—no me gusta que te encierres. Te lo he dicho. -ella esta bastante molesta, espero que ella sepa que responderle, no quisiera que la regañen por mi culpa.
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—si, pero era de noche acabo de despertarme.
—tus amigas llamaron para pedirme que te deje ir al Jam and Roller, les dije que si tu querías ir tenias el permiso.
—gracias madrina. -es increíble lo relajada que suena. —te espero para desayunar. -la puerta es cerrada de nuevo, aprovecho y salgo de mi escondite.
—creí que ya te habías ido, Simón. -dice mientras pasa sus dedos por sus ojos.
—yo también acabo de despertar, estaba por irme, pero tu madrina toco la puerta. -ella se asoma por la ventana y palidece. —por donde se supone que ibas a salir, los papás de Lunita están el jardín.
—y ahora que.
—déjame pensar en algo, tienes que salir de aquí, sin que nadie te vea. -ella se sienta en la cama y después me mira. —mira puedes salir por la puerta, bajar las escaleras en silencio para que nadie te descubra y entrar a la cocina una vez allí ya te inventas algo.
—Mónica y Miguel están en el jardín van a preguntarse por donde entre.
—diles que te equivocaste de puerta y que yo te abrí.
—esta bien, te aseguras de que no hay nadie. -ella rueda los ojos. —debes esperar a que me arregle. -yo asiento con la cabeza, ella va al closet saca algo de allí y entra en el baño.
Después de unos minutos sale lista, su pie parece estar mucho mejor ojalá pudiese patinar en la competencia, se asoma y regresa a la habitación.
—no hay nadie, sabes bien por donde irte, no la vayas a embarrar. Por favor. -una tierna sonrisa se dibuja en sus labios. yo me acerco a ella doy un beso en su frente y salgo rápido de su cuarto.
Apenas salgo me doy cuenta de que Amanda está saliendo de una de las habitaciones, por fortuna trae un canasto de ropa lleno y no puede verme.
—señorita Ambar es usted. -y ahora que hago. -si Amanda. -la voz de Ambar suena desde la puerta de su habitación, me hace un gesto para que siga y yo continuo con mi recorrido a la cocina, por suerte esta estaba vacía.
—Simón, ¿qué haces aquí? -me quedo viendo a Luna sin palabras. —¿todo bien?
—si, emm, es que vine para irnos juntos al Roller.
—que lindo. -da unos pasos hacia mi y deposita un beso en la comisura de mis labios. —emm. -alguien se aclara la garganta, y enseguida nos separamos, quedo helado cuando veo a Ambar.
-Lunita dile a tu mamá que estamos esperando el desayuno.
—buenos días también para ti Ambar.
—si bueno, que no demoren, tengo que irme. -sale de la cocina molesta. —no se que le pasa, hay días que esta de buen genio, pero parece que hoy se despertó peor que nunca, ni siquiera te saludo.
-no creo que este bien que la juzguemos, no creo que e sienta muy bien con el hecho de que no puede patinar en la competencia.
—tienes razón, nos vamos.
~♥~
Después de que un buen rato por fin tuve un segundo de descanso, para poder comer algo, Tamara me puso a trabajar desde que llegue estaba bastante molesta.
—eso te pasa, por llegar tan tarde. -Pedro me prepara un licuado de maracuyá. —deja de molestarme Pedro.
—por cierto, donde pasaste la noche, porque esa camisa no es la que tenias ayer. -no se va a cansar hasta sacarme hasta la ultima palabra. —por ahí Pedro. -me entrega el licuado.
—hola Simón. -la voz de Jazmín, me doy vuelta y la veo junto a Delfi y Ambar, esta ultima parece indiferente a mi mirada, además se cambió de ropa. —hola Jazmín.
—puedes prepararme un licuado de frutilla. -Ambar mira atenta a Pedro. —si claro, ¿algo más?
—no gracias. -dice y se aleja de sus amigas para sentarse. —¿Cómo sigue? -pregunta Pedro.
—ya la ves, ahora puede caminar algo mejor, pero sigue sin poder competir. -responde Delfi. —no ha de ser fácil. -digo ganándome la atención de los tres.
—emm, iré ayudar a Nico con la pista, hablamos luego. -termino mi licuado y me retiro sin esperar respuesta.
Narra Ambar
Después de lo que pasó no soy capaz de mirar a los ojos a Simón, me enoja verlo con Luna, y él hecho de que no le importo todo lo que paso anoche, no se que vaya a pasar ahora en adelante.
—mira allí esta Mateo. -la voz chillona de Jazmín me saca de mis pensamientos, giro mi cabeza un poco y es verdad, allí está junto a Gastón, el parece notar mi presencia y se acerca a la mesa.
—¿Cómo sigues? -pregunta como si nada. —bien, gracias. -respondo.
—estupendo, que sigas mejorando. -dice y se va. —¿Qué fue todo eso? -pregunta Delfi.
—Mateo y yo terminamos. -ambas me miran mas que sorprendidas. —creí que lo sabían.
—habíamos escuchado algo, pero no estábamos seguras. -dice Jaz. —ahora lo están, y no quiero hablar del tema.
—con razón, lo vimos ayer patinando con Luna, casi se besaron, si no es porque Pedro llega a decirles que iban a cerrar.
—y ustedes como lo saben. -pregunto. —emmm. -Delfi se pone nerviosa.
—Delfi ¿Cómo lo supieron? -me quedo mirándolas hasta que al fin decide responder. —ayer los vimos patinando y de que casi se besan, me lo ha contado Pedro.
—¿sigues hablando con él? -ella me mira nerviosa. —me gusta, Ambar y no voy a dejar de hablar con él solo porque a ti no te cae. -yo me quedo viéndola sorprendida, nunca me había hablado de tal forma.
—perdona, yo no quise... -se calla cuando aparece Pedro con mi licuado. —gracias Pedro. -digo y este me regala una sonrisa, quien se creen todos hoy, primero Nico, luego Nina y ahora Pedro, solo me tronche el tobillo, no tienen que tenerme lastima.
—Ambar, me alegra verte ¿Cómo sigues? -miro a Tamara quien acaba de llegar. —ya mucho mejor gracias.
—tenemos un entrenamiento ahora, ¿quieres ir a verlo? -yo asiento no muy segura.
~♥~
Estoy aquí en la pista viendo en el entrenamiento, Simón no ha dejado de mirarme y enserio me pone nerviosa, por su parte también puedo notar lo molesto que se encuentra porque Luna y Mateo están patinando juntos, él esta patinando con Jim y Ramiro con Yam, ella ha sido mi remplazo.
—¿algo para añadir? -pregunta Tamara cuando nota lo concentrada que miro a los chicos. —Luna debe flexionar mas las piernas si quiere lograr ese salto. -no me percate de que la música había dejado de sonar, por lo que todos escucharon lo que dije.
—algo más. -Luna parece molesta con mi comentario, o que se yo, pero como nunca me ha importado añado algo más. -si, emm, si no quieres caerte debes tener confianza, porque si no vas a caerte cuando tengas que apoyarte en Mateo. -ella rueda los ojos molesta, yo por mi parte solo la miro seria.
Es entonces que noto la medalla que cuelga de su cuello, recuerdo que competencias anteriores se la había visto, pero solo hasta ahora que me quedo viéndola a detalle, y no se porque tengo un raro presentimiento.
—chicos descansen, mañana continuamos. -habla Tamara y me saca de mis pensamientos. Los chicos se van de la pista a excepción de Luna, Mateo y Simón.
Un segundo más y Simón y Luna se van dejándome con Mateo y las chicas.
—¿pueden dejarme hablar a solas con ella? -pregunta, y ellas asienten y se van. —¿y ahora qué?
—ayer dije cosas muy feas, perdón.
—no te cansas de pedir perdón, Mateo. porque mejor no piensas las cosas antes de decirlas, así no tienes que ir por la vida pidiendo perdón.
—yo solo quería que sepas, que me arrepiento de lo que dije, es todo haya tu si no aceptas mis disculpas.
—está bien. -él sonríe satisfecho y luego se va, me levanto para irme, cuando. —¿volvieron? -la voz de Simón me asusta.
—no, creo que ayer te dije que solo le quiero como amigo. -él sonríe feliz, aunque yo no estoy muy contenta con él. —¿quieres patinar? -yo lo miro enojada.
—estas de broma ¿verdad? -él niega con la cabeza. —inténtalo. -yo niego con la cabeza, enserio quisiera patinar, pero no voy a hacerlo hasta que el medico lo autorice.
—Simón ¿nos vamos? -Luna aparece en nuestro campo de visión. —si claro, ¿me esperas un momento? -ella asiente y se regresa por donde vino.
—no quiero que las cosas queden mal entre nosotros, después de lo que paso anoche, creo que no podemos hacernos indiferentes a lo que sentimos.
—yo pienso que es mejor que olvidemos todo esto, te gusto y eso que, si lo que sientes por Luna es mas fuerte. No voy a competir con ella por ti, eso tenlo por seguro. Necesito concentrarme en mis cosas. -él esta nervioso y toma mi mano, pero de inmediato me suelto de su agarre.
—la vida no es una maldita telenovela Simón. No voy a quedarme esperando a que tu definas que sientes por mi o que sientes por ella, a que tu decidas con quien quieres estar, y que, y si no es conmigo, abre esperado en vano. -un enorme nudo en mi garganta y las incontenibles ganas de llorar me hacen más difícil el trabajo de seguir hablando. —Es mejor que olvides lo que paso anoche, porque eso es lo que yo voy a hacer.
Me doy vuelta en dirección a la salida, pero él habla. —no voy a olvidarlo...