Mirabas desde la entrada de la U.A como caía el agua a cántaros. Como podías ser tan estúpida como para pensar que eso de que iba a llover era falso?? Pues te diste cuenta de tu retraso en el momento en que Aizawa-sensei dijo que harían el entrenamiento en el gimnasio por la lluvia.
Y ahí estabas tu como idiota de pié en la entrada mentalizandote salir a mojarte.
—Hola _____-chan— saludó una voz detrás de ti haciendo que pegaras un saltito del susto— p-¡perdón! ¡No quería asustarte! — se disculpó midoriya agitando los brazos frenéticamente.
— ¡tranquilo no pasa nada! — le sonreíste para que se relajara y pronto viste su paraguas de All Migth que llevaba en la mano
-ah ¿te gusta mi paraguas? — te preguntó abriéndolo.
— oh si es bonito, pero no era eso— te excusaste nerviosa pues no querías que el chico que te gustaba se diera cuenta de que no habías traído nada para salvarte de la lluvia.
— bueno, voy a casa — sonrió muy tiernamiente y empezó a caminar hacia la salida tapándose con el paraguas. Pasados unos metros se paró y se dio la vuelta para verte—no vas a ir a tu casa? — te preguntó extrañado.
— oh.... Eh... Si, supongo que si— empezaste a caminar hacia la salida también, mojándote por la lluvia.
—n-no llevas paraguas ¿verdad? — preguntó aguantando la risa.
— ¡no te rías! Es algo serio, voy a mojarme— reíste también.
— no va a hacer falta, te puedo acompañar a tu casa si quieres — propuso el oji-verde alzando un poco su paraguas para que te pusieras bajo él.
— ¡gracias izuku! — lo abrazaste emocionada y pronto te diste cuenta del nerviosismo del chico ante tu acción— ¡¡LO SIENTO!! — gritaste muy roja separándote de él y accidentalmente pisando un charco— mierda... Mi madre me matará— susurraste saliendo del charco— soy un desastre— te lamentaste sacudiendo el zapato con el pie mientras caminabas.
Pronto habíais llegado a tu casa y picaste al timbre por que obviamente ¿como te ibas a llevar las llaves? En cuestión de segundos la puerta se abrió y tras el tu hermano se paró para verte a ti y a midoriya— ¿piojo no has traído paraguas? — te preguntó tu hermano cruzándose de brazos.
— no, como ves no lo he traído, ahora déjame entrar en casa, izuku gracias por llevarme.
— ¡mama ______ ya está aquí y trae a su novio! — gritó tu hermano antes de que pudieras pasar.
"odioso hijo de puta pienso matarlo" hablaste interiormente poniéndote roja y apretando los puños.
Tu madre no tardó en asomarse a la puerta y verte a ti y a izuku, a saber cual de los dos más colorado pero notoriamente izuku temblaba más que tu.
— ¿y no me has dicho nada ______? Pasa hijo— tu madre se hizo a un lado para que midoriya pasara.
— ¡n-no! ¡Es un mal entendido! ¡Solo soy amigo de su hija! — explicó izuku aún más rojo.
— oh lo siento, gracias por llevar a mi hija, es una descuidada.
— ¡¡mama!! — tu hermano empezó a reír a carcajadas.
— entra chico— insistió de nuevo tu madre empujando a izuku dentro de la casa.
—y-yo he de irme o mi madre va a preocuparse... — susurró midoriya mirando la casa.
— mama déjalo ir... — insististe viendo la situación incomoda y derrepente como la cara de tu hermano se iluminaba "Mierda se ha dado cuenta..."
— si mama déjalo ir seguro que su madre estará preocupada por el niño— habló tu hermano con una sonrisa hacia ti "Seguro tiene algo pensado"
Antes de que tu madre hablara cogiste a izuku del uniforme y lo arrastraste fuera de la casa.
— perdona lo de mi familia, son muy pesados— te disculpaste una vez fuera de la casa y la lluvia ya había cesado.
— p-pues yo creo que son muy majos— sonrió midoriya mientras decía eso. La puerta de la entrada volvió a abrirse y volvió a salir tu hermano.
—vamos chicos no tenemos todo el día— habló tu hermano.
— a ti luego te voy a matar— le retaste y pareció que eso que dijiste le causó gracia.
— si queréis os puedo dejar mi habitación cuando queráis pero ahora no hay todo el día. un beso y ya— no pudiste matarlo allí mismo ya que antes de que reaccionaras cogió tu cabeza y la del peli-verde y las juntó en un beso— ya está, hacia casa— tu hermano dio unas palmaditas en la espalda de izuku y lo movió hacia el camino para ir a su casa. Ambos seguíais en shock por lo ocurrido.
—¡yo a ti te mato! — le gritaste una vez midoriya ya se había marchado más rojo que un tomate.
— tsk ya me lo agradecerás— bufo tu hermano y mientras comenzabas a perseguirlo por la casa.
En realidad si que se lo habías de agradecer, tu primer beso con el chico que te gusta. No está mal