Nuestro Amor

By Quinner_

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Esta es la historia de Aaron y Stephen, dos principiantes en el amor con mentalidades y metas distintas, cont... More

Prólogo
1- Presidentes
2- Pervertidos
3- Abstinencia
4- Tu boca
5- Sobre ti
6- Aroma
7- Sin Vergüenza
8- Fuera de la residencia
9- Festival Valeska
10- GAY
11- Erótico
12- ¿Mentiras?
Extra 1: Navidad
Extra 2: El Premio
13- Su "Primero". Parte 1
14- Su "Primero". Parte 2
15- San Valentín Parte 1
16- San Valentín Parte 2
17- Sus Fetiches.
18- En el comité
Extra 3: Brett Hamilton
Extra 4: Audífonos
Extra 5: La razón de ser un imbécil
19- Hacerlo bien
20- Año Uno
21- Cumpleaños de un pervertido
22- Lo que eres para mi
23- Muy pronto
Extra 6: No lo que parece. Parte 1
Extra 7: No lo que parece. Parte 2
24- Te haré decirlo
25- Cumpleaños de un presidente
26- Mi inspiración
27- Su pasado
Adiós "Mi Mundo Pervertido"
28- Desesperación
Extra 9: Punto de no retorno.
Extra 10: Un día normal. Parte 1
Extra 11: Desconocido. Parte 1
Extra 12: Desconocido. Parte 2
11 de Abril
29- Lo que me gusta.
30- Metamorfosis.
31- Torpes enamorados.
Perfil de Personaje
32- Lo que eres.
33- Familia.
Extra 13: Límites.
Extra 14: Chico problema.
Extra 15: Idiotas.
Extra 16: Un día normal. Parte 2.
¡Sorpresa!
34- Queen.
35- Año Dos.
36- Graduación.
37- Crueles realidades.
38- Razones para hablar.
39- Las palabras correctas.
40- Epifanía.
Actualizaciones futuras
Extra 17: Entrevistas.
41- Ámame todos los días.
42- Nuestro futuro.
43- El deseo de un adulto nuevo.
44- Planes y permisos.
Extra 18: Antes de Stephen.
💜Muchísimas gracias💜
💜P & R💜
Extra 19: Esa persona especial. Parte 1
Extra 20: Esa persona especial. Parte 2
Extra 21: Ebrio, adorable y honesto.
45- Año Tres.
46- Compromiso.
Por favor, no más.
Extra 22: Vírgenes y despistados. Parte 1
Extra 23: Vírgenes y despistados. Parte 2
Extra 24: Antes de Aaron.
47- Reunión familiar. Parte 1

Extra 8: ¿Y si...?

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By Quinner_

AVISO:

Esto no es algo que pasó/pasará fuera de la historia original como en los otros extras; sólo soy yo fantaseando haha. Espero les guste❤🙆

S😌❤👌👈❤😏A

Stephen:

Me muerdo el labio disimuladamente cuando el hecho de que la respiración me falta y las mejillas me arden se hace presente, pero no soy el único que está atontado con la vista.
Y a pesar de que normalmente eso no me gustaría, estoy tan fascinado e incluso algo atónito por lo que tengo frente a mia ojos que ni si quiera puedo enojarme. Su cabello negro se ondula ligeramente por encima de su frente, sus ojos azabaches brillan por encima de su preciosa sonrisa de dientes blancos y su risa, —Oh, Dios, su risa— suena fuerte y contagiosa, llena el ambiente mientras mis primas, tías e incluso mi abuela lo miran con ganas de averiguar de dónde lo he sacado y en dónde pueden conseguir a uno igual.

Mi madre finge no darles crédito, pero está igual de encantada con todo él. Sigue a Aaron enérgicamente con sus ojos y con una sonrisa en sus labios inesperadamente maquillados mientras éste se pasea por la cocina preparando la cena y manteniendo una animosa conversación con mi tío y mi padre sobre un equipo de béisbol. De vez en cuando sus ojos se encuentran con los míos y me dirige una sonrisita cómplice antes de volver a la conversación o realizar algún acto digno de un chef.

Sus sonrisas me hacen feliz hasta el momento en el que me doy cuenta de que no sólo me sonríe a mí, sino al resto de mi familia. Mis primas sueltan risas bobas por ello y pretendo morderme la lengua tan fuerte como puedo para no decirles algo con lo que mi mamá pueda meterme una barra de jabón entera a la boca, cuando Ericka suelta un:

—Es bisexual, ¿no? Cuidado, que te lo robo antes del fin de semana— ríe

Le pongo mala cara, pero está tan concentrada en ver a Aaron sirviendo los platos que ni si quiera lo nota. El buen humor se me baja en un segundo. No sólo por su comentario, sino por las miradas de todas ellas. Lo miran como si lo estuvieran viendo desnudo y eso me enfada.
El hecho de que Aaron es atractivo nunca ha sido un secreto. Lo sé perfectamente. Todos lo saben. Pero ellas sólo lo ven por eso. No lo conocen, y si quieren conocerlo es por ese mismo hecho. Ven a Aaron superficialmente como a un accesorio que les gustaría presumir o enseñar a sus conocidos por el simple hecho de que es bonito.

Aaron es mucho más que una cara bonita. Él es mucho más que sólo su apariencia física. Él es la mejor persona que pude haber conocido jamás y a quién siempre agradeceré por haberme elegido para estar a su lado como algo más que sólo un amigo.

Cuando ellas lo ven, ven sólo un buen físico y una bonita sonrisa, cuando yo lo veo, veo todo lo que siempre he deseado tener con alguien y más. Soy capaz de ver un paraíso reflejado en sus ojos y al ver sus labios soy capaz de ver una simplicidad llena de promesas y palabras que me han hecho sentir el cielo bajo mis pies. Como un tonto he caído bajo tu hechizo sin darme cuenta y ya no hay vuelta atrás.

Me he enamorado profundamente de ti en sólo un año y te quiero sólo para mí. ¿Acaso eso está mal?

Aaron aparece a mi lado de la nada. Me he pasado sumido en mis pensamientos hasta el momento en el que el suave roce de su mano contra la mía me ha traído de vuelta a este mundo. Me levanta la mano con la suya y me besa los nudillos uno por uno con sus ojos cerrados y yo me ruborizo al sentir el calor y la leve humedad en sus labios.

El corazón se me acelera y la respiración se me entrecorta. Me veo forzado a apretar los labios para no soltar un jadeo, pero cuando sus ojos se abren y me miran con una intensidad desbordante soy incapaz de hacerlo.

Quiero besarte.

—La cena está lista, amor —murmura, su aliento haciéndome cosquillas.

—No tenías por qué cocinar —le digo, recordando la insistencia de mi mamá en querer hacer la cena

—Cocinar para ti siempre ha sido un gusto mío —admite sonriente— Cocinar para tu familia, eso ha sido todo un placer.

Me dedica un suave y escaso beso en los labios que me dejan el rostro ardiendo y mi corazón latiendo en mi garganta, y me dirige con su mano hacia la mesa donde mi familia ya se ha acomodado para comer la ridícula cantidad que ha hecho Aaron.

Nos sentamos uno al lado de el otro, yo entre mi prima Ericka y él, y él entre mi primo Ben y yo. Ericka no parece feliz con la distribución, pero yo estoy encantado.

—¿Dónde aprendiste a cocinar, Aaron? ¡Está delicioso! —alaga mi tío.

Aaron sonríe orgulloso.

—A mi mamá siempre le ha gustado cocinar —responde— Al principio sólo le ayudaba a cortar los vegetales o a cosas sencillas como rallar el queso, pero con el tiempo fue enseñándome todas sus recetas y al final terminó gustándome cocinar.

—Eres muy eficiente —se asombra mi madre al comer— Yo ni si quiera pude lograr que Stephen rompiera los huevos sin tirar pedazos enormes de cáscaras en la sartén...

Me ruborizo.

—¡Mamá! —le riño suavemente con la vergüenza subiéndose a mis mejillas.

—¡Es cierto! —se carcajea Ben— ¡Casi se me rompe un diente con las galletas que preparó la última vez!

Le pongo mala cara.

—Es imposible que se te rompa un diente por una galleta —bufo

—Tu lo haces posible —se ríe

Giro mis ojos. Aaron suelta una sonrisa divertida.

—No es muy bueno cocinando, pero aún así pone todo su esfuerzo en ello —habla, la sinceridad y el cariño bañando sus palabras mientras se deslizan como hermosas melodías por entre sus labios— Él no es de despertarse temprano por nada del mundo y, aún así, un día se levantó incluso antes que yo por que quería hacerme el desayuno. Pasó mucho tiempo ahí y desperdició mucha comida, pero lo que logró hacer estaba lleno de todo su esfuerzo y su dedicación... —se gira para verme— Y eso te hace increíble.

Me quedo mudo, al igual que todos. Una sonrisa tímida se exparse en mi rostro al mismo tiempo que su mano me alcanza a tocar la rodilla suavemente y reprimo las ganas de avalanzarme sobre él en un beso que terminaría en sexo sobre la mesa y la comida que ha preparado.

Mi familia sonríe tanto como yo. Este hombre los ha hechizado como lo ha hecho conmigo y ya no hay vuelta atrás. Mi corazón le pertenece. Lo tiene entre sus manos y lo sostiene con tanto amor que casi me dan ganas de llorar. Te quiero tanto, Aaron...

—¿Estaba lleno de cáscaras también o sólo de esfuerzo? —pregunta Ben rompiendo el ambiente de amor.

Aaron suelta una carcajada que hace que mi familia se ría también.

—Tal vez un poco.

—¡Lo sabía!

S😌❤👌👈😏A

Después de un día helado de nieve, la noche había aparecido como una manta negra de brillosas oportunidades en las que podría estar por fin a solas con Aaron. Todo el día mi familia lo había estado hostigando y acaparando con sus preguntas, haciéndome imposible poder si quiera hablar con él por más de diez minutos, pero ahora es todo mío de nuevo. Completamente mío. Con el reloj marcando las once menos quince y la puerta de la que solía ser mi habitación cuando vivía aquí cerrada y con sólo nosotros dos dentro de ella, parecía haber creado una especie de barrera entre mi familia y nosotros para que nadie nos molestara.

Me di un baño para quitar cualquier mal olor que pudiera haber adquirido durante el día y me limpié —a detalle— con la intención de dejar a Aaron hacer lo que sea que quisiera hoy. Se había portado como alguien salido de un sueño todo el día, como un príncipe sorprendentemente enamorado de mi y —a pesar de no haber podido pasar mucho tiempo con él— me había hecho increíblemente feliz con cada pequeño detalle. Cosas como cruzar miradas conmigo a la distancia y soltarme sonrisas sin sentido, el acercarse sólo para tomar mi mano, el besarme tiernamente en la nuca con una sonrisa cada vez que mi familia me avergonzaba... cada cosa que haces me hace feliz.

Miro en el espejo del baño al chico de ojos verdes y mejillas encendidas en rojo por encima de una sonrisa extremadamente feliz y me pregunto cuándo y qué ha hecho él para hacerme tener esta expresión que nunca antes había visto en mi.

—Me has encantado— suspiro, sabiendo que ya no tengo remedio alguno.

Agarro una toalla pequeña y comienzo a sacudirla en mi cabello al mismo tiempo que salgo y entro a mi habitación. Aaron está sentado en mi cama, cambia de canal con expresión aburrida con el control remoto hasta el momento en el que su mirada me encuentra. Sus ojos brillan en seguida, pero se oscurecen después de unos segundos.

Lo miro perplejo.

—¿Qué? —pregunto.

—Vas a resfriarte de nuevo si no te secas bien el cabello —me reprende.

Me hecho a reír. ¿Eso es lo que causó que pusiera una mirada tan seria? Él suelta una sonrisa ante mi risa.

—¿Tienes secadora? —me pregunta, la diversión inundando su voz.

Me inclino hacia atrás, adentro mi brazo derecho al baño y tanteo con mi mano en busca de la secadora de cabello aún con mis ojos enlazados en su mirada. Tomo la secadora y se la doy. Me hace una seña para que me siente en la alfombra afelpada verde y lo abedezo con gusto, apoyando mi espalda en el costado frontal de mi cama. Aaron conecta la secadora y luego se sienta en el borde de la cama en donde estoy y pone cada una de sus piernas a ambos lados de mi cuerpo.

Su mano izquierda me acaricia el cabello mientras con la derecha mueve suavemente la secadora por encima de mi cabeza. Me seca con paciencia y delicadeza y me adormezco ante la dulzura y delicadeza de su toque. Cuando termina apaga la secadora, la deja a su lado en la cama y me rodea con los hombros con sus brazos, apoyando su rostro en mi cabello e inhalando profundamente.

—Hueles delicioso —murmura, su aliento haciéndome cosquillas en la parte de atrás de mi cuello.

Me ruborizo. Alcanzo sus manos con las mías y me levanto para quedar frente a él. Sus ojos, antes brillosos y cariñosos, se han vuelto profundos y abrasadores y me comen con su mirada. Con toda la destreza —y sensualidad— de la que soy capaz, me subo a horcajadas a la cama, con su cuerpo entre mis piernas. Me planto frente a él a una distancia peligrosa y lo tiento a besarme al tiempo que acerco mis labios a los suyos pero juego a retroceder. Aaron suelta un gruñido en protesta, yo suelto una risa. Deslizo mis manos hacia su rostro y lo sostengo entre mis manos afectivamente para besarlo.

Sus labios se unen con los míos en un suave y agitado toque en el que nuestras respiraciones ya han comenzado a irregulase. Sus manos suben por mi espalda. Me atrae hacia él melosamente y yo sigo besando sus preciosos labios. Lo beso y lo beso. Me lleno del sabor a menta en su boca y muevo de manera incontrolable mis caderas sobre él en un movimiento constante hacia adelante y hacia atrás.

—Stephen... —masculla en mi boca.

Lo ignoro. No quiero dejar de besarlo, así que deslizo mi lengua dentro de su boca. Aaron gime. Me apodero de su boca con una agilidad que no pude haber adquirido con nadie más que él y empujo su cuerpo gentilmente hacia atrás, sobre mi cama.

—Oye... — balbucea aún con mis labios pegados a los suyo— ...Stephen, escúchame.

Lo miro completamente atontado. Las mejillas me arden tanto y siento mi cuerpo tan excitado y caliente que a penas puedo pensar con claridad.

—¿Qué pasa?...— digo, la voz a penas y sale como una respiración acelerada después de correr un maratón.

—La habitación de tus padres está al lado.

Niego con la cabeza.

—No me importa.

Vuelvo a besarlo, pero esta vez con aun más fuerza y pasión, pero el vuelve a apartarme, esta vez riendo.

—Estás muy caliente —ríe— Siento como si fueras a devorarme.

—Eso quiero —le sonrío— ¿Trajiste condones?

Aaron abre su boca, tal vez ofendido o sólo sorprendido por la pregunta.

—¿Cómo podría traer condones a la casa de tus padres?

Alzo una ceja y me cruzo de brazos.

—Tu siempre traes condones —replico.

Aaron se hace al tonto. Urga en el bolsillo de su pantalón como si no supiera que fuera a encontrar adentro y saca una tira de tres paquetitos plateados.

—Bueno, tal vez traje algunos por si acaso...

Giro mis ojos con una sonrisa y tomo los paquetitos para cortar uno.

—No creo que sea buena idea —comienza a decir— alguien de tu familia podría entrar en cualquier momento.

—Entonces lo hacemos de cucharita debajo de las sábanas —propongo— si alguien llega a entrar sólo cerramos los ojos y fingimos que estamos dormidos.

Aaron me mira sorprendido. Me suelta un beso en los labios diciéndome que soy un genio y yo me río a carcajadas contra su boca.

Subo el volumen de la televisión en caso de que mi voz pueda oírse y me acuesto a su lado con las sábanas cubriéndonos. Él me besa la parte de atrás del cuello. Sus labios están húmedos por nuestro besuqueo anterior y no puedo evitar estremecerme al sentirlo en mi piel. Su erección se presiona contra mi cadera, me deja sentir lo duro que ya se encuentra y me baja los pantalones de pijama y mi ropa interior hasta por debajo de mi trasero.
No tenemos lubricante, así que se humedece los dedos con su saliva y estimula mi entrada con frotes mojados. Me acaricia superficialmente y se apoya en su codo contrario para poder verme desde arriba.

Entonces uno de sus dedos se desliza dentro de mi.

—Ahhhngh...

Intento gemir, pero sus labios aprisionan los míos y me llenan con su lengua para evitar que haga nada más que sonidos ahogados. Empuja y saca su dedo repetidas veces. Me colma con el hecho de aumentar su velocidad y rudeza, pero no dejarme gemir, y me siento indefenso.
Desliza otro dedo más y yo muevo mis caderas voluntariamente hacia su mano. Quiero sentirlo más...

—No es suficiente... —gruño— Mételo...

Aaron niega con su cabeza, una sonrisa traviesa inundando su rostro.

—Aún no estás listo.

Y mete el tercer dedo.

—¡AH! —gimo.

Él pega un brinco y me mete la lengua en seguida en la boca.

—¡Nnghhh...!

Reclama mi boca con su lengua hasta el momento en el que decide sacar sus dedos de mi trasero. Busco respirar desesperadamente, su beso a sido tan intenso que a penas y he podido inhalar un poco de aire.

Lo oigo rasgar el paquetito con los dientes justo detrás de mi oreja. La piel se me eriza y tanto mi pene como mi trasero comienzan a dolerme por la falta de atención. Con mi mano derecha comienzo a acariciarme mi punta al mismo tiempo que empujo mi trasero hacia atrás, hacia él.

—Espera... aun no me lo he puesto —jadea.

—Apúrate —le suplico con un hilo de voz.

Y eso hace. Se pone el condón en lo que parece menos de un segundo y comienza a empujarse tan lentamente dentro de mi que siento que me vuelve loco. Me empujo hacia atrás, metiéndolo completo de un sólo movimiento y lo escucho gemir alto en mi oreja.

—Mierda, Stephen...

—Por favor muévete... —gimoteo, a penas siendo capaz de pronunciar palabra.

Antes de que Aaron pueda comenzar a moverse, el sonido de alguien tocando la puerta nos sobresalta.

—¿Stephen? —habla la voz de mi madre al otro lado de la puerta.

Aaron pasa su brazo por encima de mi cuerpo, entrelaza sus dedos con los míos y lo escucho recostar su cabeza contra la almohada, probablemente haciéndose al dormido como sugerí hace rato. Mamá abre la puerta lentamente. Giro mi cabeza hacia ella para mirarla, completamente consciente de que debo tener el rostro enrojecido y los ojos brillosos. Veo de reojo a Aaron y, en efecto, tiene los ojos cerrados y controla su respiración para hacerla sonar tranquila y profunda como la de alguien que se encuentra durmiendo.

—¿Qué pasó, mamá?

Ella me examina. Me mira de arriba a abajo en silencio como si fuera consciente de que había algo que no cuadraba en lo que estaba frente a sus ojos y luego niega con la cabeza.

—Apaga la televisión si no la vas a ver —reprende.

Ah, ¿pensó que yo también me estaba durmiendo?

—Quiero verla un rato más —contesto al mismo tiempo que me estremezco por la sensación de Aaron aun dentro de mi y sin querer lo aprieto.

Él suelta un quejido y se revuelve como si el hecho de que hubiera hablado cerca de él lo hubiera despertado, pero no abre los ojos.
Mamá le da un rápido vistazo y suelta una sonrisa al ver que —supongo— aun "dormido" Aaron se aferraba a mi mano con sus dedos entrelazados a los mios.

—No vayas a quedarte dormido con la televisión encendida —me advierte con ternura y cierra la puerta.

Aaron levanta la cabeza para mirar hacia la puerta después de unos segundos. Una vez que comprueba que mi madre ha apagado la luz del corredor y parece haberse ido a su habitación se gira hacia mi y me pone mala cara.

—¿A qué vino ese apretón? —pregunta— ¿Querías probar mi autocontrol? Te recuerdo que ya soy un año más viejo y mi cuerpo ya no tolera ese tipo de presión —se burla.

Comienzo a reírme a carcajadas tan bajo como puedo al mismo tiempo que él.

—No hables como si fueras un anciano —me río— A penas tienes 22 años.

—Y aun así el mejor de todos ellos fue el que pasé contigo —murmura, sus ojos cerrados sobre una sonrisa dulce y sincera.

Mi risa cesa en ese instante.

Ahí está. De burlarse de si mismo pasaba a decirme cosas que hacían a mi corazón latir a su máxima capacidad y a mis mejillas quedar tan rojas que me hacían arder la cara. ¿Cómo puedes ser tan volátil? ¿Cómo pudiste hacerme volátil ante ti? Antes no era así. Antes no me hacías reír fuerte para al siguiente hacerme ruborizar o hacer que me excite. ¿Qué me has hecho? ¿Acaso me he acostumbrado a tenerte alrededor y es por eso que ahora soy capaz de reaccionar a tu ritmo o mis sentimientos hacia ti ya son tan fuertes que cualquier cosa que hagas o digas me hace sentir como si volara más de cien metros sobre el suelo?

Me entran ganas de llorar.

Sus ojos me miran como si fuera lo más maravilloso que jamás haya visto y me doy cuenta de que se trata de la misma mirada que tengo cuando lo miro. Me giro hacia él, para poder tenerlo de frente y decido perderme en sus ojos negros, como si intentara comprobar algo que sé he estado sintiendo últimamente.

Él me sostiene la mirada. Permanece en silencio por lo que parece una eternidad, sólo mirándome, llenándome de amor y cariño con la tierna caricia de sus ojos dilatados y es entonces cuando el cuerpo se me pone rígido y la boca se me pone seca.

¿Cómo no pude darme cuenta de lo que estos ojos han estado tratando de decirme? Ahora es tan claro... por que siento lo mismo. Puedo sentirlo. El pecho me duele, la piel se me eriza, la cara me arde, no puedo pensar con claridad... y todo siempre viendo se trata de ti. De ti y sólo de ti. Haz hecho algo que nunca antes había hecho conmigo y, a pesar de que no me lo has dicho, me lo has expresado con esas miradas... con esas sonrisas salidas de la nada, con esos deliciosos desayunos, con tus detalles... con tu cuerpo.

¿Cómo he sido tan ciego como para no darme cuenta de que tu, al igual que yo, sientes esto? ¿Acaso estuviste ocultándomelo? ¿Por qué? ¿Tan difícil fue decir...?

—Te amo.

Las palabras se escapan de mis labios antes de que pueda detenerlas.

Aaron abre los ojos con total sorpresa, yo me cubro la boca con la vergüenza ardiendo en mi cara.

—Perdón... —balbuceo— yo... yo...

Entonces una sonrisa de niño pequeño se hace en su rostro. Me rodea el cuerpo con sus brazos y me aprieta contra él en un acto de felicidad tan extrema que no pudo controlarse.

—Yo también te amo —me dice— Te amo muchísimo. Te amo tanto que ni si quiera tienes idea. Eres lo mejor que me pudo haber pasado jamás. Lo eres todo para mi. Te amo. Quiero estar siempre contigo. Me haces la persona más feliz de este mundo. Te amo. Te amo.

Los ojos se me llenan de lágrimas en ese instante. Lo abrazo con todas mis fuerzas y lloro contra su pecho unos segundos antes de que  me alce la cara con su mano para besarme. Sus labios me besaron tiernamente, me hicieron sentir como lo más preciado para él mientras lloraba por lo hermoso de sus palabras anteriores.
Nos besamos y nos besamos. Sus labios me hicieron tocar el cielo de nuevo y me di cuenta de que este hombre —este hombre apuesto, sincero, amoroso y creativo— había aparecido frente a mi aquél día porque estamos destinados a estar juntos. Porque yo estoy aquí para él y él está aquí para mi y siempre será así. Él me ha dicho que será así y le creo. Creo en sus palabras ciegamente porque lo amo y nunca ha lastimado porque también me ama. Me ama demasiado...

—Quiero casarme contigo —dice, sus ojos reflejando la seriedad con la que habla.

Una sonrisa de enamorado sin remedio aparece en mi rostro.

—Si.

S😌❤👌👈❤😏A

Holaaa❤

Espero les haya gustado este extra🙊 la verdad es que después de haber escrito "Muy Pronto" me sentí mal por Aaron😞 así que me la pasé imaginando qué hubiera pasado si Stephen hubiera sido el primero en decir te amo hehe.

Como ya mencioné antes, este extra NO sucedió/sucederá en alguna parte de la historia original (sólo fui yo fantaseando✌).

Por favor, comenten y voten si es que les gustó, me harían igual de feliz que Aaron💕

Muchísimas gracias por leer y lamento haber tardado en actualizar😅❤🙆

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