Aproximadamente serían las 9 y media de la mañana cuando te despertaste.
Te frotaste un poco los ojos sin levantarte y miraste como tu novio dormía abrazado a ti usando tu pecho como almohada. Se veía muy lindo con el cabello despeinado y aquel característico semblante de calma que por alguna extraña razón se veía distinta cuando el dormía. La hora del desayuno ya había pasado pero eso te daba igual, por que era sabado y si era necesario te quedarías tumbada junto a shoto hasta las 5 de la tarde.
Bajaste una de tus manos hasta enredarla en aquel cabello bicolor que tanto amabas.
No sabías como habías conseguido estar junto a aquel chico que era lo mejor de tu vida, pero tampoco te lo preguntabas por que lo tenías y ya. Para que hacerse preguntas si simplemente había ocurrido? Aquel era el chico de tu vida y podías decir con orgullo que mantenias una bonita relación con el, y eso te bastaba para hacerte feliz. Estar ahí durmiendo con el te bastaba.
Recordaste como fuiste tu misma la que el día anterior antes de encaminarse hacia sus respectivas habitaciones le pediste que fuera a dormir contigo. Recordaste como el chico no opuso resistencia y solamente fue contigo hacia tu dormitorio, de la misma forma que recordaste como acabasteis durmiendoos entre dulces besos.
Buscaste una de las manos del chico para entrelazarla con una de las tuyas y te sorprendiste al notar como al sentir contacto con tu mano apretaba un poco el enzade de vuestros dedos aún durmiendo.
Sencillamente tierno.
— shoto...— susurraste con voz dulce.
El chico suspiró y se abrazó con más fuerza a tu pecho.
—shoto— volviste a susurrar viendo con amor como el chico se removia un poco sin dejarte ir.
—nee-san quiero dormir... Dejame dormir...— murmuró subiendo un poco la cabeza para acomodarla entre tus pechos.
Reiste suavemente ante su comentario.
— no soy fuyumi— le dijiste con gracia acariciando sus cabellos con la mano que no tenias sujeta a la de el.
El chico abrió un poco los ojos para luego suspirar otra vez y volver a cerrarlos.
—ah, _______ buenos días— te dijo adormilado pretendiendo volver a caer en el sueño.
—son casi las 10... No tienes hambre?— le preguntaste viendo su rostro.
— no— contestó sin abrir los ojos.
— pretendes quedarte todo el día durmiendo conmigo?— preguntaste observando como aún no había desecho en enlaze de vuestros dedos.
— si— te contestó sin moverse intentando seguir durmiendo.
No pudiste evitar sonreír ante tal afirmación mirando como cada fracción de su rostro de veía totalmente tranquila.
— todoroki— volviste a llamarlo al cabo de un rato. Pero el no te contestó fingiendo dormir por que sabía que seguramente dirías alguna estupidez, pero tu sabías que estaba despierto por que inconscientemente acariciaba el dorso de tu mano con el pulgar.
— hey, se que no estas dormido no me ignores— re reclamaste sentandote para que perdiera tan preciada almhoada y estuviera obligado a hacerte caso si tanto la quería.
— oye que quiero dormir, vuelve a tumbarte— te pidió en un puchero sentándose también y frotandose los ojos.
— no pongas esa cara cono si fuera mala persona, me ignorabas— le reprochaste.
—que quieres?— te preguntó bostezando.
— quiero besarte.
— y entonces me dejarás dormir de nuevo?
— te lo prometo.
El chico rebufó alborotandose el cabello con una mano.
Te acercaste a el y comenzaste a besarlo despacio, sin ningún tipo de prisa, con cariño.
El heterocromatico te acercó a el desde la cintura y te cogió el rostro por las mejillas con suavidad mientras ru depositabas una mano en su nuca para entredarla en sus cabellos.
Se sentia bien cuando te sostenia el rostro con ese cuidado de la misma forma que se sentía bien cuando vuestras lenguas se buscaban y cuando vuestros labios se besaban de esa forma justo como ahora.
Finalmente os separasteis mirandoos a los ojos.
— yo ya cumplí con mi parte, ahora te toca a ti— te dijo y se tumbó esperando a que tu hicieras lo midmo y así poder dormir de nuevo.
—está bien, te lo prometí— te tumbaste junto al chico abrazandote a su abdomen.
— y escúchame, dormir no significa andar haciendo de tus perversiones que te conozco— te avisó como leyéndote la mente mientras te abrazaba y hundía la nariz entre tus cabellos.
—vale, si, dormiré, tranquilo.
Y realmente lo hiziste por que tener a todoroki contigo abrazandote protectoramente te relajaba mucho.
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Había silencio, pero eso no era algo malo, en realidad te gustaba, por que los silencios donde sea que va tu novio son habituales y más bien relajantes.
Estabas sentada en tu cama, con todoroki sentado entre tus piernas apoyando su cabeza en tu busto. Tu tenías los brazos por debajo de los suyos y con las manos sobre su pecho. Todoroki revisaba su teléfono mientras tu hacías... En realidad no hacías nada. Solo estabas ahí como idiota apretandole los pectorales a tu novio.
—shoto— le llamaste.
— dime— te respondió sin quitar la vista de su celular.
— entonces los cabellos de todo tu cuerpo también se dividen por color? Incluso los de "ahí"?— preguntó, como si fuera la pregunta más normal del mundo.
El chico elevó su mirada para conectarla con la de la chica.
— esta es otra de tus indirectas para tener sexo?— le contrapregunta el bicolor mirandola desde abajo.
No pudiste evitar sonreir ante esa pregunta.
— solamente es curiosidad, me contestas a la pregunta o no?
— tu ya sabes...— le contestó sin dejar de mirarla.
— pues no lo recuerdo... Veamos— te levantaste de allí, rodeaste la cama para luego volver a subir a gatas y sentarte sobre las caderas de todoroki que ahora estaba tumbado mirando que era lo que hacías.
— por aquí...— empezaste mirando la cabellera del chico— blanco y rojo— aclaraste posando un beso sobre su cabeza.
— aquí ...— continuaste levantando su camiseta, fijando la vista en el trabajado pecho del chico— no hay nada...— murmuraste posando un beso en el pecho del chico.
Vajaste la mirada hasta sus abdominales mientras te retirabas un poco hacia atrás sentandote esta vez sobre sus piernas— veo que por aquí hay algo...— murmuraste sonriendo repasando con el dedo una fina línea de vello que bajaba desde su ombligo— por aquí mayoritariamente rojo...— hablaste dando un beso poco más arriba de donde terminaba la costura de sus pantalones.
Miraste a tu novio con una sonrisa picara mientras el se sonrojaba.
— y aquí...— murmuraste cogiendo el dobladillo del pantalón que tapaba un bulto ya más que notorio.
A la vez que el bóxer, empezaste a deslizarlo hacia abajo viendo como poco a poco quedaba al descubierto más vello.
No pudiste terminar de bajarlo cuando la puerta del cuarto se abrió de golpe dejando ver a un rubio sonriente con un rayo negro en el cabello.
— ________-san kirishima y yo va- AAAAAAH! — chilló tapandose los ojos mientras todoroki se sentaba de golpe bajando su camiseta y tu subías las prendas que hace unos segundos estabas por bajar.
— K-KAMINARI! no sabes llamar a la puerta!?— le chillaste sonrojada poniendote en pie.
— y ustedes no saben poner cerrojo!?— refutó destapandose la cara colorado y señalandoos.
— se me olvidó vale!? Se me olvidó!— le gritaste nerviosa cruzandote de brazos.
— chicos que pasa aquí, por que gritan tanto?— preguntó un pelirrojo asomandose por la puerta.
— kirishima me traumaron— exageró el rubio.
— acaso no llamaste a la puerta?— le preguntó su amigo.
— no tenía el cerrojo puesto!
— se me olvidó el puto pestillo joder!
— con que andabas haciendo de tus perversiones eh— cortó kirishima con un tono pícaro dandote codazos.
— necesito saciar mis calenturas chicos!— te excusaste haciendo un puchero.
— y yo ocuparme de las mías— habló por fin todoroki que estaba aún sentado sobre tu cama tapandose con un cojin medio helado.
Kirishima soltó una sonora carcajada.
— vamonos kaminari, dejemos a los novios solos— comenzó eijirou cogiendo a su amigo del brazo y arrastrandolo fuera— y esta vez pon el pestillo despistada— te recordó guiñandote un ojo.
Le sacaste la lengua aún con los brazos cruzados y esperaste a que la puerta fuera cerrada del todo para darte la vuelta y mirar a tu novio.
— lo siento— susurraste con una sonrisa forzada.
— tranquila... Iré a darme una ducha fría...— habló levantándose y caminando hacia el baño.
— puedo ducharme contigo?— le preguntaste siguiendolo.
— no— te respondió cortante quitandose la camiseta.
— uh? Pero por que!?
— por que eres una despistada.
Se quitó también los pantalones y el boxer entrando a la tina.
— y eso que tiene a ver?— preguntaste algo molesta cruzandote de brazos.
— el pestillo _______, pon el pestillo.
— MIERDA!