⇝ ‣ ‣ ‣ ‣ ‣ ‣ ‣ ⇜
❇❇❇❇❇
La ligera briza que se coló en la carpa provocó un escalofrío en la pelirroja, quien apenas despertaba, sintiendo un brazo abrazar su cintura y ligeros besos sobre su hombro desnudo, sonrió cual niña al recordar lo que había ocurrido, abrió los ojos con pereza encontrándose con aquel esmeralda que tanto le gustaba. Harry había estado apreciando los rasgos de la chica sin querer despertarle, deseando que aquellos momentos durasen para siempre, Harry provocaba que Alessia desease ser egoísta, que desease más su felicidad, cosa que iba en contra de todo lo que ella había planeado.
—Hola, dormilona —la voz del azabache inundó los oídos de Alessia, más grave de lo normal y claramente baja para evitar romper aquella burbuja de comodidad.
—Sabes es algo acosador que me veas dormir —Harry no pudo evitar reír, de todo lo que pudo decirle la chica había dicho lo que él creía lo menos romántico del mundo.
—Esperaba un saludo normal, pero viniendo de tí lo acepto —esta vez fue el turno de la chica de reír, eran raros de eso no cabía duda alguna, pero se entendían y complementaban.
—Eres muy romántico, Potter —deseó besarle, pero no lo haría, al menos no hasta que estuviese aseada y con los dientes lavabados. Alessia estiró su brazo alcanzando la playera del azabache, se la colocó y cruzó por encima del chico para por fin colocarse de pie, Harry se había mantenido en silencio, pero decidió por fin decir lo que había estado pensando.
—Quiero ir al Valle de Godric —miró a la chica caminar hasta el baño, espero unos segundos hasta que ella regresó cepillando sus dientes y dándole una mirada para que continuase hablando—. Es donde nací, también en donde mis padres murieron, quiero ir, necesito ir —Alessia hizo una seña con la mano para que les esperara unos segundos más, debía terminar de lavarse los dientes, no tardó mucho y regresó con Harry, sentándose junto a él.
—No tienes que convencerme, Harry. No pienso dejarte solo en estos momentos, iremos, pero de una te advierto que no pienso seguir a ninguna ancianita en medio de la noche —el azabache le miró confundido ante tal comentario, pero asintió, aunque no muy seguro—. Hablo en serio, Potter. No por nada Blancanieves nos enseña que no debemos confiar en las ancianas, pueden envenenarte o peor, convertirse en una serpiente —esta vez Harry no pudo evitar reír, Alessia le observó, hacía mucho tiempo que no le veía reír de aquella manera, pero en unos segundos el chico tomó a la pelirroja por la cintura colocándole debajo—. ¡Harry! —exclamó sorprendida, para después soltar carcajadas ante las cosquillas que el chico le proporcionaba en las costillas.
→←
La nieve caía en las ropas de la pareja, quienes se encontraban con las manos entrelazadas para de alguna manera brindar calor al otro, estaban bien abrigados y caminaban por las calles del Valle de Godric, recorriendo el lugar que fue el hogar de los padres del chico y donde él había nacido, el color blanco predominaba y los villancicos sonaban dentro de la iglesia y algunas casas.
—¿Crees que estén ahí? —pasaron junto al cementerio, habían visto con anterioridad la estatua que había realizado en honor a los Potter, pero para Harry no era suficiente ver piedra tallada con la figura de sus padres, necesitaba hablar con ellos, justo donde yacieran sus restos y la esperanza de que estuviesen ahí crecía con cada paso.
—Vamos —le dio un ligero apretón en la mano del chico y ambos emprendieron su camino dentro del cementerio, Harry miró cada lapida, buscando los nombres de sus padres en alguna de estas, cuando creía que no les encontraría por fin pudo leer, "Recordaremos con amor a James Potter y Lily Potter" junto con sus fechas de nacimiento como la fecha de su muerte.
Harry soltó a la pelirroja colocándose de cuclillas frente a la lápida y removiendo la nieve para leer la leyenda debajo, "El último enemigo que debería ser destruido está muerto", Harry no aguantó más sus lágrimas, era la primera vez que venía, que podía ver la tumba de sus padres y el saber que estos habían muerto y Voldemort no le hacía hervir la sangre, cosa que aumentaba aún más su llanto, Harry por primera vez en su vida estaba llorando la muerte de sus padres.
—Yo... —Alessia no sabía qué decir, las palabras no servirían de nada, ella no quitaría el dolor, se hincó junto a Harry sin importarle la nieve—. Mi nombre es Alessia Weasley —miró la lápida con una ligera sonrisa, presentándose con los padres de su pareja—, soy amiga y novia de Harry, quisiera decirles que tienen un gran hijo, come a sus horas, es algo perezoso, pero responsable.
—¿Alessia? —Harry le llamó con la voz ronca, casi en un murmullo al no entender qué estaba haciendo.
—Ayuda a los demás, es muy fuerte, juega quidditch y es muy bueno, además de que se parece mucho a usted señor Potter, tiene mucho de su personalidad según me contó Sirius, pero siempre le recuerdan que tiene sus ojos señora Potter —sentía un nudo en la garganta—. Me hubiera encantado conocerlos, el que me dejaran contarle todas las anécdotas que he vivido junto a su hijo, quien es muy propenso a meterse en problema, pero logramos sacarle de ellos. Sé que están orgullosos del hombre en el que se ha convertido, lo protegeré con mi vida, yo sé que ustedes le protegen diariamente y él lo sabe, los extraña a pesar de que no lo dice en voz alta —sacó su varita e hizo que se formasen unos lirios en la tumba.
—Gracias —murmuró el chico intentando quitarse las lágrimas de los ojos para no ser visto, se puso de pie aun con las mejillas rojas ante el llanto y estiró su mano para ayudar a la pelirroja a colocarse de pie, cuando por fin estuvo a su misma altura no tardó en abrazarle—. Feliz navidad, Alessia.
—Feliz navidad, Harry —aceptó el abrazo y acarició los cabellos azabaches del chico mientras este escondía su rostro en el hombro de la chica, se mantuvieron así, hasta que Alessia notó una silueta, misma que reconoció—. ¿Recuerdas que te dije sobre no seguir a una anciana en la noche? —Harry se separó para verle y asintió algo extrañado ante tal pregunta—. Pues momento de irnos —Harry miró sobre su hombro y él también reconoció a la mujer, sin entender realmente porque no debían seguirle.
—Creo que sé quién es —intentó caminar hacia ella, pero Alessia le detuvo.
—Nop, no pienso morir hoy. ¿Recuerdas que la anciana de Blanca nieves era en realidad la bruja malvada? —Harry asintió—. Pues esta anciana se convierte en una enorme víbora.
—Pues esa ancianita se está acercando.
—Oh diablos, Harry vámonos —justo cuando estaban por irse, la mujer literalmente dejó de serlo convirtiéndose en Nagini quien deseaba arrancarles el rostro de una mordida—. ¡Harry! —empujó al chico asustada, ya que Nagini iba directo hacia este, lo que ninguno esperaba era que la chica realizara una aparición, los se quejaron al caer contra el suelo, ambos no habían podido amortiguar la caída—. Eso dolió, ¿Harry? —murmuró al sentirse extrañamente cansada.
—¿Alessia? —Harry se puso de pie, quejándose un poco ante el dolor de espalda, pero se acercó lo más rápido que pudo a la chica para ayudarle a levantarse y asegurarse que estaba bien. Con cuidado la chica se puso de pie con ayuda de Harry, aunque tuvo que sostenerse de él y cerrar los ojos ante un fuerte mareo—. Alessia, ¿en dónde estamos? —miró a su alrededor al no reconocer nada—. Alessia, no creo que esto sea Londres, ni siquiera creo que estemos en Reino Unido —murmuró al ver el letrero y no entender lo que decía.
—Harry, pero qué estás... —la pelirroja dejó las palabras al aire en cuanto abrió los ojos y reconoció aquel lugar—. Harry, esta es... mi casa —murmuró asustada, miraba aquella casa de dos pisos, misma que había sido su hogar por años, les había traído a Italia.
. . .
¿Qué les pareció el giro? Ah que no lo esperaban, por fin tendremos más del pasado de Alessia, conocerán más a la pequeña bebé <3
Editado
Pelirroja W