Capítulo 23

1.1K 76 13
                                    

tranquila, tranquila, no estás sola. -Simón se mueve en la cama y envuelve sus brazos en mi cuerpo. —es solo una pesadilla, Ambar. -mi respiración se ha normalizado, pero aún tengo miedo, aun siento ese vacío en mi pecho, aun tengo la sensación de querer salir corriendo de aquí.

Él esta acariciando mi cabello, mientras que lágrimas caen silenciosamente de mis ojos, el latir de su corazón a logrado que una parte de mi miedo haya desaparecido, estar así en silencio abrazados, me ha ayudado mucho.

¿ya estas mejor? -pregunta sin dejar de abrazarme. —    sí, gracias. -él sigue abrazándome como si su vida dependiese de ello, no dice o hace absolutamente nada más.

Simón. -digo para llamar su atención. —dime.

¿Por qué sigues comportándote así de bien conmigo? -un raro silencio llena el lugar, entonces pienso que no fue una buena idea preguntarle eso.—no estas en el deber de responderme. -le digo y él suspira.

Se aparta un poco de mi para poder verme a los ojos, imagino que he de verme fatal, él solo esboza una tierna sonrisa antes de hablar. —no tengo una respuesta a tu pregunta. -intento bajar la mirada, pero él lo evita me obliga a mirarlo a los ojos. 

Simón, ¿si tu no supieras todo lo que te he contado acerca de mi vida, seguirías aquí?

Ambar yo no me porto así contigo porque te tenga lastima. Si no supiera nada de tu vida aun seguirá aquí.

por mi o por ti. -él me mira extrañado. —por ambos... -se calla, estoy casi segura de que hay algo más que quiere decirme, pero no se atreve.

¿quieres volver a dormir? -me pregunta. —no ya se me ha ido el sueño. ¿tu si quieres?

Él asiente con la cabeza, pero no hace nada para separarse por completo de mí, y solo nos quedamos mirándonos en silencio, hasta que decido que ha sido suficiente he intento separarme de él, pero entonces me abraza con fuerza.

¿pasa algo Simón? -pregunto. —me comporto así contigo, porque me importas, porque no quiero verte sufrir, porque te has convertido en alguien importante para mí y no quiero que me sigas alejando, quiero ayudarte, apoyarte y estar ahí para cuando me necesites, pero tengo miedo a que me rechaces.

Aun no digiero sus palabras, no se que decirle o que hacer, me siento feliz, pero al mismo tiempo me siento vacía, no quiero aceptar que siento algo por él, pero sigo haciéndome daño cada vez que lo niego.

no dices nada.

ahora soy quien no tiene nada que decir, me has dejado sin palabras Simón.

¿te gusto? -me pregunta y yo me pongo nerviosa, él levanta su cabeza para verme. si. -respondo bajo.

mírame y dime. -alza mi vista con un suave acto. si me gustas. -respondo firme, no deja de mirarme a los ojos, y no se porque me siento feliz de ver como sus ojos se han llenado de brillo.

y tu me gustas mucho. -dice como si acabara de escuchar la pregunta que acababa de hacerme a mi misma; ninguno de los dos dice nada, estamos a unos cuantos centímetros de distancia, puedo sentir su aroma varonil y su respiración golpear suavemente en mis labios.


Narra Simón.


Que debo hacer, seguir mirándola o arriesgarme a besarla, nuestra cercanía me tiene el corazón acelerado y el olor a fresa que irradia su cabello me hace sentir sumamente feliz, se que no esta bien lo que estoy a punto de hacer, pero no creo que vuelva a tener una oportunidad como esta.

El Mismo Corazón... (Simbar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora