Pick Me (Justin Bieber y Tú)

By jbinmybackpack

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Tres hermanos. Misma cara. Aspecto totalmente diferente. Un nerd, un deportista y un problemático. Cada uno a... More

Pick Me (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 1: ¿Quieres apostar?
Capítulo 2: Me caes bien aunque seas idiota
Capítulo 3: Déjame un buen recuerdo
Capítulo 4: Estoy harto de contenerme contigo
Capítulo 5: El pequeño incordio te encanta
Capítulo 6: Te dije que habría consecuencias
Capítulo 7: Necesito respuestas
Capítulo 8: Estoy tratando de arreglar las cosas
Capítulo 9: No juegues con fuego
Capítulo 10: Ya me estoy quemando y no me importa
Capítulo 11: No te metas en lo que es mío
Capítulo 12: Seré mejor que él
Aviso de Maratón
Capítulo 13: Jamás Debí Elegirte
Capítulo 14: No tener miedo a morir es peligroso
Capítulo 15: No quiero que duela
Capítulo 16: De entre todas las opciones que tenías, me elegiste a mí
Capítulo 17: Seré tu más fiel aliado
Capítulo 18: Tenemos que acabar con esto
Capítulo 20: Tiene sus días contados
Capítulo 21: Eres mi estrella
ALERTA FANTASMAS!
Capítulo 22: ¡Una relación es de dos!
Capítulo 23: Esto no va a acabar aquí
Capítulo 24: Adónde vayas tú, voy yo contigo
Capítulo 25: No te voy a soltar
Capítulo 26: Viviendo un sueño
Capítulo 27: Son muy sospechosos
Capítulo 28: Ponme el anillo
Capítulo 29: Todos bajo mi mano
Capítulo 30: Pelearemos juntos hasta el final

Capítulo 19: Es y siempre ha sido él

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By jbinmybackpack

Narra Justin

Miedo. Pocas veces solía admitir que lo tenía. Pero en aquella ocasión no tenía miedo. No, más bien estaba aterrorizado, devastado, consumiéndome por los nervios por dentro. Tenía ganas de gritar. Quería matarlos a todos. Quería llevarme a Queen lejos. Quería abrazarla y no dejarla sola nunca más. Protegerla entre mis brazos y recibir todas las puñaladas por ella si era necesario.

Estaba en el hospital, caminando de arriba para abajo en el pasillo. Dando vueltas. Las enfermeras ya me habían pedido más de una vez que me quedara tranquilo sentado pero no podía con ello. ____ estaba en un quirófano, supuestamente por un accidente culinario con un cuchillo, y yo estaba volviéndome medio loco allí sólo.

En un acto desesperado llamé a mi madre a pesar de que pasaban las cuatro de las madrugada. Necesitaba hablar con alguien y desde luego no iba a ser con mis hermanos porque tenía la extraña sensación de que iba a llorar por la impotencia y el gran error que había cometido dejándola ir por delante de mí en el club.

-¿Drew? – preguntó mi madre soñolienta.

-Mamá – suspiré sin siquiera hacerle caso al nombre por el que siempre me llamaba.

-¿Qué pasa? – se alertó. La sentí moverse de donde fuera que estuviese –. Son las cuatro para las cinco de la madrugada – dijo poniéndose más nerviosa –. ¿Qué ha ocurrido?

-____ – dije con un nudo en la garganta –. Estamos en el hospital porque la han apuñalado – gruñí tratando de ocultar un sollozo.

-Oh, Dios. Iremos a Stratford ahora mismo, cariño. ¿Tú estás bien? – se precipitó.

-No, no, no – me alarmé enseguida –. No os expongáis, quedaos donde estáis. Sólo necesitaba hablar – empecé a lamentarme por llamar –. Yo estoy bien.

-Está bien … – respondió sin estar convencida –. Llámame para cualquier cosa que necesites, ¿de acuerdo? Y avísame por cualquier noticia de ella. Ya verás como se pone bien …

-No puedo perderla – me lamenté.

-Ella es fuerte, Justin. Estará contigo antes de que te des cuenta – trató de tranquilizarme –. No te culpes por esto – añadió conociéndome –. Sé cuanto la quieres y que verla sufrir es lo que más te duele. No te culpes.

-Pero está pasando por demasiado por mí – susurré tirando de mi pelo y mirando hacia el techo –. Papá jamás hubiera permitido que esto pasara.

-Tú no eres tu padre, cariño. Estás haciendo las cosas lo mejor que puedes y ____ te entiende, tal y como yo lo hice con Jeremy en su día.

En ese momento vi a un hombre vestido con una bata blanca y tejanos acercarse a mí. Era un doctor mayor, canoso y unas gafas de cristal redondo sin montura. Aparté el móvil diciéndole a mi madre que esperase y miré al señor atentamente.

-¿Familiar de la señorita Queen? – asentí sin querer darle explicaciones –. Hemos tenido una intervención complicada por las heridas internas de sus órganos, además de que antes de traerla había tenido una gran pérdida de sangre. Por poco la perdemos pero finalmente la reanimamos y ahora se encuentra estable en la habitación 312.

-Gracias – tomé su mano con ímpetu –. Gracias – repetí pensando que podría haber perdido al amor de mi vida. El Dr. Stevenson asintió simulando una sonrisa –. ¿Puedo verla?

-Claro, pero déjela descansar. Ahora mismo está bajo los efectos de la anestesia.

* * *

Me había quedado mirándola durante varios minutos. Ella dormía plácidamente en la camilla como si nada malo hubiera sucedido hacía unas horas. Apenas me atrevía a tocarla por no querer hacerle más daño, así que le di un beso en la frente y me senté en el sillón que había al lado de la pared para estar atento a ella. Cogí el móvil y mandé un mensaje buscando en mis contactos a Mason Reynolds.

“Ya ha salido del quirófano y está estable. ¿Qué hay de los matones?”

Bloqueé la pantalla y me quedé mirando a ____ pensando en lo que podría haber sido. Cuando la vi perder el equilibrio cayendo en mis brazos me asusté como nunca. Luego de aquello llegó un disparo que hizo a todo el mundo empezar a gritar. El atacante de mi novia cayó al suelo por el impacto de una bala, por lo que alcancé a ver más tarde, en su entrepierna. Mason era macabro, pero en ese momento no me importó ni lo más mínimo, de hecho fue de agradecer.

Queen conservó poco la consciencia, aunque estaba seguro de que no recordaría nada del trayecto desde el subterráneo al coche. Roger, un amigo de Mason y otro aliado entre nosotros, quien vigilaba el perímetro en The Devil's Place, pasó a hacerse cargo del matón mientras que mi socio fue el que me siguió y condujo el coche hasta el hospital mientras yo presionaba la herida de _____ para que no sangrara. Fueron los minutos más largos de mi vida. No había velocidad existente a la que Mason hubiera podido conducir para conformarme en cuanto a llevar rápido a mi chica.

Después de que nos dejara en el hospital se fue en mi coche para ayudar a Roger a tratar con el enemigo.

“Bien. El tipo no soltó palabra. Ya nos hemos encargado de él” fue lo que respondió en su mensaje. Extrañamente también incluyó un emoticono de una calavera.

No soy estúpido Reynolds. Sé lo que significa hacerse cargo, imbécil. No hace falta ser tan explícito" pensé con irritación.

Estaba de bastante mal humor para tonterías como aquellas. Lo único que podría hacerme sentir mejor en ese momento sería ver a Queen despertar pero tenía que dejarla descansar. El agotamiento me estaba machacando pero no me quería dormir por si ella abría los ojos en cualquier momento. Cualquier esfuerzo por mantenerme sin dormir acabó siendo en vano …

Narra ____

Me sentía totalmente pesada y dolorida. Abrir los ojos recurrió un esfuerzo catastral pero finalmente pude ver lo que había a mi alrededor. Reconocí que estaba en un hospital por las vías colocadas en mis brazos y la máquina que pitaba por el ritmo de mi corazón. El reloj de pared marcaban las once y media. Los rayos del sol entraban levemente por la desgastada persiana que supuestamente estaba cerrada.

Una mujer de mediana estatura abrió la puerta y entró sosteniendo una carpeta, la cuál estudiaba detenidamente. Vestía un uniforme de un verde esmeralda que no me gustó nada pero ella era rubia y de ojos azules con una sonrisa amable que hacían que te agradara al momento.

-Hola, ____. Soy la enfermera Agatha – saludó –. ¿Cómo te encuentras?

-¿Bien? – pregunté. Ella arqueó una ceja –. En realidad me duele todo.

-Eso es más normal después de una operación – sonrió educadamente acercándose a examinar mis constantes y las bolsas de que contenían los líquidos que iban a mi riego sanguíneo –. Te pondré un calmante para el dolor. Luego vendrá a revisarte el doctor Stevenson.

Asentí y miré a un lado encontrándome con que Justin dormía en un sillón con el cuello totalmente torcido. Me dolió a mí de verlo. Ni siquiera quería pensar en lo que había sucedido en la noche pero sabía que iba a haber consecuencias de ahí en adelante. Torcí mis labios viendo con ternura a mi chico.

-Ha estado aquí toda la noche – me dijo la enfermera siguiendo revisando algunas cosas –. Te trajo muy asustado y estuvo desesperado durante toda la intervención – comentó –. ¿Es tu novio?

-Sí – asentí –. ¿Podría despertarlo un momento, por favor?

-Claro, pero luego tendrás que seguir durmiendo. Tienes que descansar y no podrás comer nada en un buen tiempo – advirtió.

-Sólo necesito un momento con él – respondí.

Agatha asintió y se aproximó a Justin para sacudirle un poco del hombro. Éste se sobresaltó enseguida alzando el cuello para ver quien lo tocaba. Se relajó al ver que era una inocente mujer de unos treinta y tantos pero enseguida dirigió su vista hacia mí. Vi a la enfermera desaparecer por la puerta al tiempo que Justin se acercaba a mí.

De un momento a otro sus manos sostenían mis mejillas y me estaba besando con la delicadeza y la necesidad que jamás me había dedicado. Podría haber sido uno de los mejores besos de mi vida. Suave y dulce. Sus labios mullidos sobre los míos. Nada de lengua. Un largo beso que me demostró la importancia que tenía en su vida.

-Te quiero más que a nada en mi vida, _____ Queen. No vuelvas a hacerme pasar por algo así – dijo apoyando su frente sobre la mía –. Lo siento tanto.

-Mi chico – susurré con afecto. Acaricié su mejilla con delicadeza sintiendo su ligera barba raspar la palma de mi mano –. No es culpa tuya.

-Sí lo es. ¡Claro que lo es! – exclamó.

-No – respondí firmemente –. Es mía por meterme de por medio. No sabías que ese tipo estaría tras la puerta esperándome. Tratabas de protegerme, como siempre …

-No estoy haciendo nada bien – siseó para sí mismo apartándose de mi lado.

Iba a responderle cuando fui interrumpida al abrirse la puerta de la habitación. Me encontré con el vivo reflejo de Justin en su hermano Jesse. Cruzamos nuestras miradas pero entonces se volvió a su gemelo y sucedió lo que nunca imaginé que sucedería: Jesse le pegó un puñetazo a Justin.

Chillé llevándome las manos a la boca al ver como los hermanos se iban a ensalzar en una pelea. Repentinamente, Derek entró corriendo y los separó de un empujón.

-¿Se puede saber qué hacéis? – reclamó el último en llegar.

-¡Te dije que si sufría te haría pagar y has permitido que la apuñalen, gilip*ollas! – reclamó Jesse mirando con odio a su hermano.

-¡Jesse! – protesté –. Estamos en un hospital – grité en susurros. Tuve un pinchazo en el vientre, supuse que provocado por los nervios. Alguna máquina empezó a pitar de más –. No peleéis por mí. No lo hagáis … – susurré apagándome por el dolor.

Derek y Jesse me miraron preocupados mientras Justin optó por bajar la mirada. Se sentía suficientemente mal como para que encima le echaran más protestas encima. Yo trataba de aliviarlo y venía su hermano a machacarlo. ¿Desde cuando Jesse era de esa manera?

-Llamaré a una enfermera para que te dé algo – acabó hablando Justin.

Asentí conforme pero fue horrible verlo irse cabizbajo. Había pedido a la enfermera un momento para hablar con él y habíamos sido interrumpidos por sus hermanos. Los miré y suspiré.

-Me alegra veros bien, chicos – dije con cansancio.

-Lamentamos no poder decir lo mismo, pequeña Queen – respondió Derek cogiendo mi mano –. Nos vamos a quedar aquí para ayudaros.

-¿Ayudarnos? – pregunté atónita sin entender del todo bien el sentido de esa palabra en nuestro contexto. Ambos asintieron haciendo que pronunciara mi ceño –. ¿Y Pattie?

-La dejamos con nuestro tío en un pueblo lejano. Allí estará bien – contestó Jesse.

Cerré los ojos cansada y asimilando lo que estaba sucediendo. Justin entró con Agatha y ella me sonrió con dulzura. Lamentablemente, no pude devolverle muy bien el gesto.

-¿Lista para dormir? – me preguntó con una sonrisa.

Bufé, porque no quería perderme lo que iba a pasar entre ellos y estaba preocupada. Tras inyectar algo en una bolsa, la enfermera salió dejándonos de nuevo solos, no sin antes advertir que no debía estar tanta gente allí metida y debía estar relajada.

-Tengo una conversación pendiente contigo – le dije a Jesse. Serio y arrugando la frente, asintió. Luego miré a Justin. Su pómulo se había enrojecido y maldije a su gemelo –. Ven – le pedí. Los otros dos se apartaron y Justin se agachó para estar frente a mí con una mirada triste –. No importa lo que pase, ¿de acuerdo? Prometimos estar juntos en esto. No te voy a dejar ni quiero que tú me dejes – le dije con temor a que él se resintiera por el peligro que había corrido.

-Está bien – dijo para contentarme. Noté a Jesse toser pero lo dejé pasar porque estaba centrada en la persona que tenía en frente. La inyección empezaba a surtir efecto haciendo que tuviera sueño –. Descansa, nena – me animó.

-Te quiero – susurré cerrando los ojos.

Noté su cuerpo aproximarse a mí por la intensidad de su olor corporal pegarse a mi cara. Entonces sus suaves labios se presionaron sobre mi frente para tranquilizarme por completo y hacer que me dejase llevar por Morfeo.

Narra Justin

En cuanto vi a ____ dormirse les dediqué una mirada a mis hermanos indicándoles que me siguieran. No me gustaba nada dejarla sola en la habitación a pesar de que fuera estar dormida durante horas. Controlarla me hacía sentir mejor aparte de que verla dormir era bastante agradable. Pero tenía que salir de allí y arreglar las cosas respecto a mi familia.

Una vez fuera del hospital me dirigí a una zona apartada del aparcamiento. Me apoyé en un viejo coche que había cerca y saqué un cigarrillo para fumar y liberar tensiones. Tanto Derek como Jesse permanecieron en silencio sin saber como iniciar una conversación a pesar de que tendrían miles de cosas atravesando en su cabeza.

-¿Vais a decir algo? – pregunté prendiendo el cigarro y dando la primera calada.

-¡¿En qué co*ño pensabas llevándote a ____ a cualquier sitio con peligro?! – explotó Jesse.

-Has sido un irresponsable, Drew. Ella siempre ha sido nuestra máxima prioridad y ahora por poco la perdemos … ¿Eres consciente de que casi se va? ¿Y si la matan? – encaró Derek más tranquilo.

-¡Ya mataron de un balazo a su madre! ¿No crees que puedan hacerle lo mismo a ella para hacerlo más rápido? ¡Eres un jodido imbécil! – vociferó Jesse. Estaba histérico y me estaba poniendo de los nervios. Mis puños empezaban a apretarse –. ¿Y tú dices que ella te importa? – prosiguió con sarcasmo.

-No vayas por ese camino … – advertí sintiendo la sangre hirviendo en mi interior. Que cuestionaran mis sentimientos era lo único que no iba a tolerar –. ¡Tú no sabes una mierda! – respondí entre sus gritos. Apenas se nos entendía por las acusaciones que lanzábamos a la vez.

-No te mereces a Queen. Nunca has sido para ella. Le vas a arruinar la vida con tu miseria. No creas que ella se quedará contigo para siempre porque se hartará de ti.

Dolió. Fue peor que una jodida patada en las pelotas. Enfurecí al escuchar esas palabras porque sabía que era cierto. Cada sílaba pronunciada por mi hermano era una dosis de la realidad que yo no quería hacer frente. ____ se asustaría o acabaría harta de mi mi*erda y yo no la culparía. Ese día perdería el sentido de vivir y seguramente volvería a la vida que heredé de mi padre sin importar que mi vida peligrase, posiblemente deseando que alguien acabara conmigo. Para mi desgracia, sabía que la muerte podía ser un regalo por parte de los Kingstone, mucho más que un castigo.

Me reí irónico por como imaginé mi vida en el lapso de unos segundos. Al siguiente instante estaba golpeando el estómago de Jesse con mi puño haciendo que gimiera y se inclinara hacia delante.

Derek intervino apartándome y poniendo una mano en el hombro de Jesse. La mirada severa de nuestro hermano intermedio me hizo reaccionar.

-Toda mi vida papá me estuvo entrenando para esta mi*erda. Me he encargado de muchos asuntos sin que vosotros ni os enteraseis. Os he protegido desde que nuestro padre se fue. Yo tomé todas las pu*tas responsabilidades. Yo nunca tuve un jodido privilegio por estar pendiente de que nuestra familia estuviera a salvo. ¡YO – señalé – he sido el que se ha sacrificado SIEMPRE! He intentado siempre hacer lo mejor para todos … – maldije con cansancio e irritación. Cogí aire y ellos se mantuvieron callados. Gracias, Dios. No es como si me gustara recordar estas cosas. Yo no quisiera que ellos estuvieran en mi lugar –. Ya tengo parte de un plan trazado para solucionar las cosas. No os preocupéis. Y ya que estáis aquí cuidad de Queen para que no se quede sola.

-Todo esto empezó porque la involucraste en tu vida – masculló el nerd de mi hermano.

-Lo sé … No creas que yo soy feliz con ello … – musité cabizbajo –. Pero ____ sigue siendo lo mejor que me ha pasado en la vida y mientras quiera estar conmigo lo aprovecharé – informé con seguridad.

-Creo que estás cometiendo un gran error, Justin – respondió Derek.

Sin embargo hice como si no lo escuchara y me marché de allí dando por zanjada la discusión.

Mis hermanos terminaron yéndose a instalarse de vuelta en casa y a asearse. Yo lo haría más tarde cuando ellos regresaran para que ____ no se quedara sin compañía a pesar de que no tenía idea de cuanto tiempo más iba a dormir.

Ella despertó mientras aún esperaba a los chicos a que vinieran. La vi parpadear para acostumbrarse a la luz incandescente en el techo y yo me mantuve sujetando su mano esperando a que me mirara.

Sus ojitos me encontraron algo soñolienta e hizo un gesto de incomodidad. Supuse que estaría rígida después de tanto tiempo sin moverse. Su piel a penas tenía color en ese momento, su pelo estaba hecho una maraña y tenía unas ojeras horribles aparte de sus labios secos, y sin embargo para mis ojos seguía siendo igual de preciosa.

-Buenas tardes, bella durmiente – saludé dando un beso en sus nudillos sosteniendo su fina mano. Ella sonrió levemente curvando sus labios sin apenas fuerzas –. ¿Cómo te encuentras? – bufó rodando los ojos y giró el cuello para mirar el techo –. Una pregunta estúpida, ¿eh? – asintió. No tenía ganas de hablar. De un momento a otro temí que estuviera enfadada conmigo –. ¿No quieres verme?

-¿Qué? – preguntó atónita regresando su vista a mí.

-He hecho muchas cosas mal desde que nos empezamos a conocer – admití.

-No vuelvas con eso – rogó cerrando los ojos con cansancio –. Estaba pensando en que más le vale a Mason tener algo bueno entre manos contra Natalie. En estos momentos la mataría con mis propias manos – prosiguió tranquilamente como quien dice “me gustaría comer helado”.

-No puedes hacer nada ahora, nena. Tienes que reposar – traté de quitarle cualquier idea de venganza con preocupación y algo de asombro por su reacción.

-La odio – dijo al techo. Únete al club, pensé –. Y no quiero que te vayas. Ya te lo he dicho antes – asentí pesadamente sin dejar escapar su mano –. ¿Y los chicos?

Unos golpes en la puerta me interrumpieron cuando iba a contestar. Acto seguido, y como si Queen los hubiera invocado, ahí estaban mis hermanos. Miré a ____ encogiéndome de hombros como diciendo “ahí los tienes” y ella sonrió negando con la cabeza.

Saludaron y se colocaron juntos al otro lado de ella.

-Mason te espera abajo – me comunicó Derek.

Sentí mi mandíbula apretarse. Con aquel tipo sólo podía hacer tratos, no es que confiara del todo en él, pero era lo único que tenía para poder hacer algo contra Natalie.

_____ me miró dándome un apretón en la mano.

-Volveré en unas horas. Tengo que ir a ducharme a casa – le dije en tono de disculpa.

-Está bien. Quédate allí a dormir, no me pasará nada – me animó mirando apenada el incómodo sillón del hospital.

-No, vendré – zanjé.

Rodó los ojos y miró a los chicos pidiendo algo de apoyo. No dijeron nada. Me incliné y di un beso en su frente a modo de despedida sabiendo que ellos no verían bien que no estuviera allí cuando ___ estaba hospitalizada por mi culpa. Los dejé a solas entre amigos y me fui.

Cuando llegué abajo, me encontré frente a la puerta mi Mustang con Mason apoyado en el capó. Chulesco hasta la médula.

Me acerqué a él y en cuanto me vio me lanzó las llaves en el aire. Las cogí sin dificultad en mis manos y las guardé en el bolsillo.

-¿Qué hay?

-Ya está limpio de sangre – señaló la parte trasera del coche. Asentí agradecido –. ¿Cómo está tu chica?

-Aún la están controlando. Tuvo una intervención complicada …

Afirmó con la cabeza y sacó un cigarrillo para fumar. Me ofreció uno pero renegué. No quería que al volver con ____ me oliera a tabaco.

-Hemos tenido suerte de que la policía no conozca aquel lugar y nadie la llamara … Bueno, ¿quién lo haría? No creo que allí hubiera alguien libre de delitos – se burló. Sacudí la cabeza estando de acuerdo –. ¿Tú crees que la muerte sea suficiente castigo para Natalie? – preguntó súbitamente.

-No – respondí de inmediato de forma natural.

-Tengo algo pensado pero tendremos que hablarlo en otro lugar – comentó quitándose de mi coche y palmeándome el hombro –. Nos vemos, Bizzle.

Lo vi irse y ver como subía a otro coche, el cual manejaba Roger para llevárselo del hospital. Subí a mi coche y di un largo suspiro. Los problemas no hacían más que amontonarse y yo tenía que acerme cargo de todos ellos.

Narra ____

Justin salió de la habitación y yo cerré los ojos dando una profunda respiración a pesar de la incomodidad que sentía por los puntos que suponía que me habían puesto.

Cuando volví a abrir los ojos comprobé que Derek y Jesse compartían unas miradas cómplices, entonces, Derek asintió y se aproximó a mí para dar un beso en mi mejilla. Salió sin decir nada.

Suponía que el que había sido mi mejor amigo de toda la vida quería hablarme en privado, y sabía lo que me iba a decir.

-¿Te duele mucho? – preguntó.

-Los calmantes hacen un buen trabajo – respondí para no preocuparle. Obviamente no estaba como una rosa –. ¿Tú qué tal?

-Dijiste que teníamos una conversación pendiente – respondió nervioso colocándose las gafas en el puente de la nariz.

-Si … – susurré. No tenía idea de como iba a dar pie a la aquella charla de una manera suave –. Creo que te estás pasando con Justin – solté.

-Y encima le defiende – masculló mirando al cielo –. ____, estás aquí por su culpa – trató de hacerme entrar en razón con testarudez.

-No, estoy aquí porque yo decidí acompañarle – respondí con paciencia –. Tienes que asumir que estoy con tu hermano, Jesse – intenté ser suave.

-Estás loca – siseó.

-Él me entiende.

-¡Te matarán! – se irritó.

-¡No me importa! – bramé sin pensar.

Me alteré y mi ritmo cardíaco aumentó. Cualquier cosa hacía que me molestara el abdomen y era de lo más irritante. Gemí con frustración y lancé una mirada asesina a Jesse. Enseguida la retiré cuando le vi sentarse a mi lado, sujetando su cabeza con sus manos, hincando los codos en mi camilla y revolviendo su largo cabello a lo casco.

-¿Cómo no puede importarte morir? – preguntó solemnemente –. Tus padres no querrían que dijeras algo así. Aún hay gente a la que le importas. – Me miró a los ojos y los retiró hasta que matizó con un –: A mí me importas.

-Jesse … – suspiré.

-Te quiero – dijo repentinamente. Y enmudecí por completo –. Te he querido durante años. Todo ese tiempo observé como tú atención estaba clavada en él. Esperé a que te dieras por vencida y vieras que no era para ti. Sigo esperándolo como un idiota. Las cosas conmigo serían mucho más sencillas, ____ – abrí los ojos incrédula por su propuesta –. Tú y yo siempre nos hemos llevado bien. Nos entendemos. Y sé que me quieres.

Decir que estaba asombrada por su torrente de palabras hubiera sido un eufemismo. Jesse era muy tímido y reservado. Si había acabado soltando todo aquello habría tenido que ser porque lo había ensayado centenares de veces. O porque estaba harto ...

Me endulcé con sus palabras. No podía juzgarlo. No quería que se enfadara conmigo. Al fin y al cabo, él no se equivocaba. Pero sabía bien lo que yo sentía y lo que yo quería hacer. Y a pesar de que no quería que se fuera el amigo que más quería, respondí lo que él nunca querría escuchar, pero la verdad.

-No digo que sea mentira, Jesse. Te quiero, más que a ningún amigo. No quiero perderte. Tú y yo hemos compartido muchas cosas pero … No puedes seguir esperando algo que no va a suceder. Amo a Justin – su rostro se contrajo tras el brillo que habían tenido sus ojos –. Nunca demostré por ti algo más que una amistad. Es y siempre ha sido Drew al que he elegido. Y ahora que lo conozco no pienso abandonarlo.

El silencio se hizo entre nosotros y yo enseguida me arrepentí de ser tan sincera. La tensión creció hasta que él se levantó sin hacer el más mínimo ruido. No volvió a mirarme. Salió cerrando la puerta y me dejó sola. Le había hecho daño a una de las personas más importantes en mi vida.

Traté de no llorar por el lío de emociones, pero fue imposible. Escena tras escena del pasado empezaron a golpearme haciéndome recordar que tan especial era Jesse y me sentí como una miserable.

----------------

I'M BACK! Siento mucho haber tardado más de una semana. He estado ocupadísima y mi familia parecía ir en contra de dejarme escribir lol Acabo de terminarlo y lo he subido enseguida para que no espereis más.

Me da pena Jesse. Y Justin. Se ha vuelto todo muy dramático. Odio los triángulos amorosos, que quede claro. Aún ni siquiera sé bien del todo que voy a hacer con ellos. Y aún me queda Derek ...

Espero que os haya gustado. En el próximo capítulo intentaré que haya algo más de acción. Esto de estar en el hospital hace las cosas muy monótonas por desgracia...

Sin embargo la venganza se acerca así que agarraos fuerte ;)

Por cierto el capítulo anterior casi llega a 50 votos*-* MUCHAS GRACIAS!! Me motivais un montón :)

Love you ^^

@itsBieberFanfic

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