My King

By Dunnedain

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Toda deuda debe ser pagada, eso es lo que tus padres te enseñaron durante tus 12 años de vida y esa es la fra... More

Deuda Pagada.
Asuntos Especiales
Obsesión
Preparativos
La gran Boda.
Mío/Mía
Perdida
Reencuentros, pasado y... ¿Soledad?
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Tú junto a Mi.
El Dorado.
Ritmo.
La pequeña llama que inicio todo
Fuego Consumidor.
Llamas de infierno.
Datos curiosos.
Datos Curiosos 2
Extra + Posible premio.
DeadSusurred
Final Timothy.

Tesoro

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By Dunnedain

Narra _____.

Cuándo una persona encuentra un tesoro es normal que lo desee para si solo, grandes tesoros han sido causas de guerras, mi madre solía decirme que los piratas después de encontrar un tesoro solían traicionarse entre ellos para poseer esos tesoros. Si fuera una niña pensaría que Sans es un pirata, pero no lo soy, estoy apunto de cumplir medio año casada con el esqueleto y me he dado cuenta de que soy un tesoro para Sans. Él no soporta verme hablando con otro hombre, o que otros hombres me vean mucho tiempo y su forma de decírmelo era dolorosamente placentera.
Las marcas que en su momento fueron rojas o rosas ahora eran moradas, verdosas. ¡Estaban en todos lados! Mis piernas, especialmente mis muslos, mi cintura, espalda, estomago, pecho, vientre, hombros, muñecas, cuello, no tenia casi ningún lugar que no hubiera sido marcado, gracias a esto cubría la mayoría de mis marcas con los vestidos, estos cubrían en su mayoría las marcas, pero las del cuello u hombros no siempre es posible cubrirlas, algunas personas se preocupan, pero de cualquier manera, no me molesta. ¡Suena estúpido, lo sé! Pero no lo hacen.

Me ha dado insomnio, podría decir que son entre las tres y cuatro de la mañana y lo único que puedo hacer es permanecer a lado de mi esposo, mi todo, mi rey. Él se molesta cuando no estoy con él, dice que puedo enfermarme por mi mala costumbre de no abrigarme. No le quiero dar mas preocupaciones, por ello hago caso a todo lo que me dice.

Su rostro cuando duerme... A pesar de no ser humano podría decir perfectamente que es hermoso, tan varonil, su aroma embriagante, fuerte, sus brazos al rededor de mi cuerpo, como si un ejercito estuviera cuidandome, su respiración chocando contra mi pelo, me tranquiliza, moví mis manos lentamente abrazándolo, el se acomodo para que ambos estuviéramos cómodos y me miro.

—¿Estas bien? —Su voz grave de cuando acababa de despertar me hacia temblar.

—Estoy contigo, no podría estar mejor — me apegue a él, exigiendo un abrazo fuerte, sus brazos no tardaron en rodearme.

—No haz dormido... — Afirmo mientras acariciaba mi espalda con una de sus manos.

—Desperté hace poco — Mentí, no quería que se preocupara por mi, el sonrió dulcemente y con su mano libre acaricio mi mejilla con dulzura.

—No me mientras, cuando duermes te mueves hasta darme la espalda o estar casi encima mio, haz permanecido en la misma posición en la que nos acostamos.

—No tengo sueño... Lo lamento...

—Entiendo, en ese caso ordenare que preparen el baño.

—¿Eh? — Lo mire confundida.

—Tomemos un baño juntos, tal vez eso te relaje y puedas dormir, también pediré que te hagan un té. — Se levanto con cuidado alejándose de mi mientras se ponía de pie. — Quedate aquí en la cama o me harás castigarte. ¿Ok?

—S-Si, mi rey.

Sans salió de la habitación, me senté en la cama manteniendo las sabanas sobre mis piernas hasta mi vientre, cerré los ojos. Sans usa la palabra castigo cuando en verdad no quería que le desobedeciera, pero aunque lo desobedezca nunca me ha castigado, lo sé por que no hace nada, me mira serio por unos segundos y me ordena a ir a la habitación o me toma de la muñeca y me lleva a todos lados con él.

Y sabiendo como es él castigando  a los demás, por eso creo que a mi no me castiga, pero tampoco me gustaría provocarlo.

A los minutos la puerta sonó, di acceso y entraron dos mujeres, ambas se veían recién levantadas pero aun así ya tenían su vestimenta puesta, entraron directo al baño después de saludarme, un mayordomo entro con una bandeja de plata, una tetera y un par de tazas que igual paso al baño.
Al final entro Sans con las manos en la cadera, me miro y al ver que estaba en la cama sonrió.

—Que obediente...

Asenti  y cubrí mi pecho jalando las sabanas, desvíe la mirada, él se acerco y tomo mi mentón con cuidado.

—¿Siguies sin sueño?

—S-si... No sé que me pasa... Lamento haberte levantado.

—No te preocupes — beso mi frente — Dormiremos hasta tarde de ser necesario.

—¿Tus responsabilidades?

—Le pediré a alguien más que las haga... No te preocupes.

Las sirvientas y el mayordomo salieron del baño, indicaron que estaba listo  y salieron de la habitación, mire a Sans y cuando vi que fue a cerrar la puerta con seguro me estremeci.

—Te espero en el baño en cinco minutos o antes...

Sin mas camino al baño dejando me sola en la cama, entro y entre cerro la puerta, me levante y comencé a quitarme mis prendas, al estar totalmente desnuda me encamine al baño, toque la puerta dos veces.

—Pasa...

Abrí la puerta y me adentre en la habitación, Sans ya estaba dentro de la enorme bañera camine hacia él, él me ofreció su mano, la tome y entre en la bañera, me senté dándole la espalda, el agua era relajante, me recoste en su pecho pudiendo sentir como me abrazaba por la cintura.

La sensación relajante que daba el agua, sus brazos protectores, esa sensación de paz, involuntariamente cerré los ojos, escuche como un liquido era vertido en una superficie de vidrio, después deje de sentir uno de los brazos de Sans, abrí los ojos y vi como me ponía enfrente una taza de té.

—Té de manzanilla, te ayudara a relajarte.

Sacaste tus manos y tomaste la taza, el agua llegaba hasta tus hombros y hasta el pecho de Sans dejando afuera sus brazos y algunas costillas.
Diste un pequeño sorbo después de soplar para evitar quemarte, el sabor dulce, cálido, delicioso, ligero, suspiraste sacando humo que se combino con el vapor del agua.
Recargue mi cabeza en su hombro,

—¿Comodo?

—Y cálido...

Los minutos pasaron, termine mi taza de té, me sorprendí que en ningún momento el agua bajaba su temperatura, sentía las respiraciones tranquilas de Sans en mi nuca, voltee ligeramente buscando el rostro de Sans.

—¿Qué pasa, mi reina?

Enrojesí,  volví a mirar al frente, suspire, me moví para quedar sobre su regazo, cara a cara. Él me sostuvo de la cintura, esperando una respuesta, sus pupilas blancas eran clavadas en mis ojos, mi miraba con ternura, paciencia y algo de deseo.

—¿Por qué yo?

Pregunte sujetándolo de los hombros acariciando con la punta de mis dedos sus omoplatos. Él sabia a lo que me refería, sonrió y acaricio mi cintura, sus pulgares hacían círculos haciéndome un poco de cosquillas.

—Porque eres hermosa, llena de gracia, virtudes, eres inteligente, porque podía ver en tus ojos que tomarte como mi esposa seria la mejor decisión que tomaría, porque así podría hacerte mía, hacerte mi todo, mi tesoro.  Porque sabía que en tu futuro habían cosas grandes, al igual que en el mío... Porque quería tener solo para mi esos labios, porque solo yo quiero probar tu sabor, quiero que solamente yo pueda poseerte.
Porqué eres el tesoro que tanto había buscado y no estaba dispuesto a dejarlo ir y ahora que eres totalmente mía. No pienso ni compartirte ni perderte.

Me tomo de la nuca con cuidado y me acerco a él hasta que el espacio entre nosotros no existiera, sus besos eran dulces, suaves, esquistos, por un momento pensé que tendríamos intimidad en la bañera, pero para mi sorpresa de la nada me abrazo con fuerza, correspondí el abrazo.

—¿Esta bien, mi rey?

—Mejor que bien... Es tranquilizante tener tu dulce aroma tan cerca, lamentablemente debemos salir de la bañera, el agua comenzara a enfriarse y podrías enfermar... No deseo eso.

—Entiendo...

—¿_____, Por qué sigues haciendo la misma pregunta?

Aprete el abrazo, pegando mi pecho desnudo a sus costillas, cerré los ojos, en realidad no lo sabía. ¿Qué debería responder?

—Temo a que se aburra de mi y me cambie... A que se arrepienta de haberme escogido.

—Eso nunca pasara, mi hermosa reina.

[...]

La carroza era cómoda, asientos acolchonados, buena iluminación, aroma agradable, hermosa vista, una mesa con aperitivos, vino y un par de copas. Sans estaba sentado frente mi, mirando a la ventana, parecía molesto.

—¿Estas bien? — me incline hacia adelante para tomarle la rodilla, el me miro y se inclino hacia adelante acomodando la corona sobre mi cabeza.

—No me agrada traerte al pueblo... Pero debías venir...

—¿Por qué te molesta?

—Te lo he dicho, no me gusta que te vean... Eres mía, mi tesoro, mi todo, que todos te vean me enferma...

—Puedo... —Pase saliva — quedarme en la carroza y esperar a que regreses, si de esa forma tú estas cómodo.

—¡No! Quedarte aquí mientras yo me voy es dejarte a la vista de gente inmunda y rufianes... Podrían raptarte...

—Entiendo...

—Estaras junto a mi en todo momento...

—Si...

El recorrido por el pueblo era algo necesario, era para corroborar que a las personas que se les dio el apoyo monetario cumplieran con sus propuestas. A Sans no le agradaba la idea de que le mintieran, si descubría a alguno que no hizo lo prometido, seria castigado. Con castigo podría referirse a muchas cosas, entre ellas, la muerte o una enorme deuda...

Deuda...

Tantos recuerdos...

Gracias a la deuda de mis padres ahora estoy casada con un monstruo magnifico... Que me ama, cuida y respeta... Que me considera su todo.
Agradecía a mis padres por ello, por decir que esa era su única salida de aquella deuda, una pena que no pudiera mostrarles esta gratitud, espero que Sans cumpla su palabra con vengar a mis padres de lo que Daenerys les ha hecho.

Mi familia, mi reino, mis tierras, mi pasado... Todo ahora era cenizas... Pero se que Sans matara al responsable, lo sé...

Unos huesos tomaron mi mano, fríos al tacto pero suaves, mire al frente, Sans me sonreía, la carroza ya no se movía, mire a la ventana, efectivamente ya habíamos llegado.

—Lo siento... Estaba distraída...

—Te ves hermosa pensando... — Entrelazo sus dedos con los tuyos — Vamos, entre mas rápido Regresemos al castillo, mejor.

El caminar por las calles del reino era algo que muy pocas veces pasaba, en todos mis años en Undergraund solo he estado aquí menos de seis veces, la mirada de las mujeres viéndome como si no tuviera brazos o piernas, los hombres viendo al suelo, los niños iban a su casa y las niñas miraban maravilladas a Sans.

Las entiendo, cuando era niña también quería un príncipe, uno dulce, guapo, atento, detallista...
Para mi fortuna, si lo conseguí. De todos los lugares a los que fuimos solo dos no habían cumplido, como esperaba fueron castigados, sus familias lloraban, me sentía mal por ellos, pero no es culpa de Sans es culpa de ellos por no cumplir.

De nuevo nos encontrábamos en la carroza, miraba a la ventana y así pude darme cuenta de que nos alejábamos más y más del castillo. Mire a Sans el cual parecía estar muy tranquilo.

—Cielo.

Llame dulcemente, poniendo ambas manos en mis muslos, el no aparto la vista de los documentos que leía pero movió la cabeza en señal de que me escuchaba.

—¿A donde vamos?

Miro la ventana y después medito sus palabras, me miro y sonrió.

—Iremos con unos Aliados de hace siglos. Tengo asuntos que arreglar con el actual líder y no puedo hacerlos esperar, una guerra se acerca, mi reina, debemos estar listos.

—Entiendo... ¿A donde iremos?

—Con Ramsay Bolton. Dueño de la bandera del Hombre Desollado.

Abrí los ojos con sorpresa, ya había escuchado hablar de él lo había hecho con Timothy. Según Timothy, él era un hombre de lo mas despreciable. No solo le hizo daño a él y según también a ese tal Kanneth. No sabia del todo de que era capaz pero... Era algo malo... Lo sabía.

—¿Sabes? Ramsay es un buen amigo de mi viejo amigo.

—¿Ah, sí?

—Si, ellos tienen una peculiar historia... Una realmente interesante.

—¿Por qué?

—Algún día lo sabrás, eres muy joven y hermosa...

Se quedo callado, apretó la mandíbula un segundo, desvío la mirada cruzando las piernas y dejo caer a un lado suyo los documentos.

—En cuanto lleguemos quiero que tomes mi mano y que en ningún momento la sueltes.

—¿Pasa algo?

—Si obedeces, no, no pasara. Ahora que lo pensé más a fondo... No debí traerte...

—Puedo regresar... O quedarme aquí.

—No, eso seria aún más peligroso...  Solo quedaté conmigo, a mi lado y todo estará bien.

—¿Todo? — Susurré, aun me impresionaba como sus palabras podían causar tantas cosas en mi interior.

—Si... —Respondió de la misma manera, susurrando.— Solo debes estar junto a mí y de ese modo todo saldrá bien, sabré que estas bien y podre cuidarte. Y si tú estas bien, yo igual.

—Sans...—Sonreí al ver sus ojos, él me extendió su mano y la tome, entrelazamos nuestros dedos. — Te debo mucho... Me haz cuidado, dado cariño, amor, una vida...

—Todo por ti. Mi reina.

[...]

Narrador omnipresente.

La noche amenazaba, el agotamiento de su paciencia igual, jamas había tardado tanto en llegar, sabia que debía ser cuidadoso con sus palabras, de otra manera descubrirían su plan y con la traición repentina del azabache sus cosas se complicaban.

Ramsay tenía el mismo objetivo que La mayoría de los Reyes de esas tierras.

Conquistar todo el territorio posible.

Algunos lo deseaban para bien y otros para mal. Un ejemplo claro era Sans, quien deseaba conquistar todo el territorio posible para hacer una especie de dictadura enfermiza, experimentando con los todos los seres vivos posibles, asegurándose que ____ solo este para él, donde los burgueses podrían salvar a su familia de ser sujetos de experimentación, donde la gente pobre fuera el primer objetivo.

¿Qué buscaba?

Ser el ser vivo mas sabio, poderoso e invencible, donde solo él sea el capaz de crear y destruir, donde él era un dios.

Bolton no tenia la mirada muy lejos de esos mismos objetivos. Solo que tenia mas obstáculos, el primogénito de la familia Skeleton tenia magia, conocimientos tanto de humanos como en monstruos y la mitad del territorio en juego.
El matrimonio entre Sans y ______ era una manera de unir los dos reinos, juntos hacían un gran tramo de terreno sumando el terreno de HailGarden y los reinos pequeños que se han conquistado, ya era bastante. Faltaba la otra mitad y los océanos.

Claro que si se ponía exigente conquistaría las demás islas, pequeñas, grandes, medianas. No importaba, él las conquistaría.

Las antorchas comenzaron a encenderse sacándolo de sus pensamientos, miro hacia afuera de su tienda, su reino no estaba lejos pero debido a la gran cantidad de enemigos que tenia no era conveniente estar ahí.
Los hombres desollados en las entradas empezaron a arder en llamas, las trompetas sonaron, los hombres se movilizaron, los esclavos se prepararon para atender a los invitados.

[...]

Un lugar desagradable, hombres emanando un intenso y fuerte olor a sudor y suciedad, cenizas, huesos, algunos pedazos de carne, desagradable.

A pesar de estar adentro de la carpa de Ramsay aun te llegaba esos desagradables olores a tus fosas nasales, querías salir de ahí, Sans estaba sentado a tu lado y tal como pidió sostenias  su mano, en frente estaba Ramsay, bastante... Molesto por la demora.

—Haz tardado demasiado en llegar.

—Soy un Rey, tengo cosas que hacer.

Ramsay parecía no desear dejar de mirarte, te sentías algo incomoda, sentías su mirada recorrer tu abdomen hasta tu barbilla. Mientras tanto seguía hablando con Sans como si nada estuviera pasando, bajaste la cabeza y la mirada, tratando de que notaran que estabas incomoda. Pudiste sentir como comenzaba a desnudarte con la mirada, tan incorrecto, tan vulgar, indecente; comenzaste a rogar en tu mente que se detuviera, solo te miraba y te sentías sucia, usada, degradada.
Su voz semi grave con tono de burla te saco de tus pensamientos con una frase.

—Supe que Timothy se te reveló porque Rompiste uno de sus juguetes...

—¿Por romper el huevo? —Pregunto Sans, movió su mano libre de un lado a otro restándole importancia.— De cualquier forma no iba a nacer bien ese dragón, no en las condiciones que estaba... Pero... Si, se revelo como siempre y desapareció, no se a donde pudo haber ido pero si tenia un huevo, seguro tiene más.

— Como toda rata... ¡La de crímenes que ha cometido en su corta y estúpida vida!

¿Corta vida? Timothy era incluso mayor que Sans, ¿no? ¿Qué demonios pasaba?

—Es comprensible... Después de todo Tu reino se forjó sobre el reino del estúpido elfo.

—Se rumorea que Kanneth ha regresado para recuperar lo suyo... ¿No será qué Timothy fue con su novio?

Mirabas tus piernas, aunque no era de tu incumbencia te llamaba la atención el tema. ¿Qué tenia que ver Timothy en todo este asunto?

—Nunca entendí el porque los emparejaban... —Continuó Bolton, recargo una de sus manos en la mesa mientras sostenía su rostro— Cuando nací siempre se me dijo que ellos eran pareja...

—Lo que pasa es que siempre estaban juntos, no importaba en donde o que hora era, siempre se les podía ver juntos, si querías encontrar a Timothy debías buscar a Kanneth, si querías a Kanneth buscabas a Timothy. Un mito dice que planeaban escapar juntos para poder ser unos muerde almohadas libres. Pero paso lo que paso.

—Ya entiendo... Vaya historia... Dos jóvenes idiotas... Dos reyes, sabios y poderosos... ¿Quien diría que ese asunto nos llevaría a una guerra?

—Una guerra que haz heredado a través de los siglos. Te recuerdo que todo paso cuando ni tu tatarabuelo había nacido.

—¿Qué edad tenias tú?

—Apenas cumplía once mil siglos... Ha pasado siete siglos desde entonces

—Estas en tu plena juventud...

—Si... El punto... Si te unes a mi el siguiente reino que me gustaría conquistar es Castelling rock. 

—¿Porqué querrías un lugar tan feo y abandonado? Si querías un lugar así pudiste pensar en las grutas rocosas.

—¿Crees que soy idiota? En las grutas rocosas viven los hombres y monstruos roca...  Quiero Castelling rock porque ahí puedo mandar a practicar mis creaciones.

—¿Craciones?

—Te diré más si te unes a mi...

Un sirviente de Sans saco un papel y se lo entrego a Bolton, el mismo lo tomo y comenzó a leer. El silencio se hizo presente, solo se podía escuchar las actividades que realizaban los soldados afuera de sus carpas, el viento y los animales de afuera.

—¿Qué? — Hablo después de unos minutos.— ¿Qué es esto?

—Es un contrato... Si firmas seras un aliado, pero tu puesto como rey sera otorgado a mí, tus tierras me pertenecerán al igual que tus ejércitos, tus sembrados, tus pueblos, todo lo perteneciente a los Bolton será trasladado a mi nombre a cambio de victoria, riquezas, seguridad... Cuando la guerra termine se te dará una cuarta parte de lo ganado, y ambos seremos reyes de un mundo perfecto.

La voz segura y confiada de Sans te hizo estremecer, es como si solo faltara la firma de Ramsay para que todos los demás reinos cayeran, para que la dictadura de Sans comience.
Ramsay miraba con duda, desconfianza y maldad.

—Entiendo... — Ambos se dedicaron una mirada de desconfianza, Ramsay sonrió y tomo una pluma que entintó de inmediato— Acepto, sera un placer gobernar alado tuyo, amigo.

—Si... Lo mismo digo...

Ramsay firmo todos los papeles y se los entrego a Sans, Sans lo tomo y verifico que haya firmado, después los guardo. Ramsay se levanto de golpe llamando la atención de todos.

—¿Qué le parece si se quedan esta noche? Es peligroso ir de regreso a esta hora... Y mas por lo importante que eres ahora Sans...

—Si... Tomaremos la oferta, gracias Ramsay.

[...]

La madrugada había llegado, Ramsay había ordenado que levantaran una nueva carpa para que Sans y tú pudieran dormir, claro que no pudiste ni siquiera pegar los ojos, Sans parecía cansado así que durmió de inmediato, pero tú no podías, los guardias estaban afuera y aun así no te sentías segura.

Tenías tu garganta seca, te sentaste sobre la cama y miraste a todos lados, no había una jarra de agua, miraste a Sans que estaba dormido profundamente. Te levantaste de la cama y te cubriste con tu abrigó, al salir notaste que los guardias no estaban ahí pero si a un par de metros, uno de ellos te miro pero regreso a lo suyo, caminaste insegura pero al ver a alguien acercarse, te detuviste, notaste que era Ramsay.

—Vaya, Vaya... Pero si es ______, el tesoro del sur.

—¿Qué?

— Oh, ¿no lo sabías? Ese es tu apodó... El apodo que te ganaste desde tu boda. ¿Quien lo diría?

—Yo...

—¿Qué pasa?

—Necesito tomar agua...

Ramsay te miro serio, asintió y con la cabeza te indico que lo siguieras, fueron hasta su carpa, al entrar sirvió un vaso de agua y te lo entrego. Se sentó sobre la mesa y te invito a sentarte en una silla, bebiste el agua y negaste con la cabeza.

—Digame algo... Reina _____. ¿Qué opina de Timothy?

¿A que venia eso?

—¿Que qué opino? Bueno... No lo sé, es alguien muy misterioso... Nunca se sabe como puede reaccionar.

Ramsay asintió levemente, miro la entrada de la carpa y sonrió de lado. Funciste el ceño.

—Es alguien agradable... Solo hace lo que mas le conviene, un aliado a medias... Es interesante, si quiere te ayuda y si no puede hasta matarte... Muy hábil, en los libros que hay se habla mucho de él, pero sin decir que es él... Pero — Miro el techo como si pensara en algo — Nadie sabe de donde viene en si... —Se quedo en silenció, profundo y tenso — ¿Qué se siente ser la mujer mas deseada del todo el mundo?

—¿Qué?

—Ya sabes, todos te desean... Y entiendo el porque, una mujer hermosa, única, de bello cuerpo y alma, pura hasta cierto punto... — bajo de la mesa y se acerco a ti, retrocediste. — Te tiene marcada, ¿no es así? Lo sé, yo también lo haría, marcaría cada centímetro de tu cuerpo para demostrar a todos que eres mía.

Se detuvo y retrocedió, sonrió y se alejo, dejaste el vaso sobre la mesa, te encaminaste hacia la entrada pero volvió a hablar.

—Pobre ave... Estas en una jaula de oro puro, rodeada de cuervos y aves podridas, no ves lo valiosa que eres ni en la jaula donde estas... —Te miro sobre el rabillo del ojo — Eso te hace más deseable... Más preciosa...

Retrocediste, ¿Deseable? ¿Preciosa?. Saliste rápidamente de la carpa chocando con un pecho que reconocías por el aroma, el tamaño y la firmeza, miraste hacia arriba encontrándote con las cuencas vacías de Sans, abriste los ojos con sorpresa, ¿Como despertó? Ibas a hablar pero él te tomo de la muñeca rápidamente y comenzó a jalarte hacia la carpa donde se hospedaban, sentías su fuerte agarre, estabas en problemas, muy serios problemas y no podrías escapar de esta.

Al entrar en la carpa Sans te lanzo sobre la cama, caíste acostada boca arriba, de inmediato te sentaste, Sans cerro la única entrada con magia y huesos, se acerco a ti hasta quedar a un metro tuyo, donde fue cuando hablaste.

—¡Lo lamento! —Cerraste los ojos— Realmente... Lo lamento...

—...

—Y-yo... Tenía sed y... Yo... — Apretaste las sabanas entre tus puños y los ojos, tu voz ya no podía salir bien por el nudo en tu garganta que comenzaba a crearse.— Tenía sed... Y, y... No... Quería molestarte... No pensé que despertarlas tan rápido y mucho menos que no hubiera agua aquí...

—...

Su mirada seria, como navaja se enterraba en todo tu cuerpo, sabías lo que significaba, suspiraste tratando de alejar tu voz rota.

—Solo me dio agua, dijo cosas muy raras y después me fui, ahí fue donde te encontré... No lo volveré a hacer.

Sans asintió y con un movimiento de cabeza te dio a entender que te acostarás, a sentiste y te quitaste el abrigo, te volviste a acostar y viste como Sans se acercaba.

—No te castigaré porque al menos te cubriste, de lo contrario te hubiera castigado de lo mas severo posible.

—Lo lamento...

Se sentó a tu lado, acaricio tu rostro, cerraste los ojos disfrutando del tacto, te frotaste contra su huesuda mano exigiendo mas caricias, su voz ronca y susurrante te hizo sonrojar.

—Si por mi fuera, te haría mía en este precisó instante, renovaría esas marcas que tienes y haría más.

Desviaste la mirada, tu pecho subía y bajaba al ritmo de tu respiración, lo miraste a los ojos y sonreiste de lado.

—¿Qué se lo impide, mi rey?

—Que no quiero que los demás te escuchen, solo yo puedo disfrutar de tus gemidos, de tus suspiros, de tu voz suplicando y rogando por más, tus jadeos... — Se acostó a tu lado, te recostaste de tal forma que quedabas cara a cara con él. — Eres mía.

—Si, majestad. — jadeaste levemente, el simple hecho de recordar el como Sans te hacia suya, sus movimientos de cadera, la sensación de su fría y húmeda lengua, te hacían estremecer y hacían crecer tu deseo carnal sobre él.

—Así que, lo mejor será que descanses, mañana nos iremos de aquí lo antes posible...

[...]

La semana paso mas rápido de lo que te diste cuenta, cuando menos lo esperaban ya estaban siendo encaminados frente a su aliado de Guerra.

Daenerys.

El inmaculado los guió por los pasillos rodeados de mas inmaculados hacía el salón principal, el castillo en medio del desierto despertó el interés de ambos pues eran terrenos fuera del tablero de juego, sin embargo; Kanneth sabia una cosa, Daenerys era heredera de Castelling rock, curiosamente una antecesora había sido entregada a un hombre como ofrenda de paz que se la llevo, gracias a ello logro sobrevivir al ataque con dragones dirigido por cierto esqueleto alto y con cicatrices en ambos ojos, procreador del que ahora causa terror, Wending Gaster.

Timothy al verla enmudeció, era la viva imagen de aquella ofrenda de paz que recordaba, ojos grises, pelo blanco, piel blanca ligeramente bronceada por la localización actual, labios naturalmente rojizos, emanaba toda esa energía que te hacia saber que ella era Daenerys, Madre de Dragones.
Kanneth sonrió al ver que los seres no eran mentira, pues estaban a sus lados protegiéndola, eran enormes casi como la hidra de Timothy.

—¿Quienes son? —Pregunto con duda al ver que ninguno hablaba.

—Soy Kanneth Elf y mi compañero Timothy Dúnedain. Hemos venido desde muy lejos, Daenerys, desde Undergraund...

Fruncio  el ceño muestra del desagrado que le tenia aquel nombre, ella no había vivido ni un solo segundo cerca de ese lugar, pero estaba al tanto de lo que hacían.

—¿A que vienen desde ese desagradable lugar?

—Bueno — Continuo Kanneth confiado y orgulloso— Le he traído al "Padre de Dragones"

Kanneth señalo con sus manos a Timothy, el mismo reacciono y se movió sobre si mismo hasta encontrar el bulto en su espalda, el pequeño dragón se encontraba descansando, al salir estiró sus alas y se sacudió, Daenerys lo vio incrédula.

—¿De donde lo haz sacado?

—Es una cría una de mis dragones, es de lo mas jóvenes...

—¿De los mas jóvenes?

—¡Así es! — Interrumpió Kanneth — Este no es el único dragón que hemos traído con nosotros.

Kanneth miro a Timothy, ambos asintieron, Timothy tomo aire y silbo unas notas dulces, Daenerys prestaba atención, los inmaculados igual y su consejero y traductora también.
El ambiente se quedó en silencio, un silencio sepulcral, se podían escuchar las respiraciones de cada uno, incluso los dragones estaban en silenció.

—¿Y bien? — Pregunto el consejero.

En el mismo segundo comenzaron a sonar las trompetas, un sonido ancendente, como si les estuvieran atacando, de inmediato entro por uno de los ventanales el gran DeadSusurre, al entrar se sacudió, extendió sus grandes alas y soltó un rugido que hizo que todos los presentes retrocedieran, Daenerys se levanto del trono sorprendida.

—Madre de Dragones — Hablo Timothy alegremente— Le presento a mi primer Dragón... DeadSusurre...

—Como ya le comentamos no son los únicos dragones de los que mi amigo posee, hay incluso muchos más.

—¿Han venido solo a presumirme sus dragones? Se ven cuidados pero no lo suficiente...

—Le daré los detalles, pero primero queremos hablar... Sobre la guerra...

—Claro — La mujer comenzó a caminar acercándose a Timothy, el rubio sonreía, el azabache se mantenía serio. — Sigame... Padre de Dragones.

[...]

Tus dedos tocaban las teclas con delicadeza y suavidad las notas emitidas daban calma y tranquilidad a cualquiera que pudiera escuchar, hermoso, tranquilo. Te detuviste,miraste tus piernas y suspiraste.

—¿Qué pasa?— Pregunto el hombre detrás de ti.

— He vivido aquí desde que me empecé a volver una señorita, ahora lo soy y soy la reina... Y aun no entiendo del todo que hago aquí...

—¿No es obvio? Es para que le des hijos a Sans y para que el apellido The Skeleton continúe... Es para que le des al pueblo un heredero...

—Sans no me trajo solo por eso... ¿O si?

—¿Importa? ¿Desde cuando te importa? — Sus pasos sonaron hasta que se apego a tu espalda abrazando tu cintura, como estabas sentada él tuvo que arrodillarse sus manos fueron descendiendo peligrosamente hacia tu vientre pero  tú no lo detenias— Si estas aquí es porque quieres estarlo... Pequeña ave.

Abriste los ojos en ese instante, hace mucho que no le veías y que no escuchabas su voz diciendo comentarios sarcásticos.
Sentiste el frío de la noche entrar por el balcón que estaba abierto. Miraste tu pecho desnudo y te quejaste levemente por el dolor de cadera, esa noche Sans había sido algo rudo. Por un momento pensaste en levantarte para cerrar la puerta del balcón pero el recordar que eso le molestaba a Sans te detuvo, lo miraste.

—Mi rey... —Susurraste, el no se inmuto. —Sans... — Volviste a decir. Al no tener respuesta suspiraste, miraste el techo.

—¿Qué pasa?

Su voz ronca, semi adormilada y grave como siempre te distrajo, lo miraste y el frotaba su rostro.

—Necesito que hagas algo por mi...

Dijiste suavemente, el te miro y asintió, así como un perro obedeciendo a su amo.

—Lo que desees, mi reina.

—Tengo frío... Y la puerta del balcón esta abierta... ¿Podrias cerrarla?

—Claro...

Su ojo brillo con poca intensidad, las puertas se cerraron suavemente como si alguien las hubiera cerrado, te acercaste a Sans y te recostaste en su pecho, el te abrazo y acaricio desde tu hombro hasta tu espalda.

— Algo te preocupa... ¿Qué es?

—Bueno... Yo... Estoy confundida, se supone que ya debería estar portando a un heredero para Undergraund... ¿Y si yo no puedo darte un heredero?

—¡Oh mi reina! No te preocupes por ello, eres totalmente fértil. Lo que pasa es que, bueno... Un monstruo puede controlar cuando dejar en cinta a alguien. Una ventaja que he usado a mi favor, quiero que disfrutes de tu juventud y de una vida de casada sin grandes responsabilidades. 

—¡Oh, gracias cariño! Estaba preocupada.

Sans beso tu cabeza, tu frente, mejillas y labios. Sonreiste, te abrazo con fuerza y sonrió.

—Por ahora duerme mi reina, necesitas descansar...

—Sans...

—¿Si?

—Te amo... Y mucho...

—oh mi reina, mi _____. También te amo... Eres lo mas precioso y angelical que un ser vivo pueda tener, eres un factor importante para mi, sin ti... Probablemente todo hubiera sido diferente y horrible, pero al estar aquí es hermoso, un sueño hecho realidad.

Sonreiste, estabas alegre, te recostaste y dormiste.

[...]

El noroeste ya era considerado un lugar peligroso, todo enemigo que entraba ahí era considerado una amenaza y un enemigo. Los mas débiles eran atrapados, vendidos, esclavizados y las mujeres violadas, denigradas y utilizadas.
Aquella fama había sido ganada atravez de los años, el primer Bolton en comenzar a ganar esa fama fue Ramsay T. Bolton, actual  tatara tatarabuelo de Ramsay Bolton.
Que conquisto las tierras elficas con ayuda de Wending Gaster. El mismo esqueleto conquisto las tierras del suroeste sobre el reino de los Dúnedain, Wending y Ramsay edificaron sus reinos sobre tierras ajenas, tierras que sus dueños originales fueron olvidados.

En el presente Ramsay causaba miedo con el simple hecho de presentar su bandera daba miedo. Un hombre desollado con las extremidades extendidas y decabeza.
Ramsay estaba preocupado, sabía del "tratado de paz" que tenia con la familia The Skeleton y ahora con el documento de alianza se veía entre la espada y la pared.

Deseaba conquistar las tierras que ahora pertenecían al esqueleto, deseaba conquistar todo el terreno de juego, debía idear un plan para ello.

—Si quiero quitarle todo lo que tiene... Debo empezar por lo mas básico, quitarle su pilar de vida... Su único pilar... _____.

Claro, ahora debía quitar sus obstáculos.

—No sera suficiente con destruir al esqueleto, el puto elfo y el estúpido Dúnedain también... ¿Pero que podrían hacer esos dos idiotas contra mi? Dos monstruos sin ayuda ni familia, no tienen pasado y tampoco tendrán futuro...

Miro los libros que le había mencionado a _____, libros donde se hablaba de un Dúnedain mercenario y del único elfo con vida. A su parecer eran obstáculos y unos don nadie.

—Será fácil acabar con todos...

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¿Qué les pareció?

¿Qué le pondrían?

¿Qué le quitarían?

Lamento toda la demora para publicar el cap, todas las explicaciones están en mi libro de proyectos donde publico muchas vainas y pendejadas :v

Las amo, los amo si son hombres :v, sale bye :D

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