmortales.

Él nos prometió la resurrección de los muertos, eso lo sabe cualquier cristiana. Se supone que nosotras lo somos. Él dijo que el que crea en él podrá llegar al reino de los cielos. Dijo que llegaría el día del juicio final, un día en el que todos seríamos juzgados por nuestros actos y solo los justos volverían a la vida.

No sé si esas fueron sus palabras exactas, o si la iglesia dijo lo que quiso. Pero yo te diré lo que sé porque lo he visto en sueños.

Jehane, debes saber que existen otros mundos, que este no es el único. Esta realidad, digámoslo así. Y esta es una realidad peculiar que muchos envidian. ¿Quieres saber la razón? Porque aquí hemos inventado el tiempo, o porque nosotros sentimos el tiempo. Acá las cosas no son eternas, siempre se renuevan. Nacen, crecen, mueren. Y vuelven a nacer. Todo vuelve de una forma diferente, con otro nombre y otro cuerpo. Por eso decimos que nada se va, y que el tiempo es una curva. Por eso los guardianes de la eternidad quieren esta realidad. Por eso se hicieron inmortales, para poder presenciar el proceso de la vida muchas veces y así entender el misterio de este lugar. Por eso los inmortales son inmortales. No los crearon para dominar el mundo. Los crearon para que vean y aprendan.

¿Entiendes lo que te digo? Si es así, puedo continuar. Existen otros mundos, ya te lo dije. Y esos mundos están tan cerca al nuestro que a veces la línea es tan delgada y se confunden. Por eso hay gente que ve fantasmas, demonios, duendes. O dioses. Ellos no ven cosas de este mundo, ven cosas de los demás. En algunos mundos el tiempo no existe como aquí. Los inmortales tienen un poder que no pertenece a nuestro mundo, por eso los habrás escuchado decir que ellos no sienten el paso de los días, o años. Ellos perciben la realidad de otra forma, ellos ven con los ojos de los guardianes de la eternidad.

¿Quiénes son ellos? No lo sé bien, pero he escuchado que así les llaman. Son los inmortales originales, los que viajaron por los mundos en busca de criaturas que sean sus semejantes para darles el don de la inmortalidad. Para que sean como ellos y aprendan. Para atarlos a esta realidad y que no abandonen un cuerpo físico.

Ese es el verdadero problema, Jehane. Que en los otros mundos nadie siente ni vive como aquí. No hay cuerpos, no hay tiempo, no hay sensaciones, no hay amor. Hay solo entidades etéreas que piensan y observan. Es ahí donde vamos todos al morir. Por eso esta realidad es maravillosa, porque es corta, pero es un regalo. Ellos, los que están del otro lado, observan, hasta envidian que seamos capaces de sentir dolor. Ellos no pueden hacerlo. Para muchos de ellos, nuestra realidad es un sueño. Un lugar que no existe más que en sus fantasías. Y quizá sea cierto, quizá somos un sueño y la realidad no existe. Quizá esto no es más que el sueño de alguien de esos mundos.

Por eso es tan importante premiar a los que se fueron, porque se lo merecen. Este no es el único mundo, ya te dije. Así como hay inmortales aquí, los hay en otros lugares. En otros puntos del cielo que nosotros jamás podremos conocer. He visto en sueños como se alzan civilizaciones en lugares lejanos a este lugar que llaman tierra. El cielo que de noche solo tiene puntos luminosos que llamamos estrellas, en realidad guarda secretos que ningún hombre será capaz de descifrar. Tú ves oscuridad y estrellas. Pero detrás de cada estrella se esconde otro mundo con vida. No sé cómo no me he vuelto loca con todo esto. Quizá lo estoy, por eso no he hablado de esto con nadie, ni siquiera con Guillaume. Solo tú lo sabes, y por eso te ruego que lo escribas, para que el conocimiento pase a mejores manos.

Nosotros, los profetas, tenemos el poder de romper el tiempo. De saltarnos partes de este y ver más allá, de ver cosas que aún no suceden. Me he dado cuenta por eso que el tiempo es una curva. No es lineal, Jehane. Es un círculo que siempre regresa al punto inicial y se renueva.

Si las planas, los animales y los hombres mueren, es lógico que las civilizaciones también caigan. Y ha pasado ya, puedes preguntarle a cualquier inmortal. Ellos han visto a las naciones crecer y morir. Han visto como la historia se repite una y otra vez. Si eso pasa en nuestro pequeño espacio en la tierra, ¿por qué no pasaría a nivel general? ¿Por qué este mundo debe existir por siempre? ¿Por qué no mejor destruir toda la civilización humana y empezar de cero un nuevo mundo? Ese, querida Jehane, es el plan de los guardianes de la eternidad. Es la razón de ser de los inmortales en esta tierra.

Cuando ellos cumplan el ciclo, deberán destruir todo. Solo la sangre de ocho inmortales creados en este mundo será capaz de activar el arma que llevará a la tierra a su aniquilación. Pero como ellos son justos, no dejarán que todos mueran. Solo aquellos escogidos poblarán la nueva tierra y gozarán de una vida larga. Los escogidos son aquellos que murieron y ahora existen en algún otro mundo. Sus almas, llámalo así si se te hace más sencillo. Son los fantasmas que a veces vemos en los castillos antiguos. Las almas en pena de los cementerios. Son aquellos que rondan este mundo con la esperanza de volver.

¿Quiénes volverán? Solo los justos, dijo Jesús. Por eso les pidió a sus seguidores que sean buenos, porque de lo contrario no podrían resucitar. Y es cierto, no se equivocó. Solo aquellos humanos merecedores de una segunda oportunidad en este mundo volverán a poblar la tierra. No serán muchos, Jesús habló de eso. Serán muchos los llamados, pero pocos los elegidos. Y de alguna forma me alegra saber que Guillaume es uno de los elegidos. Que él volverá.

Existirá una época de retorno. Empezarán a nacer personas que llevarán los rostros idénticos de quienes volverán. Por eso, cuando llegue el momento, los escogidos habitarán en esos cuerpos físicos que tanto desean. Volverán a vivir en este mundo. A sentir, a soñar, a gozar, a sufrir. Ellos saben que la vida será corta en comparación a la eternidad, pero tienen claro que la espera valdrá la pena. Hay seres de otros mundos que darían lo que sea por tener un cuerpo físico. Ellos solo flotan. Ellos son como la luz. Existe, pero no siente. Existe, pero puedes pasar a través de ella. Todos, hasta tú y yo, seremos luz al morir.

Ocho inmortales se necesitan para activar el arma. Ocho piezas que se han juntado por siglos. Ocho almas que podrán escoger dejar el preciado don que es habitar un cuerpo físico por la eternidad, e irse a los otros mundos donde nada es igual.

El ocho será el número del fin.

La fecha, 2018 de nuestro señor. Si, en el año 2018 se revelará por octava vez el último pilar del Grial.

Nacerá la inmortal ocho. O nacerá si ella quiere.

Pero con el ocho todo acabará.

Veo mucha gente extraña, pero todos están juntos de alguna forma. Una mujer que no quiere vivir. Un hombre que vio la muerte a los ojos. Un hombre que busca amor con desesperación. Una profetisa que no sabe lo que quiere. Otro hombre que es inmune a todo, como si eso fuera posible. Una mujer de decisión. Y un hombre que leerá esta profecía y se asustará. No un hombre, un niño. Un Bordeau.

Jehane, dile a ese niño que no tenga miedo. Dile, escríbelo.

No temas, muchacho.

Te contaré un secreto. Existe un mundo aparte de este. Y desde ese mundo, todos te miramos y te queremos. Algunos le dicen cielo. Yo le digo el lugar de la eterna espera.

No temas, porque allá iremos todos.

Allá somos luz. Allá vivimos con los guardianes de la eternidad.

Los guardianes nos guían. Los guardianes nos hablan. Los guardianes ven. Lo más cercano que hay en este mundo de un guardián de la eternidad es aquel inmortal llamado Esmael. Yo conocí al ángel oscuro y vi el infinito en sus ojos. Él sabe lo mismo que yo sé, él sabe lo que pasará cuando todo acabe. Él entiende sobre el tiempo, sobre la realidad, sobre lo fugaz e importante que es la existencia humana.

Para él no existe la crueldad, pero es cruel. No existe la maldad, pero promueve actos malvados. No existe la muerte, y sin embargo gusta de asesinar. Para Esmael no existe el tiempo, y aun así espera con ansias el día de cumplir su misión en esta tierra y ser un digno guardián de la eternidad. Él no entiende de sentimientos, y aun así ama. Él detesta los placeres humanos, pero busca complacerse a través de ellos. Él es un ángel oscuro porque es el menos humano de todos los inmortales. Porque él ha perdido su conciencia hace tanto que ya ni recuerda que existió. Él es indescifrable.

Y aún así, Jehane, no es de Esmael de quien deben preocuparse. Él solo quiere cumplir su misión, solo busca ser un guardián de la eternidad. Quiere tener el poder de recorrer los mundos, de crear también. Crear. Esmael quiere ser un creador de mundos. O como lo llaman ahora, Dios. Esmael quiere ser un dios.

Pero hay otro que quiere destruir. Uno que no debió ser. Uno que nunca fue apto, y que es la razón por la que Esmael fue castigado. Un error en los planes. Tú lo conoces, yo también. Lo miré a los ojos y vi sus intenciones con claridad. Eso fue hace años, Jehane. Antes de que Bruna se hiciera inmortal. Él vivía aquí con otro nombre, se hacía pasar por un sacerdote bondadoso, pero era el diablo encarnado. 

Él odia a la humanidad porque se odia a sí mismo. Odia la debilidad y la fragilidad humana, porque es lo que odia de su pasado. Por eso él no solo quiere destruir la vida de los humanos, él quiere acabar con todo. Incluso con los escogidos. Incluso con las plantas y animales. Él no descansará hasta que este mundo arda hasta sus cimientos.

Ismael. Es él.

Ismael y Esmael. Hermanos. Tan iguales y tan distintos a la vez. Uno crea, el otro destruye. Si alguna vez te preguntaste como lucen Dios y el Diablo, ya tienes la respuesta. Ellos lo son.

Dile a la gente del futuro que no pueden perder a Esmael. Jamás.

Que lo odiarán, y él los odiará a ellos también. Que querrán destruirlo, que harán lo que sea por salvarse de su ira y serán capaces de cualquier cosa por matarlo. Pero no lo hagan. Porque él no quiere ver morir a su mundo, él solo quiere renovar la vida. Sin él, jamás podrán vencer a Ismael. No asesinen al dios de nuestro mundo. A nuestro guardián de la eternidad.



*****************  

I'M GAGGING, LITERALLY!! 

Sé que ha sido un capítulo un poco complicado, bastante metafísico, parece que Sybille tuvo un viaje con Ayahuasca o algo similar. Una de las razones por la que demoré en escribirlo y publicarlo, aunque no lo crean, es porque me estaba documentando más para seguir adelante con la historia.

Este en particular es un capítulo MUY IMPORTANTE no solo en esta historia, sino para toda la saga. Y en mi vida, hace mucho quería escribirlo, al fin pude ordenar mis ideas y expresarlo en forma de profecía y delirio místico.  Recuerden que son profecías, se puede interpretar de diferentes maneras. Sybille y Jehane están en el siglo XIII, para ellas es muy complicado entender el universo, la tierra, vida extraterrestre y más. Por eso usan palabras como "cielo", "almas", "fantasmas", "Dios", "Diablo", "el tiempo es una curva" y cosas así. Una interpretación más clara y científica la podría dar Jerome en el año 2000. O Alain en 2017.

No las abrumo más, porque ha sido demasiada densidad kdjfbjdkgb

¡Hasta la próxima!




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