El chico llamado LANCE - Klan...

By ShargyD

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Ha pasado un año desde que los padres de Keith murieron. Shiro, su mejor amigo de infancia y de quien secreta... More

Capítulo 1 -¡Comenzando la fricción!
Fragmento CERO - Break
Capítulo 2 -El secreto de Keith
Capítulo 3 - Lazos
Capítulo 4 -Imanes
Fragmento UNO - Storm
Capítulo 6 - Nudos
Capítulo 7 - Autodestrucción
Capítulo 8 - Bienvenido a mi corazón
Capítulo 9 - Intermedio
Fragmento DOS - Lost
Capítulo 10 - Mi mar [cumpleaños]
Capítulo 11 - Autocontrol
Capítulo 12 - Indecisión
Capítulo 13 - Remordimiento
Fragmento TRES - Skemmtun
Capítulo 14 - Confusión (parte uno)
Capítulo 14 - Confusión (parte dos)
Capítulo 15 -
Capítulo 16 - Colores
Fragmento CUATRO - Confessione d'amore
Capítulo 17 - Miradas
Capítulo 18 - Falacia
Capítulo 19 - Realidad
Capítulo 20 - Condena
Capítulo 21 - Consciencia
Capítulo 22 - Mi estrella
Fragmento CINCO - Virhe ja vika
Fragmento SEIS - Monster
Capítulo 23 - Humano
Capítulo 24 - Te amo
Capítulo 25 - Calma
Capítulo 26 - Efecto mariposa
Capítulo 27 - Consentimiento
Fragmento SIETE - Keith Kogane
Capítulo 28 - Mi verano
Capítulo 29 - Bashert

Capítulo 5 - Conexión

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By ShargyD

Nota del autor
¡Hola!💖 bueno, quería aclarar un pequeño detalle en este capítulo y es que Lance menciona algunas cosas en español, ¿qué quiero decir? bueno, se supone que los chicos "originalmente" tienen como idioma natal el inglés y Lance sabe el español, así que para diferenciar cuando el agrega estas palabras será marcado con la *cursiva o italica* como ustedes la conozcan, y pues nada, espero que les guste :3
También quiero agradecer a todos aquellos que están leyendo💛, si les gusta y apetece, dejar su voto o comentario, ¡Nos leemos luego!✨🌼 

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"En el momento más inesperado de tu vida, en el lugar menos pensado, el día menos calculado y con la persona que talvez nunca imaginaste, sucederá una conexión que va más allá de algo físico, un reflejo, un "clic", una sincronía entre dos almas que han quedado prendadas y que jamás será destruida.

Una conexión que es llamada por algunos como destino y por algunos otros más valientes, como el encuentro de dos almas gemelas.

Alguien que, por alguna razón, siempre va descubrir tu corazón."

Además de cubrirse de los rayos solares que cada vez eran más intensos con aquella gran roca, también habían conseguido ser escondidos por sus pliegues voluminosos, desgastados y rocosos de la vista de los turistas en aquella playa. Keith se sentía agradecido por ese pequeño regalo natural, estaba más cómodo fuera de la visión de la gente desconocida –y tal vez, conocida también-. Cuando terminó de contarle al moreno lo que había sucedido, inhaló y exhaló profundamente mirando un tanto preocupado a Lance.

—En resumen —Lance enderezó su espalda, aun estando de frente y se cruzó de brazos, hablando y haciendo un pequeño ademan con sus dedos—, Shiro te dijo que nunca iba a olvidar la sonrisa que hiciste cuando viste el mar en un tono un tanto... especial. Tú te quedaste como idiota —Al escuchar aquel adjetivo, el pelinegro soltó un gruñido leve—, lo siento, como tonto —corrigió el moreno— en silencio mirándolo, él se acercó a ti sin decir una palabra más y se puso a tu altura, te quedaste en blanco y automáticamente dijiste "debo conseguir un baño", acto seguido saliste corriendo cual doncella apurada y fin.

—Pues sí... en resumen, sí —Keith torció las cejas un tanto confundido, ¿por qué razón Lance había recapitulado lo que había contado?

—¡El claramente iba a besarte, idiota! —Lance alzó ambos brazos frustrado provocando que Keith se exaltara y se golpeara levemente el hombro contra un pico pequeño de aquella roca sobre la que se encontraba apoyado— ¡Si no hubieras salido corriendo de ahí, posiblemente él te hubiera besado!

—¡Claro que no!, ¿Cómo demonios llegaste a esa conclusión?

—La gente no tiende a ponerse a tu altura porque sí, y mucho menos después de haber dicho eso, es simple lógica, Keith —El pelinegro soltó un suspiro pensativo encogiéndose de hombros y llevando su mano derecha hacia su hombro para amortiguar un poco el dolor del golpe en la roca.

¿Realmente era así? Es decir, Keith no era ningún genio experimentado como para saber leer los movimientos y las intenciones de las personas, pero tampoco era un distraído y perdido total o eso era lo que quería pensar. Tenía razón, aquél acercamiento de Shiro se había sentido distinto a los que había llegado a hacer, algo en el ambiente, algo alrededor de su aura había sido muy diferente, pero ¿Y qué tal si se estaba equivocando?, ¿Qué tal si el único loco que estaba interpretando de manera diferente las palabras de Shiro era él? ¿Quién les aseguraba que no estaba siendo simplemente amable?... Pero aun si fuera cierta o no la supuesta intención de Shiro, sabía cuál sería su reacción.

—De cualquier forma, yo no lo habría permitido —Al decir esto se ganó el total asombro de Lance, quién no había dejado de mirarlo en ningún momento desde que habían comenzado a hablar. Honestamente Lance estaba sorprendido, pues, nunca había escuchado a alguien decir que rechazaría a su crush si pudiese besarlo.

—¿Qué estás diciendo?, cualquier persona moriría por tener una oportunidad como la tuya con la persona que quiere.

—Pues claramente yo no soy "cualquier persona", Lance —El tono de voz de Keith había sido brusco y las palabras habían sido disparadas con molestia, mientras observaba al moreno que se encontraba frente a él.

Ninguno de los dos habló, permitiendo que el silencio se instalara entre ambos. El único sonido que eran capaces de percibir era el bullicio lejano de la gente divirtiéndose y las olas marinas llegando a tierra, a unos cuantos metros de distancia de ellos. Algo no estaba bien, Lance se preguntaba si ya había llegado el momento de empezar a entrar en él—¿Por qué no? —Rompió al fin el silencio entre ambos, insistiendo.

—No es algo que esté obligado a responderte —respondió Keith, un poco más irritado que antes y también un tanto... ¿nervioso?, ¿impaciente?

—Ah, tienes razón —Lance alzó las manos, excusándose— Pero eso entonces quiere decir que está bien si en este momento voy y lo beso, ¿verdad? O cualquier otra persona, porque a fin de cuentas de todas maneras tú lo rechazarías si lo intenta contigo.

—No estoy diciendo que está bien, yo solo...

¿Qué era exactamente lo que quería decir?, por supuesto que le rompería el corazón ver a Shiro besando a alguien más, que alguien diferente recibiera su cariño y su atención; o incluso sus palabras y consejos dulces como hasta ese momento y a pesar de todo, Keith las había recibido. Pero aceptar un beso de él, aceptar sus sentimientos frente a su mejor amigo y cambiar absolutamente todo era algo totalmente distinto.

—¿Tú solo...? —Lance intentaba encontrar la razón de la negativa de Keith. No quería ser alguien fastidioso, pero sabía que el motivo detrás de su rechazo era algo que lo atormentaba a un nivel increíblemente personal, podía notarlo a kilómetros de distancia y él había prometido ayudarlo, ¿verdad? Definitivamente había llegado el momento de comenzar a rasgar su burbuja—, ¿Tanto miedo te dan tus sentimientos?

—No, eso no... —Aquella seguridad que se había instalado gracias a su molestia mientras veía a Lance había desaparecido, e instintivamente huyó de su vista mirando la arena de nuevo y parte de las piernas cruzadas de Lance que se encontraban cerca de sus pies. Estaba comenzando a ser intimidado por sus propios pensamientos y recuerdos.

La mente de Keith había comenzado a trabajar de una manera tan veloz que apenas y se había dado cuenta, aquello a lo que tanto temía se estaba acercando. Claro que había aceptado un cambio, solo uno y que no afectaba a nadie que no fuese él, pero algo como lo sucedido esa mañana estaba totalmente fuera de discusión, ese tipo de situación, ese tipo de cambios eran los que lo vivían atormentando, rompiéndolo y devorándolo sin piedad alguna.
Lance había dado en el clavo y miles de cosas comenzaron a flotar sobre su oscurecida mente.

"Nunca nos habías dicho que nos fuéramos de esa manera... ¿Por qué estás tan diferente?"

"Eras el mejor en esta clase, ¿Qué está pasándote?"

"Tú amabas esa carrera, ¿Por qué estás cambiando de opinión?"

"Keith ya no es el mismo de antes ¡Se volvió una mierda!"

"No tienes derecho a reclamarnos cuando tú has cambiado todo desde antes"

"La manera en la que éramos, cambió"

"No tienes idea de lo que daría porque siempre fueras nuestro Keith"

"No, Keith. Ya nada es igual, te has ido... has cambiado"

Todas y cada una de las situaciones que habían sido clave para terminar de romper su dañado corazón estaban en su cabeza justo ahora, reproduciéndose como una cinta de película, resonando en su cabeza y haciendo eco de una manera tan violenta y cruel como si hubiese retrocedido el tiempo y lo hubieran lanzado ahí, esos días, en esos momentos, viviendo y destruyéndolo de nuevo después de haber destruido. El más grande temor de Keith había salido a la luz y lo estaba devorando. Él tenía una terrible fobia al cambio, cambiar cualquier cosa de la que estuviese bien, pues todo lo que había tenido antes, amigos, familia, éxito, todo, lo había perdido gracias a que había cambiado su forma de ser. Para Keith, cambiar era algo terrible.

Las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos, resbalando por sus mejillas, el cuerpo entero le temblaba levemente en un intento desesperado por ahogar su llanto, su miedo, su frustración, odio, tristeza, el aire se le iba y también el tiempo. Toda la tormenta emocional en la que se había convertido estaba descontrolándose, tomando el poder de sus sentidos y mente. Y no, no era solo porque lo que había sucedido con Shiro lo había asustado –más que confundido-, sino que ahora lloraba por todo, Keith lo llamaba "colapso", ese momento en el que en base a algo pequeño que lo desestabilizaba, todo comenzaba a emerger volviéndose grande, como una gran bola de nieve uniéndose y creciendo.

—...no quiero cambiarlo —susurró de manera casi inaudible, su voz era tan temblorosa y tan quebrada que con tan solo escucharlo a Lance le había invadido un sentimiento de tristeza. Le dolía verlo así—. No puedo, ellos simplemente... —¿En qué momento había pasado de un "él" a un "ellos"? Se preguntaba Lance, entendiendo que estaba logrando rasgarlo.

—Entiendo —afirmó Lance, notando como unas pequeñas gotas de agua caían sobre el regazo de Keith. Y sin pensarlo demasiado, llevó ambas manos hasta su rostro, posándolo sobre sus mejillas para alzarlo y alejar la vista violácea del chico de la arena suavemente, temiendo ser brusco.

—No, no lo entiendes... —Cuando Keith fijó sus ojos Lance notó cuan hermosamente violetas eran y también, como estaban tremendamente cargados de temor y frustración, de sus pestañas increíblemente largas y oscuras colgaban micro lagrimas; y sus labios temblaban al ser forzados para no llorar, mientras negaba tan débilmente con su cabeza. Posiblemente haya sido por el terrible defecto de ser tan emocional de Lance, pero ver a ese chico con esa expresión tan temerosa y dolida le partía el corazón.

Oh Keith, pobre Keith, había sido víctima de nuevo de su ansiedad desatendida.

—Suéltame.

—Keith... —Le llamó por su nombre de manera suave y tranquila; y por un milisegundo dentro de su mente rota, el pelinegro pensó que, si el mar tuviese voz, definitivamente sería la voz tranquila que en ese momento Lance tenía—, Si lo hago, te entiendo —Pero aquella oración lo había desesperado de nuevo, provocando que intentase alejarse de nuevo.

—No —El pelinegro intentaba retroceder, pero era imposible por aquella roca en sus espaldas. Llevó sus manos sobre las de Lance intentando alejarlas de su rostro, quería huir, quería esconderse, deseaba con todas sus fuerzas ocultarse bajo las sabanas de su cama y llorar, llorar tanto hasta desgarrar su garganta y que su voz dejase de salir.

—Mírame —El moreno intentaba no ceder ante la fuerza de las manos del azabache.

—Suéltame.

—Keith, mírame —exigió esta vez con firmeza.

—¡Déjame en paz!

—¡Mírame, Keith! —Lance sujetó con fuerza su rostro obligándolo a mirarlo a los ojos. Tenía que encontrar una manera de parar la crisis del chico, reconocería donde fuera esos ataques de ansiedad y sabía que no eran agradables. Tenía que traerlo de regreso —Yo te entiendo.

—¡Tu no entiendes nada! —Gritó mirándolo fijamente, el rostro del pelinegro se había transformado de dolor puro a enojo en menos de un segundo. Había dejado de intentar alejar las manos de su rostro, ahora solamente fijaba sus ojos sobre aquellas orbes azules que lo miraban en silencio, ¿Qué demonios intentaba probar Lance?, ¿Qué lo podía todo?, ¿Qué era capaz de entenderlos a todos con su maldita personalidad brillante y carismática? —¡Déjame tranquilo!, ¿Tú que demonios vas a saber sobre lo que se siente cargar con la muerte de los seres que amas?, ¿Cómo rayos vas a entender qué es lo que se siente cuando toda la gente comienza a culparte y juzgarte porque has cambiado?, ¡Únicamente eres alguien que quiere meter sus malditas narices en todo porque tienes la estúpida necesidad de que todos te busquen y sentirte importante! —Las manos de Keith fueron directamente al pecho de Lance, empujándolo—, ¡No tienes idea de lo cual jodido es que todos tengan razón en odiarte y darte la espalda, porque la has cagado antes!, ¡Porque los abandonaste primero! —Seguía empujándolo cada vez que hablaba, disminuyendo el impacto poco a poco a medida que sus oraciones avanzaban y se quebraban—. Tú no... tú no puedes entender... cuanto asusta, tú... joder, ¿Qué hice? —Llevó las manos a su rostro cubriéndolo, encima de las de Lance pero no importaba. Las lágrimas habían comenzado a resbalar por sus mejillas de nuevo, ahora su voz, sus reclamos y la ira reprimida se habían transformado en llanto y culpa, destrozando su garganta.

Él no había tenido nunca la intención de hablarle así a Lance, que sólo lo había escuchado desde que lo conoció. No había tenido la intención de lastimarlo, ni atacarlo, lo había arruinado todo y lo sabía cuándo sintió las largas manos del moreno deslizarse por su rostro, retirándolas.
Pero la sorpresa llegó cuando sintió un peso sobre su cuerpo, unos brazos rodeando su cuello y hombros, una mano larga posándose sobre su nuca y una opresión contra algo cálido.

Lance estaba abrazándolo de una manera protectora y firme.
Y por supuesto que habría reaccionado mal ante las palabras de Keith en otra situación, posiblemente le habría devuelto los insultos e incluso golpeado si llegaba a más. Pero él era consiente que aquél arranque de agresión había sido provocado por la desesperación y la ansiedad de Keith, lo sabía perfectamente y es por eso que no estaba enojado, ni lo culpaba. Keith necesitaba a alguien.

—¿Tienes miedo de perder a Shiro? —preguntó Lance tranquilamente mientras aún abrazaba a Keith, apoyando su barbilla sobre su cabeza como solía hacerlo con sus hermanos cuando lloraban. Sintió como la cabeza del pelinegro se movió, asintiendo mientras lloraba— ¿Tienes miedo de quedarte solo? —El pelinegro volvió a asentir débilmente— Keith... es verdad que tu llegaste aquí por Shiro, él te invitó, llegaste a esa casa porque él estaba ahí, pero... no te quedaste por él. Te saliste de casa y te quedaste en California por ti, despertaste en una nueva ciudad por ti. Tu estancia en esa casa, en California ya no dependen de que Shiro esté aquí, es porque tú lo quisiste así, ¿Le tienes miedo al cambio?, ¿Es por eso que no aceptarías que tu relación con él cambiara?

—Cambiar... me hizo perder todo lo que tenía, me odiaron a mí y las cosas que cambiaron a mi alrededor. Todos se fueron y Shiro... estuvo a punto de irse cuando ya no tenía a nadie, pero se quedó y yo... yo no puedo arriesgar algo seguro por algo que no se sabe con certeza o que... puede arruinarlo todo... es lo único que me queda...

—Keith, nada nunca se queda igual que el día anterior. El tiempo pasa, los meses, las estaciones, el clima, incluso tú inconscientemente. Estoy casi seguro de que nunca estarías así con alguien que acabas de conocer hace dos días, ni contarle lo que me has contado —Al escuchar aquello el pelinegro intentó alejarse, pero Lance no lo permitió—, y no has perdido a nadie, al contrario, has ganado. Lo estas intentando por ti, los cambios son inevitables ya depende de uno mismo si son para bien o para mal, y tal vez, sólo talvez eso que me dijiste fue porque cambiaste de manera equivocada... además, bueno, —Lance parecía un poco ansioso ante lo que iba a decir, así que tomo aire y Keith sintió como el pecho del moreno subió lentamente y bajó después, escuchándolo sin alternativa alguna—, Ya no estás solo, los chicos de la casa quieren conocerte no por Shiro, sino porque eres... Keith, y aún si ellos se enfadan contigo, que lo dudo, no estarás solo, te aseguro que librarte de un amigo como yo no es tan fácil.

Las palabras de Lance terminaron de romper aquél primer muro que se encontraba oscilante dentro de él, lo tumbaron como si de papel se tratara logrando que lo abrazara de igual manera dejando salir el llanto que había guardado por meses. El moreno era capaz de escuchar su sollozo y de sentir como la camisa veraniega que llevaba se humedecía, pero no le importaba, el chico estaba dejando salir lo que había estado conteniendo durante horas o quizá, meses.
El abrazo posiblemente habría durado más de no haber sido por una llamada entrante al celular del moreno, el abrazo tuvo que deshacerse para responder.

—¿Hola? Ah... Shiro —Al mencionar aquél nombre, Keith recargó la barbilla sobre sus rodillas—, ¿Keith? Eh... sí, me lo topé en los baños cuando venía de regreso, sí. —Lance hablaba con total tranquilidad mientras escuchaba al otro lado de la bocina—. No, todo esta bien, él solo... supongo que será algo que hablen después, pero esta todo bien, iremos a comprar algo y luego regresaremos. No estamos muy lejos, de todos modos... ¿No necesitan algo? Vamos camino a la tienda, sí... de acuerdo, nos vemos en un rato —El mulato sonrió, colgando la llamada. Cuando miró a Keith, notó sus intenciones de levantarse de la arena así que sujetó su brazo, deteniéndolo.

—¿Qué haces? —Keith lo observó dudoso y Lance negó con la cabeza, entonces accedió a quedarse quieto frente a él.

—Tu rostro... bueno, tu apariencia es de alguien que ha llorado alrededor de un mes sin parar. No creo que sea un buen momento para que volvamos, deberíamos esperar, ¿no crees? —Keith sacó su teléfono celular del bolsillo, desbloqueándolo. Lo primero que notó fueron siete llamadas perdidas de Shiro, deduciendo que se había preocupado. Después abrió la cámara, sorprendiéndose por lo que estaba viendo.

Sus ojos estaban tremendamente rojos e irritados, al igual que su nariz y parpados, agregando como plus que éstos últimos se encontraban inflamados de una manera bastante obvia, cualquiera podía deducir que había estado llorando un buen rato. Guardó su teléfono celular y suspiró; no tenía idea de cómo ver a Lance después de todo lo que le había dicho y el alboroto que había hecho.

—Lo siento...

—¿Por qué? —Keith lo miró mordiéndose levemente el labio, realmente estaba arrepentido por el comportamiento que había tenido y su ataque de sinceridad llena de crisis.

—Por todo... por que hayas tenido que escucharme y por la manera en la que te grité cuando solo intentabas ayudar, lo que dije realmente no es enserio, eh... yo realmente no quería decir esas cosas, Lance. Discúlpame.

—Pues no es algo que realmente merezca un perdón, pero, disculpado estás —Lance le sonrió de manera cálida, colocando su mano sobre el hombro de Keith como muestra de apoyo—. Pero, realmente deberías pensar lo que te dije, si tu realmente quieres superar la muerte de tus padres y lograr avanzar, terminar tu carrera, literalmente, seguir con tu vida... tienes que cambiar, de otro modo nunca vas a lograrlo y estarás como... un círculo vicioso, dando vueltas en la intención únicamente —El moreno rió levemente, flexionando el brazo contra su pierna para apoyar su mejilla sobre su mano, aplastándola mientras lo observaba—, eres todo lo contrario a mí, ¿sabes? A mí me aterraba no cambiar.

—¿No te da miedo que puedas perder todo porque has cambiado? Es decir, que a las personas a tu alrededor no les guste y termine todo echo un caos, cuando te des cuenta de ello todo estará echo y esas cosas.

—En realidad, me da miedo que las cosas no cambien porque significa que estas atascado en alguna cosa y no estas avanzado, solo estas ahí, inmóvil. Además, yo siempre eh pensado que uno cambia para uno mismo, no para los demás, si no les gusta pues, ¿Qué decirte? Keith, cuando alguien realmente vale la pena lo sabes porque se queda, quien te quiere no se va ir porque avanzas y si te estas equivocando, destruyendo en lugar de mejorar te va a golpear y decir "Amigo, lo estás arruinando", no se va ir ni te va dar la espalda porque lo has arruinado, alguien que lo vale intentara ayudarte o corregirte.

—Eso no... sólo pasó con Shiro.

—Eso quiere decir que de todos quienes te dieron la espalda, Shiro fue el único que valía la pena —Keith sonrió levemente por primera vez después de unas largas horas de depresión, las palabras de Lance tenían sentido y él no lograba entender porque nunca las había visto con esa perspectiva, jamás se le habría pasado por la cabeza verlo de esa manera tan... madura, ¿acaso le estaba diciendo a Lance maduro? —Hablando del chico extremadamente bueno que te gusta, me pidió que fuésemos a comprar unas cosas que Hunk olvidó llevar, podríamos aprovechar ese tiempo para que se te pase la inflamación de los parpados y comprar unas paletas heladas.

Keith asintió poniéndose de pie, podía sentir como la sangre comenzaba circularle de nuevo por ambas piernas dificultándole el caminar y cuando Lance notó que a Keith se le habían "dormido los pies" como coloquialmente se decía, dibujo una sonrisa maliciosa llegándole por la espalda y metiéndole la rodilla detrás de la de él haciendo que Keith soltara un grito gracioso al sentir el indeseable hormigueo por el largo de sus piernas. Lance se adelantó aún con la sonrisa maliciosa en su rostro, triunfante. Cuando menos acordó, Keith había conseguido unos pequeños cubos de hielo que había hurtado de un pequeño carrito que vendía bebidas frías en la playa, el moreno comenzó a correr intentando evitar la maldad del pelinegro, pero era endemoniadamente rápido. Cuando al fin lo alcanzó le metió los cubitos de hielo por la espalda, haciendo que al moreno se le erizara la piel entera con un terrible escalofrío corriendo por su espalda.

Llegaron a la tienda, compraron unos cubiertos y platos desechables que Hunk había olvidado llevar y también unas paletas heladas, como había dicho Lance. Y mientras volvían, el ambiente era más relajado, Keith disfrutaba de su paleta de sandía y Lance de su paleta de limón, ambos con una bolsa de plástico blanca cada quién mientras conversaban por la orilla de la playa, sintiendo la brisa, riendo por alguna tontería que el moreno decía y observando de una manera más agradable a los turistas del lugar.

—Entonces... ¿tú... crees que Shiro tenía la intención de besarme? —dijo al fin Keith, pensando en todas las cosas que Lance le había dicho. Le gustaba poner en práctica los buenos consejos que le decían y el de su compañero de habitación definitivamente lo había sido. Cambiar aún le aterraba, pero Lance había instalado una pequeña semilla de valentía dentro de él, además de sentir qué, de alguna manera su espíritu rebelde también había despertado un poco de nuevo.

—Hombre, estoy casi seguro que el chico quería tragarte a besos —Lance llevó a su boca la paleta, disfrutando el sabor del limón, pero cuando miró a Keith un tanto sorprendido miró alrededor confundido —¿Qué?

—¿Eso que acabas de decir... fue español?, ¿Hablaste en español? —Keith estaba realmente sorprendido, nunca había tenido la oportunidad de conocer a alguien que hablase un idioma como el español y mucho menos con un acento como el que había hecho Lance. Claro que había oído de lejos a gente mientras caminaba por la calle, pero estar con alguien a quien estaba obligado a conocer durante el resto de su carrera, era otra cosa.

—Sí, ¿Por qué te sorprende? Mi idiota natal es el español, de echo —En el rostro del pelinegro se instaló una gran sonrisa, a Keith le encantaba aprender idiomas, conocer culturas diferentes, pero el español definitivamente era uno de los que más lo intrigaban, era un idioma muy extenso y difícil a su parecer— ¿Nunca habías escuchado a alguien hablar español?

—No, es decir, sí, pero nunca había conocido o tenido contacto con alguien que lo hiciera. El español es un idioma que honestamente me parece muy interesante, pero tu acento... ¿de qué parte es? —Lance sonrió pícaramente, Keith ya se lo veía venir cuando notó su sonrisa.

—Eso es un secreto, me hace un hombre más interesante —El moreno alzó las cejas varías veces de forma juguetona y Keith puso los ojos en blanco, soltando un quejido—. Pero si un día quieres aprender a hablarlo un poco, puedo ayudarte. Es extraño, normalmente la gente se interesa por otro tipo de idiomas como chino, japonés, francés, inglés... pero tú te ves muy interesado en el español.

—Es un idioma que también me parce muy interesante, me gusta, ¿Enserio no me vas a decir de donde es tu acento? —Lance negó con la cabeza de forma divertida mientras comía su paleta—. Por ende, tampoco me vas a decir de dónde vienes —Y por segunda vez, el moreno negó—. Eso es muy infantil.

—Acéptalo, te mueres por saber de dónde viene mi acento y porqué, lo sé, soy irresistible —Keith lo empujó con el hombro haciéndolo caminar un poco desviado de su línea de visión, satisfecho—, pero volviendo al tema... si te soy honesto, yo realmente pienso que Shiro iba a besarte, digo... en mi experiencia es algo casi cien por ciento seguro.

—¿Y qué se supone que debería hacer? —preguntó Keith acomodándose en la otra mano la bolsa de plástico, mientras unos niños pasaban corriendo por en medio de ambos chicos de forma muy energética—. No puedo creer que realmente este hablando de esto con alguien, mucho menos contigo.

—¿Nunca hablabas con nadie sobre tus sentimientos por Shiro? —Keith negó y Lance silbó, sorprendido—. Soy especial. Pues... realmente no puedes hacer nada por el momento, la oportunidad se fue, pero viendo como piensas las cosas y todo eso después de "eso". Lo primero que deberías preguntarte es si realmente tú quieres hacer algo, ya sabes... hacer algo significa intentarlo, es decir, que tendrías que cambiar un poco para que puedan ser pareja y esas cosas.

—Lo sé, lo sé. Me quede pensando en lo que me dijiste y sí, tienes razón, en todo, pero por favor no comiences con tus tonterías ególatras o juro que te lanzo arena en los ojos, Lance —Suspiró dándole pequeñas probadas a su paleta de hielo—. Debo moverme, aunque me aterre y... maldición, asusta, pero realmente me gustaría poder estar con él, ¿Es raro lo que digo?

—Es algo totalmente normal, si me lo preguntas. Entonces si tu realmente quieres estar con él y que tengan una historia de amor y todo eso, ¡Hazlo!, aunque claro que primero hay que estar seguros de que Shiro quiera algo serio, deberías intentar enamorarlo primero, ya sabes, para tenerlo todo bien seguro.

—¿Y cómo se supone que lo haga? No tengo ni la más mínima idea de cómo se supone que enamores a alguien, eh tenido parejas en secundaria de mano sudada, pero esto es diferente ¡Totalmente!, no sé qué demonios se supone que debo hacer para enamorar a alguien y menos a alguien como Shiro.

—Oh... —Keith lo observó de manera dudosa cuando vio una nueva expresión instalada en el rostro de Lance—, Oh, oh, oh... amigo, mira, te dije que te apoyaría y todo eso...en... la roca... que no repetiré jamás porque es demasiado cursi pero que se supone que ya sabes. Pero, para eso está aquí Lancey Lance, bebé. Yo te ayudaré a conquistar a Shiro, lo llamaremos "La Shiro Misión: Love", ¡Carajo, es excelente! —Cuando Keith escuchó todo lo que Lance estaba diciendo casi se ahogaba con un trozo de hielo de la paleta, escupió varias veces golpeándose el pecho hasta que lo escupió. Acto seguido lo miró aterrorizado.

—¿¡Que!?

—Lo que oíste, te dije que iba a ayudarte, ¿no? Dije que no iba a darte la espalda, ¿verdad? —Keith negaba con la cabeza desesperado, estaba comenzando a tirar la toalla— Además, tú no tienes ni idea de cómo rayos conquistar a alguien y posiblemente termines metido en la brotherzone o algo por el estilo antes de lo que canta un gallo. Y como plus final, greñas, soy la única persona en el mundo, según tú, que sabe lo que sientes por él, por ende, soy la única persona apta para ayudarte a no ser que quieras revelarle tus sentimientos a alguien más.

—Oh my... tienes razón —dijo el pelinegro, no como un alago sino con un tono de voz aterrado, es decir, era verdad EL ÚNICO QUE SABÍA ERA LANCE, por ende, era el único que podía ayudarle y pedirle consejos a no ser que le tuviese que confesar sus sentimientos a alguien más Y ÉL NO TENÍA A NADIE MÁS, si Lance sabía, era porque lo había descubierto... OH POR DIOS, Keith estaba perdido, su única ayuda amorosa era el chico de su habitación—. Lance, no.

—Lance, sí —respondió con una gran sonrisa y con un chico de cabello negro y mullet a sus espaldas cuando al fin habían llegado a las sombrillas donde se encontraban todos sus amigos sirviendo por fin la comida que Hunk había preparado, mientras que Shiro los miraba de una manera un tanto diferente sin que ninguno de los dos se diese cuenta. 

La Shiro Misión: Love, estaba a punto de comenzar. 
¿Realmente todo saldrá bien?



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¡Y pues nada, ha terminado el capítulo! 
Me gustaría saber que piensan:
¿Les ha gustado?, ¿Les ha disgustado?, ¿Ha sido muy corto?, ¿Quieren matarme?, ¿Hice sufrir mucho a Keith? Sientanse libres de apredearme sjkldsjkl 💚💚💚

Prometo que las cosas comenzaran a ponerse cada vez más interesantes ;)

¡Les agradezco sus votos y comentarios! 
Cualquier duda también pueden dejarla con gusto!! 
En fin, gracias por su lectura, los amodoro 💛

Se despide
🌸ShargyD🌸

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