-¿Qué hiciste ahora Zayn?- se pregunto el ojiazul mientras revolvía su cabello.
Regreso a la cocina para terminar de preparar su alimento. Entre los ingredientes recordó un encuentro que tendría. ¨Tendré que llamarlo y cancelar, espero que no se lo tome a mal¨. Agarro su celular, busco el número y lo marco esperando a que le contestaran.
-¿Quién habla?- sonó una voz en el otro extremo de la línea.
-Hola Harry, soy Louis ¿Te acuerdas de mi?- pregunto el ojiazul.
El ojiverde sonreía mientras escuchaba la tímida voz de Louis. Su lado infantil afloro, se divertiría un rato con la situación.
-¿Podrías refrescarme la memoria?- La sonrisa en sus labios aumento de tamaño.
Como olvidar la situación que vivieron en la casa de Zayn la noche anterior. Una par de jóvenes solitarios se encontraron en la barra de las bebidas, un rato de buena platica y conocían más del otro de lo que se esperaba. Un par de bailes en la pista, un coqueteo discreto pero bien recibido. Unas cuantas copas de más, y para terminar la noche una sesión de violentas pajas en el baño. ¿Qué tan acostumbrado estaban esos dos a conocer gente de esa manera? No lo estaban, pero siempre existe una primera vez para todo ¿No? El ojiazul trago saliva, sus manos le empezaron a sudar, los nervios no eran muchos, pero si lo suficientes para que terminara haciendo el ridículo.
-Nos conocimos en la fiesta de Zayn- respondió nerviosamente.
-No, lo siento, no es suficiente- respondió el rulos conteniendo la risa.
-Pues…- ¿Cómo explicar una situación como esa? Pero él no era de andar con pequeñas explicaciones, directo. Ese era Louis –Nos conocimos en la fiesta, bailamos, coqueteamos y terminamos casi follando en el baño del segundo piso- respondió el ojiazul.
Harry se sentía apenado, no esperaba una respuesta tan directa de parte del joven. El silencio le demostró a Louis que la batalla de ingenio la había ganado él. Le satisfacía para sus adentros haberle puesto una pausa al juego del ojiverde.
-Ya me acorde- respondió el rulos de una manera mas picara.
-Harry, se que apenas ayer organizamos una cita… pero el problema es que Zayn me necesita y tengo que ayudarlo- cruzo los dedos de sus manos esperando que el ojiverde aceptara cambiar la fecha del encuentro.
-No puedo discutir con eso, es tu trabajo- respondió el ojiverde soltando un suspiro –Pero para posponer la fecha tienes que venir a mi una fiesta que se dará en mi casa- en verdad quería ver a Louis. Harry podría jurar que jamás en su vida había conocido a alguien tan especial como aquel joven. Lleno de vida, alegría y una personalidad efervescente.
-Me parece bien- respondió el mayor.
-Entonces nos vemos, después te mando las indicaciones- hizo una pausa ¨ ¿Será prudente que lo invite? Porque no, es una buena persona¨ -Por cierto, trae contigo a Zayn- después de eso colgó el teléfono.
El ojiazul se quedo parado en medio de su sala en silencio unos segundos –Ya tenemos planes Zayn- se dijo para si mismo.
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Después de haber terminado de hablar por teléfono con el castaño el azabache se sentó un rato en la sala. Sabía que Louis seria la única persona con la que podría analizar la situación. Se para del asiento y se dirigió a la cocina. Desde el marco de la puerta se podía ver al ojimiel comiendo tranquilamente. En el centro de la mesa dejo un plato con una cantidad de comida para alimentar a cuatro personas, y por lo que sus ojos veían, el castaño no se había alimentado en varios días, porque el plato se encontraba ya casi vacio. Entro a la cocina sin hacer ruido y tomo asiento nuevamente frete al ojimiel.
-¿Te gusto la comida?- la voz salió casi de manera imperceptible, pero con suficiente fuerza para que Liam las escuchara.
-Muchas gracias por el alimento amo- respondió el ojimiel con una pequeña chispa de luz en sus ojos.
Los ojos de Zayn empezaron a examinar al otro joven. Distraído se podía quedar corto con la poca atención que el azabache le había prestado la noche anterior. La ropa del ojimiel era escasa, por no decir nula. Una camisa interior blanca y unos bóxers blancos lo suficientemente pegados al cuerpo para no dejar nada a la imaginación. ¨ ¡¿Qué estoy pensando?! Liam esta todo asustado y yo babeando enfrente de el por su bulto¨ sacudió su cabeza para eliminar las imágenes que se le presentaron sugerentemente.
Cuando el castaño termino su comida y por milésima vez agradecía al ojimarron se retiraron a la sala. No era mentira que a donde fuera Zayn, Liam lo seguía. Llegaron nuevamente al cuarto del azabache y entraron al cuarto de baño. Le ojimarron pensando que Liam se había quedado afuera se empezó a desvestir. Un torso moreno, un abdomen finamente marcado y varios tatuajes era la imagen que Liam podía apreciar. Sus mejillas se calentaron y su cuerpo reacción de ante el otro cuerpo desnudo.
-¿Amo?- dejo escapar el ojimiel mientras agachaba su mirada por la pena del otro cuerpo casi desnudo.
Zayn dio un pequeño respingo por la repentina voz -¿Liam que haces aquí? ¿Te quieres bañar primero?- pregunto el ojimarron volviéndose a poner la camisa.
-No amo… Me arreglaron antes de llegar con usted- las sombras que acompañaban al joven desde que llego se apodero de su mirada. Como a manera de tortura, otro recuerdo lleno su mente.
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¿Cuánto tiempo llevaba en esa habitación? Dos días, tal vez tres. Cada hora encerrado y amordazado era una eternidad. No había recibido alimento desde su llegada, su estomago pedía atención. Pero sus nervios hacían que prestara toda su atención a los repentinos movimientos que se escuchaban el la habitación de al lado. El señor Cowell entro en el cuarto, seguido por dos hombres armados. Lo desamarraron y cuando las sogas tocaron el suelo Liam forcejeo para escapar. Uno de los hombres le golpeo la espalda con su antebrazo tumbando al ojimiel. La respuesta del señor Simon a tal acción fue una patada al hombre que había golpeado al castaño.
-¡Les dije que no lo golpearan! ¡Tiene que llegarle en buen estado a mi ahijado!- ordeno antes de volver a patear al hombre.
Sacaron al castaño arrastrándolo por la fuerza al otro cuarto. La habitación se encontraba iluminada con tres mujeres con varios objetos de aseo personal y otras tantas herramientas propias de la vanidad. Los dos hombre arrancaron la ropa del ojimiel dejándolo expuesto ante la vista de todos. Empujándolo con el arma que cargaban lo metieron a la tina con agua fría donde las mujeres empezaron a bañarlo con esponjas. Ninguna se atrevía a ver directamente a los ojos del joven, sentían lastima por haber terminado en una situación similar. Después de un rato de baño lo secaron con toallas finas, y lo recostaron en una cama. Una de las damas se encargaba de recortar su cabello, otra por su parte lo rasuraba y limpiaba sus oídos y sus lagrimales y por ultimo la otra mujer recortaba o eliminaba los bellos de su cuerpo, para darle un acabado más estético. Liam hecho un par de miradas a una puerta que se encontraba a lo lejos, sí escapaba de las mujeres a toda velocidad tal vez podría salir de ese terrible lugar. El señor Cowell intercepto sus mirados y comprendió sus pensamientos.
-¿Por qué crees que están estos dos mastodontes aquí? Por si intentas escapar- le informo el señor al castaño recostado en la mesa.
Las armas se asomaban amenazadoramente entre la ropa de los tres hombres, la muerte no parecía una mala opción en esos momentos. Como un sexto sentido que lee el pensamiento, el señor Cowell podía entender los pensamientos del ojimiel.
-¿Crees que soy estúpido?- le pregunto con un tono de ira –Gaste mucho dinero en ti. Jamás te mataría, las pistolas tienen tranquilizantes- termino de responderle.
Las tres señoritas terminaron de acicalarlo y lo vistieron. Ropa interior blanca cual virgen que se entrega de ofrenda y un collar, un collar negro que lo marcaba como propiedad de alguien mas.
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-¿Liam estas bien?- pregunto muy preocupado el ojimarron.
-Si mi amo… No era nada, solo pensaba- inclino mas bajo su cabeza.
-¿Te importaría salir? Me voy a bañar- dijo tímidamente el azabache.
El castaño se retiro del baño y se sentó junto a la cama de Zayn. Una tarde tranquila fue ese día. El joven de estatura mas baja no obtuvo ninguna respuesta del ojimiel. Quería saber más de él, por qué término en una situación de esa magnitud, quería conocer su historia. O simplemente quería ser su amigo, poder entablar una relación con un ser humano. Cariño, eso es lo que Zayn quiere. Pero no se lo puede pedir, sabe que el castaño le daría lo que él quisiera, pero no sería por voluntad sino que seria a la fuerza. La noche los rodeo con su oscuro velo, la hora de dormir fue casi igual al día anterior. Con la diferencia de que esta vez el joven de ojos caramelo se encontraba recostado en el sofá de la habitación de su dueño.
A la mañana siguiente el timbre sonó muy temprano, una persona se encontraba parada en el umbral de la casa. Zayn se dispuso a abrirle a su amigo. Como siempre Louis lo saludo con una sonrisa. Se dirigieron a la sala y tomaron asiento uno al lado del otro.
-Bueno ¿Para que me necesitabas?- pregunto el ojiazul.
-Es un tema muy delicado con el que quiero que me ayudes- respondió Zayn.