El chico llamado LANCE - Klan...

By ShargyD

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Ha pasado un año desde que los padres de Keith murieron. Shiro, su mejor amigo de infancia y de quien secreta... More

Capítulo 1 -¡Comenzando la fricción!
Fragmento CERO - Break
Capítulo 2 -El secreto de Keith
Capítulo 3 - Lazos
Capítulo 4 -Imanes
Capítulo 5 - Conexión
Fragmento UNO - Storm
Capítulo 6 - Nudos
Capítulo 7 - Autodestrucción
Capítulo 8 - Bienvenido a mi corazón
Capítulo 9 - Intermedio
Fragmento DOS - Lost
Capítulo 10 - Mi mar [cumpleaños]
Capítulo 11 - Autocontrol
Capítulo 12 - Indecisión
Capítulo 13 - Remordimiento
Fragmento TRES - Skemmtun
Capítulo 14 - Confusión (parte uno)
Capítulo 14 - Confusión (parte dos)
Capítulo 15 -
Capítulo 16 - Colores
Fragmento CUATRO - Confessione d'amore
Capítulo 17 - Miradas
Capítulo 19 - Realidad
Capítulo 20 - Condena
Capítulo 21 - Consciencia
Capítulo 22 - Mi estrella
Fragmento CINCO - Virhe ja vika
Fragmento SEIS - Monster
Capítulo 23 - Humano
Capítulo 24 - Te amo
Capítulo 25 - Calma
Capítulo 26 - Efecto mariposa
Capítulo 27 - Consentimiento
Fragmento SIETE - Keith Kogane
Capítulo 28 - Mi verano
Capítulo 29 - Bashert

Capítulo 18 - Falacia

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By ShargyD

Dedicado con amor a todos los lectores que hacen crecer esta historia
y que han llegado a los 15K

Muchas gracias.

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falacia

nombre femeninoFORMALEngaño o mentira que se esconde bajo algo, en especial cuando se pone de manifiesto su falta de verdad.




Ese jueves por la noche era perfecto, tenía todo para que cualquier plan social tuviese éxito. El cielo nocturno se encontraba enteramente despejado, permitiendo que cualquiera fuese capaz de notar las estrellas que se resistían a ser opacadas por la contaminación lumínica de la ciudad. El cuarto menguante de la brillante luna parecía sonreír ampliamente sobre aquella bóveda estelar, el viento cálido era tan agradable y perfecto para pasar la noche por las calles; y el hecho de haber comenzado las dos semanas vacacionales que el seminario de la ciencia otorgaba, era la excusa perfecta para no dormir.

Pero ni las perfectas condiciones y preciosa noche lograban consolar a Shiro, quién lo único que deseaba era que esa noche terminara para él. Una noche que tristemente, apenas se inauguraba. El solo hecho de pensar lo largas que se volverían las horas le provocaba un sentimiento angustiante de excesiva culpa, remordimiento y molestia.

"Enfrenta las malditas cosas como son."

Dejó escapar una risa que se transformó en un suspiro cansino e irónico al recordar esa frase, ¿enserio le estaba pidiendo eso? A veces envidiaba la increíble ligereza con la que las personas podían actuar... Así pues, con semblante abatido, decidió no torturarse más, dedicándose a la tarea de buscar un taxi disponible en la aplicación de su celular. Reposó suavemente la espalda y parte de la cabeza contra el frío metal de la camioneta de Allura, observando el tenue reflejo de la luna sobre su pantalla.

Daría lo que fuera por ver la luna en compañía de Keith, en lugar de tener que ir a ese estúpido lugar.


—Así que... ¿cambiaste te opinión y si asistirás a la fiesta?, ¿o es acaso que planeas como huir de California? —Los brillantes y oscuros ojos de Shiro se apartaron del reflejo de la luna sobre la pantalla para enfocarse a su nuevo objetivo: una chica de cabellera plateada, atada a un listón oscuro que contrastaba a la perfección con el vestido de tirantes caídos color blanco que llevaba, junto a sus tacones oscuros. El mayor esbozó una sonrisa, acompañándola de un silbido.

—Primero debo decirte que esta noche te ves simplemente preciosa. Y segundo, ¿es eso una indirecta? —respondió con la ceja alzada, sin deshacer ni un poco su sonrisa—. En realidad, quedé de verme con unos amigos para ir a tomar algo por ahí.

—Gracias —Allura flexiono las piernas, cruzando sus pies uno detrás de otro para hacer una reverencia, sosteniendo la holgada falda de forma divertida—. Aunque tengo la ligera sospecha de que ese comentario halagador es una sucia estrategia para que te perdone. Y la verdad, fue Pidge quien me dijo que debía ponérmelo esta noche.

—Solo ponte a pensarlo, si ella misma te alentó a que utilizaras el vestido que su hermano te regaló debe ser porque en verdad te queda muy bien. Tiene el mismo buen gusto que Lance —El mayor cayó en cuenta de sus palabras, mordiéndose la lengua juguetonamente—. Por favor, no les digas que yo dije eso, ya sabes como son con un poco de poder.

—Tendría que estar loca para hacerlo, ese par se convierte en unos monstruos apenas notal una señal de debilidad —afirmó la muchacha, agitando su mano de un lado a otro haciendo resonar las pulseras metálicas que la decoraban— ¿Y no quieres que te lleve? Voy a casa de Matt, podría dejarte de pasada.

—Creo que mi estrategia para ganar tu perdón está funcionando —Se mofó de forma inocente. Allura únicamente rodó los ojos, cruzándose de brazos. El mayor sonrió, negando—. Tenía que intentarlo y sobre tu oferta, te lo agradezco, pero el taxi que pedí ya viene en camino, aún si lo cancelo me cobrará la tarifa del viaje.

—No te insistiré, aun no te lo mereces —mencionó entre juguetona y firme, refiriéndose al hecho de que Shiro ayudara a Lance con el tema de las rehabilitaciones. El mayor hizo ojos de cordero a medio morir, llevando en la cara escrita un: "sabes que no podía negárselo". Allura únicamente levanto ambas cejas como una madre sin creer la mentira, dirigiéndose hacia la camioneta y abriendo la puerta. Fue entonces que escuchó los pasos de Shiro acercándose y notó su gran mano apoyándose en el marco de la puerta—, ¿Qué sucede? —cuestionó extrañada.

—Me gustaría dejar de lado un poco esto... necesito preguntarte algo antes de que te vayas —El rostro de Shiro había pasado de la tranquilidad y diversión a una de seriedad y preocupación. La morena asintió en silencio, percatándose de la actitud sigilosa que había tomado su amigo hacia la casa, como si cuidase que nadie saliera de ella, continuando: — ¿Sabes si tu primo irá a la fiesta de hoy?

—¿Lotor? —inquirió la muchacha, torciendo suavemente sus plateadas cejas con inseguridad—. No, ayer me encontré con mi tío y me contó que tenía que irse a San Diego desde hoy por la mañana para tener todo lo del seminario listo para el sábado, y mencionó que Lotor se iría con él también... ¿Por qué?, ¿tiene que ver con lo de...?

—Algo así... —Shiro dirigió su mano derecha hasta su nuca, acariciándosela cual vil tic de preocupación— ¿Sabías que Lotor es el tutor de proyecto de Keith? —preguntó al fin, con un tono de ansiedad no muy notorio.

Allura abrió los ojos sorprendida, claramente no lo sabía—¿Qué?, ¿quién te dijo eso?

—Keith me lo dijo. Un día que tenía unas horas libres antes de mi última clase y Keith estaba libre, lo invité a comer y pasar el rato conmigo. Estábamos charlando en una de las bancas de la universidad cuando vimos caminar a lo lejos a Matt, entonces me preguntó si yo sabía la razón por la que Matt y Lotor no se llevaban bien y me sorprendió. Le pregunté si conocía a Lotor y me dijo que sí, que era su tutor de proyecto, ¿ahora entiendes a dónde voy?

El dedo pulgar de la morena viajo hasta sus labios, mordiéndose la uña de éste con inquietud—. Tan solo pensar en todas las veces que..., dios mío, ¿por qué no me lo habías dicho antes? —Allura asomó fugazmente la vista hacia la casa, asegurándose de que nadie estuviese espiándolos antes de continuar— ¿Tienes idea de la magnitud de todo esto?, ¿Keith sabe algo?

—No es algo que podamos hablar libremente por la casa y los exámenes, junto con los proyectos, no ayudaron para nada a hacerme un tiempo para ir a hablar contigo, es por eso que no te lo había dicho —El mayor comenzó a juguetear con la pulsera tejida de Lance—. El día que me preguntó eso, le dije que no tenía idea porque ya tenía mucho tiempo que Matt y yo habíamos dejado de ser amigos, que ya no me enteraba nada que tuviera que ver con su vida. Si él lo supiera, las cosas no estarían como están actualmente. Y de ahí viene mi miedo, porque el día que Keith se entere, siento que todo será un gran desastre.

—¿Y... él... ya sabes quién... lo sabe? —Allura cada vez se sentía más temerosa.

—De milagro no se ha enterado, pero no creo que corramos con la misma suerte siempre.

—Es una bomba de tiempo —murmuró la californiana aún con la uña entre sus dientes—. Si pensábamos que había sido difícil mantener las cosas tranquilas estas dos semanas en San Diego, no imagino como demonios vamos a lograr que todo esto no estalle hasta el final de semestre. Nunca contamos con que Keith estuviera en medio.

—Sabemos la respuesta —afirmó Shiro con firmeza—. Si no queremos que las cosas se compliquen, hay que hablar con ellos dos y decirles lo de Keith. Entiendo que es algo que tú quisieras evitar, yo también quisiera evitarme todo ese daño, pero considerando la situación... tenemos que hacerlo antes de que él se entere por su cuenta y las cosas exploten. Tenemos un margen de tiempo de dos semanas para pensar en cómo abordarlo, Keith no irá al seminario este año por el tema de su transferencia, por lo que todo sigue relativamente controlado.

—Relativamente controlado hasta que las clases comiencen de nuevo —completó la chica—. Bien, no hay razón para alterarse antes de tiempo, ayudaremos en esto —Allura intentó darse confianza, respirando y exhalando con profundidad—. Por la fiesta no tienes que preocuparte y sobre el seminario, bueno, al menos sabemos que Lance ayudará bastante...

—Hey, hey... —Shiro colocó su mano sobre la mejilla morena de Allura. Ella enfocó la vista sobre el rostro del mayor que se encontraba iluminado tenuemente por las luces lejanas del pórtico de la casa y el cabello brillante al reflejo de la luna, sonriéndole tan cálidamente que por unos instantes fue capaz de sentirse en total tranquilidad y comodidad—. Todo este tiempo hemos logrado ayudarle, creo que podemos ser capaces de ayudarles antes de que se hagan daño, no te preocupes... deberías irte ya con los chicos, diviértete con ellos, olvídate un poco de todo al menos por esta noche, ¿qué te parece?

—Supongo que preocuparme de más no logrará nada... tienes razón —Allura asintió con suavidad, acomodándose uno de sus mechones ondulados y plateados detrás de su oreja—. Es tarde y ellos deben estar esperándome.

La morocha se metió en la camioneta, sentándose y encendiéndola a la vez que Shiro le cerraba la puerta con cuidado y apoyaba los brazos sobre el marco de la ventana abierta aún con aquella aura cálida y protectora—. Todo estará bien, diviértanse.

—Claro.

La camioneta se encendió y no tardó demasiado antes de que se pusiera en marcha a través de las calles donde vivían. Esta vez no deseaba poner la música que tanto le encantaba, ni siquiera tenía cabeza para ello, lo único que rondaba sus pensamientos mientras conducía hacia el departamento de Matt era una cosa, una pregunta que vivía haciéndose desde hace ya un buen tiempo respecto a Shiro.

¿Cómo era posible que alguien que irradiaba tanta luz, calidez y confianza, que prácticamente parecía un ángel... podía ser también alguien tan frío y egoísta?

Era algo tan difícil de comprender cuando no conocías ambos lados de la historia y tan pesado de sobrellevar al cargar con tantas verdades, que muchas de las veces deseaba simplemente jamás haber hecho nada.


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La última vez que Lance se había sentido así de indignado, según recordaba, fue aquél fatídico día durante segundo semestre en la universidad. Cuando se enteró que su puesto número uno como el chico más atractivo y agradable de la clase había sido arrebatado por nada más y nada menos que Dean Folks. Un imbécil mitad brasileño, mitad americano que había llegado de intercambio aquél semestre. Por supuesto, está vez era un tanto distinta. No había una lista de chicos atractivos que encabezar, y mucho menos había un jodido Dean Folks intentando opacar sus increíbles atributos. Lo que había era un Matt que se había encerrado en su habitación junto a Keith, con la excusa de que le ayudaría a encontrar algo en su armario que le quedara a la perfección para la fiesta y que, citaba del castaño: "lograra que nadie fuese capaz de olvidar a Keith Kogane".

Pero cuando él ofreció su gran talento en elección de vestuarios para ayudarlo, ¿qué sucedió? Que el señor cerebrito lo mando directo a freír espárragos, dejándolo fuera donde tendría que ingeniárselas para arreglarse en el baño, mientras que Matt podría encerrarse muy a gusto con Keith, vistiéndolo y desvistiéndolo a su antojo, solos, manoseando y peinando su bonito cabello oscuro, encerrados en una habitación donde Lance no podía tener oportunidad de espiar, solos, descubriendo las lindas pecas que el azabache tenía en la parte de los hombros y el borroso lunar debajo de su ombligo, ¿ya había mencionado solos?

—Con un Matt Holt, ¿para qué quieres un maldito Dean Folks? —murmuró el cubano con evidente irritación en la voz, pasando sus dedos entre su cabello para peinárselo de manera casual frente al espejo del baño—. Ti irrigliti in il biñi, kith istiri in mi hibiticin —imitó a Matt al tiempo que hacía gestos exagerados con más celos encima de los que le gustaría admitir. Lance asomó la cabeza por el marco de la puerta del baño para ver si ya habían salido, pero nada, seguían ahí— ¡LLEVAN UNA MALDITA HORA Y MEDIA AHÍ DENTRO!



Por otro lado, la habitación de Matt era un auténtico desastre. Era difícil ver los muebles que se encontraban dentro, incluso el suelo parecía cubierto por capas de prendas y más prendas que habían sido tiradas al azar por su inquieto dueño. El chico se había dejado el cuerpo y alma para buscar cada prenda y accesorio que fuera perfecto para Keith.

—Estoy seguro de que había dejado esa maldita chaqueta por aquí —renegaba el castaño con impaciencia, encontrándose dentro del closet del cuál Keith solo podía ver más ropa colgada, preguntándose como carajo podía ser posible que la cantidad de ropa de una tienda departamental pudiese ser guardada en un espacio tan... normal.

—No tienes que presionarte por encontrarla, yo pienso que lo que me has prestado está bien.

—¡Por supuesto que no está bien! —respondió el castaño, asomándose del armario. Keith no entendía –aunque tampoco había forma de que lo hiciera- que el objetivo de Matt iba más allá de solo ayudarle a verse bien para una tonta fiesta, su objetivo real era impresionar a cierto idiota desesperado que se encontraba allá afuera, arreglándose y seguramente, haciendo berrinches también—. Esto es más que solo un outfit de fiesta, Keith.

—¿Ah sí? —cuestionó de forma inocente el pelinegro, dejando caer la cabeza hacia un lado con evidente confusión mientras esperaba sentado en la cama la siguiente orden del castaño, y no, no era porque no quisiera ayudar, en realidad se había quedado quieto porque Matt así se lo había pedido. Fue entonces que escucharon el quejido desesperado de Lance, haciendo que Keith mirara con las cejas alzadas hacia la dirección de la puerta y Matt volviese a asomarse del armario con las cejas alineadas y comisuras de labios caídas.

—¡TARDAREMOS MÁS SI NO DEJAS DE QUEJARTE! —respondió el chico antes de volver a meter la cabeza al armario—, ¿de dónde diablos salió tanta ropa? —se escuchó desde el interior—. ¡Oh, por cierto!, ¿irás al seminario de la ciencia, Keith?

El azabache dejó caer su peso sobre la cama, rebotando un poco antes de que ésta se quedase quieta y comenzara a observar de cabeza los posters de películas de terror clásico que se encontraban sobre las paredes de la habitación de Matt—. No, al menos no este año. Slav me dijo que debido que no tenía un promedio fijo en Altea por la transferencia y porque los antecedentes del último semestre de mi anterior universidad eran malos no pude calificar para ganarme un lugar.

—No puede ser, yo incluso ya había hecho planes para que saliéramos a turistear tú, Lance y yo por San Diego... a veces la universidad es demasiado exigente —Matt salió del armario, revisando los cajones de ropa que se encontraban frente a la cama— ¿Entonces qué harás durante las dos semanas de vacaciones?, tengo entendido que todos los de la casa lograron calificar para ir y según me contó Allura, Coran aprovechará para irse con unos amigos a Oregón de pesca y viaje.

—Ya habrá otra oportunidad. En realidad, estuve pensando, mi abuela cumple años el sábado de la próxima semana y decidí ir a visitarla unos días, ya la última semana que quede me la pasaré adelantando algunas cosas de la universidad o durmiendo todo lo que no he logrado dormir por ponerme al corriente con los meses que no estuve aquí.

—Pues mientras estemos allá sería divertido hacer algunas video llamadas con Lance en algunos lugares de la ciudad, ¿qué te parece? Así no te sentirás tan solo durante esas dos semanas, aunque tampoco creo que Lance vaya a parar de enviarte mensajes todos los días —El castaño sonrió pícaramente, diciendo lo último con un tono cantarín plasmándole a Keith un tono carmín sobre los pómulos—. Después de todo no creo que sea capaz de separarse tan fácilmente de alguien taaaaaan especial, solo hay que ver lo del hospital...

—¿Qué cosas estás diciendo? —interrogó con un calor en sus orejas, enderezándose sobre sus codos en la cama para poder ver más directamente al mayor. El castaño se encontraba sentado sobre la cómoda oscura de su habitación aún con esa expresión de satisfacción que solo lograba poner de nervios a Keith.

—Sabes, siempre pensé que yo era la persona en la que Lance confiaba más, debido a que desde que nos conocimos, encajamos muy bien y todo eso; incluso llegué a sentir que él confiaba más en mí que en Shiro —Los labios de Matt se curvaron suavemente con aires de nostalgia, aparentemente, siempre que hablaba de su pasado algo dentro de su pecho se removía de una manera agridulce. Comenzó a balancear sus piernas en el aire, continuando—. Pero cuando anoche supe que se había ido contigo del hospital, me di cuenta que la verdadera persona que tiene su confianza absoluta eres tú.

—Comparado contigo, él acaba de conocerme, dudo mucho que...

—Ambos sabemos que él no te llevó para molestar a Shiro o Allura, ni mucho menos —interrumpió con total seguridad—. Te llevó porque te necesitaba y sé que eres consciente de ello. Siempre que hace algo, lo hace por una razón, por muy estúpido que parezca y llevarte a ti fue por algo —Keith huyó de la vista fija de Matt, dirigiéndose hacia cualquier otra parte de la habitación que no le provocara un nerviosismo extremo, recordando como su mejor amigo le había pedido que huyera con él del hospital, de una manera tan... ni siquiera sabía cómo describirlo—. Él siempre ha tenido la mala costumbre de huir de todo lo que le asusta o presiona, sale corriendo a la primera oportunidad que tiene para no enfrentar las cosas que lo aterran, y desde que lo conozco, siempre lo ha hecho solo, sin importar quién... hasta esa noche, y no es la primera vez que lo hace, ¿verdad? Estoy casi cien por ciento seguro de que eres la primera persona que se escapa con Lance, ¿y sabes porque es eso? —La pregunta de Matt había funcionado sobre Keith como una palanca que accionaba los engranajes de su corazón, logrando que el pelinegro volviese a mirarlo de manera nerviosa y expectante. Los ojos amielados y llenos de convicción del castaño únicamente lograban elevar el palpitar de su corazón con un golpeteo en el pecho que temía, fuese escuchado por lo fuerte que era. Keith no era consiente de cuánto ansiaba saber la respuesta, que segundos después, volcarían de una forma tan violenta su mundo entero y sentimientos—. Porque él desea huir de todos, excepto de ti —dijo al fin.

Keith sujetó con una fuerza involuntaria las sabanas de la cama, arrugándolas. La sensación de haber escuchado eso, era similar a cuando entrabas a un sauna, tan caliente y sofocante, pero extrañamente placentero, mezclado con ese cosquilleo descendiente que provoca una montaña rusa, extendiéndose desde la boca de su estómago hasta los dedos de sus extremidades, atorándose en la garganta y robándole la capacidad de respirar decentemente.

Pero entonces, toda aquella euphoria que se había desatado y esparcido por todo su cuerpo se transformó en un saco de cemento marca: realidad. Un saco tan pesado que caía sobre él de la nada, ¿por qué?, porque esa maldita pregunta había aparecido después de tal reacción... ¿cómo debía responder a algo como eso? O más bien, ¿qué era lo que él deseaba responder?

Keith presionó sus labios con fuerza, sintiéndolos repentinamente más secos de lo usual. Había una pregunta más, ¿Qué había de Matt?, la relación entre él y Lance no era simple, eran buenos amigos, excelentes. Pero también retaban la normatividad de la amistad, pues se acostaban, tenían sexo sin compromiso... ¿qué tan sin compromiso era realmente? —¿Eso incluye a la persona con quien se acuesta? —preguntó sin mirarle.

Matt podía entender el origen de esa pregunta mejor de lo que Keith imaginaba, él sabía que el noventa por ciento de las relaciones amigo con derechos terminaban mal, pues uno de los dos siempre terminaba enamorándose del amigo cariñosito. Sin embargo, Keith no contaba con algo fundamental que no permitía que el amor floreciera entre su amigo y él, y aquello era que seguían amando a otra persona y, cada vez que ambos se acostaban no era más que un simple desahogo, una manera estúpidamente carnal de alejar emociones, ¿cómo podría entonces florecer algo de lo que ambos huían? En su corazón seguía existiendo solamente una persona, y en el de Lance, Keith ya estaba más que presente. Cuando estuvo a punto de responder, fue cortado de inmediato por un sonoro quejido al otro lado de la puerta.

—¡Se los dije! —La voz de Lance estaba cargadísima de desesperación y celos, al tiempo que tocaba casi a puños la puerta de la habitación. El alboroto del moreno parecía haber sido una bomba que casi le provocaba un infarto al pelinegro, que solo había pegado un brinco sobre el colchón de lo repentino que había sido en una situación tan tensa. Matt por su parte solo suspiró con resignación—. Allura acaba de enviarme un mensaje porque el señor Holt no le contesta, dijo que ya está abajo esperándonos, ¡ASÍ QUE SALGAN YA!

El castaño se bajó de la cómoda de un salto, acercándose a la puerta donde recargo su hombro con una sonrisa altanera y maliciosa. El azabache lo observó en silencio, podía jurar que casi veía salir de Matt un par de cuernos y cola con esa expresión—. Baja tú primero, a Keith le falta ponerse algo y yo lo esperaré. Sirve que aprovechas ese tiempo para disculparte con ella, sé que estará agradecida contigo después de lo de ayer —El italiano se llevó la mano a la boca, ahogando con ella la risa que amenazaba peligrosamente con salir.

—¿Keith es enserio?, ¿van a enviarme solo con ella?

—Ah... ¿sí? —respondió el pelinegro con duda, haciéndole caso a las señas que Matt le hacía, sonriendo.

—¡Solo es cuestión de que ustedes dos se junten para que me estén haciendo una cosa tras otra!, ¡TRAIDORES, LOS ODIO! —Las quejas del cubano se escuchaban cada vez más y más alejadas de la puerta de la habitación—. ¡Pues no los necesito, todavía tengo a Hunk y Pidge! —Y dicho esto, se escuchó como la puerta del departamento fue cerrada con fuerza, tumbando incluso algún cuadro cercano.

Poco faltó antes de que Matt estallara a carcajadas, tirándose en la cama al costado donde yacía Keith sentado, agarrándose el estómago con fuerza. Adoraba picar a Lance cuando tenía a Keith de su lado—. Dios, dios... —dejó salir entre suaves y cansadas risas, limpiándose las lágrimas. Cuando pareció detenerse, le regaló una sonrisa animada a Keith, enderezándose con las piernas cruzadas sobre el colchón—. Él no se pondría así de celoso si no considera a la otra persona especial, ni siquiera con alguien con quien solo se acuesta —El rostro del pelinegro retomó nuevamente el tono carmín, desviando la mirada.

—No tenías por qué responder esa pregunta.

—Pero quería hacerlo, ¡Keith, mira! —Apuntó emocionadamente en dirección al armario. Ahí, entre el escritorio y dicho mueble, se encontraba tirada sobre el suelo la chaqueta que tanto había estado buscando. Rápidamente saltó hasta donde ella, sacudiéndola del polvo que tal vez había cogido del suelo antes de entregársela al pelinegro—. Por cierto... la última vez que me acosté con Lance fue el día que te conocí —finalizó con una sonrisa.



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Allura siempre había sido una muchacha con una capacidad por sobre encima de la normal para entender y comprender a las personas, siendo desde pequeña mucho más despierta, comprensiva y madura que el resto de su edad. Pero como toda persona, no se podía ser perfecto con todos y la prueba clara de ello, era el chico que se encontraba sentado en los asientos del fondo de la camioneta.

Desde el primer día que vio a Lance, cuando llegó a casa junto a Shiro, comprendió que era una persona con un tipo de razonamiento diferente al que siempre había visto, siendo incomparable y totalmente desconocido.

—¿No se supone que la persona enojada aquí, debería ser yo? —cuestionó cuando Lance finalmente se quedó quieto en los asientos traseros, dejando de mover la camioneta de un lado a otro con cara larga.

El moreno se llevó una de las pastillas que Shiro le había dejado la noche anterior, antes de mirarla a través del retrovisor con un puchero bastante notorio— ¿Cómo diablos es que nunca tienes ganas de ahorcar a Matt? El chico es un maldito cuando se lo propone.

La morena dejó caer la frente contra el volante, había sido ignorada olímpicamente y por supuesto que sabía lo que seguía. Sería objeto de desquite por parte del cubano—. Oh por dios, ¿ahora qué hizo?

—¿Qué hizo?, ¡se encerró en su habitación con Keith durante hora y media! —Lance alzó los brazos, rozando las palmas de sus morenas manos contra el forro interior del techo que recubría la camioneta— ¡HORA Y MEDIA! Y no fue solo eso, hicieron que me alistara en el baño, pero el idiota de Matt tiene todo para peinarse y las cremas en su habitación, ¡ahora traigo un mechón de cabello que no puedo bajar! ¿¡Quién demonios guarda esos productos en la habitación y no en el baño!?

—Lance —La voz de la californiana sonaba con ironía—, tú guardas esas cosas en tu habitación y no en el baño.

—Ah... sí... —Lance se pasó de la tercera fila de asientos hacia la segunda, sentándose justamente en el asiento que quedaba detrás del conductor donde se encontraba su amiga sobre el volante—. Pero en mi defensa diré que tomé esas medidas porque tú y Pidge se robaban mis cremas.

—¿Todavía sigues con eso? —La morena inmediatamente se enderezó, observando a través del retrovisor al cubano que ahora estaba justo detrás de ella—. Eso sucedió el año pasado, ¡además fue Coran quien lo hacía, no nosotras!

Lance giró dramáticamente la cabeza hacia su lado derecho, observándose las uñas de las manos de manera despreocupada y digna—. A mí me dijo que las había visto a ustedes.

—Estamos hablando de Coran —Allura desabrochó el cinturón de seguridad, subiéndose sobre su propio asiento mirándolo de frente, pegando las rodillas en el respaldo de su mismo asiento—. No puedes creerle a mi tío, es... es... ¡es Coran!

—Parecía muy sincero cuando lo dijo —La morocha entrecerró los ojos, su quijada casi tocaba la cabecera del asiento por lo abierta que la tenía y su indignación podía palparse a kilómetros del lugar.

Lance miró de reojo la expresión de la peliblanco, sin poder mantener un poco más la postura que había mantenido hasta ese momento. Hizo un sonido gracioso con sus labios ante el último intento de no soltar la carcajada, sin éxito. Había comenzado a reírse y Allura, junto con otras personas que pasaban al costado de la camioneta estacionada, le miraban confundidos.

—¿Por qué te estás riendo?

—Perdona, necesitaba una forma de hacer que me dirigieras la palabra para romper el hielo que había entre los dos desde ayer —respondió con genuina felicidad.

—¿Y la única forma que se te ocurrió fue haciéndome enojar con otra cosa menos importante? —Lance asintió afirmativamente, recibiendo un empujón por parte de Allura—, ¿qué clase de lógica es esa?, ¿estás aplicando la técnica de "dolor amortigua otro dolor"?

—¡Exactamente! —dijo Lance con una sonrisa, recostado sobre el asiento trasero debido al empujón de Allura—. El tema de las cremas siempre te saca de quicio y terminas hablándome y defendiéndote a capa y espada, era una buena forma de hacer que me dirigieras la palabra sin recibir un regaño. Aunque lo de Matt es cierto, pero como ambos me mandaron aquí primero pensé que me quedaría contigo solo y dije "oh, debería crear una estrategia de distracción" y funcionó, no se ve que estés molesta conmigo más de lo que otras veces lo has estado.

—Eso es manipulación... ¡y caí redondita en ello! —Allura se cubrió el rostro con ambas manos. Lance tenía razón, la discusión de las cremas la había distraído de tal forma que el tema del hospital había pasado desapercibido totalmente— ¿Qué tanto debe sufrir Keith al ser tu compañero de habitación?, mi pobre niño...

—Yo lo llamó "estrategia de supervivencia", tal vez debería escribir un libro sobre ello. Y estás muy equivocada con Keith, el claramente disfruta mi bella compañía —Lance se levantó del asiento, acomodándose nuevamente con los brazos extendidos sobre el largo respaldo donde se encontraba—. Pero, dejando de lado mis geniales habilidades para escapar de la muerte... quería disculparme.

La morena deslizó lentamente las manos hacia abajo, retirándolas de su rostro para así dejar ver una expresión de extrañeza con sus características cejas plateadas frunciéndose— ¿Por tu cruel manipulación?

—No, por lo del hospital. Y no solo por haberme ido ayer antes de que llegaras y haberme llevado a Keith, también por lo de las rehabilitaciones. Yo, bueno... —El castaño se llevó una mano hasta la nuca, masajeándola con torpeza—, mi intención al no haber ido jamás fue mala, pero admito que no pensé las cosas y actúe de una manera egoísta cuando lo único que tú y Shiro querían era ayudarme. Quería pedirte también que no fueras tan duro con él, quién lo convenció fui yo, incluso muchas veces me insistió en volver... De verdad, lamento mucho haberte hecho eso, tus intensiones siempre fueron las mejores y yo simplemente pasé sobre ellas como si no fuera nada, fui muy inmaduro, sigo siéndolo, pero al menos estoy dispuesto a tomar la medicación que Adam me recetó.

—¿Es una estrategia más para que no te grite? —Al cubano se le escapó una suave risa junto a la chica—. Lance... tengo la vaga noción del porque lo hiciste y lo entiendo. Nunca fue fácil para ti y tampoco tuviste un descanso, enfrentaste una cosa tras otra. Lo entiendo e incluso, te admiro por ello, me recuerdas mucho a mi padre. Admito que me moleste bastante, pero no por el acto en sí, sino porque no pensaste en tu salud y ahora estabas viendo las consecuencias de ello. Únicamente quiero pedirte una cosa, asiste a tus chequeos, sé que no quieres ver a Adam, pero tarde o temprano tendrás que hacerlo y sé que tampoco te gustaría estar en una situación como la de Matt y Pidge con él. Tus hermanos siempre han sido muy importantes para ti, especialmente Adam y Verónica... solo te pido eso.

Lance dejó caer la mirada hasta sus pies, donde podía ver sus manos caídas sobre el pantalón que llevaba, suspirando—. Supongo que... puedo asistir a alguna que otra consulta.

El moreno subió con un poco de temor mezclado con timidez la vista, encontrándose con la amplia sonrisa de la morena, tan brillante como su cabello bajo la luz de la luna. Eso era todo lo que Allura necesitaba, saber que él al menos lo intentaría la llenaba de felicidad y alivio, porque eso era incluso más de lo que Lance siempre había estado dispuesto a hacer—. Gracias...


El sonido de la puerta haciendo "clic", junto a la voz de Matt captó inmediatamente la atención de los dos morenos en el interior de la camioneta—. Sentimos el retraso —dijo con una sonrisa. Después volteó hacia su lado izquierdo, estirando su brazo para detener a alguien que se encontraba al otro lado—. No huyas, ya estamos aquí, Keith.

—Solo déjame cambiarme el pantalón —se escuchó suplicante el pelinegro, siendo sujetado ahora por ambas manos del castaño hasta ser jalado donde se encontraban, entrando al campo de visión tanto de Lance como Allura, que ya se encontraban observando curiosos la escena.

—Pero ¿qué dices, hombre? Ese pantalón fue hecho para ti —Matt dirigió su vista hacia sus otros dos amigos, con aires de triunfo y orgullo— ¿Verdad que se ve genial?

Keith no quería ni siquiera mirar hacia el interior de la camioneta cuando Matt lo dejó ir de su agarre. No estaba acostumbrado a llevar pantalones de ese estilo, ni de un color distinto al negro o azul, pero ahí estaba, luciéndolo.

—¡Te ves genial, Keith! —El brillo en los ojos de Allura era genuino, le encantaba el conjunto entero que llevaba puesto encima, muy diferente al habitual pero que no le quitaba para nada la personalidad a Keith, al contrario, la reflejaba más.

El pelinegro sonrió avergonzado pero agradecido, metiendo las manos en los pequeños bolsillos de la chaqueta, subiendo poco a poco la mirada hasta toparse con la silueta de los dos morenos. Pero en cuanto la violácea mirada del muchacho hizo contacto con la azulada del cubano, la inseguridad se desvaneció, perdiéndose no solo en los ojos de cada uno, sino también en su apariencia y la maldita buena forma en que ambos se veían.

Lance no parecía tener la voluntad suficiente –aunque tampoco la deseaba- para apartar sus ojos de Keith, quien llevaba puesto un pantalón de mezclilla color rojo vino que se ceñía descaradamente a las piernas del pelinegro, torneándolas a la perfección de los muslos. La camisa azul rey con rayones tenues de blanco, contrastaba delirantemente con la pálida piel y clavículas descubiertas que el cuello revelaba, ya que era bastante abierto; y el collar de púa metálica, junto a la chaqueta de mezclilla oscura, arremangada hasta los codos, eran un plus que lo volvían una delicia para Lance.

Keith por su parte, parecía que se comía a su mejor amigo con la mirada, pero ¿cómo no iba a hacerlo? En todo el tiempo que llevaban viviendo juntos, nunca lo había visto tan jodidamente guapo como iba aquella noche. Se encontraba ahí, frente a él, extendido sobre el asiento trasero con una mirada ridículamente provocativa que simplemente no podía ignorar. Lance llevaba puesto un pantalón de mezclilla claro, roto en el doblez donde se encontraban las rodillas morenas del chico, permitiendo su visualización a la perfección junto a una bonita cicatriz borrada por el tiempo. La camisa gris claro que llevaba solo resaltaba de manera única la piel del cubano, volviéndola tentadora a pesar de estar cubierta por una segunda camiseta abierta de cuadros oscuros con grises, la llevaba arremangada hasta la mitad del antebrazo exhibiendo las pulseras tejidas que colgaban de sus muñecas y un reloj grande y plateado que lo único que hacía era evidenciar las marcadas y cuadradas manos de Lance, junto a sus largos dedos.

Mientras los dos mejores amigos se comían con la mirada sin ningún disimulo, Matt y Allura se dedicaron una sonrisa disimulada que pasó totalmente desapercibida por sus amigos. Por supuesto que se habían dado cuenta de la increíble tensión que había nacido entre Lance y Keith, dando por sentado que esa noche prometía.

Así que sin más tiempo que perder y después de que Allura sacara del trance a los dos muchachos, decidieron tomar rumbo a la fiesta, no sin antes pasar por una riña entre Lance y Matt sobre quién iría en el asiento de copiloto. No pasó demasiado antes de que Allura los condenara a ir atrás, dejando que Keith se fuera con ella adelante como un castigo para aquél par.

Ambos castaños iban sentados en el asiento trasero con los brazos cruzados y en silencio. Estaban totalmente indignados por la decisión de la morena, que claramente tenía preferencias "entre la familia". Aunque claro que Allura ignoró totalmente su berrinche, centrándose en una plática con Keith que parecía ir de maravilla mientras conducía.

—Tienes que admitir que hice un buen trabajo con él —Rompió finalmente el silencio Matt, murmurando cerca del oído de Lance para que los chicos del frente no lo escucharan.

—Lo admito, lo admito —asintió varias veces el moreno con una mano sobre la barbilla, con el mismo nivel de voz que el italiano—, ¿pero era necesario que me dejaran fuera de la habitación?

—Para impresionarte, sí, aunque él no sabe que esa era la intención —Lance cerró los ojos, entendiendo inmediatamente el punto al que Matt quería llegar.

—Ya habíamos hablado sobre eso —Matt rodó los ojos con fastidio, acompañado de un gruñido hundiéndose en el respaldo del asiento.

—Y te sigues haciendo el idiota —sentenció.

Lance entreabrió los ojos después de escuchar aquella pedrada directa para él—. No es justo que Allura haya dejado a Keith irse al frente —mencionó, dando un corte total al tema que Matt había intentado sacar.

—No es justo, ¿Por qué querías irte con Keith aquí atrás y ella te lo arrebató? —se mofó el castaño con una sonrisa de oreja a oreja. Si Lance iba darle corte al tema, entonces lo aceptaría con una última estocada.

—O quizá, porque él va con Allura en lugar de que seas tú —La inmensa sonrisa de Matt inmediatamente se desvaneció, frunciéndole el ceño a su amigo.

—Eso es juego sucio —susurró dándole un golpe al moreno en el hombro—. Ya entendí, no mencionaré nada más del tema.

Lance soltó una carcajada, sobándose el área donde había recibido el golpe—. Como sea, no es justo para ambos. Yo quería ir manejando, en primer lugar.

—¿Desde cuándo Allura ha sido justa con nosotros dos?

—Buen punto...

Ambos chicos se quedaron nuevamente en silencio, observando como Allura y Keith iban riéndose, aparentemente de alguna anécdota que a la morena le había sucedido aquella semana. Lance y Matt suspiraron al mismo tiempo, dándose cuenta que ninguno de los dos estaba conforme con la decisión de la mayor. Bien, podían sentirse un poco celosos cada quién con sus asuntos, lo aceptaban. Entonces se miraron a través de la oscuridad de la camioneta que únicamente se desvanecía cuando pasaban junto a locales con mucha luz o los postes de la carretera, sonrieron y entendieron.

Matt fue el primero que se inclinó hacia el frente, colocándose en el hueco que existía entre los asientos de Allura y Keith con una gran sonrisa de oreja a oreja— ¿No creen que este ambiente está muy apagado?

—Yo pienso lo mismo —respondió Lance, inclinándose de la misma manera que había hecho Matt, metiéndose también en el espacio que el nombrado le había dejado para asomarse, quedando en un orden de: Keith, Matt, Lance, Allura— ¡Vamos a una fiesta, hombre!

La chica giró la cabeza solo durante unos segundos para observar a sus dos amigos con cara de sospecha. Pero cuando volvió a mirar hacia la carretera, cuidando la distancia entre un auto y otro, los engranajes de su cabeza comenzaron a trabajar, trayéndole a la memoria los últimos dos viajes que había hecho con ellos dos, después de hacerlos enojar—. No, no, no, no, ni se les ocurra.

—¿Qué no se les ocurra qué? —cuestionó Keith con mucha curiosidad.

—Ellos van a... —Ni siquiera pudo completar la frase cuando Matt comenzó con su juego de equipo.

—¿Dónde están los buenos hooombres? Ya les dije adiós... ¿Dónde encuentro un hércules de la batalla en voz? —Comenzó a canturrear Matt con voz excesivamente suave y dramática, llevándose la parte superior de la mano hasta su frente.

—Les daré lo que quieran, lo prometo —volvió a pedir Allura sin poder hacer demasiado, además de mirarlos a través del retrovisor mientras conducía. A veces se le olvidaba que, cuando Matt y Lance se lo proponían, podían hacer un buen equipo.

—Caballeros ya no haaaaay, montando en su corcel. Al dormir, mis sueños lo traen, solo quiero verlo a él... —continuó la siguiente estrofa, igual de dramático Lance, llevándose la mano al pecho cual doncella— ¡Dale, oh sí!

—¡Yo quiero un héroe! Esperaré por un héroe hasta el amanecer, muy fuerte será y veloz actuará, demostrando en batalla frialdad —El tono tranquilo en la voz del italiano había cambiado drásticamente, ahora cantaba casi gritando con un montón de energía y drama.

—¡Yo quiero un héroe! Esperaré por un héroe hasta el día que llegue a haber, muy fuerte estará, decidido será y más grande que la eternidad, ¡LA ETERNIDAAAAAD! —siguió con el cantico la voz de Lance tan dramática como la del castaño, mientras que Matt hacia el coro de "héroeeeee" al fondo de la estrofa del cubano.

Allura soltó una carcajada al escuchar los terribles canticos de sus dos amigos en la parte de atrás— ¿No es esa canción de Shrek? —preguntó Keith, intentando aguantarse la risa mientras los observaba cantando.

Solo fue cuestión de tiempo para que Lance y Matt comenzaran a brincotear en la parte trasera de la camioneta, gesticulando partes de la canción como lo hacía el hada madrina en la película, llevando siempre un micrófono invisible que incluso compartían en estrofas. Keith comenzó a carcajearse con la actuación de ambos chicos, al igual que Allura. Pero las cosas no terminaron ahí, cuando la canción llegó a su fin, ambos optaron por continuar su increíble recital para molestar a Allura –que en realidad había estallado a carcajadas en algún punto viejo de la canción-. Fueron desde la canción de "don" cantándola ambos en español, gritando a todo pulmón a través de la ventana la icónica frase de: "es la guitarra de lolo". Después "livin la vida loca" comenzó a salir de sus gargantas, en la cual Keith se unió en el coro, escuchando por primera vez para Lance como el pelinegro intentaba decir la frase en español correctamente, deshaciéndose de ternura. Continuaron con un poco de backstreets boys, finalizando con "Barbie girl" que Allura se sabía al derecho y al revés, uniéndose los cuatros a cantar dentro de la camioneta hasta llegar a la casa en la playa donde parecía que la fiesta ya había comenzado. 






*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

¡Mucho tiempo sin leernos! 
Les contaré un secreto, el capítulo es de aproximadamente 40 páginas... ¡así es! así que mientras lo leía para corregirle lo más posible me di cuenta que sería definitivamente una lectura pesada y decidí partirla en dos ¿a qué me refiero con pesada? en éste capítulo, como podrán haberse dado cuenta no hubo muchas situaciones pero sí mucha información para digerir y pensar, dejando más dudas que respuestas. La segunda parte es lo contrario, son más situaciones que información (exceptuando la problematica que se presentará en el capítulo). Así que lo mejor que vi fue aligerarles el contenido. 

¡Venganse esas teorías y comentarios! 
¿qué les pareció el capítulo? ¿qué piensan sobre Allura? ¿Y de Shiro? ¿qué tal la nueva tensión entre Keith y Lance que ya parece que hasta puede cortarse con un cuchillo? ¡Lo que viene en el siguiente capítulo es la fiesta! Así que espero que lo disfruten tanto como yo lo hice al escribirlo. 

También quería agradecerles por haber hecho crecer tanto este fanfic, ha llegado hasta los 15K cuando en realidad, jamás pensé que pasara del 1K. Estoy feliz de que mi historia les este gustando y causando tantas emociones como sean posibles! <3 porque ese es el objetivo, distraerles con bonito klance de la vida cotidiana. Muchas gracias por las lecturas, votos y comentarios!!! Cada capítulo va dedicado y es solo para ustedes (: 


Pd: Sé que en cada actualización me disculpo, la razón es que realmente odio tardar tanto entre cada actualización (porque sé que es lo que se siente, yo también leo fanfics y esperar actualizaciones es frustrante xd). El motivo es simple: vida laboral. 
Por lo que dejaré claro que posiblemente las actualizaciónes puedan tardar un poquito más en salir, ya que como algunos adultos aquí podrán darse cuenta, el trabajo es muy absorbente:( Sin embargo, haré todo lo posible por que no sean tan tardías ¿la buena noticia? el Fanfic está casi por terminar señoras y señores... ¡La bomba está por explotar!

Sin más que decir, me despido de todos ustedes super agradecida con su paciencia y apoyo a esta historia. Se merecen todo el amor del mundo. 

¡Nos leemos pronto! (esta vez sí porque ya está escrito lo siguiente xd) 

By: ShargyD. 

YA SOLO FALTAN OFICIALMENTE 13 DÍAS PARA LA OCTAVA TEMPORADA
NO.ESTOY.LISTA. 

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