Las lágrimas dejaron de correr. Solo un par de horas habían transcurrido y el moreno aun tiritaba en su cama. El ojimiel a su lado lo acariciaba con su rostro, cual cachorro que quiere animar a su amo. Zayn agradecía el gesto conciliador del castaño, momentos como esos eran en los que se necesita a una persona a tu lado, que te apoye, que cuide de ti. Por el rabillo del ojo se dispuso a observar a Liam. Llevaba rato acariciándolo, llenándolo de ternura. No quería verlo llorar, y lo peor de todo, es que no sabía el por qué de su actitud. De repente el vientre del ojimarron dejo salir un gruñido, no había comido desde el desayuno, y el ojimiel era consciente de eso.
-¿Quiere que le traiga algo de comer? amo- pregunto el castaño poniéndose de rodillas sobre la cama.
-Si, me gustaría… Solo si tú comes conmigo- respondió con una sonrisa. Las lágrimas ya no corrían, pero sus ojos rojos delataban el llanto de momentos antes.
-Claro que si amo ¿Qué gusta comer?- pregunto, acercando un poco mas su cuerpo al del otro joven.
Una sonrisa mas dulce que la anterior fue su respuesta –Sorpréndeme-.
El ojimiel salió del cuarto y se dirigió a la cocina de la mansión. Prendió la estufa y preparo un platillo de berenjenas con queso gratinado. No era carne, pero tenía un sabor similar. Solo esperaba que su dueño pensara eso.
¨No puedo creer lo que acaba de pasar, nunca había sentido esta lastima por nadie… No. No es lastima, eso no, es otra cosa. ¿Pero qué es?¨ la pregunta quedo flotando en su mente. Un curioso folder se asomaba en el borde de la mesa. Los agarro y observo el porta documentos por un par de segundos. Su curiosidad era fuerte, pero su sentido de la privacidad lo combatía. Cual niño pequeño se dejo vencer por la curiosidad. Abrió el folder y acto seguido lo dejo caer. Toda su vida, académica, legal y personal se encontraba en los documentos. ¨ ¿Qué era eso?¨ mejor era dejarlo por la paz, al fin y al cabo su dueño tenia derecho de saber todo de él. Desganado subió con dos platos de alimento en una charola que encontró al fondo de la alacena. Entro al cuarto del chico de los tatuajes y llevo la comida a la cama.
-Liam-.
-¿Si? Amo-.
-¿Dónde encontraste esta bandeja?- pregunto el azabache mientras con un rose delicado pasaba sus dedos por el objeto.
-La encontré entre todo la vajilla… ¿Hice algo malo amo?- pregunto con voz tímida.
Una solitaria lagrima escapo de los ojos del azabache –No, no. Solo que… No veía esta bandeja desde la muerte de mis padres- respondió el ojimarron, su voz reflejaba dolor y soledad.
-Amo-.
-Dime Liam- la voz volvió a cobrar vida.
Con un movimiento lento el castaño saco de su espalda los folders que contenían sus documentos.
-Yo encontré esto y…- bajo su mirada al suelo, confrontarlo no era una opción.
-Me los dio mi padrino- agarrando los documentos en sus manos –Liam no se si me lo permitas, pero me gustaría hacerte unas preguntas-.
El ojimiel se quedo en silencio, meditando las posibles respuestas, aunque, su código de mascota de obligaba a responder –Claro que si amo-.
-Pero quiero decirte de ante mano, que sí no quieres responder la pregunta no tienes que hacerlo- su mirada era inquisidora, quería la verdad, pero no acuestas del libre albedrio de Liam.
-Claro que si amo- lo miro directamente a los ojos –Muchas gracias, por respetar mi intimidad señor mío-.
-Me da mucha curiosidad ¿Por qué medicina?- pregunto, mientras le entregaba al castaño sus documentos escolares.
El ojimiel suspiro -¿Usted esta al pendiente de los trabajos de mi… Del señor Payne?- .
El chico de los tatuajes tenso su mandíbula. Claro que sabia de los trabajos, si no fuera por ese monstruo Liam podría estar disfrutando de su libertad en otra parte –Claro que si-.
-Desde que era pequeño, siempre quise el poder ayudar a los demás. Cuando me entere de los turbios negocios del señor Payne, las fuerzas de ayudar al necesitado se hicieron más potentes. Traer personas al mundo, ayudar al enfermo y dar todo de mí para salvar una vida. Eso es lo que quiero- respondió el ojimiel.
La respuesta estaba cargada de tanta determinación, un fuego de pasión se hizo presente en la mirada del castaño. El azabache sabía que esa respuesta era la más sincera que le podían dar.
-¿Por qué le dices señor Payne a tu padre?-.
Los recuerdos, esos tristes recuerdos.
¨Liam cayó al suelo, la cachetada que su padre le había lanzado fue más fuerte de lo que esperaba.
El hombre se sacudió su traje y tomo su asiento de nuevo -Ahora siéntate a terminar tu cena-.
-Si… Señor-.¨
¨-Él dejo de ser mi padre hace mucho tiempo-.
-Eso es mentira, el dejo de ser tu padre cuando te vendió-.¨
-Eso ya no tiene importancia amo- respondió secamente.
El ojimarron observo como el cuerpo del otro joven se tensaba y decidió dejar el tema por la paz.
Una tarde mas pasaron juntos. Conocer al ojimiel le era muy grato a Zayn. Vegetariano, por el respeto que le tiene a la vida de cualquier ser. Amante de los animales, aun que por la pequeña casa que tenia antes, no podía tener mascotas. Miedos, varios, para sorpresa del ojimarron. Un sujeto tan imponerte, tal vez no era un mastodonte, pero su pegada y escasa ropa no mentía. Varios músculos se ocultaban en esas prendas. Anhelos, entre suspiros melancólicos respondió el ojimiel. Una familia, eso era lo que mas quería en toda la vida. El porque no había intentado escapar. ¡Malditos! Los tenían vigilados, y Zayn no estaba al tanto de eso. La impresión que tuvo de Louis y lo amable que se comporto con él.
-Liam- escapo el nombre del castaño de los labios del azabache.
El aludido, que se encontraba recostado en el pecho de su amo levanto la vista para verle el rostro. ¿Cómo es que habían terminado en esa posición? Mejor ni preguntárselo, ambos sentían tanta calidez junto al cuerpo del otro. Romper el contacto físico era lo menos que querían.
-¿Tiene otra pregunta amo?- respondió el ojimiel mientras pasaba sus dedos por el vientre del otro chico.
-Estas fotos venían en el folder… ¿Me podrías decir quienes son?- lo había dejado para el final, tenia toda la conciencia que las imágenes traerían mas recuerdos que las simples palabras.
Le extendió la foto donde aparecía el pequeño niño rodeado de juguetes.
El castaño la tomo y la observo por un rato en silencio –Soy yo, cuando era pequeño-.
¨Se dirigió a sus muñecos agarro a ¨Woody¨, para luego sentarse en el sofá a ver sus caricaturas.¨
¨-¡No! ¡Suéltame! ¡Nicole!-.
-¡Te amo mucho Liam, nunca lo olvides!-.
Los dos hombres de negro jalaban a la joven dentro de la camioneta, mientras que el señor Payne sostenía al pequeño castaño para que no corriera en dirección a Nicole.¨
-Supongo que esta mujer es tu madre ¿Verdad?- pregunto mientras le extendía la segunda foto.
Las lagrimas escaparon de su rostro, unas cuantas. No se permitiría llorar, no después de todo lo que lloro su amo –Si es mi madre- su voz era lejana, aplastada por la depresión.
¨-¿Qué tienes mamá?-.
-Nada hijo- otro suspiro –solo prométeme que te cuidaras mientras estés con tu padre-.
-Lo prometo-.¨
Rompió su promesa, no pudo cumplir con una simple petición de su madre. ¿Y ella? ¿Cómo se encontraría? ¿Ya estaría al tanto de la situación? No podía, su padre jamás le diría nada, porque estaba seguro que si ella se enteraba lo delataría. Y él por su parte, mandaría a matar a su madre. Un escalofrió recorrió su espalda, no quería pensar en eso. Se abrazo con más fuerza al cuerpo de su dueño. Buscando protección en el joven ¿Protección? ¿Desde cuando él lo protegía?
El chico de los tatuajes veía la batalla que se vivía en la mente del castaño. Quedaba una fotografía, pero en verdad no quería saber que relación tenía con el rubio. ¿Celos? ¿Y por que? No era nada del ojimiel, nada, ni siquiera su amigo. ¨Él jamás sentirá nada por ti, esta forzado a convivir contigo porque lo encerraron en este juego de la mascota¨ le decía una voz en su cabeza.
-¿Y él quien es?- la suerte se había echado, solo esperar que estuviera de su lado.
Liam tomo la ultima foto, una en la que aparecían Niall y él abrazados, muy felices.
¨-Nos vemos Liam- dijo el ojiazul mientras alargaba su brazo al castaño.
Liam observo a Niall por un momento, lo jalo del brazo para poder atraparlo entre los suyos.
-No seas estúpido y despídete de mí como se debe- pronuncio mientras aumentaba el abrazo –te quiero Niall-.
-Y yo a ti Liam-.¨
Bruscamente se separo del cuerpo de Zayn. Niall lo trajo a la realidad, a la verdad de muchas diferencias.
-Es… Él es solo un amigo mío- respondió cubriendo el rubor de sus mejillas.
-Está bien Liam- no le creía, sabia que existía algo más que una amistad, por su reacción se notaba. Algo crujió dentro del azabache, era lo que menos quería oír, que Liam tuviera a alguien especial. -¿Liam?-.
-¿Si amo?- respondió alejándose un poco mas del cuerpo del ojimarron.
-Es momento que tu también me preguntes cosas que quieras saber de mi vida- respondió Zayn.