Chains Of Love- Ziam

By sunshinexyoongi

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¨Chains of love¨ (fanfic Ziam) ¿Qué pasaría si pidieras un deseo? Pensando que la felicidad estará en tus man... More

Chains Of Love- Ziam
Capitulo 1. A dream child.
Capitulo 2. Father-son relationship.
Capitulo 3. A new summer.
Capitulo 4. The gift.
Capitulo 5. The pet.
Capitulo 6. setting the rules
Capitulo 7. Become a pet.
Capitulo 8. Hi, I'm Louis.
Capitulo 9. change of prisoner puppy.
Capitulo 10. Who are you? Part 1.
Capitulo 11. Who are you? Parte 2
Capitulo 12. Shopping, the Lady and the kiss.
Capitulo 13. Never leave you.
Capitulo 15. First comes the storm...
Capitulo 16. ...And then comes the calm
Capitulo 17. Maybe in another life.
Capitulo 18. Mythology.
Capitulo 19. Hermes
Capitulo 20. Apolo and Artemis.
Capitulo 21. Ares
Capitulo 22. Aphrodite
Capitulo 23. The oracle.
Capitulo 24 The dark forest of Zayn.
Capitulo 25. The dark forest of Liam.
Capitulo 26. Cage opens
Capitulo 27. Chains of love.
Capitulo 28. Chains of love.
Capitulo 29. Chains of love.
Epilogo.

Capitulo 14.Let it snow, let it snow, let it snow.

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By sunshinexyoongi

Se enrollo entre las cobijas. Un inusual frio recorría su cuerpo, no tenia maneras de descifrar el como. Levanto su cabeza del sofá donde descansaba y vio inusuales rayos de luz entrando por las ventanas. Destapo su cuerpo y levanto de donde se encontraba, el frio piso punzaba la piel de sus pies ¨ ¿Por qué hace tanto frio?¨. Contuvo el aliento, bien podría ser un truco óptico, pero no lo era. Toda la parte exterior de la mansión estaba cubierta por un manto de nieve. El paisaje invernal llegaba hasta donde el horizonte se perdía. Abrió las puertas del balcón y decidido salió. No era la primera vez que tenia oportunidad de ver nieve, siendo ya un clima normal para las zonas británicas donde vivía. Pero el simple hecho de saber que ayer estaba soleado y hoy, todo lo contrario. Hermoso. Los jardines y colinas que se alcanzaban a ver desde el balcón descubrían un paisaje invernal, que parecía robado de una postal de saludos.

-increíble- fue lo único que escapo de los labios del ojimiel.

Cerro los ojos y dejo que la fría brisa combinada con el encanto de los cristales de hielo le bañaran la cara. El aire se sentía tan puro, tan limpio, por un momento sintió que todo lo que lo rodeaba o lo que había vivido eran mentiras, y que solo existían aquella brisa fría y él mismo. Respiro hondo llenando sus pulmones, exhalando todo problema. De repente sintió como una delicada manta cubría sus hombros, la agarro entre sus manos para que no terminara en el suelo. Giro su rostro. Unos hermosos y aun adormilados ojos lo observaban profundamente. El azabache se encontraba recién levantado, adormilado y despeinado. Mas hermoso no se podía ver, según el criterio del ojimiel. El castaño sonrió tímidamente a lo que el ojimarron respondió con una sonrisa menos tímida pero con menos gracia.

-Buenos días, Liam- logro articular mientras un bostezo escapa de sus labios.

-Buenos días- respondió el ojimiel.

-Veo que no me creías de la nevada- dijo juguetonamente.

-No es que no te creía, sonaba muy ilógico- hizo una pausa para volver a contemplar el paisaje –Pero ahora parece algo mágico e irreal-.

-Cierra las puertas hace frio- exclamo el azabache mientras abrazaba a Liam.

El frio no era tan congelador como decía, solo quería una escusa para poder abrazar al chico delante de él. El ojimiel rápidamente abrió sus brazos para rodear el cuerpo del ojimarron con la manta. Se mantuvieron un instante en esa posición, abrazados, viendo el paisaje congelado, compartiendo su calor corporal.

-¿Qué te parece una taza de chocolate para iniciar el día?- el azabache hundió mas su cabeza en el pecho del castaño.

-Me encantaría- respondió dulcemente.

Rompieron el abrazo. El ojimarron salió del cuarto en dirección a la cocina mientras que el ojimiel cerraba las puertas del balcón. Algo más. Algo se rompió cuando se separo de los brazos del otro chico. Algo que no se había roto en los demás abrazos, pero ¿Por qué este era diferente? Era un abrazo, eso estaba claro. La esencia del mismo no era igual, un abrazo, pero no entre dos personas distantes, si no que, un abrazo entre dos almas compenetradas. ¿Cómo había llegado a este punto sin darse cuenta? Al parecer el ojimarron sentía algo mas por él, un sentimiento que podía ser reciproco al fin. Camino a la puerta y giro la perilla, salió de la habitación y bajo a la cocina. Al entrar vio como el azabache vertía el líquido caliente y espeso en dos hermosas tazas. Decoradas con temas invernales, especiales para la ocasión.

-Que hermosas tazas- dijo el castaño mientras se sentaba en uno de los asientos de la barra, en frente del chico de los tatuajes.

-Eran mis tazas favoritas, mi mama las usaba solo en este tipo de eventos- le extendió una taza de chocolate al ojimiel –Reconfortan el alma- dijo mientras le daba un sorbo a la caliente bebida.

Liam lo imito, se llevo la taza a los labios y degusto el chocolate. Caliente, dulce, sencillo, abrazador, lleno de sensaciones. Le recordaba mucho a la persona que lo había preparado. ¨ ¿Qué pasa por tu mente Liam? Ya estas empezando a pensar tonterías, estas compararlo con el chocolate caliente¨.

-¿Qué es tan gracioso?- pregunto el azabache.

-¿A que te refieres?-.

-De la nada se pinto una sonrisa traviesa en tus labios-.

El castaño toco sus mejillas, las cuales se encontraban mas tibias de lo normal. Se había sonrojado de eso estaba seguro. Y no era lo único de lo que estaba seguro. Cada vez estaba más convencido de estar enamorado del chico de ojos oscuros que estaba sonriéndole en ese preciso momento. ¿Pero quien podría culparlo? Era listo, lindo, atento, encantador, todo un caballero, sin mencionar su belleza física. Liam se quedo atontado observando al azabache que preparaba el desayuno. Ojos oscuros, pestañas largas como las de una dama, cabello negro estratégicamente despeinado, una piel bañada en un hermoso color bronceado claro, labios carnosos y esos tatuajes. Varias figuras repartidas por todo su cuerpo, por el momento se encontraban cubiertos por el pijama, pero ya los había notado desde un principio. Pocos en torso y en el pecho. Aun que ya sabia que la mayoría se encontraban en su brazo, toda la parte inferior de uno de sus brazos se encontraba tapizada de tatuajes. Sintió la curiosidad, tenia que preguntarle.

-¿Por qué tantos tatuajes?- pregunto tímidamente.

El ojimarron levanto la vista del sartén y la dirigió al castaño, lo observo por unos segundos y regreso a la comida.

-Me gustan mucho, soy artista. Era de esperarse el hecho de querer pintar incluso mi cuerpo- respondió alegremente –A parte, cada tatuaje tiene su historia-.

Empezó a servir el desayuno en los platos y le coloco uno en frente al ojimiel. Le sonrió dulcemente.

-Tal vez algún día te cuente la historia de cada uno de mis tatuajes- le soltó pícaramente.

El castaño solo pudo responderle con una sonrisa igual de sugerente –Me encantaría- finalizo metiendo un trozo de alimento a sus labios.

Los dos jóvenes continuaron desayunado tranquilamente, el sonido de los cubiertos era lo único que resonaba en la gran vivienda. Zayn le dio un trago a su chocolate y aprovecho para ver al castaño. ¨Es hermoso¨ pensó. Ojos color miel, labios rojos como fruto de primavera, cejar gruesas pero bien formadas, una piel tenuemente bronceada, cabello algo mas corto que el propio pero aun asi manejable y esa hermosa marca de nacimiento. Era encantadora, justo encima de la manzana. Era curioso, pero se había dado cuenta de ese pequeño lunar que descansaba el su cuello y debajo de la marca. No, abajo su belleza era manchada por ese horrendo collar de perro. El azabache bajo la mirada avergonzado, estúpida pieza que le recordaba por qué el castaño se encontraba ahí.

-¿Qué tiene?- pregunto dulcemente el ojimiel mientras masajeaba tiernamente una de las manos del ojimarron.

-No tengo nada Liam, solo pensaba…- detuvo sus pensamientos, seria mejor entretenerse en otra cosa -¿Quieres salir a jugar en la nieve?- pregunto rápidamente el azabache.

Una sincera sonrisa acudió al rostro del castaño –Me encantaría-.

Ambos ya vestidos con ropa invernal salieron al patio de la mansión. La nieve no estaba a niveles muy altos del suelo, por lo cual sus pies no se hundían. Caminaron hasta estar lejos de las ventanas de la casa. Zayn sonrió con malicia, paso su lengua por sus labios ¨ ¿Y por que no?¨. Liam que estaba a espaldas del ojimarron no pudo ver su sonrisa y mucho menos la bola de nieve que le estaba apunto de arrojar. La esfera fría se estrello contra su cabeza, derribando el gorro que traía puesto. Giro su rostro con una mueca de sorpresa ¿Quería guerra? Eso tendría. Rápidamente formo una pelota de nieve en sus manos y se la arrojo al azabache. Dando inicio a la pelea con bolas de nieve.

Al paso de unas horas y de muchas actividades en la nieve ambos chicos se encontraban tirados en el suelo, formando ángeles de nieve. El ojimiel se levanto del suelo y observo la figura que había formado en la congelada tierra.

-Ayúdame- dijo el azabache.

-¿En qué quiere que lo ayude?- pregunto el ojimiel.

-A levantarme Liam, siempre que formas ángeles con nieve al momento de pararte quedad las marcas de las manos, quitándole belleza a la figura- respondió extendiendo sus brazos al aire para que el castaño los agarrara.

Liam negó con la cabeza y lo ayudo a ponerse de pie. ¨Artistas… Siempre viendo por la forma¨. Jalo al azabache de los dos brazos y este se puso de pie. Ambos contemplaron los dos ángeles de nieve y a su distancia el deforme muñeco blanco.

-Es perfecto- soltó por lo bajo el ojimarron, mas para él mismo que para otra persona.

Un fuerte golpe de nieve los golpeo. Por lo visto lo que dijeron en las noticias antes de salir de la casa era cierto. Una fuerte tormenta se acercaba a la zona. Entraron en la mansión rápidamente. Se quitaron todas las prendas mojadas por el cambio de estado de la nieve. Fueron a tomar una ducha, en baños separados y regresaron a la sala ya cambiado con una pijama limpia. Se sentaron a ver una película. Y ocurrió. La luz en toda la mansión desapareció.

-¿Qué paso?- pregunto confundido el ojimiel.

-Era lo que me temía Liam, cuando las tormentas de este tipo vienen para estos rumbos la luz se puede ir- respondió el azabache poniéndose de pie.

-Irónico- soltó Liam entre pequeñas risas.

-¿Qué es irónico?- pregunto alzando una de sus cejas el ojimarron.

-Una zona adinerada, con puras gente con dinero a su alrededor y se les va la luz-.

Zayn se le quedo mirando unos segundos a Liam antes de soltar una pequeña risa –Si, eso sí que es irónico-.

El azabache se asomo por una de las ventanas de la mansión. Nada. No se podía ver absolutamente nada para el exterior. Por lo visto la tormenta era más fuerte de lo que habían previsto en los noticieros. Ni hablar, no podrían salir de la casa. Pero quien quiere salir, si a la única persona que necesita esta con él.

-Esta haciendo algo de frio ¿No cree?- pregunto el ojimiel.

-Si, la calefacción deja de funcionar sin luz y como es un lugar muy grande para dos personas se va a enfriar rápido- respondió el azabache –Pero no te preocupes tenemos madera para chimeneas- término la oración y se dirigió a una perta ubicada atrás de la cocina.

Descolgó las llaves que se encontraban al lado del refrigerador y abrió la puerta. Nada, un cuarto vacio.

-¡Mierda!- grito el ojimarron.

-¿Qué paso?- pregunto el ojimiel acudiendo rápidamente al grito del otro chico.

-olvidamos llenar el deposito después del invierno pasado ¿Pero como fuimos tan estúpidos?- se preguntaba Zayn mientras se daba pequeños golpes contra la puerta.

Liam se acerco al otro joven y lo abrazo por detrás, beso su nuca tiernamente –No te preocupes, todo estará bien- le susurro en el oído.

Un escalofrió recorrió el cuerpo del ojimarron, ese cálido susurro le llego hasta lo mas profundo de su cuerpo –No entiendes Liam, podría ser peligroso- respondió en un susurro.

Y tenía razón. Al caer la noche la temperatura descendió peligrosamente. Liam tiritaba bajo sus cobijas en el sillón del cuarto del ojimarron. No importaba cuantas cubiertas tuviera, él sabía que los sillones no están diseñados para contener el calor. Por otro lado, en azabache, aunque mas caliente, también tiritaba de frio en su cama. Muy grande para calentarla él solo.

-Li-Liam ven a la cama conmigo, moriremos de frio- hablo el ojimarron entre balbuceos de frio.

-N-No puedo, recuerde que si entro a su cama es para… Para- se detuvo, ya llevaba tiempo sin pensar en eso.

-Ven confía en mi, sabes que yo no te haría nada que tu no quisieras- respondió algo apenado el azabache.

No hubo respuesta, suponía que no lograría convencer a Liam de subir con él a la cama, para poder calentarse. Cerro los ojos ¿Tanto desconfiaba de él? Se sentía deprimido, ¿Qué acaso el ojimiel no se daba cuenta de que no lo veía como una mascota? La cama a su lado se hundió. Las cobijas se levantaron ligeramente y volvieron a descender, un calor mas fuerte se sentía en la cama. Unos brazos lo rodearon por atrás.

-Yo confió en ti- soltó tímidamente el castaño.

Zayn giro su cuerpo en la cama para quedar frente a frente con el ojimiel.

-Me alegra que confíes en mi, porque yo nunca te haría nada que te dañara- dijo acurrucándose contra el cuerpo de Liam.

-Yo… Yo… ¿Cree que podría besarlo?- pregunto algo sonrojado el castaño.

Por lo visto él tendría que dar el primer paso. El ojimarron sonrió y se acerco a los labios de Liam. Depositando un dulce beso en ellos. Se separo un instante para verlo a los ojos.

-No tienes que pedirme permiso, puedes besarme cuando tú quieras- respondió Zayn.

Al escuchar esto el castaño se acerco y beso nuevamente al azabache. Un beso más fuerte, un poco más tosco, con más deseo. Sus labios jugaban entre ellos, sus manos aferraban al cuerpo del otro para acercarlo un poco más. Se separaron, era suficiente por el momento.

-Buenas noches Liam- fue lo último que dijo el azabache antes de empezar a cerrar sus ojos.

-Buenas noches… Zayn-.

Zayn, Zayn, Zayn…

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