Pick Me (Justin Bieber y Tú)

By jbinmybackpack

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Tres hermanos. Misma cara. Aspecto totalmente diferente. Un nerd, un deportista y un problemático. Cada uno a... More

Pick Me (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 1: ¿Quieres apostar?
Capítulo 2: Me caes bien aunque seas idiota
Capítulo 3: Déjame un buen recuerdo
Capítulo 4: Estoy harto de contenerme contigo
Capítulo 5: El pequeño incordio te encanta
Capítulo 6: Te dije que habría consecuencias
Capítulo 7: Necesito respuestas
Capítulo 8: Estoy tratando de arreglar las cosas
Capítulo 9: No juegues con fuego
Capítulo 10: Ya me estoy quemando y no me importa
Capítulo 11: No te metas en lo que es mío
Capítulo 12: Seré mejor que él
Aviso de Maratón
Capítulo 14: No tener miedo a morir es peligroso
Capítulo 15: No quiero que duela
Capítulo 16: De entre todas las opciones que tenías, me elegiste a mí
Capítulo 17: Seré tu más fiel aliado
Capítulo 18: Tenemos que acabar con esto
Capítulo 19: Es y siempre ha sido él
Capítulo 20: Tiene sus días contados
Capítulo 21: Eres mi estrella
ALERTA FANTASMAS!
Capítulo 22: ¡Una relación es de dos!
Capítulo 23: Esto no va a acabar aquí
Capítulo 24: Adónde vayas tú, voy yo contigo
Capítulo 25: No te voy a soltar
Capítulo 26: Viviendo un sueño
Capítulo 27: Son muy sospechosos
Capítulo 28: Ponme el anillo
Capítulo 29: Todos bajo mi mano
Capítulo 30: Pelearemos juntos hasta el final

Capítulo 13: Jamás Debí Elegirte

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By jbinmybackpack

(Poned, Ash de The Sucession Studios para todo el capítulo)

Narra ____

No recordaba apenas nada de lo que había sucedido después del disparo. Sabía que había llegado la policía y ambulancias. Sabía que se habían llevado su cuerpo. Sabía lo que había pasado pero las imágenes no estaban en mi cabeza y era de agradecer. Aún no asimilaba que no volvería a ver a mi madre. Pensaba que en cualquier momento estaría llamándome para irnos juntas a hacer la compra o que vendría a preguntarme sobre como me había ido el día.

¿Qué iba a hacer sin mi madre y sin sus consejos? ¿Por qué le dispararon? ¿Quién? ¿Por qué a mis dieciocho años me había tenido que quedar sin padres?

Estaba en la ducha, torturándome con aquellas preguntas sin sentido. Llorando. Dejando entremezclarse las lágrimas con el agua de la regadera. De todos modos, los sollozos no podían disimularse de ninguna manera. Tampoco me avergonzaba de llorar.

Hacía poco más de un jodido año que había perdido a mi padre y acaban de arrebatarme a mi madre.

Apoyada contra la pared y dejando caer el agua fría sobre mi espalda, cerré los ojos recordando como Justin me había recogido entre sus brazos, chillando en shock que aquello era una jodida pesadilla y que mi madre no estaba muerta. Era un recuerdo vago. Después sólo sabía que estaba en la cama que me pertenecía en el hogar de los Bieber, acurrucada en posición fetal.

Me había mantenido en la habitación encerrada durante dos días. Había echado a Justin a gritos del cuarto cuando intentó hablarme, cosa de la que me arrepentía profundamente. De todos modos siguió trayéndome comida al cuarto. La noche anterior me dijo que a la mañana siguiente sería el entierro. Pattie se había comunicado con mi familia y ellos habían arreglado todo.

Todos querían verme pero yo no dejé pasar a nadie en mi refugio. Estaba asimilando el dolor a mi manera … Y ahí estaba yo, preparándome para el funeral de mi madre. Con mi pecho sacudiéndose y siendo incapaz de salir de la ducha porque no quería enfrentar el hecho de que mi madre se quedaría a tres metros bajo tierra.

-_____ – escuché la voz de Justin en el baño y me giré asustada –. Tranquila.

-¿Qué haces aquí?

-Te he llamado varias veces a la puerta y no respondías – musitó preocupado.

Abrió la puerta de la ducha y cerró el paso de agua. Sostenía una toalla y me envolvió en ella con suavidad. Poco a poco, me dejé caer sobre su hombro. Seguía llorando sobre él. No era capaz de seguir adelante por mí misma.

Me ayudó a salir del baño sosteniéndome por la cintura. Sobre la cama estaba la misma ropa que me había puesto para la despedida de mi padre. De forma poco femenina, tiré de mis mocos hacia arriba y me volteé para hacer frente a esa vestimenta.

-¿Quieres que me vaya? – me preguntó Justin sosteniendo mis hombros.

-No – miré al suelo –. Sólo date la vuelta, pero no te vayas, por favor.

Asintió dándome un beso en la frente. Uno idéntico al que me dio en el velatorio de mi padre. Pausado, lleno de cariño, compasivo.

Se dio la vuelta apoyándose contra el escritorio para darme algo de privacidad. No quería que se fuera porque verlo me daba apoyo moral pero por otro lado se sentía violento que me viera desnuda cuando no tenía nada que ofrecer en ese momento - por mucho que él ya supiera como era mi cuerpo -.

Me vestí con mi ropa interior gris y un vestido negro de manga corta y cuello redondeado. Ni siquiera iba a molestarme en secar mi pelo. Le dije a Justin que ya podía moverse y me miró mientras recogía mi pelo en un moño.

Cogí unos zapatos viejos también negros y me los puse. ¿Por qué viejos? Pensaba quemar toda la ropa que estaba usando en cuanto terminara el entierro.

-¿Estás lista para enfrentar a toda la gente o necesitas que los aparte de ti? – ofreció Justin.

-Puedo hacer esto – suspiré. Ni yo misma me lo creía pero era lo que debía hacer.

* * *

Mucha gente amaba a Rose Queen. Sus pacientes que necesitaban ayuda psicológica – los cuales me reconocieron por los marcos de fotos que tenía mi madre en su consulta – la familia de mi padre, mis tíos, mi abuela y amigos tanto del trabajo como de la infancia. Estaban también allí mis amigos y algunos compañeros de clase para mostrar su apoyo. Lesley entre ellos.

Todos mostraron sus condolencias. Todo fue apretones en el hombro, lágrimas y abrazos. Asentimientos y contenciones de no gritar: “Tus palabras de mi*erda no me hacen sentir mejor. Podrías cerrar la p*ta boca porque no te imaginas cómo me siento.”

Sabía que la policía había abierto una investigación y aún me tenían que interrogar. Todo el mundo estaba alterado con que hubiera sido un asesinato. El caso había salido en las noticias locales, inclusive.

Cuando vi como la lápida iba descendiendo en el suelo justo al lado de donde estaba enterrado mi padre tuve un recuerdo de mi infancia.

Corría por el parque, tan libre como cualquier niña soñaría con serlo. Pisaba el césped descalza sintiendo la húmeda hierba bajo mis pies. Mis padres estaban tumbados en el suelo con una manta que habían llevado para preparar el picknic. Ya habíamos comido y mientras ellos descansaban yo me dedicaba a buscar mariquitas pero en lugar de aquellos insectos, lo que encontré fue un diente de león. Más feliz que si hubiera encontrado cualquier otra cosa, corrí con la florecilla hacia mis padres para enseñársela a ambos.

Ellos sonrieron al verme tan ilusionada. Mi padre me cogió y me puso entre sus piernas.

-Ten cuidado, si sopla el viento se irán todas las semillas antes de que puedas pedir un deseo – dijo mi madre.

-¿Un deseo?

-Sí, saldrán volando y no volverán – dijo mi padre –. Tienes que aprovechar mientras la tienes. Vamos, pide un deseo y sopla.

-¿Y por qué se cumplirá?

-Porque de esas semillitas crecerán más flores. Y de esas flores saldrán más semillitas y así podrás mantener el deseo vivo hasta que se cumpla.

-¿Sin más? – fruncí suavemente el ceño mirando con atención el diente de león.

-Hay que tener fe, cariño – dijo mi madre.

-Y pelear por lo que quieres – agregó mi padre.

Soplé el diente de león y lo primero que se me ocurrió formular fue: Quiero ser amiga de Drew.

A la edad de nueve años, ya me preocupaba bastante por él. Era un dulce recuerdo. Realmente siempre que encontraba un diente de león había seguido soplándolos pensando en Justin. Fue algo hermoso que me enseñaron mis padres: esperanza y fortaleza. Gracias a ellos había aprendido a no rendirme jamás, y aquel deseo se llegó a cumplir.

Lágrimas salpicaron de mis ojos viendo como mis padres quedaban juntos bajo tierra. Eché una última rosa roja hacia el hoyo mandando un mensaje mental al cielo para despedirme: Gracias, mamá, te quiero.

Mi abuela se colocó a mi lado para rodearme con sus débiles brazos. Ella estaba tan mal como yo. Lloré en silencio harta de empapar el mismo pañuelo.

Entonces miré por última vez la lápida que había arreglado para ellos dos juntos:

Thomas Queen 1965-2013

&

Rose Queen 1968-2014

Padres, hijos y matrimonio ejemplares.

Os queremos

R.I.P

* * *

Toda mi familia me había ofrecido irme con ellos para cuidarme. Todos habían sido muy amables pero yo no hubiera aguantado sus miradas de lástima. Sabía que tenía que seguir adelante. Me había hundido en la miseria y aislado durante dos días enteros. Aunque siguiera de luto no podía continuar de aquella manera, por no decir que mi vida estaba allí. Con mis amigos. Aquellos con los que tenía mi día a día. No necesitaba más cambios de mi vida cotidiana.

Pattie conducía su coche. A su lado iba Jesse – me había hablado y abrazado como el amigo que había sido siempre pero sabía que volvería a alejarse de mí pronto – y detrás estábamos Justin, Derek y yo, conmigo en medio.

Derek sostenía mi mano a un lado mientras yo apoyaba la cabeza en el hombro de mi novio. Cerré los ojos haciéndome a la idea de que debía cerrar otro capítulo en mi difícil vida. En aquel instante tenía ganas de marcarlo con algo permanente.

No había vuelto a llorar. Quizá las lágrimas se me habían acabado o estaba demasiado cansada para sacar más fuerzas. Me las apañé para llegar a la casa tranquila.

Justin me sostuvo rodeándome por los hombros. Todos entraron en la casa, dispersándose y yo fui a mi cuarto a quitarme la ropa. Justin me siguió sin decir palabra.

Me deshice del vestido frente a él, lo tiré al suelo y busqué otro vestido en el armario, uno de color blanco ceñido a mi cintura. Me lo puse junto con unas sandalias y recogí la ropa del entierro para meterla en una bolsa con decisión.

-Necesito que me ayudes con algo – le dije a Justin. Él enseguida me miró atento.

-¿A quemar la ropa?

-Sí, y luego haremos algo más – repuse seria.

Justin asintió queriendo complacerme en lo que fuera. Estaba siendo paciente hasta la médula.

Me llevó con su coche hacia un descampado y en unos bidones oxidados tirados por ahí metimos la ropa para prenderle fuego. Justin me dio su mechero para que hiciera los honores y así borré el rastro de los momentos más tristes de mi vida.

Por otro lado, había algo que quería tener para siempre de ese día.

-¿Dónde te sueles hacer los tatuajes? – le pregunté mientras regresábamos a su coche.

-Vas a marcarlo … – pensó en voz alta. No parecía muy sorprendido. Me miraba con una expresión algo torturada. Estaba segura de que él también haría algo parecido en mi posición –. Te llevaré.

Media hora después, conduciendo en total cómodo silencio, llegamos al local donde Justin solía tatuarse. Había pasado el trayecto buscando fotos en Internet hasta encontrar el dibujo que quería.

El hombre regordete, con amplios brazos llenos de grandes tatuajes y piercings en su cara lo saludó con alegría al verlo. Justin se volvió a mí y dio media sonrisa explicándole que era yo quien se tatuaría.

Michael, así fue como se presentó el hombre, me llevó hacia una habitación preguntándome que quería tatuarme. Rápidamente le mostré el diseño de mi móvil y él asintió.

No tenía apenas gente así que me dijo que tendría el dibujo preparado en una hora.

Entre que esperábamos para regresar, Justin me llevó a un Burger King para comer algo. A pesar de que tenía el estómago cerrado, le hice caso y comí un poco.

-¿Me vas a decir que significa el tatuaje? – me preguntó bebiendo de su Coca-Cola.

-Significa que hay cosas que están ahí y luego se van para no volver jamás. Señala la esperanza y la voluntad para conseguir lo que te propongas … Es un recuerdo de algo que viví con mis padres – expliqué algo renuente. Era algo muy privado para mí para exponerlo en ese mismo momento pero aún así se lo dije porque, una vez más, se trataba de Justin –. ¿No te gusta el dibujo?

-Es bonito pero … ¿no crees que es muy grande para ser el primero? Te va a doler – hizo una mueca juntando sus cejas.

-No importa – sonreí con desgana –. Realmente vendrá bien un poco de dolor físico para olvidar el emocional – susurré.

-Hey – tomó mi mano desde el otro lado de la mesa y lo miré a los ojos –. Esto pasará, ¿vale? No estás sola. No sólo me tienes a mí. Tienes a toda esa gente que ha ido allí … – hizo referencia al funeral. De alguna manera, esa palabra no nos gustaba a ninguno de los dos –. Todo irá bien. Ni se te ocurra pensar en hacerte más daño a ti misma.

Asentí mientras él frotaba su pulgar en el dorso de mi mano. Aún no acababa de entender porqué tuvo que pasar aquello. Sentía rabia y frustración. Quería que los asesinos de mi madre pagaran y se pudrieran en la cárcel.

Una parte de mí sentía que no había aprovechado al máximo a mi madre y eso me hizo sentir culpable. Me encontraba como la mi*erda, para qué engañarse … Una parte de mí quería irse con ella pero una voz al fondo me dijo que me sobrepondría.

Justin se mantuvo acompañándome en todo momento. No decía mucho pero estaba ahí. Su sola presencia era suficiente para no derrumbarme nuevamente.

Me sostuvo la mano mientras me hacían el gran tatuaje en mi costado, desde mi cadera subiendo hacia las costillas. Michael, tardó más de tres horas en grabar el dibujo sobre mi piel pero quedé feliz con el resultado. Era un gran clavel del que se desprendían parte de sus semillas y entre ellas despegaban unos pájaros.

Personas y cosas que crees que siempre van a estar, alguna vez se van para no volver jamás. Debes aprovechar mientras los tienes. Disfrutar de lo que tienes a tu alrededor. Luchar por lo que quieres y por los que quieres. Tener fe en que un deseo se puede hacer realidad. Pelear. Pelear. Y pelear sin parar. No darte por vencido porque lo mismo que se va, algo nuevo vendrá. Vivir la vida sin arrepentimientos. No dejarte dominar. Ser quien tú quieres ser y no lo que los demás quieran que seas. Ser feliz contigo mismo a pesar de que a los demás les reviente.

Puede que haya tiempos oscuros, pero luego, ten por seguro que llegarán días llenos de luz. No te puedes desesperar. Hay que enfrentar los obstáculos que la vida ha puesto para ti y no dar marcha atrás. Detente si es necesario para pensar en lo que harás, pero tampoco te quedes estancado.

Al volver a casa Justin fue a ducharse mientras yo me fui a mi cuarto. Justo al entrar vi algo extraño en la ventana. Me acerqué frunciendo el ceño viendo que tras el cristal había pegada una fotografía. Mi pulso se aceleró. ¿Cómo alguien había podido trepar hasta mi ventana para pegar una jodida foto? En la imagen había cuatro figuras, dos corpulentas y dos de unos niños.

Abrí la ventana y rápidamente cogí la fotografía doblando el brazo y la despegué del cristal de la cinta aislante. Al tenerla ya en mi mano, cerré la ventana rápidamente algo temerosa.

Por una paranoia miré a mi alrededor, por la ventana para comprobar el jardín e incluso tras la puerta de mi cuarto de baño. Nada.

Comprobé la foto y mi corazón empezó a palpitar fuertemente al ver a uno de los trillizos con Jeremy, un hombre negro y rechoncho y una niña morena de piel más clara. Descarté que fuera Jesse por el corte de pelo y a Derek por la profundidad de su mirada, sin duda era Justin alrededor de los doce años. Aparecían en un gran salón. Todos serios. ¿Qué c*ño es todo esto? Pensé.

En la parte trasera había una gran nota en letra redondeada de color rojo sangre.

“No está muerto por todo el dinero que nos debe. Mientras vive haré con él lo que me dé la gana, entre otras cosas, separarlo de ti.

Es mío, perra, y me complacerá si se lo exijo porque con una llamada a mi padre se meterá el rabo entre las piernas. No se va a meter con el jefe ni con su hija.

Lo de tu madre fue sólo el principio por no alejarte de él.

Haz lo que se te dice y déjalo en paz, perra. Ni se te ocurra desafiarme.

Atte.: N. Kingston

PD: Mi más sentido pésame ;) ”

El aire abandonó mi cuerpo. Mi corazón empezó a latir de manera que parecía que saltaría fuera de mi pecho. Lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos. No de pena, de rabia. Mis puños se apretaron arrugando el papel de la fotografía. Mis labios se fruncieron mientras trataba de reprimir sollozos o gritos, no sabía cual de las dos cosas. Mis pulmones empezaron a pinchar por la detención de mi respiración y entonces inspiré profundamente.

Acababa de enterarme de quién había asesinado a mi madre. Natalie Kingston me había vuelto a amenazar por estar con Justin. Y la primera vez que había cumplido con su amenaza había actuado quitándome a la persona más cercana que tenía. ¿Qué más me podría hacer?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Había perdido a mi madre por Justin.

Ese simple pensamiento hizo que me inclinara de dolor y me senté en la cama sin poder aguantar más de pie. Si me iba a desmayar que al menos el porrazo no fuera fuerte.

No tenía idea de qué iba la cosa. No podía imaginarme que matarían a alguien de mi familia. Creía que la cosa era conmigo. Fue culpa mía por no hacer caso y dejar a Justin. Debí escuchar a mi madre y a Jesse.

Estaba enamorada. No, lo sigo estando. Yo no sabía lo que estaba pasando. Justin, sí.

Si me hubiera fijado más en las cosas … No fui racional. Justin me advirtió que no era para él. Todos incluso él me hablaban sobre el peligro. Lesley me dijo que fuera cautelosa. No lo fui.

Mi madre está muerta. Por meterme donde no debía.

Justin nunca fue bueno para mí. Lo sabía y aún así acepté. La cosa irá a peor.

Múltiples pensamientos acribillaban mi cabeza produciéndome jaqueca. La pregunta más dura que me hacía era si volvería a mirar a Justin de la misma manera. Lo más profundo de mi conciencia me decía que no.

Alguien tocó a la puerta y me sobresalté saltando de la cama. Una figura entró a mi cuarto, escondí la foto tras mi espalda y entonces reconocí a Jesse.

-Un agente ha venido a hacerte unas preguntas sobre …

No finalizó la frase. Sabía a que se refería. Asentí y tomé aire. Todo me estaba golpeando de golpe. ¿Qué iba a decir? Dejé caer la foto disimuladamente sobre la cama y fui con Jesse para bajar al salón donde se encontraba el policía.

Me puse nerviosa. Me di cuenta de que revelar la reciente información conseguida pondría en peligro tanto a Justin como al resto de los Bieber debido a que en la foto también estaba Jeremy. La policía podía deducir que tanto Jeremy como Justin estaban en líos ilegales, preguntarían por el paradero del ex-marido de Pattie y habría muchísimos problemas. No podía hacerles aquello. Eran las personas que más me conocían, incluso ante el resto de mi verdadera familia.

-Señorita Queen – rodé los ojos mentalmente por como me llamó. El hombre se puso de pie y me tendió su mano. Yo se la estreché algo desconfiada –. Soy el agente Wood. Tengo que hacerle algunas preguntas sobre el incidente de su madre.

Seria y pálida como una momia, tomé asiento en un sillón frente a él. Era un hombre joven, no le hubiera echado más de veinticinco años. Cabello oscuro y ojos azules, no como el cielo … Más bien como el horizonte cuando terminaba de meterse el sol y se hacía de noche. Llamaban mucho la atención.

Llevaba su uniforme de policía y podía ver las esposas colgando de sus pantalones. Yo tengo unas como esas en mi caja sorpresa. Pensamiento oportuno en un momento tan ocurrente. Nótese la ironía.

Pattie estaba allí para darme apoyo. Se suponía que no sabía nada sobre quién mató a mi madre. Debía estar en las mismas que hacía quince minutos.

La policía había venido varias veces a hacer el interrogatorio para dar testimonio pero yo me negué por completo a salir de mi habitación y a hablar con nadie que no fuera Justin … Justin. Muy irónico era todo en ese momento.

-Siento mucho su pérdida, señorita, pero debemos comprobar que las declaraciones coinciden o quizá averiguar algo más sobre el caso – inició Wood. Había sido pacientes esperando tras mi gran histeria. Habían respetado mi duelo. Era momento de decir lo que ocurrió –. ¿Recuerda lo ocurrido?

-Sí … A trozos – admití mirando mis manos –. Quedé en shock y algunas escenas se borraron de mi mente. Sólo sé que mi madre salió del bloque de pisos por delante de mí y de mi nov-- de Justin – me interrumpí sacudiendo la cabeza – y que en cuanto la puerta del hall se cerró escuchamos un disparó – mi mente viajó al momento exacto y me quedé mirando a la nada – su cuerpo cayó al suelo. Yo salí corriendo hacia ella. Tenía una bala entre ceja y ceja. No pude mirar otra cosa que a ella. No supe hacer otra cosa que gritar y llorar – sentí un apretón en mi mano y alcé la vista saliendo de mi viaje a esa horrible escena. Pattie tenía un mar de lágrimas, probablemente por pena hacia mí y su mejor amiga. En mí no quedaba más agua. Empezaba a sentir que me había quedado fría, congelándome por dentro –. No pude hacer nada agente Wood. Ese es mi gran punto de vista de lo que ocurrió – respondí tajante mirándolo a los ojos.

-¿No vio nada extraño? ¿El vehículo por el huyeron los delincuentes? – insistió. Negué con la cabeza cansada. Él asintió y tomó su grabadora. Ni la había visto –. ¿Qué hizo su acompañante, señorita Queen?

Si volvía a llamarme “señorita Queen” lo estrangularía. Odiaba que me llamaran por mi apellido a pesar de que me había acostumbrado, pero que lo apoyaran de señorita hacía que me dieran arcadas.

-No lo recuerdo. Le repito que entré en shock. No prestaba atención a nada. No podía sacar la imagen de mi madre, agente Wood – respondí irritada.

-Está bien – suspiró y apagó la grabadora. Se levantó y yo imité su acción al igual que Pattie –. Su acompañante tampoco vio nada, pero los testigos que prestaron declaración y la cámara de vigilancia de una tienda captó a un Volvo de color negro. La matrícula identificada era falsa por lo que no podemos identificar quien ha sido. Seguiremos buscando alguna pista. Si sucede algo avísenos. El caso de la señora Rose Queen va a ser investigado con profundidad, señorita Queen.

Un Volvo color negro. La última noche que vi a Natalie, ella estaba apoyado en uno de esas características. Por otro lado, estaba segura de que Justin sabía algo de eso y que podría haber dado alguna información adicional para contribuir en la investigación pero no lo hizo para protegerse a sí mismo. Mi conclusión sobre dejarlo era cada vez más clara.

-Gracias – asentí, aunque en realidad no sabía si su intromisión sería un obstáculo.

Tendí mi mano para despedirme del policía. Sus ojos azules oscuros brillaron sobre los míos. Me sentí extraña en ese momento. ¿Sabía el agente Wood que ocultaba algo? Era joven, no podía tener demasiada experiencia como para descubrirme. Había hablado poco como para que leyera algo que no debiera descifrar.

Apretó mi mano gentilmente y tras un último asentimiento dijo:

-Estoy para usted, señ... – ofreció una tarjeta.

-_____, soy _____. No me llame más señorita, por favor – pedí amablemente –. Y gracias – repetí tomando la tarjeta por si tenía que llamar en caso de protección.

Vi un atisbo de sonrisa – no creía que se pudiera permitir sonreír en su trabajo – pero sabía que era simpático. Separamos nuestras manos y él salió acompañado de Pattie. Fui dirigiéndome despacio hacia la escalera y para cuando me encontré con la que era la mejor amiga de mi madre, le di un fuerte abrazo. Había salido de aquel interrogatorio sin meter la pata. Había protegido a las personas que quería pero aún no había terminado lo que tenía que hacer.

Le di un beso a Pattie y fui hacia el cuarto de Justin. Abrí la puerta sin más, por lo que se sobresaltó y saltó de la cama. Nadie entraba de aquella manera en su habitación pero me daban igual sus normas.

Se le veía fresco recién salido de la ducha. Estaba vestido con sus pantalones por las rodillas y por supuesto, su pecho estaba descubierto. ¿Cuándo llevaría Justin Drew Bieber una jodida camiseta en casa?

-¿Qué ocurre? – preguntó.

Cerré la puerta de su cuarto tras de mí con un golpe. Justin frunció el ceño. Mi postura estaba erguida y tensa. Él enseguida se puso alerta. Era su principal instinto. Defenderse de quien le atacase. Di la luz de la habitación. Se estaba haciendo de noche y Justin amaba la oscuridad pero necesitaba que me viera bien para lo que le iba a decir.

Clavé mis ojos en los suyos. Nos separaban unos cuatro metros y no tenía intención de dejarlo acercarse a mí. No permitiría distracciones.

-Ocurre que me ocultaste demasiadas cosas. Ocurre que fui una idiota. Ocurre que confíe demasiado en ti aún cuando todos me advertían que me traerías problemas. Ocurre que jamás debí elegirte. Que me enamoré de ti. Que he perdido toda mi vida fijándome en alguien que sólo me ha puesto en peligro. ¿Sabes qué más ocurre?

-_____ – sus facciones cayeron incrédulo por mis palabras.

-No confiaste lo suficiente en decirme lo que pasaba porque sabías que correría lejos. Eres un jodido egoísta, Justin. Nunca me diste detalles – lágrimas discurrieron rápidamente por mis mejillas por la impotencia. No pensaba que hubiera más agua en mis ojos. Fue sorprendente que pudiera llorar más.

-Te lo contaré todo, ahora – dijo rápidamente aproximándose a mí.

-¿Ahora? – me reí en su cara con todo mi sarcasmo. Aparté con fuerza la humedad de mi rostro –. No, Justin, no. No quiero escucharte. Saber tu historia ya no me sirve de nada.

Su cara estaba lívida. No había máscara en su rostro. Su frecuente cara libre de expresiones era historia … Justin se había dejado caer y estaba mostrando todas sus emociones. Sus ojos estaban tristes. Él sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo. Él sabía que esto ocurriría.

Yo estaba muy enfadada por en qué había desembocado tanto secretismo a su alrededor. Quizá me estaba pasando pero estaba harta de aguantar todo lo que llevaba por dentro. Si no lo soltaba explotaría.

Sus manos se colocaron sobre mis hombros mirándome con cuidado. Justin era consciente de que me estaba escurriendo como arena entre sus dedos.

-¿Por qué me estás diciendo todo esto? – preguntó derrotado.

-Lo sabes – siseé mirándolo con odio –. Dile a tu Natalie que ha conseguido lo que quería. Ve y revuélcate con ella. No quiero saber más nada de ti.

-_____, por favor – rogó.

Súbitamente miré sus labios y me tenté. Me impulsé de puntillas y empujando su cuello hacia mí presioné fuertemente su boca sobre la mía para apartarme enseguida. Fue brusco. Fue doloroso. Fue nuestro beso de despedida. Pero aún así no pude evitar sentir lo cálidos, carnosos y suaves que eran esos labios sobre los míos.

-Se acabó, Drew – espeté dándome la vuelta para irme.

-No puedo perderte – me tomó por la muñeca para detenerme. Solté mi aliento ante sus palabras. Por mucha dureza que tuviera en el corazón en ese momento, Justin seguía afectando en mí –. Por favor, _____. Te quiero.

Mis ojos pincharon. Mis latidos se detuvieron. La rabia me invadió y de un momento para otro sacudí el brazo que sostenía para alzarla en el aire y golpear su mejilla con mi mano abierta.

Lo amaba. Llegué a sentir que me amaba. Pero en ese momento, no me creía sus sentimientos hacia mí.

El escozor llegó enseguida a la palma. Su cara quedó roja con la marca de mis dedos sobre él. Justin mantuvo los ojos cerrados dos segundos y al abrirlos ardieron sobre mí. Restregué mis lágrimas con todo mi orgullo.

-Pegas como una nena, Queen –. Y ahí teníamos al arrogante Bieber otra vez. Sonreí con sarcasmo.

-Aquí la nena eres tú, Drew, por no enfrentar las cosas como un hombre. De nada sirve que me quieras ahora.

Sus ojos se mantuvieron firmes sobre los míos. No me soltaba, ni yo a él. Aquella era una batalla por ver quien se rendiría antes para ceder a bajar la tensión. Pero no, yo no estaba para juegos de miradas. Había cambiado. Me habían cambiado. Todo iba a cambiar.

Cogí la puerta y me marché sin darle ni una oportunidad más.

---------------

HOLY SHIT!!! Es el capítulo más intenso, más doloroso y más asdfghjklñ que he escrito en mi vida. Lo juro. Me querréis matar, pero bueno, muchas me pedís drama y ahí lo tenéis. Por no decir que esto va a dar lugar a muchísimo más drama.

Hemos visto a Queen recordando a sus padres, haciéndose un tatuaje – que espero os haya gustado, voy a subir la foto a twitter para que veáis como es –, a Justin apoyándola, la fotografía con el mensaje, el interrogatorio y luego la discusión.

Natalie es una perra, por no decir otra cosa. El lío aquí que voy a montar es muy gordo, no sólo con ella, sino con su padre.

Y la discusión, OMG, me metí mucho en la piel de Queen escribiendo, espero que haber conseguido que vosotras también lo hicierais leyendo. Ha sido muy duro. ¿Creéis que se ha pasado o que es normal teniendo en cuenta lo de su madre?

Como Queen dice y llevo yo tiempo diciendo, las cosas van a cambiar y radicalmente. No tenéis idea de lo que va a hacer ella ahora ;)

#GetReady & #KeepVoting I LOVE YOU SO FU*CKIG MUCH <3

@itsBieberFanfic

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