El Mismo Corazón... (Simbar)

Capítulo 37

—no pensé que te vería aquí. -dice. —Mateo no tengo tiempo para tus juegos, déjame ir. -le digo molesta.

—deberías hablar conmigo, te servirá. -ruedo los ojos. —si claro como si quieras escucharme.

—te doy una oportunidad, para escuchar tu versión. -dice y me dedica una sonrisa. Empezamos a caminar en silencio por la plaza, se que espera que inicie la conversación, pero yo simplemente no me atrevo hacerlo. —¿Qué paso entre ustedes?

—Simón y yo éramos novios hace 3 meses. -digo y él me mira sorprendido. —¿cómo lo ocultaron durante tanto tiempo?

—no siendo como tú y Luna, sencillo. -digo y él esboza una sonrisa con la mención del nombre de su novia. —si estabas en el Roller quiere decir que te importa.

—así es, más de lo que imaginas. -me mira sorprendido. —se que lo que piensas.

—dime ¿Qué pienso? -sonríe. —¿Por qué si me importa le hice todo eso?

—ahora lees mentes. -se que trata de sacarme una sonrisa, pero no lo logra. —a mi no me interesa lo que le hayas hecho al guitarrista, es que me decepciono saber que tu cambio fue una mentira.

—no se porque todo el mundo se empeña en hacerme cambiar, ¿tan mala soy? -él esboza una sonrisa. —es que es mejor verte sonreír y no siendo tan egocéntrica como siempre, pero ya volvamos a lo del guitarrista.

—hace poco me di cuenta de algo que cambio mi vida, y él es el único que lo sabía. Yo se lo conté antes de darme cuenta de la propuesta que les hizo Santi Owen.

—¿no te lo había contado? -pregunta. —no, el hecho es que lo escuche hablando con Pedro, Simón le dijo que no aceptaría porque yo lo necesitaba, mentir era la única forma para que él cumpla su sueño y que no destruya el de sus amigos por mi culpa.

—¿Por qué simplemente no le dijiste que estarías bien sin él? -yo me hago la misma pregunta. —fue lo primero que se me ocurrió, además no lo conoces, es muy terco y aun así no habría aceptado irse.

—pero hacerlo creer que no lo amas y que solo jugabas con él. Ambar con eso lograste que todo los chicos te estén odiando ahora.

—crees que me importa. Yo solo quería que sus sueños no se derrumbaran por mi culpa. Tal vez fue una decisión apresurada, pero fue lo mejor, él está abordando un avión en este momento.

—si, y te esta odiando. Luna me contó que una de las razones de aceptar el viaje es por que esta decidido a sacarte de su memoria y corazón.

—ya no importa. -digo y él me da un abrazo, no me permito llorar más, llevo 2 días sin dormir debido a mi llanto, pero ya no puedo más, no quiero llorar más. —¿Mateo? -veo a Luna de frente a nosotros, yo me aparto de Mateo de inmediato.

—no te basto con destruir el corazón de mi amigo. -dice molesta. —Luna, no es lo que piensas. Ambar solo necesitaba hablar y yo la escuche. -le dice poniéndose a su altura.

—¿de que hablaban? -pregunta. —le contaba sobre mis padres, por eso me abrazo. Gracias por escucharme Mateo. -digo y me alejo lo más rápido que puedo de ellos.

Sigo mi camino hasta mi casa en donde me escabullo por la entrada del servicio, se perfecto que mi madrina esta en la sal y no quiero topármela ahora.